miércoles, 31 de octubre de 2018

EL MÚSICO ISAAC ALBÉNIZ Y SU FIDELIDAD COMO ESPOSO

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Continuando con la catequesis sobre los diez Mandamientos, el Papa Francisco consideró ahora “la Sexta Palabra”, que concierne a la dimensión emocional y sexual de la persona.

Cada uno de los Mandamientos cuida una virtud, y el sexto nos lleva a cuidar el amor puro, viviendo la fidelidad y la lealtad.



Una característica del verdadero amor es darse todo sin reservas, y no ver sólo por la propia conveniencia o interés. Por ello debe estar bien fundado y el matrimonio es la base lo suficientemente fuerte para las relaciones amorosas entre el hombre y la mujer. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El amor quiere ser definitivo” (No. 1646). 

La fidelidad es la característica de una relación humana libre, madura y responsable.

El modelo de todo amor verdadero lo tenemos en Cristo. Él ha dado su vida por nosotros, es el Amigo fiel que nos recibe incluso cuando cometemos errores y siempre quiere nuestro bien, incluso cuando no lo merecemos.

2) Para pensar

El músico español Isaac Albéniz fue un célebre compositor y pianista del siglo XIX. Influyó mucho en músicos posteriores.

Fue un niño prodigio, pues a los cuatro años ya tocaba obras de piano. Se casó muy joven y pocos años después de su boda tuvo que ir solo una larga temporada a París.

En Francia conoció a muchas personas y en especial a una atractiva mujer con quien comenzó a tener amistad. Un día le envió a su mujer, que estaba en España, un telegrama escueto:

“-Ven pronto, que estoy gravísimo”. 

La esposa sobresaltada se puso inmediatamente en camino. Cuando llegó a la estación de París, encontró a su marido rebosante de salud y felicidad, fumándose un buen puro. 

Del susto pasó al enfado y le reprochó: 

“-Pero, ¿no estabas muy enfermo? ¿No decías que estabas gravísimo?” 

Su esposo le contestó: “Y es cierto, gravísimo. Estaba empezando a enamorarme”.

Un acto de valentía tuvo el músico, al reconocer que de seguir separado de su esposa, terminaría siendo infiel. Siendo el amor tan valioso, pensemos si sabemos cuidarlo.

3) Para vivir

El sexto mandamiento invita a cuidar un amor puro. Pero hay el peligro, dice el Papa Francisco, de llamar “amor” a relaciones desordenadas o inmaduras que, en el mejor de los casos, es solo un reflejo del verdadero amor.

Por ello importa tanto cuidar el noviazgo, con una preparación seria, para que el amor vaya madurando y creciendo, sin estropearlo con relaciones sexuales que sólo son propias de la vida conyugal. 

Y una vez madurado el amor, prometerse fidelidad para siempre sobre el terreno sólido del amor fiel de Dios. 

El matrimonio protege el amor durante toda la vida, pues como señala el Papa, con el amor no se bromea.

Para llegar a una vida hermosa, de fidelidad y lealtad, nuestra naturaleza humana no es suficiente, es necesario que la fidelidad de Dios entre en nuestra existencia, que nos contagie.

Esta Sexta Palabra nos llama a dirigir nuestra mirada a Cristo, quien con su fidelidad puede quitarnos un corazón adúltero y darnos un corazón fiel. En él, y solo en él, hay amor sin reservas ni replanteamientos, una entrega completa sin paréntesis, la aceptación hasta el final, y así poder decir: "Con la gracia de Cristo, prometo serte fiel siempre".

MIGUEL DELIBES: SONATA SOBRE EL AMOR Y LA FIDELIDAD CONYUGAL

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

Pocos escritores recientes muestran una relevante talla humana e intelectual como el autor español, Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010).


Por una parte, aborda la dignidad y la libertad humanas como el eje rector de su obra literaria. Además, hace un análisis crítico de la sociedad consumista, como un nuevo modo de alienación, y denuncia el permanente peligro de que las autoridades gubernamentales no apoyen el desarrollo y fortalecimiento del campo agrícola, como medio de sustento económico de una porción importante de la población.

¿Qué ocurre entonces? -se pregunta Delibes. Nos enfrentamos -como sucede en México y otros países de América Latina- al drama cotidiano del desarraigo de la tierra y que miles y miles de personas del campo emigren a las grandes urbes, habitualmente con un crecimiento monstruoso, anárquico, desordenado. Donde impera el anonimato y esos ciudadanos pierden su calidad de “personas” y se convierten en “un número más en la estadística”. Suelen vivir en “gigantescas torres-colmenas” con una existencia indigna de la condición humana, en medio del tráfago citadino, con tal de tener una modesta fuente de ingresos.

Su apasionada sinceridad, su anhelo de justicia social, su compromiso ético con los valores humanos, le valieron numerosas censuras de parte del régimen franquista, como en sus obras: Aún es de Día, El Camino, Las Ratas, El Disputado Voto del Señor Cayo, La Hoja Roja, Las Guerras de Nuestros Antepasados…y, también, como director del periódico “El Norte de Castilla”.

Con la publicación de su obra La Sombra del Ciprés Alargada recibió el Premio Nadal en 1947. Cinco Horas con Mario (1966) es considerada como su obra maestra, novela en la que una mujer vela a su difunto esposo y, a lo largo de la noche, como en un juego de espejos, ella va recordando numerosos episodios biográficos que pasó junto a su marido.

Miguel Delibes fue Miembro de la Real Academia Española. Recibió, entre otros muchos reconocimientos, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1982), Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras (Francia, 1985), Premio Miguel de Cervantes (1993) y varios Doctorados Honoris Causa por destacadas universidades...

Pero, de intento, me quiero detener en su magistral obra Señora de Rojo sobre Fondo Gris (1991). En la historia personal de este autor, contrajo matrimonio con Ángeles de Castro (1946) y formaron una familia. Ella se convirtió en fuente de sus mayores inspiraciones literarias, pero falleció en 1974, después de una larga, penosa y dolorosa enfermedad a los 50 años. Este hecho marcó profundamente al escritor por el resto de sus días, quien vivió hasta casi los 90 años.

A lo largo de esta novela, en forma de monólogo, un narrrador va relatando a su hija –en el contexto de una pausada y afectuosa remembranza- la notable belleza y las gratas virtudes de su fallecida madre, de nombre Ana, hasta en sus más pequeños gestos, gustos y detalles, que enseguida se intuye que el escritor está describiendo a su propia esposa.

La manera en que está escrito este libro, da la impresión de ser como una bella sonata de amor de un consorte enamorado que ha permanecido delicadamente fiel a su cónyuge y, con el tiempo, su afecto se ha templado ante las adversidades.

Sin duda, se trata de una obra con una profunda lección de humanismo, madurez y plenitud artística que sólo Miguel Delibes podía brindarnos.

viernes, 26 de octubre de 2018

DÍA DE MUERTOS: ALGO MÁS QUE SINCRETISMO

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon   lfvaldes@gmail.com

La celebración popular del Día de difuntos hoy día se parece a una mezcla de elementos prehispánicos (flores de muertos), cristianos (visitas al cementerios) o neopagano (Halloween).

Ante este aparente sincretismo, ¿qué significado le da el cristianismo a la muerte? 


1. La muerte cristiana. El cristianismo ha buscado que las grandes verdades de fe se conviertan en cultura popular. En el tema de los difuntos, la muerte y la resurrección de Cristo son el punto de referencia para reelaborar las tradiciones sobre el recuerdo y las oraciones por los difuntos.

Jesucristo, Dios hecho hombre, asumió la muerte y volvió a la vida, de manera que para el cristianismo la muerte ya no es un hecho definitivo, pues todos resucitaremos al final de la historia.

La muerte ya no es permanente, y esto permite darle un particular carácter festivo a la celebración del Día de muertos, como sucede en México, donde se decoran las escuelas y universidades con flores de cempasúchil, altares de muerto, y se componen rimas jocosas llamadas “calaveritas”.

2. La muerte neopagana. El “neopaganismo” es un fenómeno que ocurre en los países de tradición cristiana y que consiste en la pretensión de negar las aportaciones culturales de esta religión con el objeto de retornar a la visión autóctona de la vida, previa a la Evangelización.

Esto ha generado un problema: que las personas no saben cuáles elementos de la celebración de este día corresponden al cristianismo y cuáles al culto pagano ancestral. En consecuencia, algunos piensan que son cristianas algunas prácticas paganas, como las siguientes: la devoción a la “Santa Muerte”, la invocación de los muertos para prácticas adivinatorias; la atribución de un significado real a la situación de evocar en el sueño a una persona difunta; pensar que hay un mundo paralelo de difuntos.

Además, las empresas de entretenimiento han creado todo un género llamado “sobrenatural”, en el que hay fantasmas, demonios y videntes de muertos; y a esto habría que añadir el tema de los muertos vivientes o zombis. Nada de esto tiene que ver con la visión cristiana de la muerte.

3. Ocultar la muerte y sus signos. Más allá de la celebración del Día de los fieles difuntos, el problema más serio no es el folklore de las celebraciones, sino que hoy se pretende ocultar la realidad de la muerte, en vez de afrontarla como parte de la existencia humana y darle un significado trascendente.

Por ejemplo, no es infrecuente que familiares, médicos y enfermeros le oculten al un enfermo grave la inminencia de la muerte, y de esta forma le quitan la oportunidad de prepararse: despedirse de los suyos, pedir perdón y, en su caso, abrirse a la fe, para afrontar el deceso con paz y esperanza.

Además, ya no hay lugares para despedirse de los difuntos. Podrá decirse que “en las grandes ciudades de los vivos no hay sitio para los muertos”, pues en las casas no hay espacio suficiente para velar a los difuntos, el tráfico vehícular no permite hacer cortejos fúnebres y los cementerios quedan cada vez más lejos de la ciudad (Directorio Piedad Popular, n. 258).

Epílogo. La muerte –que siempre trae momentos de tristeza y de dolor– forma parte de la existencia humana y de nuestra vida cotidiana. Durante milenios, las religiones han buscado darle un sentido y encontrarle una esperanza, pero nuestra época, al emanciparse de ellas, nos ha privado de una fuente de esperanza y, a cambio, nos ha traído un gran miedo a hablar de la muerte. 

Por eso, hoy el mensaje cristiano sobre la muerte y la resurrección se alza como una potente alternativa para no ocultar la muerte y tener una esperanza con fundamento.

¿UN DEMONIO SÚPER-LIGHT?

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

El demonio, como personificación del mal, es un personaje que siempre se hace presente, aún tras bambalinas, en la cultura. Cada época histórica ha tenido una experiencia más o menos intensa su presencia, una conciencia más o menos aguda de su actuación en el
mundo. 



En la actualidad adquiere, sin embargo, unas notas en apariencia contradictorias, pero sólo superficialmente, pues en el fondo ofrecen la macabra evidencia de su actuación.

Por un lado están los “devotos oficiales del demonio.” Recientemente han cobrado fama los seguidores del “Templo Satánico”, que en Estados Unidos llevan por todas partes su estatua de “baphomet”, un demonio rodeado de dos tiernos niños. 

La misma secta ha promovido la celebración de “misas negras”, para escándalo de creyentes cristianos. Ha sido una hábil forma de generar polémica y atraer las cámaras hacia un grupo realmente minoritario. 

Lo curioso es que, entrevistados los líderes del movimiento, afirman no creer en el demonio, y únicamente servirse de él como de herramienta para implantar el laicismo y burlarse de lo ridículo de las creencias y los miedos humanos.
 Su afirmación del diablo en realidad encierra la afirmación del hombre, la cual requiere librarlo de los tabúes y atavismos propios del pensamiento primitivo promovido por la religión. 

Es una religión de la “sin-religión”, es servirse del demonio para afirmar al hombre.

Otro curioso grupo está formado por personalidades religiosas que no creen en el demonio. Digamos que su aproximación a esta realidad peca de “cultural”, es decir, meramente horizontal: antropológica, sociológica, psicológica. 

Curiosamente nunca desde una perspectiva de fe, o que se tome en serio la revelación, la Biblia, las palabras de Jesús o el Catecismo de la Iglesia. Es decir, es totalmente ajena a cualquier dimensión sobrenatural.

Tiene en común, con el Templo Satánico, no creer en el demonio; lo considera un símbolo, en este caso, del mal. El mal no es una entidad espiritual, sino que se personaliza la maldad presente en el mundo. 

Quizá el representante más conspicuo de tal corriente es el actual Superior General de los Jesuitas, P. Arturo Sosa S. J., que desconcertantemente negó la existencia del demonio como tal, tan sólo existiría como símbolo, y casi al mismo tiempo hizo profesión de falta de fe en las Escrituras, al decir que en aquella época no había grabadoras para recoger las palabras exactas de Cristo. 

Lógicamente, si no le merece mucho crédito la Biblia, no aceptará lo que ahí se afirma sobre el demonio. Lo interesante, repito, es que, al igual que los seguidores del Templo Satánico, no acepta la existencia real del diablo.

Y el tercer grupo, más generalizado, es el que se acerca con una cierta simpatía al diablo. En el fondo se lo toma a la ligera, a broma. Intenta mostrarlo cercano y atractivo. Un antecedente de este grupo lo encontramos en el furor que causó el descubrimiento y difusión, por parte de National Geographic, del “Evangelio de Judas.” Tal texto apócrifo tardío releía revolucionariamente los Evangelios, cambiando el punto de equilibrio de la historia y la cultura occidentales. 

Así, Judas, lejos de ser el execrable traidor por excelencia, sería prototipo de la fidelidad radical a Jesucristo; el que sacrifica todo, hasta su fama, por servir al plan de Dios. La entrega de Jesús sería una parodia, un engaño en el que hemos caído todos, hasta que National Geographic nos quitó la venda de los ojos, enseñándonos la verdadera historia, donde Jesús sería un hábil engañabobos (y los bobos seríamos nosotros). Judas sería atractivo, Jesús y su simulación, odiosos.

En esa línea interpretativa se mueve, por ejemplo, la reciente serie, de FOX, Netflix, “Lucifer”, que va ya en su cuarta exitosa temporada. Nos encontramos ahí con un Lucifer sexy, atractivo, interesante, y que hace el bien y la justicia a su manera. No es bondadoso, no es la encarnación boba e ingenua de la bondad, sino que tiene una maldad divertida, al tiempo que hace el bien (ayuda a esclarecer crímenes, se preocupa de que los verdaderos culpables paguen sus fechorías). 

Digamos que es un malo atractivo que tiene un agudo rencor hacia Dios. En un proverbial diálogo con su psiquiatra, a la que además seduce, aparece como alguien con un resentimiento incontenible hacia Dios, y Dios, obviamente, como injusto castigador, caprichoso y arbitrario. 

El espectador tiende a identificarse con Lucifer, a quien comprende y compadece, distanciándose del rígido Dios. Esta versión se caracteriza por presentar un demonio más humano, cercano y atractivo, comprensivo con las flaquezas del hombre. Dios sería distante y rígido.

¿Qué tienen en común las tres versiones? La afirmación del hombre que exige la negación de Dios, o su presentación odiosa. El demonio, o es una creación humana, o un baluarte que permite afirmar lo humano frente a la prepotencia divina que limita al hombre, por lo menos poniéndole barreras a su diversión. 

La afirmación del hombre exigiría el eclipse de Dios, mientras el demonio aparece como atractivo baluarte de lo humano; Dios, en cambio, como celoso y fastidioso enemigo de la felicidad humana. Es decir, el mismo engaño usado por la serpiente con Eva, relatado en el Génesis; o, dicho de otra forma, el diablo hace como las telenovelas: cuentan siempre la misma historia con personajes diferentes.

"ABORTAR ES EQUIVALENTE A CONTRATAR A UN SICARIO"

Luis-Fernando Valdés
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

La Orden de Médicos de Francia se manifestó consternada por los “términos violentos” de Francisco, porque el Pontífice comparó el aborto con la contratación de un sicario. ¿Qué hay detrás de este conflicto de palabras?


1. El contexto. El pasado 10 de octubre, en la tradicional Audiencia general de los miércoles, el Papa dio una catequesis sobre el Quinto Mandamiento, “No matarás”, al que describió como una “muralla” erigida como “defensa del valor fundamental en las relaciones humanas: el valor de la vida”.

En su discurso, Francisco hizo un nuevo llamamiento a la defensa de la vida humana, en el que advirtió que el aborto no puede ser una solución “para resolver un problema”. 

El Obispo de Roma cuestionó: “¿Cómo puede ser terapéutico, civilizado, o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su florecimiento? Yo les pregunto: ¿Es justo ‘quitar de en medio’ una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema?

Y el Papa mismo respondió: “No se puede, no es justo ‘quitar de en medio’ a un ser humano, aunque sea pequeño, para resolver un problema. Es como contratar a un sicario para resolver un problema”.

2. Una reacción desde Francia. Al día siguiente, 11 de octubre, el presidente del Consejo Nacional de la Orden de Médicos de Francia, el Dr. Patrick Bouet, dirigió una carta al Nuncio Apostólico en ese país, Mons. Luigi Ventura (La Croix, 17 oct. 2018).

El colegiado escribió que el Papa “ha pronunciado unas palabras muy duras sobre el aborto, que han consternado a la comunidad médica francesa a la que tengo el honor y la responsabilidad de representar”.

Con admirable respeto, el Dr. Bouet continuó: “Si bien entiendo que su Santidad, en nombre de su fe, desea defender los principios importantes para la Iglesia que dirige”, la Orden de Médicos, “no puede aceptar que se arroje así un anatema al conjunto del cuerpo médico, que termina siendo estigmatizado”.

3. Una protesta basada en un sofisma. El citado texto de Bouet basa su protesta en que los médicos “tienen una vocación de escucha, ayuda y apoyo” para acompañar pacientes en los “momentos difíciles de la vida” y para “asegurarles un acceso a la interrupción voluntaria del embarazo en las mejores condiciones posibles”.

El Dr. Bouet hizo un sutil cambio de tema: dejó de lado el “matar a un inocente” del que habló el Papa y lo reemplazó por la “comprensión de los médicos” que ofrecen un aborto “en las mejores condiciones posibles”.

En otras palabras, para la Orden de Médicos quien facilita un aborto no es un sicario (un asesino) que elimina la vida de un humano por nacer, sino una persona amable porque ayuda a que una mujer pueda interrumpir su embarazo en las mejores condiciones clínicas. 

¿Y dónde quedó para el Dr Bouet el bebé que resulta muerto?

Epílogo. Este episodio es un paradigma de la discusión actual sobre el aborto. Es el encuentro de dos posturas: por una parte, la de quien defiende la vida del nascituro es un “dato objetivo”, y, por otra, la de quien apela a los “datos subjetivos” (el sufrimiento de la mujer, la comprensión de su situación, etc.) para sostener que una mujer tiene derecho a abortar.

Hoy necesitamos más que nunca la fuerza moral que nos da ese “no matarás” para defender a los dos, la madre y su hijo: para respetar a la vida del inocente por nacer, y para dar otras opciones a la mujer y al hombre que sienten confusión ante la llegada de un nuevo ser para el que no están preparados.

¿POR QUÉ ES PEOR LA CRUELDAD DE LA INDIFERENCIA?

Pbro. José Martínez Colín,

1) Para saber

Después de su viaje a los países bálticos y del inicio del Sínodo sobre los jóvenes, el Papa Francisco quiso continuar su catequesis sobre los mandamientos, correspondiendo ahora al quinto: “No matarás”.


Este mandamiento, como todos, defiende algo muy valioso, en este caso, quiere proteger toda vida humana. Revela que a los ojos de Dios la vida humana es preciosa, sagrada e inviolable. Por ello nadie puede despreciar la vida de los demás o la suya propia.

El Papa recuerda que hay también otras formas de matar como puede ser el odio, el insulto o el desprecio. Desgraciadamente nos podemos acostumbrar a insultar o a despreciar a los demás, pero no hay que olvidar que son formas de matar la dignidad de una persona.

2) Para pensar

Juan Pablo I contaba una anécdota que le sucedió siendo obispo de Venecia. Ahí tenía la costumbre de visitar los asilos. 

En una ocasión encontró a una anciana enferma y se puso a platicar con ella. La mujer se veía muy triste por lo que el obispo le preguntó si la trataban mal. “No, me tratan muy bien”, respondió.

Entonces preguntó sobre la comida. “Es muy buena”, dijo la anciana. “Y ¿cómo está la calefacción? ¿Padece frío?” preguntó el obispo. “Está muy bien el clima, es agradable”, respondió. 

“Pero entonces ¿por qué está triste? ¿Qué le pasa?” volvió a preguntar. Entonces la mujer casi llorando le responde: “Es la indiferencia de mi hijo y mi nuera lo que me duele, nunca me visitan, y me gustaría ver a mis nietecitos”.

El Papa Francisco señala que todos tenemos una vida noble, digna, muy sensible, y poseemos algo más que nuestro ser físico. De hecho, para ofender la inocencia de un niño es suficiente una frase inoportuna. 

Para herir a una mujer basta un gesto de frialdad. Para romper el corazón de un joven es suficiente negarle la confianza. Para aniquilar a un hombre, basta ignorarlo. La indiferencia mata. Es como decir a la otra persona: “Tú, para mí, estás muerto”, porque lo he matado en mi corazón.

Cuando el Señor le pregunta a Caín sobre su hermano, respondió: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?” El Papa Francisco nos invita a responder: “¡Sí! ¡Somos custodios el uno del otro!” Y este es el camino de la vida, es el camino del no asesinato. Pensemos en la gravedad del insulto, del desprecio, del odio, de la indiferencia: Jesús los coloca en la línea del asesinato.

3) Para vivir

Así, el “No matarás” es una llamada al amor y a la misericordia, es una llamada a vivir de acuerdo con el Señor Jesús, que dio su vida por nosotros. Habría que fomentar una actitud de reconciliación con las personas con las que hemos tenido problemas. También si hemos pensado mal de ellos o si les hemos insultado.

El Papa expresó su deseo y lo hermoso que sería si esta enseñanza de Jesús entrase en la mente y en el corazón, y que cada uno de nosotros dijese: “Nunca insultaré a nadie”. Sería un buen propósito porque Jesús dice: “Mira, si desprecias, si insultas, si odias, eso es homicidio”.

Al final, el Papa recordó una frase de un santo para vivirla: “Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien”.

¿QUÉ DECIRLES A LOS "MILLENNIALS"?

Padre Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía,
pmarioa@gmail.com

El domingo 28 de octubre concluye el Sínodo de Obispos dedicado a reflexionar sobre la vocación de los jóvenes. 


Esta actividad eclesial se ha desenvuelto jalonada por esperanzas y
polémicas a un tiempo. Esperanzas porque existe una crisis real -los números no mienten- de vocaciones dentro de la Iglesia. 

La tendencia a la baja en la vocaciones religiosas y sacerdotales es un hecho, paralelo al crecimiento del número de fieles, lo cual torna más aguda la crisis.

Polémicas porque, frente a dicha situación compleja, no existe una receta mágica y, lógicamente, cada quien propone la suya propia, no siendo sencillo conseguir un consenso sobre qué está pasando y, más importante aún, cómo debemos afrontar esta situación.

Sin embargo, en medio de esta realidad, que entre polémicas y esperanzas a marcado a un Sínodo que por primera vez se dirige a los jóvenes, existen muchas iniciativas paralelas y concomitantes con sus trabajos. 

Felizmente la Iglesia no funciona solo, ni principalmente, de arriba hacia abajo, sino que el Espíritu suscita a su vez iniciativas de abajo hacia arriba, concretas, locales, eficaces y fecundas. 

En este sentido, el trabajo de los padres sinodales ha sido importante, también toda la oración de la Iglesia, particularmente la dirigida a Dios a través de la intercesión de la Virgen con el rezo del rosario y la invocación a san Miguel Arcángel, como ha pedido el Papa. 

Gracias a la oración todos hemos estado en primera fila en los trabajos sinodales: somos protagonistas. Pero “sínodo” significa también “camino”, y el Espíritu suscita y abre multitud de caminos, muchas veces insospechados, a lo largo de la historia y el tiempo, con lo cual siempre tenemos motivos para mantener la esperanza y
confiar.

Una de esas iniciativas, sencilla, concreta, local, ha sido "La Teología para Millennials": Ha nacido de los jóvenes, no de la jerarquía, de los fieles laicos, no de los consagrados, ha surgido espontáneamente, no ha sido algo planeado. 

Como manantial, simplemente brotó, y poco a poco ha recorrido su camino, empapando a su paso los senderos que suelen ser pisados por la juventud. 

Así, discreta, pero constantemente, se ha abierto paso en las redes sociales:

Facebook, Instagram, ágoras contemporáneas donde se encuentran los jóvenes. 

A través de imágenes, sencillos videos, textos cortos, memes y anécdotas, va despertando el lado espiritual de muchos de ellos, sirviéndose de su lap o Smartphone.

La idea fue de una chica, estudiante de derecho, que llevó tres cursos de Teología en su universidad y, para mi sorpresa –era su profesor- ¡quería más! No es frecuente que los alumnos quieran más clases de un curso una vez que lo han concluido, menos aun cuando no es de su carrera y más si te habla de Dios. Pero así era.

Y era una chica “normal”, quiero decir, no el estereotipo que alguno pudiera suponer: era inteligente, buen estudiante, guapa, muy social, que tiene ya un empleo y está en la universidad.

Sencillamente planteó sus dudas, hizo el esfuerzo para que tomaran forma como preguntas, me tocó a mí el trabajo de responder y a ella determinar si la respuesta era comprensible para un público joven.

De ahí nació un blog, una página de Facebook, una cuenta de Instagram, una serie de reuniones semanales (dos veces por semana), varias clases con lluvia de preguntas y, el resultado: lo de siempre. 

Somos muy diferentes y al mismo tiempo parecidos. Somos generaciones distintas, el mundo y la historia corren cada vez más rápido, pero el fondo permanece intacto, idéntico: 

Hay un anhelo de verdad, una búsqueda de sentido, un hambre de dejar huella y, más o menos conscientemente, la idea difusa o contundente, de que necesitamos ser salvados, un deseo de salvación, personal y colectiva, que apunta, sepámoslo o no, a Jesús.

Así, partiendo de mundo en que viven los jóvenes, de las dudas e inquietudes que anidan en su corazón, podemos ir recorriendo paciente, pero decididamente, el camino que lleva a Jesús. 

Sólo hay que despertar sus deseos de verdad, de cosas grandes, alimentar su inconformismo, su sentido crítico, para que no se dejen manipular dócilmente por medios de información sometidos a capitales económicos, dispuestos a manipular. 

Ser joven y ser cristiano tienen en común el ser rebeldes, ir contracorriente. En Teología para Millennials sabemos eso y lo queremos explotar. 

La seducción de la rebelión, pero con fundamento y causa. “Las aventuras pueden ser locas, pero los aventureros deben ser cuerdos.” 

Esperemos que el final del Sínodo fomente una floración de locuras como “Teología para Millennials”, mejor aún, que se hagan “virales”, para alcanzar nuevamente, uno a uno, el corazón de los
jóvenes con el mensaje de Jesucristo.

jueves, 25 de octubre de 2018

EL ABORTO TAMBIÉN CONSTITUYE UN ACTO DE CORRUPCIÓN

Dr. Jorge Adame Goddard,
adame@unam.mx

Un grupo de legisladores mexicanos de la nueva mayoría afirma que va a proponer una reforma constitucional para legalizar el aborto en todo México. Los legisladores se sienten muy orgullosos de esta iniciativa. Dicen que será un gran progreso. 


Están ciegos. El aborto es corrupción. Matar a un ser humano inocente e indefenso es corrupción del respeto que todos nos merecemos. 

Es afirmar que algunos son indignos de vivir, que no tienen dignidad por sí mismos. 

El aborto es provocar voluntaria y libremente la muerte de un ser humano. inocente e indefenso.

Esa tremenda realidad la esconden con palabras. Dicen que no es matar, que es "interrumpir el embarazo". Pero al interrumpirlo, le interrumpen el alimento, la sangre y la respiración. Lo matan, no hay duda. 

Y eso es lo que quieren los que abortan, que no nazca el hijo que juzgan indigno de vivir.

Los padres que abortan, en vez de recibir al hijo con gozo, cuidarlo y defenderlo.

Libremente deciden eliminarlo, aniquilarlo, porque estorba su proyecto de vida.

Corrompen el amor paterno, lo convierten en egoísmo. El hijo es solo algo que les sirve o no les sirve, y no alguien a quien ellos se comprometan a servir por toda su vida.

Los médicos y enfermeros que abortan corrompen su profesión. En lugar de cuidar y sanar, disponen del paciente, el hijo concebido, como si fuera un animal, un parásito, y lo matan.

Los comunicadores que favorecen o promueven el aborto corrompen las inteligencias de su audiencia, mediante la repetición insistente de que el aborto es algo lícito, algo bueno, un derecho o un servicio de salud. 

En lugar de informar, desorientan. Y se sienten tan seguros por tener a los poderosos de su lado.

Los gobernantes, los legisladores y los jueces que ordenan, aprueban y permiten el aborto corrompen su función pública. 

No protegen a los inocentes e indefensos; tampoco los matan directamente, pero permiten y favorecen, e incluso ordenan que otros los maten impunemente; algunos de ellos, hipócritas, dicen que ellos no abortarían, pero ejercen el poder público para decir imperativamente que el aborto es justo y dan dinero público para financiar a los que matan.

La industria que vende aparatos quirúrgicos para el aborto, las clínicas que cobran por practicar abortos corrompen la empresa, pues no son una comunidad laboral que obtiene un lucro legítimo por la prestación de un servicio social, sino organizaciones criminales que trafican con la muerte de seres humanos inocentes e indefensos.

Esos legisladores que quieren que el aborto se practique en toda la república mexicana, como si fuera algo lícito o justo, promueven la corrupción. ¿O acaso la corrupción consiste únicamente en robar, pero no en matar?

miércoles, 24 de octubre de 2018

¿CÓMO DERROTAR A UN GRAN CAMPEÓN DE BOX DE ESTADOS UNIDOS?

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

A menudo la virtud de la fortaleza se relaciona con la fuerza, el vigor, la robustez. Pero no todo es “fuerza bruta” o simplemente un “impulso vehemente”.


Tal es el caso del boxeador alemán, Max Schmeling (1905-2005), quien fue campeón del mundo de los pesos pesados. A lo largo de su brillante carrera venció a sus contendientes en 56 combates, de los cuales 40 fueron por nocauts.

Todo iba muy bien en sus encuentros realizados en los diversos países de Europa para el talentoso deportista, hasta que en 1935 le propusieron la oferta de boxear contra Joe Louis (1914-1981), apodado el “Bombardero de Detroit”. 

En la impresionante y espectacular carrera de este boxeador norteamericano, de 15 peleas que había tenido hasta ese entonces, consiguió 15 victorias y nada menos que ¡12 por nocauts! Derrotó a destacadas figuras de la talla de Primo Carnera, King Levinsky, Gus Dorazzio, Max Baer…

De inmediato, Max Schmeling se percató que se enfrentaría a un contendiente de mucho cuidado. Es más, sabía que Joe Louis era superior a él, en fuerza, técnica y juventud, y que probablemente lo derrotaría, como ocurrió años después, en 1938. 

Y, por lo tanto, además de entrenarse con asiduidad y constancia para su importante combate, quiso estudiar detenidamente todas las peleas de Joe Louis en películas, auxiliado de la asesoría de su entrenador.

Al concluir su detenido estudio, llegaron a un descubrimiento importante: Joe Louis tenía un pequeño pero importante defecto al combatir: al tirar su golpe derecho, bajaba completamente el brazo, y solía descuidar su guardia de defensa, quedando a merced del contragolpe del contrincante.

Así que aquel histórico 19 de junio de 1936, en el Yankee Stadium de Nueva York, Max Schmeling empleó con inteligencia su disparo a esa zona que Joe Louis dejaba sin protección. 

El resultado fue que, pese a todos los pronósticos de los comentaristas y las apuestas, el pugilista alemán derrotó a Louis en 12 asaltos.

Sin duda, es un admirable ejemplo de cómo la virtud de la fortaleza puede ir unida al estudio juicioso, a la adecuada estrategia, a pedir la opinión de los demás, a la capacidad de observación e inteligencia y a la sagacidad para derrotar a un adversario notablemente superior.

Después, Adolfo Hitler quiso manipular a Max Schmeling para que se uniera a la causa del nacionalsocialismo, pero este atleta al darse cuenta de la cantidad de injusticias y atropellos que cometían los nazis, prefirió mantenerse completamente al margen, dejando una huella de hombre íntegro y honrado.

martes, 16 de octubre de 2018

EL SUFRIMIENTO, ¿TIENE ALGÚN SENTIDO?

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Este domingo 14 de octubre es la canonización de 7 beatos, entre ellos al Papa Pablo VI, a Mons. Oscar Arnulfo Romero y a Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, que se convertirá en la primera santa de Bolivia y el joven laico Nunzio.



Inicialmente estaban programadas seis canonizaciones para este día, sin embargo, en el marco del Sínodo de los Jóvenes, el Papa Francisco decidió canonizar también a Nunzio Sulprizio, fallecido a los 19 años de edad. 

Quiso presentar un modelo de santidad para los millennials, como se denomina a los miembros de la generación actual.

Nunzio es considerado como el patrono de los niños explotados y los trabajadores, pues se distinguió por su alma fuerte y audaz, capaz de resistir muchos sufrimientos. 

Pero, ¿quién es Nunzio? Veamos a algo sobre su vida.

2) Para pensar

Nunzio Sulprizio nació en Pescosansonesco, Italia, el 13 de abril de 1817. Durante su infancia padeció las consecuencias de la pobreza, la enfermedad y el maltrato; especialmente de su tío.

Quedó huérfano a los seis años de edad. Desde entonces, su tío lo obligó a trabajar como herrero en condiciones inhumanas, lo golpeaba sin razón, lo dejaba sin comer y lo enviaba a hacer recados peligrosos en medio del frío y el hielo. Ello provocaría un tumor óseo que lo llevó a la muerte. Lejos de lamentarse, el pequeño Nunzio vio en sus sufrimientos el modo de santificarse.

Cumplió sin protestar las duras tareas que le obligaba a realizar su tío, que, además, le prohibió acudir a la escuela. Sin importar que estuviera enfermo y con una pierna gangrenada, Nunzio tenía que trabajar. 

Cuando podía, el joven se refugiaba en una iglesia para buscar consuelo en Jesús Eucaristía, a quien consideraba su gran amigo, y asistir a la Misa dominical era para él un gran alivio.

La infección de la pierna aumentó y como ya no podía trabajar, su tío lo expulsó de casa dejándolo en una pobreza extrema. A pesar de ello, el pequeño nunca alimentó un rencor hacia su tío. Acudía a Misa siempre que podía y procuraba rezar el rosario a diario.

Cuando ingresó en el Hospital de Incurables preparaba a los pequeños para la confesión y la primera comunión y desarrolló una profunda vida interior en la que la santificación del dolor era la base de su espiritualidad. Tras meses de grandes dolores y fiebre alta, Nunzio Sulprizio falleció el 5 de mayo de 1836 en Nápoles contando con solo 19 años.

3) Para vivir

La curación milagrosa de un joven en estado vegetativo por un accidente de moto es el milagro por el que el Beato Nunzio Sulprizio será canonizado.

Nunzio fue proclamado beato por Pablo VI en el año 1963 y lo puso de ejemplo de santificación de la enfermedad y del trabajo.

Durante la ceremonia, el Papa indicó que “el periodo de la juventud no debe considerarse como la edad del libertinaje, de las caídas inevitables, de crisis invencibles, de pesimismos desalentadores y de egoísmos exacerbados… Él os dirá que ser joven es una gracia”, afirmó.

La santidad de Nunzio muestra que la juventud, con su vida santa, es capaz de regenerar la sociedad en donde viven, una sociedad que está necesitada de espíritus fuertes y decididos, afirmó el Santo Padre.

LA MARIHUANA, ¿UNA DROGA INOFENSIVA?

Raúl Espinoza Aguilera,
Eiar51

Ha vuelto a colocarse “bajo los reflectores” la opinión de que consumir marihuana es una droga inocua, que produce placer, bienestar y poco más, y que puede ser compatible con los estudios, el trabajo o cualquier otra actividad. Y esto lo sostienen algunos políticos, intelectuales, personas de relieve social.


El “Instituto Nacional de Abusos de las Drogas” señala que algunos de los efectos poco conocidos de esta droga son: ansiedad, miedo, desconfianza, pánico, alucinaciones, espejismos, psicosis aguda y una pérdida de sentido de la pertenencia de identidad. 

Otro aspecto es que, a menudo, de ese tipo de las llamadas “drogas suaves” se tiende a buscar a las drogas fuertes (cocaína, heroína, opio, las que tienen efectos alucinógenos, etc. para tener, según dicen, “nuevas sensaciones”.

De la experiencia con los individuos que tratamos, nos percatamos que las personas que por una largo tiempo han consumido esta droga: 

1) Se expresan verbalmente con dificultad y lentamente; 

2) A menudo pierden las coordinadas de espacio y tiempo (no saben qué dijeron, en qué lugar en concreto, o si lo soñaron); 

3) Suelen ser repetitivas; 

4) Tienen poca capacidad de introspección o reflexión; 

5) Si son estudiantes, su promedio académico tiende a bajar drásticamente; 

6) No pueden rendir en su trabajo de la misma manera que el resto de sus compañeros;

7) No se acaban de hacer cargo de su propia realidad y menos de sus responsabilidades; 

8) Suelen tener conflictos en su hogar o en el medio donde laboran porque se les dificulta la convivencia y tienden al egocentrismo; 

9) No le conceden importancia alguna a las normas de urbanidad, cortesía y de higiene personal; 

10) Al necesitar de nuevo consumirla, se tornan agresivos, inquietos y nerviosos hasta que no consiguen su porción que los mantenga otra vez relajados, con placer. 

Luego entonces, un adicto a ésta o a cualquier droga, se convierte en una persona conflictiva y difícil de socializar.

He conocido, por diversas circunstancias, a personas a adictas a esta droga “inocua” y me he percatado que tienen ya más de 60 años y vienen arrastrando complejos de la adolescencia, por ejemplo, hay quienes dicen: “Les voy a demostrar a todos que soy mucho mejor que Maradona” y salen, en su traje de futbol, trotando hacia una minúscula multicancha deportiva, imaginando no sé cuántas proezas magistrales y goles fantásticos…No distinguen la ensoñación o fantasía de la sobria realidad que se les presenta.

Por otra parte, en su exposición, no mantienen una hilación coherente, lógica, bien razonada, ni siquiera apuntan hacia unas elementales conclusiones. Más bien, van yendo de un tema a otro, de lo más disparatados, y al darse cuenta que se extraviaron mucho del hilo conductor, o preguntan de qué hablaban o terminan con una sonora y absurda carcajada.

Por otra parte, tenemos experimentado que donde hay un nido de marihuanos es un foco de problemas, de violencia, de robos, y con frecuencia, se comenten graves actos delictivos, entre ellos muertes y suicidios.

Es interesante el caso de Holanda en que, desde la década de los años setenta, se legalizaron las “drogas suaves” y, en sentido opuesto de lo esperado, se disparó su consumo en los parques, cines, teatros, cafeterías, vías públicas y, como consecuencia, en materia de seguridad esta sociedad se volvió inestable y proliferaron los robos, secuestros, homicidios… 

¿Qué determinó el gobierno holandés? Restringir las áreas de consumo a unos cuantos sitios muy focalizados y en los que la policía pudiera tener mayor control.

Y en México, ¿no vamos a tomar experiencia “en cabeza ajena”? O bien, ¿vamos a empezar un largo itinerario de más de 40 años para llegar a las mismas conclusiones? ¿No es verdad que los más perjudicados serán nuestros jóvenes y niños?

miércoles, 10 de octubre de 2018

¿UNA IGLESIA SIN JÓVENES?

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon    lfvaldes@gmail.com

Inicia el sínodo de los obispos para hablar de la vinculación de los jóvenes con la Iglesia, en un momento en que los escándalos están ahuyentando de la fe a las nuevas generaciones. ¿Cómo podrá el Papa volver a acercar a los jóvenes a la Iglesia?


1. Un contexto complejo. En medio de una crisis mundial por las denuncias de abuso sexual, inicia el Sínodo de Obispos de la Iglesia católica cuyos temas centrales son los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

Durante la reciente visita apostólica a Estonia, Francisco reconoció que la “Iglesia debe renovar su vínculo con los jóvenes y escuchar mejor”. El Pontífice lamentaba que los recientes escándalos de abusos por parte del clero hayan alejado de la fe a los llamados “millennials”.

El cardenal brasileño Sergio Da Rocha, relator de este evento, afirmó durante la presentación del Sínodo que “se escuchan voces que culpan a los jóvenes de haberse alejado de la Iglesia, pero muchos han vivido situaciones que les han llevado a afirmar que es la Iglesia la que se aleja de ellos”.

2. Un sínodo dirigido a los jóvenes. Estas circunstancias hacen más compleja la reunión de obispos cuya temática sobre los jóvenes ya estaba programada desde el año pasado. 

En este sínodo, están presentes 266 obispos de todo el mundo, junto con 23 expertos y 36 jóvenes.

Se debatirán los temas que preocupan a las nuevas generaciones. El documento preparatorio (Instrumentum laboris), acepta que “muchos jóvenes católicos no siguen las indicaciones de la moral sexual de la Iglesia”, y recomienda que “la cuestión de la sexualidad debe discutirse más abiertamente y sin prejuicios”.

No faltarán tampoco preocupaciones constantes en el discurso de Francisco: la inmigración, el trabajo y la llamada “cultura del descarte”, junto con el problema de la migración de los jóvenes.(La Razón, 3 oct. 2018).

3. La estrategia del Papa. Para poder ayudar a los jóvenes en su camino hacia la fe, Francisco ha marcado el método a seguir durante esta reunión eclesial: escucharlos. “Una Iglesia que no escucha –afirmó en la inauguración del sínodo– se muestra cerrada a la novedad, cerrada a las sorpresas de Dios, y no podrá resultar creíble, en especial, para los jóvenes que, inevitablemente, se alejarán en lugar de acercarse”.

El Pontífice comentó que las fases previas a este sínodo pusieron en evidencia una Iglesia “en deuda de escucha” a los jóvenes. Y reconoció que por eso, muchas veces, las nuevas generaciones “no se sienten comprendidos en su originalidad y, por tanto, no escuchados como son en realidad y, en ocasiones, incluso rechazados”.

Epílogo. Los jóvenes de hoy están abiertos a Dios, a lo sobrenatural, a algo más allá, pero muchas veces no conectan con el modo de transmisión que utilizan los pastores de la Iglesia, los catequistas y los propios padres de familia.

Por eso, el gran reto de hoy para atraer a las nuevas generaciones consiste en escucharlos. Y al mismo tiempo, para ser escuchada, la Iglesia tiene otro desafío: la autenticidad, el testimonio de coherencia entre lo que se profesa y lo que se vive. Sólo así se superará el grave problema de los escándalos.