martes, 29 de agosto de 2017

¿CÓMO INFLUIR POSITIVAMENTE EN LA OPINIÓN PÚBLICA?

Algunas de las quejas que frecuentemente se escuchan en la actualidad en los más variados ambientes sociales, son: “Ya no hay valores”; “La juventud está muy descarriada”; “La situación actual no tiene remedio”; “Vamos de mal en peor”…

En todas las épocas de la historia de la Humanidad siempre se han tenido aciertos, avances, progresos y, a la vez, han surgido adversidades, complejas problemáticas, serias dificultades. Pero para eso precisamente están las personas, quiénes con su inteligencia, ingenio, creatividad y colaboración conjunta y
solidaria, van aportando soluciones ante los más diversos retos o desafíos.

Uno de estas problemáticas a las que cotidianamente no enfrentamos es la manipulación de la opinión pública. Pero no basta “encogerse de hombros” y decir, a modo de excusa, después de leer un periódico o ver un noticiero de televisión:

“¡Todo son mentiras, malas noticias, reportajes tendenciosos, intereses económicos de unos cuántos que falsean la información!”

Sin duda, en cierta medida pueda ser que el que se queja amargamente no le falte algo de razón. Pero, ¿por qué quedarse pasivamente con esa inconformidad? ¿Por qué rumiar permanentemente tristezas y desalientos? Desde luego, es más cómodo no hacer nada, conservar el malestar resignadamente y dejar que lo que está objetivamente mal, acabe triunfando o imponiéndose.

Considero que ante este tipo de conductas, es necesario un cambio de actitud. Se trata de ser más propositivos, constructivos; tener más conciencia ciudadana para atreverse a manifestar la propia opinión o pensamiento en los diversos medios de comunicación social.

Para ello no es una forzosa necesidad el ser comunicador. Basta con que se tenga interés por el bien común de la sociedad –cualquiera que sea la profesión u oficio- para presentar sugerencias, propuestas o soluciones viables.

Muchas veces basta con escribir un breve correo electrónico, un mensaje por Twitter o por Facebook o algún otro medio para externar nuestro punto de vista.


No hay que pensar que se deben de presentar profundas argumentaciones de voluminosos tratados. Más bien influir, por ejemplo, con un testimonio personal o alguna vivencia; con una ilustrativa e interesante anécdota; presentando algunas cifras, estadísticas o porcentajes para fundamentar mejor lo que estamos afirmando.

Otras veces, se puede utilizar una frase célebre que invite a los lectores a reflexionar. Recuerdo un sencillo pensamiento utilizado como introducción de un artículo sobre el amor matrimonial, decía así: “Amar es mirar juntos en la misma dirección”, del literato francés Antoine de Saint Exupéry y lógicamente atrapaba de inmediato la atención de los lectores.

Un aspecto que a menudo olvidan los lectores es felicitar, animar o elogiar al autor de un reportaje, un artículo editorial, una investigación periodística. Hay muchos comunicadores que se esfuerzan por presentar la verdad objetiva, con valentía y agradecen unas palabras de ánimo, de estímulo. ¡No todo está contaminado por la
manipulación informativa o las opiniones tendenciosas!

Recuerdo que un amigo, dirigente de una institución europea que tiene como finalidad el promover la vida humana del no nacido, los valores del matrimonio, el derecho a la educación de los hijos conforme a las creencias de sus padres y, en general, el preservar los valores de la sociedad, me decía que sólo bastaban tres elementos para influir positivamente en la sociedad: 

1) Predicar con el propio ejemplo. Recuerdo a unos amigos que se propusieron difundir ideas constructivas sobre la familia. Y se les ocurrió mostrar por Facebook simpáticas fotografías con
algún festejo en sus casas, con el eslogan: “¡El mejor lugar para celebrar los sucesos importantes de la vida es en familia!”. Y, como es lógico, tuvo bastante éxito esta iniciativa; 

2) La difusión de buenas ideas “de boca en boca”. ¿A qué se refería mi amigo? En las reuniones sociales con matrimonios, con amigos, con familias… las opiniones y conceptos vertidos en dichos encuentros tienen un gran peso para la conformación de la opinión pública puesto que se trata de “emisores” confiables y dignos de ser tomados en cuenta; 

3) La utilización de las redes sociales ha sido el gran descubrimiento de nuestro tiempo. Los millones de personas que en fechas recientes han salido a las calles de París, Madrid, Varsovia, Washington, Ciudad de México, Roma… para promover la vida de los no
nacidos, el matrimonio, la familia; solicitar a las autoridades civiles soluciones frente a la inseguridad y a la corrupción, han tenido su impacto, no debido a fuertes inversiones económicas para gastarse en publicidad, sino a la potente y oportuna eficacia de las redes sociales.

Podría seguir exponiendo otras sencillas iniciativas para influir en la opinión pública, pero me parece que con éstas dan materia suficiente para la reflexión y animar a los lectores a tener una mayor participación ciudadana.

Raúl Espinoza Aguilera
raulespinozaaguilera@gmail.com

ESPAÑA: ENCLAVE DE FANATISMOS

Pobre España. Se encuentra en una dolorosa encrucijada, se debate entre dos fanatismos antagónicos: el fundamentalista islámico y el cristianofóbico laicista. Mientras un grupo religioso emprende una auténtica “Guerra santa” o “guerra de religión”, en palabras de Pérez-Reverte, el otro se empeña en denostar, vilipendiar y erradicar sus raíces culturales y religiosas.


Mientras en Barcelona ocurre un dramático atentado en nombre de Allah, en Bilbao se presenta una muestra blasfema intitulada “Carnicerías Vaticanas”, donde se expone a burla el maravilloso Cristo de Velázquez.

Así las cosas, parece que una gran nación se dirige hacia un auténtico suicidio cultural, que de la mano del demográfico, amenaza con hacerla desaparecer del mapa. 

Los islamistas, que viven todavía en la época de las cruzadas, han amenazado expresamente a España con aumentar los atentados, señalando que esta guerra durará “hasta el final de los tiempos” y que Al-Ándalús volverá a ser musulmana. Claramente su contexto es de confrontación religiosa. Curiosamente, no hay oponente y, tristemente, no por el hecho de que el cristianismo conduce a “ofrecer la otra 
mejilla”, sino por ausencia de cristianismo. 

Es una guerra de religión donde un grupo religioso ataca a otro que se declara irreligioso, cuando en realidad es anti-religioso. De hecho, la cultura que ha florecido de la mano del cristianismo se empeña agresivamente en borrar toda referencia cristiana de la vida social; o mejor aún, que las referencias a esa realidad sean en tono de burla o
recriminación acomplejada.

Laicismo acomplejado que no reconoce sus orígenes, que se avergüenza de ellos, más aún, se burla agresivamente de ellos. Laicismo miope al no darse cuenta de que la sociedad democrática y libre que le permite realizar sus ridiculeces blasfemas, se ha gestado al amparo de
una cultura cristiana, y que sin esa linfa madre que la nutre, perfectamente puede desaparecer. 

Ya hace tiempo Ernst-Wolfgang Böckenforde señaló que “el estado liberal secularizado vive de presupuestos que no puede garantizar”; es decir, presupone una cultura cristiana para su correcto funcionamiento, y sin ella, corre el peligro de desaparecer. 

Precisamente la “multiculturalidad”, es decir, el empeño por valorar y mirar benévolamente a las demás culturas, sin necesidad de contraponerse dialécticamente con ellas, surge en el contexto cristiano, que valora los derechos humanos, la dignidad de la persona y la libertad religiosa. Es una ingenuidad esperar la misma actitud de las todas las demás culturas.

Digamos que el fundamentalismo islámico es consistente con sus principios. En efecto, para un musulmán coherente no tienen por qué separarse el orden religioso del político, pues esta división es una de las principales aportaciones del cristianismo a la civilización. El islam para un
musulmán, debe extenderse, y para un fundamentalista no importa que aquello se consiga de manera violenta. 

De hecho son sinceros, pues lo dicen con claridad, no lo ocultan: “Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia”. Son los acomplejados laicistas quienes no lo quieren ver, o que en el culmen del delirio suicida, prefieren ir de la mano del fanático fundamentalista para acabar con sus propias raíces, para denostar su pasado y su cultura. 

En una incomprensible ceguera no advierten que, una vez conseguido su objetivo de acabar con la práctica cristiana, y una vez alcanzada la mayoría de la población, los musulmanes van a pisar impunemente todas las libertades cívicas conseguidas al amparo del cristianismo para instaurar su teocracia, donde todos sus presuntos derechos y libertades no tendrán más valor que el papel mojado.

Los musulmanes en Europa se dan cuenta de que el enemigo no es el cristianismo, sino el laicismo. Uno de Roma me lo comentaba con sencillez: no llevaba a Europa a su familia porque temía que se debilitara la práctica de su fe en un ambiente secularizado. 

Le horrorizaba el hecho de que los cristianos habían abandonado a Dios, habían olvidado su religión, y no quería que eso le pasara a los suyos. Por su parte los laicistas ofrecen un espectáculo patético precisamente con sus exposiciones blasfemas, muestra evidente de su pobreza cultural, su carencia de imaginación, su crónica dependencia de una fe, que necesitan a un tiempo para criticar y para tener una identidad propia, y por eso mismo parasitaria. 

La grandeza cultural del cristianismo dio lugar a un Velázquez, a un Cervantes y a tantos otros que han dejado piezas inmortales a la cultura universal, mientras que el laicismo no puede sino parodiarlas, pues nada puede ofrecer a la civilización, sino el testimonio de sus propios complejos no superados.

P. Mario Arroyo, 
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

MANTENER LA ALEGRÍA Y EL BUEN HUMOR ANTE LAS DIFICULTADES

1) Para saber

En su catequesis en la Audiencia General, el Papa Francisco animó a no dejarse arrastrar por tristeza y por la nostalgia. En cambio, miremos con esperanza cristiana hacia la vida futura prometida por Jesús.

Algunos piensan que la felicidad es algo pasado, y que después solo viene una lenta decadencia. Otros creen que la alegría es solo algo pasajero, pero luego viene el ‘sin sentido’. Pero el Papa nos anima a no caer en ese pesimismo. Creemos que en el horizonte del hombre hay un sol que ilumina para siempre. Creemos que nuestros días más bellos aún están por venir.


El Pontífice nos invita a preguntarnos si somos personas de primavera o de otoño. La primavera espera las flores, los frutos, el sol, que es Jesús; en cambio, el otoño es andar con la mirada baja, amarillenta…, ir con la cara de ‘pimiento en vinagre’.

2) Para pensar

Nuestra fe nos lleva a ser gente más de primavera que de otoño. A saber contemplar los brotes de un nuevo mundo, en lugar de las hojas amarillentas de las ramas. Nosotros no lloramos con nostalgia, arrepentimiento y lamentaciones: sabemos que Dios quiere que heredemos una promesa y que cultivemos sueños de forma incansable, y por ello cabe el optimismo y la alegría a pesar de dolores.

Quienes conocieron a Santa Teresita del Niño Jesús, dicen que siempre estaba risueña y de buen humor. Un día le preguntaron cuál era su secreto. Ella contestó: “Es que las cosas suceden siempre como yo deseo”.

Entonces le replicaron, “Pero es imposible; eso no puede ser. No puede ser que todo salga siempre como tú quieras”.

Pero Santa Teresita les aclaró: “Sí es posible. Es que yo quiero siempre lo que Dios quiere, y acepto en cada instante lo que Él permite que suceda, porque sé que todo lo permite para nuestro mayor bien. Y así, nunca sucede nada que yo no quiera, porque solamente ocurre lo que mi amadísimo Padre celestial permite que suceda”.

Muchos malestares vienen por faltarnos esa docilidad y visión sobrenatural al querer de Dios.

3) Para vivir

El Papa Francisco subrayó que “creemos y sabemos que la muerte y el odio no son la última palabra pronunciada sobre la vida humana. Ser cristianos implica una nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza".

No se trata de cerrar los ojos ante las injusticias y angustias del mundo, pero el Reino de Dios está creciendo como un gran campo de grano, a pesar de que haya malas hierbas. Al final, el mal será eliminado. Hay que recordar que “hay un Padre que llora lágrimas de infinita piedad por sus hijos. Un Padre que nos espera para consolarnos, porque conoce nuestros sufrimientos y ha preparado para nosotros un futuro diferente. Esta es la gran visión de la esperanza cristiana… Dios nos ha creado porque nos quiere felices”.

Por ello, recordó que “no es cristiano caminar con la mirada baja, sin alzar los ojos en el horizonte, como si nuestro camino se hubiera acabado aquí”.

Jesucristo es la gracia más grande de la vida, que ya ahora nos acompaña y nos consuela en el camino. Y será bello descubrir al final que nada se ha perdido, ninguna sonrisa, ninguna lágrima”, todo tuvo su valor y su sentido.

Pbro. José Martínez Colín.

ACERCAMIENTO DEL VATICANO A MOSCÚ

El Secretario de Estado del Vaticano visitó recientemente al Presidente Putin y la sede del Patriarcado ruso. ¿Política o religión? ¿En qué clave se debe interpretar este gesto?


1. La historia detrás de esta visita. Para entender por qué el Cardenal Parolín se reunió no sólo con las autoridades religiosas de Rusia, sino también con los líderes políticos (21-23 agosto), hay que remontarse un poco en la historia de la Iglesia católica en ese país.

Por una parte, la relación de la Iglesia Católica con la Iglesia Ortodoxa rusa desde hace casi mil años ha sido tensa, porque que ésta surge del Patriarcado de Constantinopla, que en el año 1054 se había separado de Roma.

Y por otra, en Rusia, los temas sociales, políticos y religiosos están estrechamente vinculados, debido a la estrecha convivencia entre la Iglesia Ortodoxa y el Estado ruso, tanto en la época de los zares como durante el período soviético.

2. En búsqueda de la unidad de las Iglesias. El movimiento ecuménico nacido en el s. XX ha buscado que todas las confesiones cristianas vuelvan a la unidad. Los primeros acercamientos de la Iglesia Católica a la Ortodoxa rusa los dieron Pablo VI y luego Juan Pablo II.

Durante el Pontificado de Francisco se dio el histórico primer encuentro entre un Papa y un Patriarca ortodoxo ruso, el 12 de febrero de 2016, en el aeropuerto de La Habana (Cuba), y marcó una nueva era en las relaciones entre ambas confesiones religiosas.

3. El vínculo entre lo social y lo religioso. Hay una realidad fundamental al hablar de las grandes religiones, que consiste en que los ciudadanos de un país y los fieles de confesión religiosa son las mismas personas.

Por eso, hay temas comunes que interesan tanto a los gobernantes como a los dirigentes religiosos. Ciertamente, la línea divisoria de los intereses de ambas entidades es muy tenue y, a lo largo de la historia, han ocurrido interferencias lo religioso en lo civil y viceversa. Y esta situación de convivencia estrecha es especialmente compleja en la actual Rusia.

4. Ante el Kremlin y el Patriarcado. De ahí fuera muy lógico que el Secretario de Estado del Vaticano se reuniera con autoridades rusas tanto civiles como religiosas. En las juntas con el Ministro de exteriores, Seguéj Lavrov, y luego con el Presidente Putin, la Santa Sede acordó la
búsqueda de “soluciones pacíficas a las crisis” en el mundo y “la lucha contra el terrorismo, el diálogo interreligioso [entre católicos y ortodoxos], el refuerzo de la justicia social y los valores de la familia” (Aleteia, 23 ago. 2017).

Después, en otra reunión, el Card. Parolín y su par, el Metropolitano Hilario de Volokolamsk, presidente del Departamento para las Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, pudieron tocar “temas espinosos” como la situación de la Iglesia greco-católica de Ucrania, que es de rito similar al de la Iglesia Ortodoxa rusa, pero que responde sólo ante Roma (Vatican Insider, 21 ago. 2017).

Epílogo. ¿Qué había de fondo: intereses solamente religiosos, o también políticos? No debe sorprender que la agenda del enviado del Vaticano a Rusia abordara también asuntos civiles, porque los grandes temas del hombre como la libertad religiosa, la paz y la familia también son asuntos de cualquier religión, que buscan darles luces y soluciones desde la fe.

Además, esta reunión del Vaticano con las autoridades civiles y religiosas de Rusia abre una nueva época histórica, en la relación entre religiones y entre la Iglesia y el Estado. Estamos ante una “etapa de colaboración”, que intenta dejar atrás las persecuciones y la visión utilitarista hacia la religión. Ojalá este modelo se pueda replicar en otras naciones del mundo.

Luis-Fernando Valdés.
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

miércoles, 23 de agosto de 2017

EMERGENCIA EN E.U.: MILES DE DEFUNCIONES POR SOBREDOSIS DE DROGAS

Según algunas investigaciones que recientemente ha dado a conocer el Presidente Donald Trump, se calcula que unos 35,000 estadounidenses fallecieron durante el año pasado por sobredosis de heroína ya sea sola o adulterada. El Primer Mandatario ha declarado esta situación como un caso de “emergencia nacional” ante la epidemia del consumo masivo de esta droga y algunas otras (El País, 10-08- 2017, sección actualidad).

Esta noticia me hizo recordar los lamentables fallecimientos de muchos artistas y cantantes
de Rock por abusar del consumo de drogas, como: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison 
(The Doors), Brian Jones (The Rolling Stones), Keith Moon (The Who), Kurt Cobain (Nirvana), Amy Winehouse, Michael Jackson, Syd Barret (Pink Floyd)…


El caso de Syd Barret resultó particularmente doloroso para los integrantes de esa banda de 
música. Fue el líder del grupo, vocalista, guitarrista y quien compuso los primeros éxitos de Pink Floyd a mediados de la década de los años sesenta. También fue uno de los iniciadores de la música psicodélica, experimental y de la música underground. Sus originales e innovadoras canciones cosecharon resonantes éxitos.

Pero Syd comenzó a ingerir drogas 3 ó 4 veces por semana, de las llamadas “drogas fuertes”, incluyendo las alucinógenas, como el LSD. Y de tener inicialmente una personalidad extrovertida, amable, alegre y creativa, en poco tiempo, se volvió ensimismado, aislado, serio, enigmático, con la mirada ausente; ya no era capaz de cantar ni de componer música de calidad. En 1968, el joven cantante fue internado con el auxilio de sus compañeros en una clínica psiquiátrica y el dictamen médico resultó un duro golpe para el grupo: Syd padecía un daño cerebral grave e irreversible, que lo imposibilitaría para llevar una vida normal.

Su amigo desde la adolescencia y compañero de la banda, Roger Waters, se sintió profundamente conmovido y le compuso   -con la colaboración del guitarrista David Gilmour- una de las canciones más famosas y dramáticas a la vez: “Desearía que estuvieras aquí” (Wish You Were Here). En cuya letra, Roger externa su gran tristeza, dolor y pena por su amigo y en la que le dice a Syd: “Así que creías que podías distinguir el Cielo del infierno. ¡Y fueron firmamentos azules de hondo dolor! (…) ¿Conseguiste cambiar tus héroes por fantasmas? (...) ¿Intercambiaste un rol secundario en la guerra por un papel de protagonista en una jaula?” haciendo referencia que el consumo de drogas, lo condujo a un callejón sin salida; a encadenarse en su dependencia; a desaparecer del mundo artístico; a su destrucción como persona; a sufrir física y moralmente lo indecible, y a estar verdaderamente como “muerto en vida”. Y Roger Waters, en su melodía, repite con nostalgia y a modo de lamento: “¡(Amigo), cuánto desearía que estuvieras aquí!”.

Ante esta inesperada situación, la banda de Rock se vio en la necesidad de incorporar al grupo a un nuevo guitarrista y cantante, David Gilmour y, con el paso de los años, llegaron a grabar álbumes de gran calidad musical, como: “El Lado Oscuro de la Luna” (Dark Side of
the Moon), Wish You Were Here y su célebre álbum “El Muro” (“The Wall”), que fue interpretada por Roger Waters, poco tiempo después de la caída del Muro de Berlín (1989).

Pero todos los miembros coinciden en señalar que la desaparición de Syd Barret constituyó un vacío difícil de llenar.

Volviendo a la declaración inicial del Presidente Trump, considero que esta medida de“emergencia nacional” debió de haber sido planteada a mediados de los años sesenta, cuando se popularizó el consumo de drogas en los ambientes intelectuales, universitarios, artísticos, etc. y en poco tiempo se convirtió en excéntrica moda que tuvo una fuerte y negativa influencia en los jóvenes, no sólo de Estados Unidos, sino de muchos otros países del mundo.

Me parece que aún estamos a tiempo para que los gobernantes de otras naciones se unan a esta iniciativa del Presidente de Estados Unidos con la finalidad de evitar una escalada de defunciones por sobredosis de drogas todavía de mayores y más graves consecuencias, ya que esta seria situación entraña un peligro latente de que se convierta de nuevo en un fenómeno social de dimensión internacional, como sucedió a partir de la década de los años sesenta.

Raúl Espinoza Aguilera,
raulespinozaaguilera@gmail.com

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA VIRTUD DE LA HUMILDAD?

1) Para saber

En la reciente celebración de la fiesta la Asunción de la Virgen María, el Papa Francisco afirmó que Dios hace cosas grandes en el mundo con los humildes como lo hizo con la Santísima Virgen.


En su reflexión ante miles de personas en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco resaltó que “las grandes cosas que el Señor hace en el mundo con los humildes” son posibles “porque la humildad es como un vacío que deja lugar a Dios… El humilde es potente porque es humilde, no porque sea fuerte. Esta es la grandeza del humilde”, aseveró.

2) Para pensar

Cuentan la historia de una rueda a la que le faltaba un pedazo, pues habían cortado de ella un trozo triangular. La rueda quería estar completa, sin que le faltara nada, así que se fue a buscar la pieza que había perdido. Al estar incompleta solo podía rodar muy despacio, y así pudo darse cuenta de las bellas flores que había en el camino e incluso apreciar su aroma; pudo charlar también con los gusanos y establecer varios amigos. Además disfrutó de los rayos del sol y admiró el paisaje.

Buscaba por todas partes, encontró montones de piezas, pero ninguna era la que le faltaba. Hasta que un día halló una pieza que le venía perfectamente. Entonces se puso muy contenta, pues ya estaba completa, perfecta, sin que nada le faltara. Se colocó el fragmento y empezó a rodar. Volvió a ser una rueda perfecta que podía rodar con mucha rapidez. Tan rápidamente, que no veía ni olía las flores, ni contemplaba el paisaje, ni charlaba con sus amigos los gusanos e incluso era una amenaza para ellos pues podía aplastarlos.

Cuando se dio cuenta de lo diferente que parecía el mundo ahora que estaba completa y rodaba tan aprisa, se detuvo y tomó una decisión: dejó en la orilla del camino el pedazo que había encontrado y se alejó rodando feliz lentamente, disfrutando las maravillas que le ofrecía el camino.

La moraleja de este cuento, es que somos mejores cuando nos falta algo. La persona que cree tenerlo todo se vuelve soberbia y desprecia a los demás que no son como él, perfecto. En cambio, quien se sabe con defectos, sabe comprender mejor a los demás. Por ello no habrá que lamentarse por carecer de algo. Si aceptemos la imperfección como parte de nosotros, seguiremos rodando por la vida sin renunciar a disfrutarla, habremos alcanzado una integridad a la que otros solo aspiran.

El Papa nos invita a preguntarnos: “¿Cómo va mi humildad?”

3) Para vivir

María es modelo de virtud y de fe. Al contemplarla llevada al Cielo, podemos sentirnos invitados a seguirla, a luchar por ser humildes, reconociendo nuestros defectos, pero luchando contra ellos para que también un día seamos llevados al Cielo.

La Virgen María alaba a Dios al reconocer lo que Dios ha hecho en ella. María nos enseña cómo es la actitud humilde al atribuir con justicia a Dios todas las cosas buenas que tiene.

El Papa pidió a María Santísima, que lleve a nosotros, a nuestras familias, a nuestras comunidades, ese don inmenso, esa gracia única que debemos siempre pedir primero antes que las otras gracias que están en el corazón: ¡La gracia que es Jesucristo!”


Pbro. José Martínez Colín.

DONDE EL RACISMO ECLIPSÓ LA RAZÓN

Días de polémica por la discriminación racial en Estados Unidos, que iniciaron con una manifestación violenta en Charlottesville y se han prologando por las declaraciones de Trump. ¿Por qué sigue existiendo el racismo hoy día?

1. Una manifestación con tinte racista. El motivo de la concentración de los llamados “ultranacionalistas blancos” en Charlottesville (Virginia) fue la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee.

Estos manifestantes llegaron para protestar que se quitara ese monumento, pero se encontraron con otra manifestación de opositores. Se generó un violento enfrentamiento que dejó una persona muerta y 19 heridos (Notimex, 13 ago. 2017).

El fondo de las protestas de los supremacistas blancos es claramente de corte racista, ya que
se oponían a la remoción de un símbolo del esclavismo, la estatua del General Lee quien dirigió el ejército de los Estados Confederados (del sur) que no aceptaban la abolición de la esclavitud, en la guerra civil de Estados Unidos, entre 1861 y 1865.

2. Racistas amparados por la constitución norteamericana. En Estados Unidos, el derecho a la libertad de expresión está protegida por la Primera Enmienda (1791) de la Constitución. De tal manera que los ciudadanos pueden decir o escribir sin restricción lo que piensan, y también pueden realizar cualquier gesto o portar cualquier signo gráfico para expresar sus opiniones.

El Prof. Darren L. Hutchinson explicó a BBC Mundo el alcance de esta ley: “Si un estado, por ejemplo, decide restringir en su territorio el uso de símbolos nazis debido a su mensaje, esto 
podría constituir una restricción basada en un punto de vista y probablemente violaría la Constitución” (BBC Mundo, 16 ago. 2017).

Por contraste, en Alemania están prohibidos todos los símbolos del nazismo, los “discursos de odio” y la existencia de grupo de tipo neo-nazi. Casi al mismo tiempo del atentado en Charlottesville, un ciudadano estadounidense era golpeado y luego apresado por hacer el polémico saludo de “Heil Hitler” en Dresde (Alemania) (Ibídem).

3. Cuando se eclipsa el sentido común. Hoy día resulta prácticamente evidente que todos los seres humanos somos iguales, por el mero hecho de ser personas. Sin embargo, a lo largo de la historia esta realidad fundamental no siempre fue conocida.

En el mundo griego y romano clásico, la esclavitud era vista como algo natural y ante la ley existían tanto hombres libres como siervos. Fue el Cristianismo el que inició todo un movimiento a favor de la igualdad radical, ya que sostiene que “no hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3, 28).


Por eso, ya que ante Dios todos los hombres son iguales, todo hombre posee la misma dignidad y puede reclamar los mismos derechos como persona. Por eso, toda discriminación social, racial, sexista, cultural o religiosa de la persona es una injusticia inaceptable (Cfr. YouCat, 330).

Epílogo. La democracia se puede estrangular a sí misma, como en el caso de Charlottesville, donde la tutela de la libertad de expresión terminó por amparar la apología del racismo y la violencia.

El punto clave es que la libertad de expresión es esencial pero no es absoluta. Por eso, la libre manifestación de las ideas nunca puede oponerse a las realidades que la fundamentan, como lo son la vida, la dignidad personal y la igualdad que de ella se deriva. Donde una ley permite la apología del racismo o de la violencia, ahí se ha eclipsado la razón y ahí se atropellará al ser humano.

Luis-Fernando Valdés
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

LA INDUSTRIA QUE FABRICA HUMANOS


Cantantes y futbolistas prestigiosos han adoptados niños nacidos en “úteros de renta”. A
pesar de las sonrisas, detrás existe toda una maquinaria de explotación a mujeres y de venta de niños.

1. Celebridades con hijos de gestación subrogada. En el pasado mes de junio, el futbolista Cristiano Ronaldo mostró a los medios sus dos hijos obtenidos mediante este 
procedimiento. Recientemente, la revista People anotó “cada vez son más quienes la usan (la 
gestación de renta)”, al referirse a estrellas como Nicole Kidman y los cantantes Elton John y Ricky Martin (People, 21 jun. 2017).

Sin embargo, el apoyo de intelectuales y activistas de los derechos de las mujeres no apoyan este tipo de adopciones. Por ejemplo, la periodista sueca, Kajsa Ekis Ekman, especialista en tráfico de mujeres, afirmó que aunque “la subrogación puede haber sido rodeada de una aura de felicidad Elton-johniana”, “detrás de ella hay una industria que compra y vende vida humana” (The Guardian, 25 feb. 2016).

2. Toda maternidad subrogada es explotación. Un informe del Comité de Bioética de España (CBE), institución que asesora al Gobierno español, explica que “todo contrato de gestación por sustitución, lucrativo o altruista, entraña una explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor y, por tanto, no puede aceptarse por principio”.

Teresa López, presidenta del CBE, sostiene que “no se puede convertir al menor en un objeto que puede ser comprado” (El Mundo, 19 mayo 2017).

La periodista K. E. Ekman presentó la noticia de que el Parlamento sueco prohibiría esta los vientres de alquiler, que la industria de explotación de mujeres hace “bebes a la medida para satisfacer los deseos de los ricos del mundo”. Además, ahí “una madre no es nada, privada incluso del derecho de ser llamada ‘mami’ ” y, en cambio, “el comprador lo es todo”(The Guardian, cit.).

3. Los hijos no son un derecho. El tema de fondo desde el que se justifica la gestación subrogada es dar por un hecho que toda persona tiene derecho a tener un hijo. César Nombela también del CBE explica que “el derecho de tener un hijo no es absoluto. No se puede plantear a toda costa, mediante cualquier práctica que permita la tecnología”.

Y añade que la importancia de la gestación en el proceso procreativo y en la vida de cada ser humano “no debe relativizarse” y que, en consecuencia, “se debe proteger el vínculo de cada ser humano con su madre biológica” (El Mundo, cit.).


Además, con la maternidad de alquiler, las mujeres pierden su dignidad, pues son tratadas
como meros objetos, que ni siquiera pueden decidir sobre el hijo que están gestando. 

Es muy significativo que el movimiento feminista en España, en junio de 2015, impulsó la campaña “No somos vasijas” para evitar la legalización de esta práctica, sosteniendo que “las mujeres no son máquinas reproductoras que fabrican hijos en interés de los criadores”.

Epílogo. Los hijos son un don, un regalo. Cuando esto se pierde de vista, los hijos se consideran un “derecho”. Entonces, sería un derecho exigir tener un hijo. Y luego qué fácil es
además de exigirlo, mandarlo hacer y comprarlo.

Así tristemente el bebé pasa de “hijo” a “mercancía”, y la mujer se queda como un mero recipiente. 

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

sábado, 12 de agosto de 2017

EL ARTE DE SER PACIENTES

Se podría decir que la virtud de la paciencia “tiene mala prensa” –como se suele decir- porque a menudo se confunde con la pasividad, el apocamiento, el sufrir injusticias sin encarar los problemas; la cobardía del que prefiere callar y no reclamar sus legítimos derechos, etc.



Todo lo contrario, la paciencia es la virtud de las almas grandes. Se encuentra íntimamente vinculada con la fortaleza porque es fuerte el que resiste a los embates de la vida y no pierde la tranquilidad ni el sosiego.

Esto viene a colación porque Eduardo Díaz Covarrubias ha publicado recientemente un magnífico tratado sobre esta virtud, titulado: “Paciencia de Dios, Impaciencia de los Hombres” (Editorial Minos III Milenio, México, 2017, 154 páginas).

En este libro el autor ofrece una visión cristiana para encontrar en Dios la fuerza que todos necesitamos para conseguir la capacidad de ser pacientes, a través del ejercicio de las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) ya que, como afirmaba el Papa Benedicto XVI: “La paciencia es una forma cotidiana de amor donde está presente también la fe y la esperanza”.

¿Por qué es una manifestación de amor? Porque al aceptar los defectos de los demás (siempre que no sean una ofensa grave al Señor), tiene la doble vertiente de amar al prójimo y a Dios. 


También es importante tomar conciencia de las circunstancias que nos rodean tal y como son; sufrir las adversidades y enfermedades y llevarlas también con serenidad.


Es un tratado bastante completo porque su contenido abarca desde las contrariedades cotidianas, pasando por las propias limitaciones y equivocaciones, siguiendo por querer con obras al círculo inmediato y más próximo como son los familiares, a los compañeros en la vida profesional y ante los sufrimientos morales
y físicos. 

Al final el autor añade un apéndice de oraciones para pedir la paciencia. Y es que con la vertiginosa existencia que a menudo se lleva y las prisas citadinas, es fácil perder la paciencia desde asuntos grandes hasta detalles pequeños como es una falla en el motor del coche o un embotellamiento de tráfico.


Con frecuencia eso conduce al mal humor y a las explosiones de carácter en las que se pueden herir los sentimientos de las personas que más queremos en la familia, de los colegas en el quehacer profesional, de los amigos… Y después vienen los arrepentimientos, debido a que al perder el control de los estados de
ánimo y las emociones, se cae en una desproporcionada irritabilidad ante hechos que vistos de manera objetiva no tienen tanta importancia. 

Y aunque la tuvieran, nada se gana con perder los nervios y hacer pasar un mal rato a los demás.


En cambio, una persona paciente sabe comprender, perdonar, disculpar y corregir en el momento oportuno, cuando haga falta. Sabe reclamar serenamente sus derechos. Aprende a dialogar, sin perder la calma, ante los desacuerdos. Tiene la sabiduría de esperar a que al otro se le pase su disgusto, para luego aclarar con paz y sosiego las diferencias de opinión o de actitudes. 

Con frase certera que invita a reflexionar para crecer en esta virtud, que es un verdadero arte en toda convivencia, el Papa Benedicto XVI ha escrito: “El mundo es redimido por la paciencia de Dios, y destruido por la impaciencia de los hombres”.

Raúl Espinoza Aguilera, raulespinozaaguilera@gmail.com

VIVALDI: UNA BELLA MÚSICA NACIDA DESDE LA FE

1) Para saber


Una de las piezas de música clásica más famosas es “Las Cuatro Estaciones” del italiano Vivaldi. Ha sido utilizada como banda sonora de películas, comerciales, programas, pues es una obra maestra.

Una agencia entrevistó a la investigadora británica Micky White, experta sobre Vivaldi. Ella señala que es muy conocida la obra de Vivaldi, pero se conoce poco de su vida. Por ejemplo, pocos saben que Vivaldi era un sacerdote católico que supo impregnar de espíritu cristiano su música y la cultura.

El Papa Francisco recientemente hizo un llamado para arriesgarnos y comprometernos en “la construcción de una nueva sociedad, impregnando con la fuerza del Evangelio los ambientes sociales, políticos, económicos y universitarios”.

2) Para pensar

A veces puede parecer que no podemos hacer nada frente a situaciones que quisiéramos erradicar, como la corrupción, por ejemplo. Pero sí podemos hacer algo. Formamos parte de la sociedad y podemos influir en esa parte que nos corresponde, y así contribuir para mejorarla.

El Papa hizo un llamado para que cada uno llene de sentido cristiano su ambiente. No se trata solo de hablar de Jesús, sino de cumplir nuestros deberes por amor a Él. Por eso no cabrá en nuestro actuar la corrupción ni nada que vaya contra el querer de Dios.

Muchas personas han logrado que este mundo sea mejor. Uno fue Vivaldi. Para describirlo, la investigadora dijo que “hay que pensar en el Papa, que representa a los sacerdotes, a las cosas espirituales; y también en Jimmy Hendrix, un espléndido guitarrista. Mézclalos y tendrás como resultado a Vivaldi”.

Antonio Lucio Vivaldi nació en Venecia en 1678 y fue conocido como “el sacerdote rojo” debido al color de su cabello. Durante su vida compuso más de 770 obras. La experta señaló que el hecho de que Vivaldi fuera sacerdote y utilizara el estilo musical de la época “son lo que hace que él se destaque sobre cualquiera”. Supo crear una “música” nacida de la fe.

La autora desmiente con documentos rumores sobre el músico. Aclaró que “la investigación es un tema de hechos y no de opiniones ni de ideas”. La investigadora británica manifestó que si vivera ahora, “Vivaldi podría hacer un concierto de rock con facilidad y atraer a todo el mundo”.

Pensemos si estamos contribuyendo a impregnar de sentido cristiano nuestro entorno.



3) Para vivir


El Papa nos invita a “no tener miedo de luchar contra la corrupción y no dejarnos seducir por ella”. Ante este gran reto contamos con la ayuda de la Virgen María: es un precioso ejemplo para la juventud y una ayuda en el recorrer el camino de la vida. No son necesarias grandes reflexiones: basta contemplar su imagen. Allí podemos descubrir su mirada tierna y maternal, contemplar la fuerza revolucionaria de una Madre cariñosa que mueve el corazón de sus hijos a salir de sí mismos con gran ímpetu misionero: “Con su atención y acompañamiento materno, nos hará percibir que no estamos solos”.

El Papa terminó invitándonos a confiar en el Señor y, bajo el manto de María, redescubrir la creatividad y la fuerza de ser protagonistas de una cultura.

Pbro. José Martínez Colín, articulosdog@gmail.com

miércoles, 9 de agosto de 2017

LIBRO: SEÑOR DEL MUNDO

Acabo de terminar de leer un estupendo libro, titulado: Señor del Mundo escrito por Robert Hugh Benson (1871-1914; Ediciones Palabra, Madrid, 2015, 315 páginas). Esta obra ha sido ampliamente recomendada por el Papa Francisco ya que se trata de una novela en que “el espíritu de la mundanidad lleva a la apostasía”.



Este texto literario, aunque fue publicado en 1907, mantiene plena vigencia y actualidad porque la humanidad se enfrenta con los mismos problemas y tendencias, es decir, se trata de sustituir a la Religión por una ideología basada en el igualitarismo, la libertad y la fraternidad. Son los mismos principios de la Revolución Francesa que ha impulsado la masonería a lo largo de varios siglos y hasta nuestros días.

Se busca afanosamente expulsar a Dios de la vida pública, de las escuelas y universidades, de los trabajos y ocupaciones profesionales, de los medios de comunicación y de la cultura; los templos son destruidos y los creyentes son perseguidos y condenados a muerte, sin más razones que “sostener creencias 
oscurantistas que se oponen a la ciencia y al progreso de la humanidad” y son acusados de “mantener una actitud contraria a la ideología de la fraternidad universal”.

En esta novela, algunos personajes tratan desesperadamente de extirpar de la faz de la tierra todo indicio de Trascendencia y pretenden exterminar a quienes tienen fe en un Señor, Creador del universo y de los hombres, con un destino eterno.

Este libro recuerda bastante la obra 1984 del escritor inglés, George Orwell (1903-1950), que junto con Rebelión en la Granja constituyen dos novelas críticas hacia el totalitarismo sociopolítico. El personaje del “Gran Hermano”, en este caso, es el líder supremo del mundo aclamado por las multitudes. Los dirigentes y los políticos son los héroes a imitar y las reuniones cívicas se convierten en una especie de liturgia pagana.

Es una novela centrada en el libro del Apocalipsis de la Biblia: una narración sobre el tiempo futuro. No obstante que es un relato de ficción, tiene muchos aspectos que se han cumplido en la sociedad de nuestro tiempo. Nos presenta un mundo globalizado y tecnológico que ha negado la existencia de Dios y una religión que
se ha difuminado en un humanitarismo sin alma.

Prevalece una sociedad relativista y materialista en la que no cabe la Iglesia. Cuando el gran líder supremo ha controlado políticamente y por las armas a los países de los cinco continentes, realiza un intenso proselitismo sobre una ideología humanista y solidaria y es secundado ciegamente por millones de personas. Pretende –en apariencia- unificar casi todo el planeta predicando la paz y la concordia, pero ocultando detrás un gran mal.

Sin duda, Robert H. Benson escribió no solamente una obra maestra sino también una novela visionaria y profética, de un entorno social que da la espalda a su Creador, y sobreviene el caos y la desintegración moral de las personas y de la convivencia humana.

En definitiva, es una novela de lectura recomendable para todo lector preocupado por el presente y futuro de nuestro mundo y sus verdaderos valores.

¿EN QUÉ CONSISTE EL SUICIDIO DEMOGRÁFICO?

El “dogma económico” de que el aumento de la población es causa de la pobreza de las naciones ha llevado a una peligrosa crisis de escases demográfica en Europa. ¿Es posible desarrollar una nueva visión entre población y progreso económico?


1. Un grave problema social en Europa. Aunque las predicciones decían que el crecimiento demográfico mundial daría lugar a una gran carestía que arrasaría con la población, lo cierto es que la población europea ha disminuido grandemente no por escasez de recursos, sino por la falta de nacimientos.


Alejandro Macarrón explica que una consecuencia de la baja demográfica es que la sociedad europea pasará de ser “líder mundial” a ser “irrelevante”, ya que en 1900 tenía al 25 por ciento de la población mundial y ahora tiene sólo el 10 por ciento.

El autor español concluye que ahora Europa es “el cementerio del mundo, donde hay más viejos, y cada vez pesamos menos, porque las naciones emergentes tienen más población” (ReL, 12 feb. 2017).

2. Entre la ciencia y la ideología. Los estudios sobre el crecimiento de la población se han enfocado casi exclusivamente desde la economía. Por eso, se sostuvo que el aumento demográfico daría lugar a la pobreza social, pues se suponía que al aumentar la población, los mismo recursos se repartirían entre más personas. Pero no se trataba de una conclusión científica, sino de una postura ideológica.

Así, en 1968 Paul Ehrlich iniciaba su influyente obra “The Population Bomb” con una declaración: “la batalla para alimentar a toda la humanidad ha terminado. En la década de los 70, el mundo experimentará hambrunas, cientos de millones de personas van a morir de hambre” (citado en First Things, 1996). Pero esta influyente predicción no se cumplió, pues no se basaba en estudios científicos, sino en el prejuicio de que el crecimiento de la población conlleva pobreza.

3. ¿El aumento poblacional es causa de pobreza? Si la llamada explosión demográfica no es la causa, ¿cómo explicar entonces, que países con alta tasa de crecimiento de la población como Eritrea, Somalia y Sudán, sufran hambre?

“Estos países –expone el economista español, Rafael Termes– tienen densidades de población (población por km2) entre las más bajas del mundo. Sus problemas no radican en la capacidad de producir alimentos, sino en guerras que dejan a un alto porcentaje de la poblaciónindefensa” (Conferencia, 18 feb. 2000). 

4. Un cambio de enfoque. El problema de fondo no radica en el problema objetivo de la carencia de recursos, sino el problema humano de enfocar mal los problemas. “El modo como vemos el problema, ése es el problema” (Covey, 1994).

El japonés Isamu Shimura propone un cambio en el modo de ver la relación entre población y economía. Escribe que “en vez de pensar que nuestra población (en Japón) es demasiado grande para nuestra economía”, es más correcto decir que “la escala de nuestra economía es demasiado pequeña para nuestra población”. Y propone que en lugar de considerar a la personas como indeseadas, se debería ver como “nuestro más apreciado recurso natural” (Citado en First Things, 1996).

Epílogo. Ante el “suicidio demográfico” de Europa (Weigel, 2017) producido por miedo a la escases de recursos, llegó el momento de sostener que el aumento de población puede ser fuente de progreso económico. Hay que quitar el dogma de que “el hombre es para el progreso”, y volver a las bases: “la economía es para el hombre”. Los modelos económicos se deben reelaborar en función del hombre y no de las utilidades.

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon; lfvaldes@gmail.com

¿SOMOS LUZ O TINIEBLAS? EL BAUTISMO

1) Para saber

Si vemos una gran humareda, nos imaginamos que algo se está quemando. El humo es un signo del fuego. Los signos nos ayudan a dirigir nuestra mente a otra realidad. Y cuando se trata de realidades sobrenaturales, los signos nos ayudan a comprender un poco más de los misterios de Dios.

El Papa Francisco en su reciente audiencia habló del signo de la luz, muy presente en la liturgia de la Iglesia. Recordó que antiguamente los templos estaban orientadas hacia el este. Se entraba por una puerta abierta hacia occidente y, caminando se dirigía hacia oriente. El occidente es el punto cardinal del ocaso, donde muere la luz. El oriente, en cambio, es el lugar donde las tinieblas son vencidas por la primera luz de la aurora y nos recuerda a Cristo, Sol surgido de lo alto al horizonte del mundo (Cfr. Lc 1,78). Se puede decir que el mismo cosmos participa con su lenguaje.


Ya en el Antiguo Testamento el profeta Isaías había anunciado la llegada de Cristo y que recoge san Mateo: “El pueblo que yacía en tinieblas ha visto una gran luz; para los que yacían en región y sombra de muerte una luz ha amanecido (Mt 4,16). Nuestro Señor Jesucristo lo dirá de sí mismo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 12).

2) Para pensar

Así como la luz nos permite ver bien las cosas, así la luz de la fe nos permite ver las cosas, y la misma vida, en su verdadera profundidad y sentido. Sin ella, nos dice el Papa, todo se vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal, y nos hace perder el camino que nos lleva a nuestra felicidad.

La liturgia bautismal nos recuerda la importancia de esa luz. Al final del rito, se entrega una vela, cuya llama es encendida del cirio pascual. En este signo está la propagación de la Resurrección de Jesús en la vida de todos los cristianos. La vida de la Iglesia es iluminar con esta luz. Después, cada cristiano ha de llevar la luz de Cristo a los demás con su serenidad ante dificultades, con su deseo de recomenzar a querer el bien y seguir caminando incluso cuando se han experimentado muchas desilusiones.

Pensemos si, como bautizados, llevamos esa luz de Cristo a los corazones de los demás.

3) Para vivir

¿Qué cosa quiere decir ser cristianos? Quiere decir creer en la luz de la fe, incluso cuando el mundo está envuelto por la noche y las tinieblas. Ser cristiano, por la gracia de Cristo recibido en el Bautismo, es estar “orientado” a la luz: no creer en la oscuridad, sino en el resplandecer del día; no ser derrotados por la muerte, sino anhelar el resucitar. Esta es nuestra esperanza cristiana: la salvación que Jesús nos trae con su luz y nos salva de las tinieblas.

La luz de Cristo nos ilumina sobre lo que somos: No somos huérfanos, tenemos un Padre y... ¡nuestro Padre es Dios! ¡Creemos que Jesús es la luz! ¡Creemos que el Espíritu Santo obra sin descanso por el bien de la humanidad!

El Papa Francisco nos vuelve a invitar a recordar o investigar la fecha de nuestro bautismo y no olvidarla nunca. Es la fecha del renacer, es la fecha en la cual hemos sido iluminados por la luz de Cristo.

Pbro. José Martínez Colín,

jueves, 3 de agosto de 2017

LA TEMPLANZA, UNA VIRTUD DE CAPITAL IMPORTANCIA

La virtud de la templanza forma -junto con la prudencia, la justicia y la fortaleza- las cuatro virtudes esenciales para el desarrollo de una personalidad madura.

La templanza se traduce en el dominio de nosotros mismos; en ser señores de nuestras propias pasiones y aprender a controlarlas y encauzarlas bien. Porque, por ejemplo, una persona que tiene un carácter fuerte y determinado, si lima las aristas, puede ser una característica clave para ejercer un liderazgo.

San Josemaría Escrivá de Balaguer escribe: “No todo lo que experimentamos en el cuerpo y en el alma ha de resolverse a rienda suelta. No todo lo que se puede, se debe hacer”.

Porque vivimos imbuidos en una sociedad de consumo y tanto la publicidad, como el cine, las series de televisión, los anuncios de los medios de comunicación y los aparadores de las  tiendas comerciales nos empujan a consumir en forma compulsiva, como si la felicidad estuviese fincada en la adquisición desenfrenada de bienes materiales.

Una persona madura sabe que -si tiene buen criterio para juzgar y decidir sobre esos cientos de invitaciones para comprar y consumir- puede controlar sus impulsos. Esa actitud no supone una limitación, sino grandeza de ánimo y firmeza de carácter.

Hay numerosos aspectos cotidianos donde podemos poner en práctica esta virtud de la templanza. Por ejemplo, en el beber con moderación. Algunos tienen el concepto equivocado de que al asistir a una fiesta, para estar alegre y de buen humor, necesariamente requieren estar “pasado de copas” o en franca borrachera. Lo cierto es que se disfrutan mejor los convivios familiares o sociales si se toma con medida.

Otro ejemplo erróneo, es considerar que para gozar más de los aperitivos y alimentos de un restaurante, hay que pedir lo que aparece como más caro en la carta. Cuando resulta que, si se pide con inteligencia -sin caer en los caprichos- se pueden consumir unos sabrosos platillos sin necesidad de hacer un desembolso extraordinario.

En este mismo sentido, en la actualidad, prácticamente cada mes nos muestran “el último grito de la moda” en materia de celulares, computadoras, ipads, tablets, relojes, etc. 

Y la verdad de las cosas es que -en muchas ocasiones- esa última novedad presenta mínimas mejorías o avances tecnológicos o cibernéticos en comparación con la computadora que tenemos, por ejemplo. 

Allí interviene la virtud de la templanza para reflexionar y preguntarnos: ¿Realmente necesito comprar este nuevo celular que anuncian, o por el contrario, el que ahora uso me brinda un servicio satisfactorio y no necesito adquirir otro?

Templanza, también, para luchar internamente contra tendencias personales, como: el mal carácter, la irritabilidad excesiva, la fatua vanidad, la pereza de ir siempre por el camino más fácil, buscando “la ley del menor esfuerzo”. Alguien podría argumentar a su favor: “Es que yo siempre he sido así, ni modo”. 

La respuesta es que con empeño y constancia se puede mejorar paulatinamente en alguno de estos defectos dominantes.

Otras veces consistirá la templanza en comer con moderación, en comprar sólo la ropa necesaria o hacer un uso prudente y mesurado de la lengua y así en tantos ejemplos más.


En definitiva, ¿a qué nos conduce esta importante virtud? A considerar los bienes materiales, no como fines en sí mismos, sino como medios que tenemos que utilizar para nuestro desarrollo profesional, personal o familiar y para ponerlos en servicio de los demás. 

Y, sobre todo, esta virtud contribuye de modo decisivo a forjarnos una personalidad madura, cimentada sobre bases firmes y perdurables.

Raúl Espinoza Aguilera. raulespinozaaguilera@gmail.com