martes, 29 de agosto de 2023

BOB DYLAN: “A TRAVÉS DE LA TORRE DE OBSERVACIÓN”

                                                           Raúl Espinoza Aguilera

En el año 2016, el cantautor norteamericano, Bob Dylan, recibió el Premio Nobel de Literatura. Inmediatamente vinieron a mi memoria algunas letras de sus melodías.

Porque Bob Dylan canta en versos profundos, llenos de contenido que invitan a la reflexión. Por ejemplo, “A Través de la Torre de Observación”. No le sorprenda al lector el llamado “Verso Libre”, iniciado por otro gran poeta inglés Thomas S. Eliot, en que no lleva ningún signo de puntuación.

En esta melodía comienza diciendo:

Debe haber alguna manera de salir de aquí.

Dijo el bromista al ladrón.

Hay demasiada confusión

No puedo conseguir ningún alivio.

¿A qué se refiere el Premio Nobel? A que en muchos sectores de la población se han perdido los conceptos del bien y del mal. Y continúa:

Los hombres de negocios beben vino (…)

Ninguno de ellos a lo largo de su vida

Sabe lo que vale la pena

Es decir, me imagino que un numeroso grupo de personas van viajando en un tren en el que nadie sabe adónde exactamente se dirige. Y continúan bebiendo y jugando a las cartas. Nadie de ellos pregunta por su último destino. sino que para ellos vivir es pasarla bien “hoy y ahora”, aunque el tren se dirija a un precipicio.

No hay razón para preocuparse

El ladrón habló con voz serena

Hay muchos aquí entre nosotros

Que piensan que la vida no es más que una broma

Reconozco que estos versos de Bob Dylan, me impresionaron porque da “directo en el blanco” de la situación social que está ocurriendo en nuestros días. “La vida no es más que una broma”. Y la muerte también. Hoy se vive y mañana ya no existes. Y todo da igual.

 

A esta concepción se le denomina “Nihilismo”. Dicho en otras palabras, es una corriente filosófica que niega toda creencia o todo principio moral, religioso, político o social. Además de que niega el valor de todas las cosas.

En parte, también es “Existencialismo” en que los seguidores de esta corriente filosófica, afirman: “el hombre no es otra cosa que lo que él se hace”. No hay lugar para la trascendencia y en su concepción no cabe un Ser Supremo. Sólo hay lugar para el placer, el sexo y una visión sin Dios en la existencia humana como proclamó el filósofo francés, Jean-Paul Sartre.

Lo que siempre me ha llamado la atención es que en política Sartre se declaró “Maoísta”. Nunca se tomó la molestia de investigar a fondo al dictador chino, Mao Tse Tung, ni de viajar a China para comprobar de primera mano el fenómeno del Comunismo chino.

En cambio, la escritora de este país, Jung Chang, escribió el libro: “Mao, la Historia Desconocida”, que ha sorprendido a muchos intelectuales de Occidente ya que desconocían por completo la biografía y aspectos concretos de este sanguinario personaje. Otro brillante libro de esta autora es “Los Cisnes Salvajes” en que narra la historia de tres generaciones abuela-madre-hija. A Jung Chang le tocó vivir los horrores de “La Revolución Cultural de Mao”. Es decir, en este par de libros desmitifica la historia de Mao y el Comunismo Chino.

Lo que parece una digresión, en realidad tiene un hilo conductor. Me refiero a los versos:

Debe haber alguna manera de salir de aquí (…)

Hay demasiada confusión

El poeta Dylan también se refiere a la asfixiante sociedad de consumo en la que vivimos. Por ejemplo, comprar “ahí y ahora lo que me apetece, sin importar que me endeude con un dinero que ahora no tengo y no sé si en el futuro lo tendré”.

O también, seguir las modas, sin tener el más mínimo sentido crítico. Por ejemplo, utilizar un nuevo coche, un celular a la última moda o, tal vez, un caro reloj de pulsera que en realidad no hace falta, pero la víctima consumista piensa: “No me puedo quedar atrás si me comparo con mis colegas de trabajo o mis amistades”.

Y concluye Bob Dylan:

No hablemos falsamente ahora

Porque se está haciendo tarde.

El poeta invita a vivir en la verdad, sin falsedades ni presunciones. Porque la existencia en este mundo se marcha rápidamente.

 

EL MARXISMO: “UN CADÁVER QUE DEBE SER ENTERRADO”

                                                      RAÚL ESPINOZA AGUILERA

Estudié unos cursos de Posgrado en Ciencias de la Comunicación en 1976.en La Universidad de Navarra (Pamplona, España). Tuve la fortuna de tener como Maestro a Don Luka Brajnovic.

Don Luka era periodista originario de Croacia, país al que amaba entrañablemente. Por su gran inteligencia y talento lo llevó a escribir numerosos libros de esta Carrera, lo mismo que un brillante libro, titulado: “Figuras de la Literatura Universal”, daba clases en la Facultad, continuaba escribiendo para varios periódicos y, además, escribía poesía.

Entre clase y clase me fue narrando que como periodista que no dudaba en decir las verdades. Los nazis lo metieron en un campo de concentración; al ser derrotados, el dictador comunista de Yugoslavia, Josip Broz Tito que tomó las riendas del poder, lo mandó a otro campo de concentración. Ahí estuvo hasta el fin de la Guerra Mundial (1945), se sentía ya libre pero los aliados lo metieron en un tercer campo de concentración por considerarlo “sospechoso”. Finalmente lo dejaron en libertad.

De Don Luka Brajnovic fue la primera vez que escuche hablar en tono elogioso sobre la vida y obra literarias de Aleksandr Solzhenitsyn. Comentaba que: “A raíz de su primera obra publicada “Un Día en la Vida de Iván Denísovich” tanto en la URSS como en Occidente, los críticos literarios reconocieron su enorme talento literario sólo comparable al de León Tolstoi como el de Fiódor Dostoievsky”.

A mediados de marzo de ese mismo año, me encontraba en Madrid conociendo directores de editoriales y diversos medios de comunicación. Por la noche encendí la televisión y para mi sorpresa Solzhenitsyn sostenía una larga entrevista.

En esa ocasión -como en muchas otras- fue cuando afirmó en tono rotundo: “El marxismo es un cadáver que debe ser enterrado”.

Nació Kislovodsk en 1918. En 1936 termina sus estudios secundarios y se fue aficionando a escribir literatura. En 1941 obtiene la licenciatura en Matemáticas y Física. Pero la II Guerra Mundial lo llama a las armas. Ingresa en artillería y por méritos de guerra llega a capitán.

En 1945 fue detenido y condenado a prisión por “su espíritu contrarrevolucionario”. Esta grave acusación se basa en una carta que escribió a un escritor en la que expresaba sus dudas acerca de las cualidades militares de José Stalin.

Por fin en 1956 es rehabilitado y nombrado profesor de Física en el colegio de Riazán, cerca de Moscú.

 

Fue en su prisión en Siberia, la que le inspiró su magistral obra: “Un Día en la Vida de Iván Denísovich”. A pesar de las bajísimas temperaturas en la que muchos presos huían y otros enloquecían, este escritor encuentra el sentido de su trabajo procurando enjarrar muy bien con mezcla las paredes de otras construcciones.

Pienso que, sin duda, al Psiquiatra vienés, Víktor Frankl (padre de la escuela “El Sentido de la Vida”), le hubiera agradado conocer este hecho. Que es completamente autobiográfico de este literato ruso.

Las obras más conocidas de este destacado literato ruso, son: “El Primer Círculo”, “El Pabellón de Cáncer”, “Agosto de 1914”, “Una Vela bajo el Viento”, etc.  En 1970 recibió el Premio Nobel de Literatura.

En 1973, dio a la luz. “Archipiélago Gulag” en el que expone las atrocidades en los campos de concentración de la URSS. Esta obra, para poder publicarla en el exilio, la memorizó, se inventó un cuaderno en clave en el que se incluía datos, cifras y desgarradores testimonios.

Cuando fue publicada en Occidente, causó un tremendo impacto en los países occidentales porque muchos asuntos se ignoraban completamente. Pero en la URSS este escritor era considerado “peligroso” al régimen dictatorial por decir tantas verdades -como las del titular de este artículo-. Así que en 1974 fue condenado al exilio.

A continuación, se dedicó a viajar. En sus conferencias y entrevistas presentaba radiografías de la descomposición política, económica, social de la URSS.

En síntesis, en palabras del especialista y crítico literario, Joseph Pierce: “Solzhenitysn es el rostro y la voz de la Rusia Inmortal. La afirmación de la libertad y la dignidad humana frente a los monstruos totalitarios de nuestro tiempo”.

 

GEORG GANSWEIN

Quieren estas breves líneas representar un sencillo homenaje a quien fuera por casi 20

años secretario personal, primero de Joseph Ratzinger, más tarde Benedicto XVI. Al mismo tiempo,

quieren llamar la atención sobre un aspecto medular de la espiritualidad cristiana: la autoridad

está para servir. El “poder” en la Iglesia es servicio. Desde san Gregorio Magno, el Papa ostenta el

título: “Servus servorum Dei” (“Siervo de los siervos de Dios”). En tercer lugar, busca reflexionar,

con este telón de fondo, en la figura del “Secretario Personal del Papa” y cómo ha evolucionado

esta figura con el tiempo. Al hacerlo, busco poner hincapié en el hecho de que quien detenta este

cargo es una persona, con sus ilusiones, ideales y metas, que un momento de su vida ha

desempeñado una función preeminente y después se encuentra con la difícil tarea de

reinventarse, teniendo un pesando background sobre sus espaldas y recorrido un gran trecho de

su vida.

Como en tantas cosas, la historia es maestra de la vida, particularmente lo es en la

bimilenaria historia de la Iglesia. En ella se comenzó a tomar conciencia del particular y delicado

papel que desempeña el secretario personal del Papa con Pasquale Macchi, quien fuera secretario

personal primero de Giovanni Battista Montini, san Pablo VI después, desde 1954 a 1978. Fue, por

razón de su cargo durante 24 años y especialmente los últimos 15, cuando era secretario del Papa,

una figura de enorme influencia eclesiástica. Digamos que era alguien con acceso directo al Papa,

y el que le presentaba al Pontífice los asuntos para trabajar en el día a día. Podríamos decir,

representaba el último filtro que resguardaba al Pontífice y, por ese solo hecho, tenía un puesto

de gran poder e influencia dentro de la Iglesia.

Pero, al morir san Pablo VI, Pascuale Macchi no era nadie. De un día para otro perdió todo

ese poder eclesial, esa privilegiada influencia, y fue relegado al ostracismo en una pequeña

población italiana. Diez años después de la muerte de san Pablo VI, san Juan Pablo II buscó

enmendar la página, pues representaba una forma de ingratitud y resentimiento eclesial con quien

antaño desempeñara una posición privilegiada, de forma que lo nombró Prelado de Loreto y lo

consagró obispo. Esta actitud de recelo, resentimiento y envidia representa una de las más

dolorosas plagas del mundo clerical, revelando muchas veces la superficialidad de las relaciones y

la falsedad de las sonrisas. Tristemente, con frecuencia, el universo de la jerarquía eclesiástica

adolece de hipocresía. En esos momentos difíciles se conoce quienes en realidad eran tus amigos

y, la amarga realidad muestra que no son tantos como se esperaba.

San Juan Pablo II era consciente de ese peligro, y no quería que le pasara algo similar a su

amado secretario particular, Mons. Estanislao Dziwisz, que estuvo a su lado a lo largo de cuarenta

años, ¡toda una vida! Por eso lo nombró primero obispo y más tarde arzobispo. Tenía intención de

ponerlo al frente de la Iglesia de Cracovia, como una forma de dejarlo bien parado dentro de la

Iglesia cuando él -san Juan Pablo II- ya no estuviera. No lo pudo hacer en vida, porque no quedó

vacante esa diócesis, pero Benedicto XVI, buen conocedor de los deseos de su predecesor, cuando

quedó libre la arquidiócesis de Cracovia, nombró arzobispo de dicha ciudad a Monseñor Dziwisz y

lo creó Cardenal. El Cardenal Dziwisz desempeñó ese cargo hasta su renuncia, por motivos de

edad, en el 2016. Tuvo el privilegio de haber vivido durante 40 años junto a san Juan Pablo II y

haber encontrado una colocación “digna” a la ausencia de este.


Benedicto XVI quiso tomar providencias similares a las de san Juan Pablo II con su propio

secretario personal, Monseñor Georg Gänswein, para que a su partida no quedara “descolocado”

quien fuera su más estrecho colaborador, ni fuera víctima del desagradecimiento eclesial,

tristemente frecuente en la Iglesia, cuando la “rueda de la fortuna” no corre a tu favor. Para

conseguirlo pocos meses antes de renunciar -en diciembre del 2012- lo nombra “Prefecto de la

Casa Pontificia”, lo consagra arzobispo en enero de 2013, y renuncia en febrero del mismo año,

siendo el primer papa moderno en tomar tan drástica e histórica decisión. Lo normal, al ser

nombrado Pontífice, es que el Papa confirme a las personas que desempeñaban puestos de

importancia en la Iglesia y que poco a poco los vaya sustituyendo con su propio equipo, según

sean las circunstancias. Así sucedió con Georg Gänswein, quien continuó por diez años

oficialmente como “Prefecto de la Casa Pontificia”, aunque desde el 2020 Francisco, sin quitarle el

nombramiento, lo retira del ejercicio de ese encargo. A partir de entonces se dedica

exclusivamente a acompañar al Papa Emérito en la recta final de su vida.

En el 2023, después de vivir 30 años en Roma, Gänswein vuelve a su tierra natal donde

encontró una humilde acogida como canónigo de la catedral de Friburgo. Se encuentra con 67

años, la plenitud de sus capacidades intelectuales y la nada fácil tarea de reinventarse a esas

alturas de la vida. Ha pasado de estar “en el ojo del huracán” y ser testigo directo y protagonista

de una de las páginas más singulares de la historia de la Iglesia -la renuncia de un Papa y el ser

secretario particular del Papa Emérito- a ocupar una modesta posición periférica, secundaria y

oculta en su tierra natal. Para hacer frente a esos altibajos de la fortuna se requiere de una

profunda vida espiritual y de una acendrada sabiduría de vida, así como una visión sobrenatural

que ayude a redescubrir la belleza de servir y pasar ocultos. Como diría san Josemaría, a Monseñor

Gänswein le toca ahora vivir el “ocultarse y desaparecer, que sólo Jesús se luzca.” Humanamente

hablando no es fácil, sobrenaturalmente es muy fecundo.

Respecto a los “secretarios particulares” como en tantos otros aspectos de la vida de la

Iglesia, Francisco ha sido revolucionario. Desde siempre el Papa ha denunciado el “carrierismo” en

el seno de la Iglesia; es decir, la puja clerical interna por quedar siempre bien parado y alcanzar

sucesivamente posiciones de mayor relevancia. Una manifestación de ello es que cambia con

frecuencia de Secretario Particular, de modo que no haya ninguna figura que se vincule

estrechamente a su persona, como lo fueron Dziwisz para san Juan Pablo II y Gänswein para

Benedicto XVI. Digamos que vive la clásica consigna: “que todos te conozcan, que nadie te

abarque.” Hasta el momento de redactar estas líneas han sido secretarios particulares suyos:

Alfred Xuereb, Fabián Pedacchio Leaniz, Gonzalo Aemilius S.J. y Daniel Pellizon.

A quienes recordamos con cariño y admiración a Benedicto XVI no nos resta sino tener un

profundo agradecimiento a quien fuera su más estrecho colaborador durante 20 años, y

manifestarlo orando por él, para que pueda vivir, con garbo y paz, esta nueva etapa de su vida, de

forma que encuentre la felicidad. Finalmente, lo importante en la vida y en la Iglesia no es ocupar

cargos y puestos de responsabilidad, sino amar y saberse amados. La Iglesia, de hecho, es una

realidad sobrenatural, que se asemeja más a una familia que a una estructura jurídica jerárquica,

en la que algunos buscan afanosamente encontrar una buena colocación, como si fuera una

estructura puramente humana.

Dr. Salvador Fabre

masamf@gmail.com

RESPLANDECER EN LA OSCURIDAD

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“Miramos una estrella por dos motivos, porque es luminosa y porque

es impenetrable. Pero tenemos al lado un resplandor más dulce y un

misterio mayor: la mujer” (Víctor Hugo en "Los miserables").

Ciertamente, pueden llamarnos la atención las maravillas de la creación,

pero ninguna tan resplandeciente y misteriosa como la mujer. Aunque

se podría extender a cualquier ser humano al ser creados a imagen de

Dios mismo. El Papa Francisco nos invita a resplandecer.

Ante un millón y medio de jóvenes reunidos en el Parque Tejo de

Lisboa (Portugal), el Papa Francisco concluyó la Jornada Mundial de la

Juventud con la celebración de la Santa Misa de la Transfiguración. Y

preguntó: “¿Qué nos llevamos? Resplandecer, escuchar y no tener

miedo”. Así como los Apóstoles contemplaron el resplandor del Señor,

hemos de dejarnos deslumbrar por la luz divina.

2) Para pensar

Hace 28 años Shelly Pennefather era una joven promesa del básquet.

Estaba por firmar un contrato por 200 mil dólares anuales. Tenía una

relación afectiva con un chico llamado Haisler. Pero la deslumbró el

resplandor del Señor y decidió seguirlo en la vida de clausura.

Shelly, actualmente es la hermana Rose Marie y vive en el

Monasterio de las Clarisas en Virginia, Estados Unidos. Su madre, que

reunía a toda la familia para rezar el Rosario, va a la iglesia todas las

mañanas; su padre fue quien le enseñó a jugar baloncesto. Su

entrenador le compartió que también rezaba el Rosario de la Virgen

María. De joven ganó varios premios: rompió el récord histórico al

acumular 2.408 puntos en su universidad, marca que sigue vigente;

ganó el Trofeo que se otorga a la mejor jugadora de baloncesto

universitario femenino. Llegó a jugar en un equipo en Japón.

La hermana Rose Marie afirma que ama la vida que eligió: “Desearía

que todos pudieran vivirlo un poco para verlo. Es tan tranquilo. Siento

que no estoy subestimando la vida. La estoy viviendo al máximo”.

Sus compañeras de juego y el entrenador, siguieron visitándola.

Heisler también recibió el llamado de Dios y fue ordenado sacerdote. La

hermana Rose Marie vive las reglas del monasterio, por ejemplo,


duerme en colchones de paja, con hábito completo, y se levanta todas

las noches a las 12:30 a. m. para orar.

Al celebrar los 25 años de su consagración, pudo abrazar a su

familia. Estaba también el ahora padre Heisler. Se dieron un fraternal

abrazo y la monja le dijo: “Tomamos la decisión correcta”, a lo que él

respondió: “No me arrepiento”.

3) Para vivir

Hoy el mundo necesita de luz —comenta el Papa—, un destello de luz

que sea esperanza para afrontar las oscuridades que nos asaltan, tantas

derrotas cotidianas para afrontarlas con la luz de la resurrección de

Jesús, porque Él es la luz que brilla aun en la noche. Nuestro Dios

ilumina nuestra mirada, ilumina nuestro corazón, ilumina nuestra mente

y nuestras ganas de hacer algo en la vida.

Pero no nos volvemos luminosos cuando nos ponemos debajo de los

reflectores o mostramos una imagen perfecta, no, eso encandila. Si nos

miramos a nosotros mismos, egoístas, la luz se apaga. Nos volvemos

luminosos, cuando aprendemos a amar como Jesús. Sólo seremos luz

con las obras de amor. (articulosdog@gmail.com)

lunes, 21 de agosto de 2023

LA PARADOJA DE LA VIDA: UNA RELIGIÓN VENERABLE Y AMABLE

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente

en marionetas a merced de las tendencias del momento”. Esta frase de

Pascal (siglo XVII), podría haber sido dicha por algún autor

contemporáneo. En toda época el hombre requiere reflexionar para no

ser manipulado. A ello nos invita el Papa Francisco en su carta

Apostólica sobre este filósofo: El hombre añora una verdadera felicidad,

y trata inútilmente de llenarla con todo lo que le rodea.

En el hombre se presenta la paradoja de su vida, señala Pascal: Por

una parte, tiene un deseo infinito de ser feliz y de conocer la verdad;

pero por otra, tiene una razón limitada y una debilidad física, que lo

conduce a la muerte. Pascal tiene muy claro que aquí en la tierra no hay

satisfacción verdadera y sólida, y todos nuestros placeres no son más

que vanidad, pues al final viene irremediablemente la muerte. No hay

nada más real que esto, ni más terrible. Por ello necesita distraerse: “De

ahí viene que a los hombres les guste tanto el bullicio y el movimiento”.

El hombre tiene muchos modos de distraerse, pero por desgracia,

algunos son vicios. Al fin constata que ninguna diversión colma su gran

deseo de vida y felicidad. Sucede que al tener el hombre un deseo

infinito, sólo podrá ser llenado por algo infinito e inmutable, es decir,

sólo por el mismo Dios. Sólo en Dios y en la verdad que nos ha revelado

se encuentran las respuestas para las paradojas que lo torturan.

2) Para pensar

Diógenes tenía su independencia como su más preciado tesoro y

procuraba no depender de los demás en nada, y se deshacía de todo

objeto inútil. Solía vivir casi con nada. Lo ilustra aquella anécdota que

relata que cuando vio a un niño beber agua de una fuente ayudándose

del hueco que formaban sus manos, se dijo: "Este muchacho me ha

enseñado que todavía tengo cosas superfluas", tras lo cual rompió el

pequeño tazón con el que bebía.

Se cuenta que no era una persona fácil Diógenes, aunque lo

admiraban la mayoría de los atenienses. Entre sus pocos amigos se

encontraba el filósofo Platón. En una ocasión Platón encontró a Diógenes

en una fuente, lavando las verduras que comería ese día, y le dijo: "Ya

lo ves amigo mío, si hubieses adulado a Dionisio, el tendero, hoy no 

tendrías que lavar tus verduras";. Le contestó Diógenes: "Y si tú te

pusieras a lavar tus verduras, no tendrías que estar adulando a

Dionisio"..

3) Para vivir

Blaise Pascal quería demostrar que la religión cristiana es 

"porque ha conocido bien al hombre y es amable porque promete el

verdadero bien".. El Papa Francisco indica que esa verdad puede

ayudarnos a atravesar las oscuridades y las desgracias de este mundo.

Pero hay que saber que sólo gustaremos la felicidad del Evangelio “si el

Espíritu Santo nos libera de la debilidad del egoísmo, de la comodidad,

del orgullo";.

Pascal admiraba la sabiduría de los antiguos filósofos griegos, que

eran sencillos en su arte del buen vivir. Sin embargo, distingue algunas

filosofías erróneas, como el estoicismo que conduce al orgullo, o el

escepticismo que lleva a la desesperación. Alcanzaremos la verdad y la

felicidad sabiendo discernir una buena filosofía compatible con la fe

revelada. (articulosdog@gmail.com)

sábado, 19 de agosto de 2023

¿TIENE SENTIDO LA PREGUNTA POR EL SENTIDO?

Clase de teología en la universidad, alumnos de distintas carreras. Estamos analizando cuál

es el método adecuado para intentar responder las preguntas existenciales o fundamentales de la

vida: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿para qué he venido al mundo?, ¿hay vida después de la

vida?, ¿el universo se hizo sólo o fue hecho por alguien?, ¿tienen sentido la vida humana y el

universo en su conjunto?, ¿existe Dios? Había que comparar el método científico, el filosófico y el

teológico, para determinar cuál de ellos era el pertinente ante esos cuestionamientos. De pronto

una alumna me saca de mi nube intelectual: “profe, ¿para qué atormentarnos con las preguntas

sobre el sentido?, ¿no es más fácil vivir, disfrutar la vida y ya?”

Para mi sorpresa, varias alumnas le hicieron coro, señalando que esa pregunta era

manifestación del egocentrismo de la especie humana; sencillamente no saber ocupar nuestro

lugar en el cosmos, y creernos especiales, como si de alguna forma el universo estuviera a la

espera ya sea de nosotros, como especie humana, o de cada uno, como persona. En realidad,

decían, ni el universo ni nosotros mismos tenemos sentido. Lo que debemos hacer, en

consecuencia, es aprender a disfrutar de las cosas sencillas de la vida, evitarnos las preguntas

trascendentales, pues nos causan sufrimiento innecesario, y aceptar nuestra condición de simples

animales, más evolucionados, que aparecimos en el cosmos por casualidad.

De entrada, me asombró su rápida y simple respuesta: “no hay respuesta, no te

compliques y aprende a disfrutar de las cosas sencillas de la vida”; “no te obsesiones por el final,

disfruta del camino?” No puedo negar que tal actitud intelectual tiene algo de subyugador: su

desarmante sencillez y descomplicación. La fluidez de su receta: “aprende a disfrutar de las cosas

ordinarias de la vida”, “disfruta del camino y olvídate del final.” Pero también me hizo pensar dos

realidades relacionadas entre sí: una filosófica y la otra estadística. La primera es que su postura,

sin ser ellas conscientes de ello, coincidía en líneas generales con el planteamiento de Epicuro

sobre la muerte. Para este pensador, la muerte no es un problema, pues mientras vivimos no lo

tenemos, y al morir, ya no hay sujeto que tenga problemas, de forma que evitar pensar en ella

sería la actitud más sana. Nuestra sociedad sería en gran medida epicureísta, pues evita de intento

pensar sobre ella; le tiene tal horror, que sistemáticamente mira a otro lado. Pero la dimensión

estadística de la muerte, es la que nos empuja a no dejarla de lado. Hace pocos años -antes de la

pandemia- el suicidio era la segunda causa de muerte en personas de 19 a 24 años en los Estados

Unidos, únicamente superado por los accidentes de tráfico.

Me llamaba poderosamente la atención que una centennial considerará el evitar pensar en

el sentido de la vida y del cosmos como la actitud más sana, cuando precisamente entre ese

público -los centennials- había crecido dramáticamente el índice de suicidios, es decir, de personas

que ya no le encontraban sentido a su propia vida, con sus sufrimientos y dificultades. ¿Están

interrelacionados ambos datos?, ¿tienen que ver el rechazo a pensar en el sentido de la vida, con

el incremento porcentual de los suicidios juveniles? La lógica más simple nos dice que sí: si la vida

no tiene sentido, ¿para qué seguir soportándola cuando se presentan problemas, dificultades o

fracasos? ¿Qué sentido tendría afrontar el sufrimiento, que inevitablemente se presenta en

nuestras vidas? ¿Para qué? No en vano el epicureísmo es hedonista: la vida vale en la medida en

que disfruto de ella y, si ya no la disfruto, no vale. La actitud coherente en ese caso es el suicidio.


Ahora bien, otro coro dentro del grupo sugería: “la vida no tiene un sentido objetivo, no es

algo que está allá afuera, esperando ser desvelado o descubierto… somos nosotros los que le

damos sentido a las cosas que hacemos. Cada quien tiene su propio sentido de la vida.” Por lo

menos estos jóvenes reconocían que deberíamos dotar de sentido a una realidad que en sí misma

es indiferente. Personalmente, sin embargo, me sonaba más bien a una especie de placebo, con el

que nos entretenemos, mientras esperamos, sin reconocerlo abiertamente, la muerte. Digamos

que la cosmovisión relativista en la que habían sido formados no les permitía gran cosa: la realidad

no tiene un sentido objetivo, sino somos nosotros los que la dotamos de sentido subjetivo. En esta

perspectiva el sentido es necesario, pero no real ni verdadero. Por eso, en épocas de crisis, se

descubre lo falaz del intento, y puede uno verse avocado hacia el suicidio o la desesperación.

Todas estas opiniones de los centennials, me hacían pensar que necesitamos, urgentemente, una

metafísica que nos permita superar el individualismo relativista y autorreferente en el que

estamos enfangados ideológicamente. Mientras eso no se consiga, seguirán siendo altos los

índices de suicidio juvenil.


Dr. Salvador Fabre

masamf@gmail.com

viernes, 18 de agosto de 2023

LA INFLUENCIA DEL MARXISMO EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS (UNAM)

Raúl Espinoza Aguilera

En este sexenio presidencial en que se pretende envenenar a nuestra niñez y

adolescencia con conceptos la doctrina marxista y el LGBTQ, es generalizado el

fuerte descontento e inconformidad de los padres de familia.

Lo más lamentable es que esos pequeños no tienen criterio ni discernimiento y se

les pretende imponer ideas muy ajenas a la formación que han recibido en sus

casas. Como ocurrió en la URSS en tiempos de Vladimir Lenin, José Stalin,

Leonid Brézhnev, etc. Todos estos hechos trajeron a mi mente la fuerte presión en

la UNAM por contagiarte de marxismo-leninismo.

Corría el año 1972, cuando inicié la Carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas en

la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Reconozco que me presenté a las aulas con la ilusión de aprender la literatura de

los clásicos, como: Miguel de Cervantes Saavedra, Lope de Vega, Juan Ruiz de

Alarcón, Pedro Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo. Gustavo Adolfo

Bécquer, José de Espronceda, Pedro A. de Alarcón.

Gracias al Dr. Arturo Souto me adentré en la Generación de ‘98: con el notable

poeta de Castilla, Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Azorín, Rubén Darío,

Pío Baroja, Juan Ramón Jiménez y un largo etcétera.

Todos estos personajes eran literatos, filósofos y pensadores, tal vez por eso me

atraían tanto. Por cierto, mi tesis la escribí sobre “El Tiempo, el Amor y la Muerte

en la Poesía de Antonio Machado”” por parecerme un humanista profundo y

reflexivo.

Otros maestros brillantes fueron, el Dr. en Lingüística, Juan M. Lope Blanch, el

poeta Eduardo Lizalde, el Dr. en Filosofía, Jaime Labastida, el Dr. Ernesto Mejía

Sánchez, experto en Literatura Latinoamericana, la Dra. Laura Trejo, especialista

en Literatura Medieval.

Tuve a algunos conferencistas destacados, como: Juan José Arreola, el poeta

Carlos Pellicer, el Dr. Rubén Bonifaz Nuño, erudito en Latín, la Dra.Margo Glanz

aguda analista de obras literarias, etc.

La gran mayoría eran autores de libros, o redactaban libros de texto para los

alumnos, o bien, escribían en revistas de prestigio internacional. Dicho en otras

palabras, esta Facultad gozaba de un notable prestigio académico.

Por ejemplo, yo redactaba con poca claridad y con la lectura de Azorín (José

Martínez Ruiz), el poeta Antonio Machado y Pío Baroja me ayudaron a ser más

sencillo. ¿Cómo? Escribiendo sujeto, verbo y predicado y nada más.


Entre las obras más destacadas de Azorín se encuentran “La Ruta de Don

Quijote”, “Castilla”, “Un pueblecito. Río Frío de Ávila”. Curiosamente en sus obras

menos conocidas, Azorín nos da una cátedra del dominio del idioma. De igual

forma, me parecen admirables algunas obras de Camilo José Cela (desde luego

no todas), como: “Viaje a la Alcarria”, en la que nos va describiendo paisajes y

personajes tan ordinarios y sencillos como divertidos. Particular gracia me causó

leer sus “Escenas Matritentes” en la que nos describe con maestría y soltura los

diversos oficios en la zona céntrica de Madrid, así como el modo tan pintoresco de

expresarse.

Paradójicamente frente a estas luminarias de la Literatura, la Lingüística, la

Filosofía y el arte poético, se encontraba un “constante bombardeo de las ideas

comunistas”.

Recuerdo que algunas maestras y profesores eran militantes comunistas que

solían invitarnos a las manifestaciones en el Auditorio “Che Guevara” (antes “Justo

Sierra”). Ahí mismo los líderes organizaban paros de 24 o 48 horas. Hubo un paro

de varios meses en tiempos del Rector Dr. Guillermo Soberón, pero con su

habilidad para gobernar a la Máxima Casa de Estudios, ya no hubo más paros.

Recuerdo también que me regalaron “El Libro Rojo de Mao”. Y se vendían las

obras completas de Carlos Marx y Federico Engels a sólo $20.00 pesos que, por

supuesto, yo no compré. Tenían pasta dura. Estupenda impresión y letra cómoda

para leer. Era evidente que esas publicaciones estaban subsidiadas.

Otro tema importante, si no eras marxista, inmediatamente tanto profesores como

alumnos discutían conmigo y, casi a la fuerza, te querían convencer. El

contrargumento que se me ocurrió fue el siguiente: “Mira yo soy librepensador”.

Pero a los pocos días, volvían a la carga.

Entonces lo que se ocurrió fue buscar a Filósofos bien centrados en sus

conocimientos, ponerme a estudiar enriquecedores y orientadores libros que ellos

me habían recomendado, así como la materia de Lógica para aprender a

argumentar correctamente. Eso fue lo que me salvó de no caer en esos enredos

de los comunistas.

miércoles, 16 de agosto de 2023

EL MARXISMO: “UN CADÁVER QUE DEBE SER ENTERRADO”

                                                       RAÚL ESPINOZA AGUILERA

Estudié unos cursos de Posgradp en Ciencias de la Comunicación en 1976.en La Universidad de Navarra (Pamplona, España). Tuve la fortuna de tener como Maestro a Don Luka Brajnovic.

Don Luka era periodista originario de Croacia, país al que amaba entrañablemente. Por su gran inteligencia y talento lo llevó a escribir numerosos libros de esta Carrera, lo mismo que un brillante libro, titulado: “Figuras de la Literatura Universal”, daba clases en la Facultad, continuaba escribiendo para varios periódicos y, además, escribía poesía.

Entre clase y clase me fue narrando que como periodista que no dudaba en decir las verdades. Los nazis lo metieron en un campo de concentración; al ser derrotados, el dictador comunista de Yugoslavia, Josip Broz Tito que tomó las riendas del poder, lo mandó a otro campo de concentración. Ahí estuvo hasta el fin de la Guerra Mundial (1945), se sentía ya libre pero los aliados lo metieron en un tercer campo de concentración por considerarlo “sospechoso”. Finalmente lo dejaron en libertad.

De Don Luka Brajnovic fue la primera vez que escuche hablar en tono elogioso sobre la vida y obra literarias de Aleksandr Solzhenitsyn. Comentaba que: “A raíz de su primera obra publicada “Un Día en la Vida de Iván Denísovich” tanto en la URSS como en Occidente, los críticos literarios reconocieron su enorme talento literario sólo comparable al de León Tolstoi como el de Fiódor Dostoievsky”.

A mediados de marzo de ese mismo año, me encontraba en Madrid conociendo directores de editoriales y diversos medios de comunicación. Por la noche encendí la televisión y para mi sorpresa Solzhenitsyn sostenía una larga entrevista.

En esa ocasión -como en muchas otras- fue cuando afirmó en tono rotundo: “El marxismo es un cadáver que debe ser enterrado”.

Nació Kislovodsk en 1918. En 1936 termina sus estudios secundarios y se fue aficionando a escribir literatura. En 1941 obtiene la licenciatura en Matemáticas y Física. Pero la II Guerra Mundial lo llama a las armas. Ingresa en artillería y por méritos de guerra llega a capitán.

En 1945 fue detenido y condenado a prisión por “su espíritu contrarrevolucionario”. Esta grave acusación se basa en una carta que escribió a un escritor en la que expresaba sus dudas acerca de las cualidades militares de José Stalin.

Por fin en 1956 es rehabilitado y nombrado profesor de Física en el colegio de Riazán, cerca de Moscú.

 

Fue en su prisión en Siberia, la que le inspiró su magistral obra: “Un Día en la Vida de Iván Denísovich”. A pesar de las bajísimas temperaturas en la que muchos presos huían y otros enloquecían, este escritor encuentra el sentido de su trabajo procurando enjarrar muy bien con mezcla las paredes de otras construcciones.

Pienso que, sin duda, al Psiquiatra vienés, Víktor Frankl (padre de la escuela “El Sentido de la Vida”), le hubiera agradado conocer este hecho. Que es completamente autobiográfico de este literato ruso.

Las obras más conocidas de este destacado literato ruso, son: “El Primer Círculo”, “El Pabellón de Cáncer”, “Agosto de 1914”, “Una Vela bajo el Viento”, etc.  En 1970 recibió el Premio Nobel de Literatura.

En 1973, dio a la luz. “Archipiélago Gulag” en el que expone las atrocidades en los campos de concentración de la URSS. Esta obra, para poder publicarla en el exilio, la memorizó, se inventó un cuaderno en clave en el que se incluía datos, cifras y desgarradores testimonios.

Cuando fue publicada en Occidente, causó un tremendo impacto en los países occidentales porque muchos asuntos se ignoraban completamente. Pero en la URSS este escritor era considerado “peligroso” al régimen dictatorial por decir tantas verdades -como las del titular de este artículo-. Así que en 1974 fue condenado al exilio.

A continuación, se dedicó a viajar. En sus conferencias y entrevistas presentaba radiografías de la descomposición política, económica, social de la URSS.

En síntesis, en palabras del especialista y crítico literario, Joseph Pierce: “Solzhenitysn es el rostro y la voz de la Rusia Inmortal. La afirmación de la libertad y la dignidad humana frente a los monstruos totalitarios de nuestro tiempo”.

 

    ECOS DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD EN PORTUGAL

                                                               Raúl Espinoza Aguilera

¿Cuándo y quién inició la Jornada Mundial de la Juventud? El Papa Juan Pablo II (actualmente santo) fue el impulsor de esta iniciativa. Fue en el Año del Jubileo (1983-1984), declarado Año Santo de la Redención, cuando se concentraron en Roma la sorprendente cifra de más de 300,000 jóvenes en la Vigilia del Domingo de Ramos de 1984. 

Me parece de justicia y en honor a la verdad hacer notar que ante iniciativa del Santo Padre existía un ambiente de crítica y pesimismo -aun en la misma Ciudad Eterna- aduciendo que la juventud de ese entonces estaba muy descristianizada y que un encuentro de jóvenes con el Papa resultaría un soberano fracaso.

Pero ya conocemos la personalidad de este Romano Pontífice santo que, venciendo ese mal ambiente en su contra supo, remontarse y organizarse bien. En primer lugar, pidió el apoyo de todas las diócesis de Italia, así como de diversas Instituciones de la Iglesia. Y la entusiasta y calurosa respuesta no se hizo esperar.

De este modo, el optimismo y la esperanza volvió a toda la cristiandad. Porque si algo caracterizó a San Juan Pablo II fue “romper esquemas” y echar fuera miedos y complejos, con su célebre frase desde la toma de posesión como Romano Pontífice: “¡No tengáis miedo!”.

En esos años, el Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, era el Cardenal argentino Eduardo Pironio (junto con varios asesores), y se le reconoce, por encargo directo del Papa, como el grandes propulsor de la Jornada Mundial de la Juventud.

Se trataba de darle un carácter universal e institucional. Es de imaginarse el trabajo titánico que supuso convocar a todos los Obispos, Superiores de órdenes religiosos, etc.de los cinco continentes para que colaboraran en este gran desafío.

En palabras de su venerable sucesor, el Papa Benedicto XVI: “El objetivo es que los jóvenes tengan un encuentro con una Persona, el Hijo de Dios Encarnado”. Es decir, que tuvieran un encuentro personalísimo con Jesucristo.

¿Y cómo sería ese encuentro con la Segunda Persona de la Santísima Trinidad? Mediante los Sacramentos, principalmente la Confesión o Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, asistiendo a la Santa Misa y recibiendo la Sagrada Comunión.

La sorpresa fue mayúscula cuando el Papa Juan Pablo II fue de los primeros en sentarse a Confesar. Con lo cual los siguientes Papas, Cardenales, Obispos, sacerdotes y religiosos le imitaron.

También se rezó el Vía Crucis en vivo; otros jóvenes (de ambos sexos) llevaron una gigantesca cruz de madera y la colocaron muy cercana al Altar.

Caso especial merecen los testimonios de conversión a la fe, o bien, la llamada a seguir enteramente a Cristo. Tengo muy grabada en mi mente el caso de un profesionista, Ingeniero Civil, que manifestó su inquietud por seguir a Jesús de por vida. También el de otra joven Arquitecta, “que dejándolo todo” (como los primeros Apóstoles) externó su vehemente deseo de ser religiosa, y así sucesivamente fueron manifestando su anhelo de vivir solo para Cristo muchos otros jóvenes.

Las siguientes Jornadas fueron una en la patria del Cardenal Pironio, Argentina. Las siguientes serían en Santiago de Compostela (1989), en el Santuario de Czestochowa (1991), en Denver (1993), en Manila (1995), con su eficaz desempeño el Cardenal Pironio se convirtió en el responsable de estas jornadas. Hubo otra en París.

En el Jubileo del Año 2000, tenida en Roma, asistieron más de 2 millones de personas. Fue cuando se le dio el calificativo a Juan Pablo II: “El Papa de los Jóvenes”. Luego vino la Jornada de Toronto.

El Papa Benedicto XVI fue recibido con jubilo en su tierra natal Alemania. Concretamente en Colonia. A continuación, fueron en Sydney, en Madrid y Río de Janeiro. Con el lema: “Id y haced discípulos a todos los pueblos” (Mateo 28, 19).

En Lisboa, Portugal, me impresionó el cariño con que fue recibido el Papa Francisco y él correspondió a esas manifestaciones de afecto: recibió muchas flores de los niños y les correspondía con un tierno abrazo; pudo besar la frente de muchos bebés; por las calles había miles y miles de personas luciendo banderas de numerosos países y saludándolo con gran aprecio; bendijo crucifijos, imágenes de la Santísima Virgen María.

También Confesó a muchos jóvenes y la silla de ruedas en ningún momento fue obstáculo para sus comparecencias y traslados.

Una visita sumamente importante fue ir a rezar al Santuario de la Virgen de Fátima, acompañado por miles de jóvenes. A la juventud se le veía orando, rezando el Rosario, muy unida al Santo Padre.

En lo personal me conmovió esta escena. Porque no fueron a “curiosear o a perder el tiempo”, sino que estaban bien metidos en su diálogo con la Virgen, se les veía piadosos y conscientes que acompañaban al Papa en este trascendental encuentro.

Sus palabras casi de despedida fueron conmovedoras: “En la Iglesia hay lugar para todos. No tengan miedo, sino coraje, sabiendo que estamos bien protegidos por el inmenso Amor que Dios nos tiene”.

 

 

 

UN GRAN REGALO DEL CIELO

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“El humor es una de las mejores prendas que se pueden vestir en

sociedad” (William Mark Spencer). En la vigilia que tuvo el Papa

Francisco en Portugal en la 37ª Jornada Mundial de la Juventud, recordó

la importancia de llevar la alegría a los demás. A partir del lema “María

se levantó y partió sin demora”, señaló que va de prisa porque ama,

pues quien ama, acude pronta y alegremente. María, en vez de pensar

en ella misma, piensa en ayudar a su prima. Porque la alegría es

misionera, no es para uno, es para llevarla. Y no es una alegría

pasajera, sino que echa raíces.

La alegría no está en la biblioteca, encerrada, sino que hay que

descubrirla en nuestro diálogo con los demás, donde compartimos la

alegría que hemos recibido. Incluso, aunque se cometan errores, pues lo

importante es levantarse. El Papa recordó un canto de los alpinistas

cuando suben: “En el arte de ascender —la montaña—, lo que importa

no es no caer, sino no permanecer caído”.

2) Para pensar

Ciertamente la Virgen lleva la alegría de Cristo a las almas. Pero en

esta ocasión también trajo una alegría especial y extraordinaria de

forma inesperada a una joven española y a quienes la han compartido.

Se trata de Jimena, de 16 años, quien asegura haber recuperado la vista

durante una Misa en Fátima.

Ocurrió el sábado 5 de agosto en Fátima (Portugal), día en que

terminaba una novena a la Virgen de las Nieves, a la que se unieron

muchísimas personas. Se confesó antes de ir a Misa, fue a comulgar y

comenzó a llorar. Cuando abrió los ojos, empezó a ver todo. Les habló

por teléfono a sus padres, pero no podía hablar, pues lloraba de alegría

y sólo podía decirles que veía. Una alegría increíble. Se dio cuenta de

que sus amigas eran dos años y medio más mayores, pues llevaba más

de 2 años sin poder verlas. El equipo médico había dicho que era

incurable. No obstante su familia nunca perdió el sentido del humor,

pues su padre decía que “trataban de sacar el lado más cómico de las

cosas terribles que te pueden pasar, porque si no, te centras en la

propia desgracia y la vida se hace muy dura”. De haber seguido así, ya

necesitaría de un bastón y un perro guía. Le gustaba mucho leer, y


ahora dice que leer cualquier cosa, aunque sea un simple cartel, le

parece un gran regalo, un milagro. Asegura que la enfermedad “es un

vehículo para que otras personas se purifiquen o sean mejores alrededor

del enfermo, ha sido un regalo de la Virgen”.

Para la familia de la joven, lo ocurrido es una invitación para tener un

salto en la fe y para fiarnos de la Virgen, dejarnos en sus manos.

3) Para vivir

El Santo Padre aclaró que la JMJ no son unas vacaciones, sino un

encuentro con Cristo a través de la Iglesia. Y para llegar a Jesús, su

Madre nos ayuda. Comenta el Papa que le gusta mucho invocar a la

Virgen “apresurada”, que nunca nos hace esperar al ser la madre de

todos. Ante un mundo donde hay guerra, la JMJ ha mostrado que es

posible convivir sin odio y sin miedo.

Además, María es modelo para los jóvenes: nos enseña a levantarnos

y partir sin demora. Ante ella el Papa rezó para que Dios sane al mundo

de otras enfermedades: la soberbia, la mentira, la enemistad, la

violencia. (articulosdog@gmail.com)

sábado, 12 de agosto de 2023

"VEGETARIANA QUE COME CARNE: ENCONTRAR MI CALCUTA"

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

En una ocasión le comentaron a la Santa Madre Teresa de Calcuta

que siendo tantos la gente necesitada, lo que hacía era sólo una gota en

el océano. Ella respondió: “Pero si no lo hiciera, el océano tendría una

gota menos”.

Ciertamente no podemos resolver todos los problemas del mundo,

pero ello no nos excusa para no hacer nada. El Papa Francisco invita a

preguntarnos si sucede que pensamos inmediatamente en una

justificación para desentendernos de las necesidades a nuestro

alrededor. En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la

Juventud que se lleva a cabo en Lisboa del 1 al 7 de agosto, el Papa

tomó como lema: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39).

Frase del Evangelio que relata lo que hizo inmediatamente la Virgen

María después del anuncio del arcángel san Gabriel sobre la encarnación

del Verbo de Dios, y su maternidad divina.

En la actitud de María encontramos el ejemplo de “levantarnos” e ir a

toda prisa al encuentro del necesitado. La Virgen, dice el Papa, cuando

sabe que va a ser la madre de Jesús no se queda “tomándose un selfie,

o presumiendo”, sino que lo primero que hace es ponerse en camino, a

toda prisa, para servir.

2) Para pensar

Tamara Falcó Preysler, marquesa de Griñón, hija de Isabel Preysler,

es una aristócrata española y diseñadora de moda. Rodeaba de

comodidades, sentía un vacío interior que le hizo reflexionar. Gracias a

una amiga, se dio cuenta de que ser “cristiana no practicante”, es “como

ser vegetariana y comer carne”.

Tamara reconoció que en su familia no se practica la fe, y pensó que

sería más fácil si tuviera una “familia cristiana normal”. Pero cambió de

parecer gracias a una frase de Santa Madre Teresa de Calcuta: “Se

puede encontrar Calcuta en todas partes si tienes ojos para mirar. En

todos los lugares del mundo hay personas no amadas, no deseadas,

rechazadas; personas a las que nadie ayuda, personas marginadas y

olvidadas, y esta es la mayor de las pobrezas”.

Visitó un orfanato en Mozambique que caló en su corazón. Se

preguntó cómo puede ser que esos niños desamparados sean tan

alegres y yo esté rodeada de gente, que se supone tiene más —guapos,

ricos, famosos—, y, sin embargo, la gente se suicida. Comprendió que

Jesús da la felicidad: es el amigo que nunca te falla, que te quiere, que

lo sabe todo sobre ti, que lucha por ti: “él llenó mi vacío y soy feliz. Lo

primero maravilloso fue conocer a la Virgen María que es una madre

preciosa y a través de ella a Jesús, que es lo máximo. Mi misión es

llevar a Cristo a esos sitios frívolos, porque también son hijos de Dios.

Esa es mi Calcuta para ser testigo de Cristo”. Aunque no faltaron

críticas, ella pensaba: “Más puntos ganas para el cielo”.

3) Para vivir

Invitó el Papa Francisco a rezar para que la Jornada de la Juventud,

de cientos de miles, “ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando

testimonio del Evangelio con su propia vida, llevando la alegría… pues

nadie más que Dios puede darte la verdadera felicidad. Llevad la alegría

a vuestras familias, a vuestras escuelas y universidades, a vuestros

grupos de amigos, dondequiera que viváis… Y así haréis de este mundo

un lugar mejor para todos", concluyó el Papa Frnancisco. (articulosdog@gmail.com).