martes, 18 de septiembre de 2018

¡VIVIR DANDO GRACIAS AL CREADOR ES ALGO MARAVILLOSO!

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

¿Por qué el domingo es el día del descanso? Su origen se remonta a los principios de la humanidad. La Biblia nos dice que después de la Creación, el Señor bendijo el séptimo día y lo hizo sagrado. Contempló Dios cuanto había hecho y se alegró, pues todo era bueno. Por ello es el día de la contemplación y la bendición. A ello nos conduce el tercer Mandamiento.


Dice el Papa Francisco que el domingo es el momento para alabar a Dios por su Creación y decirle: ¡qué bella es la vida! La vida, aunque a veces es dolorosa y no fácil, es preciosa.

El domingo es un día en que nos detenemos para agradecerle a Dios su creación. Por ello, para los cristianos, el centro del día del Señor, el domingo, es la Eucaristía, que significa “acción de gracias”. Ese día, en unión con Jesucristo durante la Misa, aclamamos: “¡Gracias Señor por la vida, por tu misericordia, por todos tus dones!”

2) Para pensar

A finales del siglo III, el emperador Galerio había prohibido toda manifestación de culto. Entonces los cristianos se reunían a escondidas en sus casas para celebrar la Santa Misa. En ese entonces, al norte de África, la policía imperial sorprendió a treinta y cuatro mujeres y diecinueve hombres en una casa celebrando el Sacrificio Eucarístico. 

El juez remitió a los presos al mismo emperador Galerio para que los juzgase, pues se encontraba en Cartago.

Se han conservado las actas que registran los interrogatorios a que fueron sometidos. Un preso le preguntó al emperador: “¿Por qué nos azotas? No somos ni ladrones, ni asesinos; cumplimos la ley de Dios”. 

El orgulloso Galerio objetó: “No hay ley más que la mía”. Pero le replicó el cristiano: “Sobre vuestras leyes, señor, están las Leyes del único Dios verdadero, Creador del Cielo y de la tierra”. 

El emperador estalló en cólera y lo mandó torturar y que lo encerraran en la cárcel dejándolo morir de hambre. También mandó torturar al sacerdote. 

En eso se acercó un joven y dijo: “Yo también soy discípulo de Cristo; me llamo Emerico y mía era la casa donde se celebró la Santa Misa”. El emperador le preguntó: “¿Y por qué lo permitiste?” Emerico contestó: “Porque nosotros creemos que por encima de la autoridad del César, está la autoridad de Dios. Y es que, nosotros los cristianos, no podemos vivir sin la Santa Misa”.

Pocos años después, la sangre de los mártires tuvo su fruto al convertirse el imperio al cristianismo. Pensemos la prioridad que ocupa la Santa Misa en nuestro domingo.

3) Para vivir

El Papa Francisco nos previene para no dejarnos llevar por un falso descanso que la sociedad actual nos ofrece llena de entretenimientos impidiéndonos contemplar a Dios. Si en nuestro domingo no hay lugar para Dios, caemos en un escape de la realidad que no es verdadero descanso, aunque haya mucha diversión. 

El mundo ideal no es un gran parque de atracciones. Comenta el Papa que el hombre nunca ha descansado tanto como hoy y… ¡sin embargo, el hombre nunca ha experimentado tanto vacío como hoy!

¿Cuándo se vive una vida hermosa? La vida se vuelve hermosa, dice el Papa, cuando el corazón se abre a la Providencia y se descubre que es verdad lo que dice el Salmo “Solo en Dios está el descanso de mi alma” (62: 2).

lunes, 17 de septiembre de 2018

UN TREN QUE SEMEJABA A UN LARGO TÚNEL SIN SENTIDO

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

En no pocas ocasiones nos encontramos con personas que dan la impresión de que pasan por la vida como por un largo túnel: están sumamente entretenidas en su quehacer cotidiano y olvidan de mirar a su alrededor.


¿Por qué digo esto? Porque no conocen a fondo a los miembros de su familia ni las necesidades de sus semejantes. No se enteran de las carencias sociales ni mucho menos se interesan por resolverlas.

Había un famoso tren, que le llamaban “Bala”. Corría de la Ciudad de México a Nogales, Sonora. De veloz no tenía nada porque marchaba muy lento. 

Recuerdo que la mayoría de los que viajábamos éramos estudiantes que íbamos de vacaciones a nuestras ciudades de origen. 

Para matar el tiempo, muchos universitarios decidían irse al “salón-fumador” y algunos se dedicaban a jugar a las cartas o al dominó, mientras bebían cerveza, y podían pasarse horas y horas o la noche entera, haciendo exactamente lo mismo, sin moverse de su sitio.

Lo único que deseaban era entretenerse en el juego, como una forma de evasión. Iban contando con ansiedad el número de ciudades que les faltaban para llegar a su lugar de origen.

No les atraía ni leer un buen libro, admirar el paisaje o entablar conversaciones con otros pasajeros, que habitualmente son enriquecedoras.

Simplemente su mente giraba en torno al número de horas que aproximadamente deberían de transcurrir para llegar a su lugar de destino y, mientras tanto, había que matar el tiempo de cualquier manera: jugando a las cartas, bebiendo o durmiendo.

Algo así me parece que ocurre con las personas que ponen a su trabajo como un fin absoluto. Esa actitud es denominada en psicología como “Workaholic” (manía compulsiva por trabajar), descuidan sus primordiales deberes familiares, no cultivan amistades, tienden a excluirse de la vida social y se pierden toda la maravilla de experiencias que pueden tener en su entorno, en su mundo circundante. 

¡A muchos se les escapa de sus manos la vida, sin aprender a vivirla!

Pero también existen muchos otros que se comportan de modo radicalmente opuesto y tienen un desmedido afán por la diversión o lo lúdico y nunca llegan a captar el sentido de su existencia. 

No se plantean interrogantes fundamentales, como: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿hacia dónde voy? ¿qué sentido tiene que realice mi trabajo con un enfoque profesional, bien acabado? ¿qué deberes tengo para con mi cónyuge, para con mis hijos, para con la sociedad o con mi Patria? Algunos piensan que todo en la vida es una broma, un serial de chistes, conductas frívolas o carcajadas huecas.

No es así la realidad. Hay aspectos serios de nuestra vida que hay que atenderlos a conciencia, con esfuerzo diario y responsabilidad personal. La sabiduría de la vida consiste en cumplir con nuestros deberes profesionales, familiares o sociales, saber armonizarlos, y a la vez, no perder nunca de vista el sentido trascendente de todo lo que hacemos ni la estación última de nuestras vidas.

¿CÓMO FORMAR A LOS JÓVENES EN VALORES Y VIRTUDES?

Alejandro Cortés González-Báez,
www.padrealejandro.com


En la actualidad a los jóvenes los han híper-sexualizado, pero no tienen idea del autocontrol. Se ha dogmatizado que lo que necesitaban era información, y ahora padecen de una híper-información. De hecho, la llamada educación sexual tiene un mínimo de educación y mucho de sexualidad; pues a lo único que se enfoca es a enseñar cómo usar algunos métodos para evitar los embarazos (que siguen a la alta) y evitar el contagio de las enfermedades de transmisión venéreas. 



No se está formando en las virtudes, ni tampoco a tener el carácter necesario para ir contra la corriente en una sociedad materialista, consumista y promiscua. 

En cuanto a la información desmedida, podemos hacer una comparación con el agua, que siendo necesaria para el ser humano, puede terminar convirtiéndose en algo tan peligroso como un huracán. 

El coaching —o procesos de ayuda— es el método que consiste en acompañar o instruir a una persona o a grupos, con el objetivo de cumplir metas o desarrollar habilidades específicas.

Un tipo de coaching es el asesoramiento personal enfocado a formar un proyecto de vida, trabajando en la formación integral de la persona. En definitiva: tener claros los objetivos personales y entrenarse en la adquisición de los hábitos necesarios para conseguirlos.

La labor de coaching personal ha de enfocarse a la maduración del individuo, no a fabricar personas que carecen de juicio propio y sólo se limitan a ejecutar materialmente lo que otro les dice. Por lo tanto, el trabajo del coach —o entrenador— ha de ser formar personas de criterio, con la capacidad de decisión suficiente para dirigir sus propias vidas de acuerdo con una jerarquía de valores adecuada a la naturaleza del hombre y de la sociedad, no a las modas sociales del momento.

Ser persona de criterio supone: madurez, firmeza de convicciones, una inteligencia educada en los principios éticos o morales permanentes, y fuerza de voluntad. 

¿Y dónde podemos conseguir esos entrenadores? La respuesta es simple: a lo largo de los siglos han sido los padres de familia quienes han hecho esta labor, sin la profesionalidad deseada, pero usando el sentido común.

MES DE LA PATRIA: UNIDAD POR ENCIMA DE LAS CONFRONTACIONES

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

Cada año, los días 15 y 16 de septiembre recordamos con orgullo el nacimiento de nuestra nación. Indudablemente que es un día para celebrar y sentirnos muy unidos como país, con el deseo de trabajar juntos por una patria más justa y próspera. 



También es una buena ocasión para hacer examen, y ver si no caemos en patrioterismos baratos, que mientras se apasionan por la selección de futbol y se sienten unidos únicamente durante el Mundial, contribuyen a fomentar la corrupción, la injusticia e incluso la difusión del crimen, o la indiferencia frente a la pobreza.

Ahora bien, por ironías de la historia, nuestro país, que adolece de un fuerte laicismo, distinto de una sana y necesaria laicidad de fuerte raigambre cristiana, tuvo, paradójicamente, un parto clerical. En efecto, si uno repasa la lista de los principales héroes patrios, nos encontramos con un buen número de sacerdotes, comenzando por el mismo Cura Hidalgo o José María Morelos. Lo que dio inicio al movimiento revolucionario fue un llamado de la Iglesia, es decir, el toque de las campanas de la iglesia de Dolores; el primer estandarte que enarboló el movimiento insurgente fue una imagen de la Virgen de Guadalupe, único símbolo de unidad y cohesión que en ese momento podía aglutinar a todos los mexicanos.

La separación entre la Iglesia y el Estado no es un invento de la Reforma, sino de Jesús. En efecto, al decir “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, Jesucristo consagró simultáneamente la separación y la legitimidad de ambos órdenes, nunca su enfrentamiento. 

En la mente de los primeros escritores cristianos estaba presente la idea de colaboración entre ambos actores sociales. Así, san Pablo nos dice en sus cartas: “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 

De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste”, y en otro lugar: “Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Esto es bueno y agradable delante de Dios.” La lista podría seguir.

En su clásica obra “La Ciudad Antigua”, Fustel de Coulanges afirma, lisa y llanamente: “El cristianismo fue la primera religión que no quiso que el derecho dependiera de la religión.”

Fue la primera confesión que no estaba al servicio de un poder político y tenía una aspiración universal. Pero, nuevamente, esa independencia no se entendía ni se entiende, por lo menos en la doctrina católica, como oposición o enfrentamiento, es decir, en clave dialéctica. 

De hecho, el fruto de esa colaboración fue el doloroso alumbramiento de México como nación.

Incluso, un elemento determinante, que facilitó el movimiento independentista de la metrópoli en todo el continente americano, fue precisamente la ruptura entre el trono y el altar verificada finales del siglo XVIII. 

Cuando la Corona expulsó a los jesuitas de sus inmensas posesiones no se dio cuenta de que comenzó a cavar su propia tumba. En efecto, en la mente de todos los novohispanos ambas realidades formaban un binomio indisoluble. 

El destierro de los jesuitas evidenció que no era así. La oposición a la autoridad religiosa legitimó el levantamiento contra el poder político.

A más de dos siglos de distancia deberíamos ser capaces de revisar con desapasionamiento y sin filtros ideológicos nuestra historia. Dejarnos ya de discursos acomplejados, heredados quizá de una lectura marxista o dialéctica de los hechos, superando así confrontaciones gratuitas e inexactas: hispanos contra indígenas, liberales contra conservadores, Estado versus Iglesia. 

Es, quizá, el momento de reconocer el papel que todos estos actores han jugado en la conformación de nuestro presente, de nuestra realidad. Así, un indigenista que se apellide “Pérez” es poco coherente, como un patriota anticlerical, pues

ambos niegan algo que está en sus orígenes y en su identidad, les guste o no. 

Es el momento de la unidad y de la colaboración fructuosa, no de la estéril confrontación y la gratuita descalificación. Negarlo es resignarse a vivir en la ficción y reinventar una historia que deja de 
serlo para convertirse en cuento de hadas manipulador. 

Por ello, al orgullo de sentirnos mexicanos debería unirse el reconocimiento de nuestros orígenes, dentro de los cuales la fe y la Iglesia han jugado un papel fundamental, y por ello deberíamos estar agradecidos; aunque alguno no tenga fe o no sea parte de la Iglesia, simplemente por sentirse mexicano.

TORRES GEMELAS: ¿VENCIDOS POR EL ODIO?

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon     lfvaldes@gmail.com

El 9-11, fecha del atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, se ha convertido en un icono de que nadie se escapa del terrorismo. Y 17 años después, este triste suceso es ya también un símbolo de las millares de víctimas del fanatismo en todo el mundo. ¿El odio tiene la última palabra en el panorama internacional?


1. En la raíz del terrorismo. La historia reciente de Medio Oriente es muy compleja, pues se trata de culturas diversas que los occidentales agrupamos de un modo simplista al etiquetarlas como los “países árabes”. Y también podemos errar al reducir su problemática a un “asunto de petróleo”.

Sin embargo, es un hecho que algunas facciones violentas de esos países han utilizado una combinación muy explosiva para justificar el terrorismo: el sentimiento nacionalista y el sentido religioso del pueblo. El resultado ha sido una espiral de odio, pues la violencia ha generado más violencia.

2. Religión y terrorismo. Varios grupos terroristas procedentes de Medio Oriente han instrumentalizado a la religión islámica, utilizándola como motivación para los sicarios, a los que convencen de que están realizando un acto de martirio.

Pero las religiones no deben ser utilizadas como motivo para pelear, ni para reivindicar causas sociales o políticas. Poco después del ataque bélico de Estados Unidos a Afganistán, como represalia del atentado en NY, Juan Pablo II ya muy anciano, hizo un llamamiento a todos los creyentes de cualquier religión.

Les pidió que todos “cooperemos para edificar un mundo libre de violencia, un mundo que ame la vida y se desarrolle en la justicia y en la solidaridad”. Y les recordó que “la religión no debe ser jamás utilizada como motivo de conflicto”.

3. El terrorismo sólo produce dolor. En septiembre de 2015, el Papa Francisco realizó una Visita apostólica a los Estados Unidos, durante la que visitó el Memorial del 11 de septiembre. En la llamada Zona Cero, el Pontífice tuvo un encuentro interreligioso.

En su discurso , el Papa rememoró el dolor por las miles de vidas “que fueron arrebatadas en un acto insensato de destrucción”, e imaginó el “grito silencioso” de quienes sufrieron en su carne “la lógica de la violencia, del odio, de la revancha. Una lógica que lo único que puede causar es dolor, sufrimiento, destrucción, lágrimas”.

4. La paz, misión conjunta de las religiones. Desde las Jornadas de oración por la paz, instituidas por Juan Pablo II en 1986 y continuadas por sus sucesores, cada años los líderes de las religiones del mundo se unen en Asís (Italia) para rezar juntos por la paz de todo el mundo.

Y lo mismo hizo Francisco, en ese mismo encuentro en la Zona Cero, delante de varios líderes religiosos. El Papa expresó su deseo de que la presencia de todos ellos, “sea un signo potente de nuestras ganas de compartir y reafirmar el deseo de ser fuerzas de reconciliación, fuerzas de paz y justicia en esta comunidad y a lo largo y ancho de nuestro mundo”.

El Pontífice señaló que la dimensión sobrenatural es la clave para “desterrar de nosotros los sentimientos de odio, de venganza, de rencor”, ya que eso sólo es posible “como un don del cielo”. Por eso invitó a que cada religión, a su manera, “pero juntos”, hicieran un momento de oración para pedir ese don divino.

Epílogo. Para que el odio no sea el protagonista de las relaciones entre las naciones, hace falta que todas las personas que han sufrido la violencia pueden perdonar de corazón y que las personas que hacen el mal cambien y pidan perdón.

Ambas situaciones parecen humanamente casi imposibles. En ambos casos se requiere de “algo más” que buena voluntad. Por eso, invocar a Dios es una gran llave para que la paz vuelva a la sociedad, para que el odio no decida el destino del mundo.

martes, 11 de septiembre de 2018

EL ATRACTIVO DE LA SENCILLEZ Y LA SINCERIDAD DE CORAZÓN

Pbro. Dr. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Cuando nos referimos a una persona lo hacemos por su nombre: “Pedro es un buen futbolista”. Si lo honramos, será por su nombre: “Pedro es muy trabajador y honrado”. Decir el nombre es referirse a toda la persona. Por ello, al nombre de Dios le debemos todo el respeto.



El Segundo Mandamiento nos lo indica: «No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios» (Éxodo 20, 7). El Papa Francisco, siguiendo su catequesis sobre los Mandamientos, comenta que es una “invitación a no ofender el nombre de Dios y evitar usarlo inapropiadamente… de no usar el nombre de Dios en vano, de forma inoportuna”.

La expresión «en falso» quiere decir: «en vacío, vanamente». Es la característica de la hipocresía, del formalismo y de la mentira, de usar el nombre de Dios, pero vacío, sin verdad.

2) Para pensar

Cuando una persona vive una relación falsa con Dios, no está tomando en serio su nombre, y sus palabras se hacen poco creíbles. En cambio, quien lucha por llevar una relación sincera con Dios, gana en credibilidad y Dios puede obrar en él. 

Ese cristianismo toca los corazones. El Papa Francisco señala que los santos son capaces de tocar y mover los corazones porque en ellos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad.

Se cuenta que hace años había en Inglaterra vivía Peter, un señor protestante, a quien visitaba semanalmente John, su amigo católico. En un ambiente amistoso charlaban y discutían las verdades de fe. Sin embargo, John se impacientaba al ver que a Peter no le convencían sus razones.

Sucedió que anunciaron que la Madre Teresa de Calcuta visitaría la ciudad y daría una conferencia. John animó a Peter para que asistiera, y finalmente fue.

Cuando se volvieron a ver, Peter lo recibió con mucha alegría y le dijo que estaba decidido para ingresar a la Iglesia Católica, pues las palabras de la Madre Teresa lo habían convencido. John, feliz también, le pidió le dijera cuáles palabras le convencieron. Peter le contó lo que había escuchado y al terminar, John, sorprendido, le dijo: “Pero Peter, todo eso yo ya te lo había dicho...” A lo que Peter le contestó: “Sí, es cierto, ¡pero ahora lo dijo la Madre Teresa!”

Como dice el Papa Francisco, los santos mueven los corazones. Pero también hay «santos de la puerta de al lado» como, por ejemplo, los muchos padres que dan a los hijos el ejemplo de una vida coherente, sencilla, honesta y generosa. Pensemos si nuestras palabras van acompañadas con la fuerza de nuestra vida.

3) Para vivir

Este segundo mandamiento nos recuerda que estamos bautizados «en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo», como afirmamos cuando hacemos la señal de la cruz, para vivir nuestras acciones cotidianas en comunión con Dios, es decir, en su amor. El Papa Francisco invitó a los padres para que enseñen a los niños a hacer la señal de la cruz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque luego sucede que no saben o la hacen mal.

Al tomar el nombre de Dios con amor y respeto, se practica la primera petición del Padre Nuestro, «santificado sea tu nombre». Y Dios no dirá nunca «no» a un corazón que lo invoca sinceramente.

domingo, 9 de septiembre de 2018

PAUL MCCARTNEY: EL BEATLE QUE SE MANTIENE JOVEN CON EL TIEMPO

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

Recientemente, el ex Beatle Paul McCartney, lanzó al mercado su último álbum, titulado: “Egypt Station” con 16 melodías inéditas. No hace mucho tiempo que les preguntaba a un grupo de jóvenes “Millennials” porqué les gustaban las melodías de The Beatles y las de Paul McCarney, sin titubear, me respondieron: “Es una música rítmica, alegre, que no pasa con el tiempo y tiene muy buena calidad”.


Lo sorprendente es que Paul tiene 76 años y cuando se presenta ante los diversos auditorios internacionales muestra una vitalidad propia de un veinteañero.

Hace algunos años, McCartney fue a visitar a un asilo de ancianos como una muestra de altruismo y solidaridad. Una señora de avanzada edad, tomó la iniciativa de interpretar una composición del cantante, titulada: “Cuando tenga 64 años”. 

La cantó y tocó al piano, acompañada de las voces de Paul y las demás personas de la tercera edad. Paul se sorprendió de un pequeño pero significativo cambio en la letra de su melodía: en vez de cantar: “Cuando tenga 64 años”, todos entonaban a coro: “Cuando tenga 84 años”. 

Al finalizar la interpretación, la anciana mujer que encabezaba la melodía se sintió en la necesidad de excusarse, explicándole a Paul: “Es que nos sentimos, por razones obvias, más reanimadas si decimos 84 años en vez de 64”. El cantante se rió abiertamente y añadió: “¡Estoy completamente de acuerdo con ese cambio! Porque hace años que rebasé los 64 años y puedo confesarles que en mis conciertos tengo la impresión que no ha pasado el tiempo ya que me siento lleno de energía y entusiasmo”.

¿Cómo conocí la música de “The Beatles”? En la Navidad de 1964, mi familia y yo nos encontrábamos en Tucson, Arizona. Mi madre salió rumbo al centro de la ciudad para realizar algunas compras. Por complacerme, sabiendo que me gustaba la música moderna, se le ocurrió preguntar al dependiente de una tienda de discos: “¿Cuál es el disco más vendido en los últimos meses?” Y, sin pensarlo dos veces, el empleado le respondió: “A Hard Day’s Night”. Y añadió: “Sin duda, le encantará a su hijo este grupo musical, porque entre los jóvenes de Estados Unidos está causando furor la llamada “Beatlemanía”.

Lo admirable es que Paul McCartney compuso en el ya lejano 1962 el primer éxito de The Beatles, Love Me Do. La banda la integraban también: John Lennon, George Harrison y Ringo Star. Y es sorprendente la cantidad de melodías compuestas por Paul McCartney y John Lennon, además de las de George Harrison y Ringo Star, que ocuparon los primeros lugares del “Hit Parade”, como:

Yesterday, Michelle, I Want to Hold Your Hand, From Me to You, Please, Please Me, Eleanor Rigby, Day Tripper, Ticket to Ride, Drive My Car, Penny Lane, All You Need is Love, Get Back, Hey, Jude, Let It Be, The Long and Winding Road, Here Comes the Sun, Something, While my Guitar Gentle Weeps, A Day in the Life, Revolution, Blackbird, etc. Su álbum “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” (1967) es considerado la obra maestra de este prolífico grupo de Gran Bretaña que revolucionó la música pop.

Después de la separación de The Beatles, en 1970, Paul fundó su propia banda, llamada: Wings, destacando las composiciones: “Band on the Run”, “Jet”, “Coming Up”, “Live and Let Die” (tema musical de una de las películas de James Bond).

Como solista también compuso destacadas melodías, como: “Maybe I’m Amazed”, “Ebony and Ivory”, “Another Day”, “London Town”, “Hope of Deliverance”…

Con ocasión de su matrimonio con Linda Eastman (ya fallecida), con quien tuvo tres hijos y adoptaron un cuarto, declaró a los medios de comunicación que le había pedido a su administrador y organizador de sus actividades artísticas, que mientras tuviera a hijos en edad infantil o en la adolescencia, colocara sus conciertos en las fechas de sus vacaciones escolares porque para él -ocupaba un primer lugar- la atención a su familia y que no le podían privar del gusto de estar con ellos, de recogerlos en la escuela, de ir juntos al supermercado, a visitar museos, a centros comerciales o de planear salidas al campo. Y, en general, de estar pendiente de la formación de cada uno de ellos.

El Presidente Barak Obama, cuando era Primer Mandatario de los Estados Unidos, le hizo un especial homenaje en el “Kennedy Center” en el año 2012 y consideró que Paul McCartney era “un genio de la música de nuestro tiempo”. Son muchos los premios y homenajes que ha recibido. Su biógrafo, Philip Norman, considera que la clave de su éxito por más de medio siglo, es que Paul se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos y a las nuevas generaciones de jóvenes (Cfr. “El Universal”, 2-09-2018, E1).

sábado, 8 de septiembre de 2018

EL ARTE DE CONVIVIR CON ALEGRÍA

Alejandro Cortés González-Báez,
www.padrealejandro.com

"Cada cabeza es un mundo", dice el refrán. A diario hemos de ejercitarnos en las virtudes que nos permiten relacionarnos con quienes piensan y actúan de maneras muy diversas. 



Entre familiares, vecinos y compañeros no faltan los imprudentes; aquellos que son más inoportunos que un estornudo en el momento de subrayar. 

Otros, según nuestro criterio, tienen una visión demasiado estrecha de la vida, son esas personas que están acostumbradas a ver el mundo a través de un popote. 

Sin embargo, no es fácil encontrar tontos que admitan sus limitaciones, y entre los listos hay muchos que se sienten mucho más que eso: Genios. 

Si nos fijamos en la forma que son utilizadas las inteligencias, descubrimos que algunas han sido cultivadas con tanto esmero como los jardines de Versalles, pero otras son simple monte.

Algunas más, por el contrario, se pueden comparar con una vegetación selvática, pues lo mucho que escuchan y leen, lejos de ordenarles la mente, las convierte en gente confusa y ambigua que siempre tienen argumentos para todo y suelen rechazar los criterios ajenos, sobre todo cuando éstos han sido considerados tradicionales. 

A estas personas se les olvida que las estrellas que han guiado durante siglos a muchos marineros no son necesariamente las que están más cerca de nuestro sistema solar. 

Resulta frecuente que en la convivencia aparezcan esas conversaciones interminables llenas de anécdotas inútiles, así como de opiniones dogmáticas tan subjetivas como intrascendentes; saturadas de vacío, que sólo sirven para satisfacer el ansia de protagonismo de quien solamente sabe hablar. 

Ya pasaron los tiempos en los que se admitía la norma de dar cachetadas para hacer entender a la gente, aunque, por desgracia, hay quienes lo siguen practicando. 

Estamos obligados a hacer actos voluntarios de paciencia y empeñarnos en convencer con argumentos razonables. Cuando la tolerancia va de la mano de la prudencia todo es más fácil.

Esto nos abre amplias áreas de oportunidad para mejorar el ambiente donde nos movemos poniendo en práctica también la comprensión y la amabilidad. 

En muchas ocasiones convence más una actitud amable que un argumento aplastante.

viernes, 7 de septiembre de 2018

¿ENFOCAS ACERTADAMENTE TU SEXUALIDAD?

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

“Acabo de hacer mi retiro de confirmación, pero el padre no pudo explicarme porqué está mal, es decir, la razón de que la masturbación, la pornografía y el tener relaciones con amigas esté mal”.



Sin duda, es una pregunta frecuente. Lo primero que hay que tener claro es que Dios no prohíbe cosas por prohibir, por establecer un tabú, menos aún por fastidiar: “¿Es lo que más te gusta?, pues te lo prohíbo, ¡te fastidias!, ja, ja, ja.” Por el contrario, al ser nuestro Creador, sabe qué es lo mejor para nosotros, y nos invita a elegir ese camino, en todo, y también en la sexualidad.

En el fondo lo que está en juego es el sentido del sexo. No es poca cosa, pues dependiendo del sentido o significado que le otorguemos, se desprende el valor o el sentido que le damos al cuerpo y, en definitiva, qué es lo que entendemos por persona. 

¿Por qué todas las culturas tienen preceptos sobre la sexualidad? Porque de la noción de sexo depende en cierto punto la de cuerpo, y de la del cuerpo lo que entendemos por persona, y de esta última, cómo organizamos y estructuramos la sociedad. No es un juego banal, sino algo en lo que al final de cuentas nos jugamos el sentido de la familia, de la sociedad y de la vida.

Dos ejemplos pueden servirte. Dado que ahora se ha difundido una visión del sexo alternativa a la cristiana, la propia de la revolución sexual, que en líneas generales dice: “prohibido prohibir en todo, pero particularmente en materia sexual” o “la única regla es que no hay reglas.” Es decir, todo lo que se quiera, se puede, el único límite es respetar el consentimiento de la contra parte; lo único malo es violentar a la otra persona, la violación, todo lo demás, es bienvenido y entre más creativo y excéntrico, mejor. Se puede todo, pero no me dice nada acerca del sentido del sexo; o mejor, cada quien le da el sentido que quiera según sea la ocasión; o carece de él, simplemente es una experiencia. 

Con este background de fondo, que por ósmosis ha permeado la cultura y las costumbres, es frecuente que muchos chicos y chicas no se quieran casar y no quieran tener hijos. La sexualidad se ha desvinculado de la procreación y de un proyecto de vida particular.

Esto, difundido en forma masiva, transforma la estructura entera de la sociedad. No es una broma, ahora cuando uno pregunta: “y tú, ¿cómo te cuidas?”, ya se entiende que no es “¿cómo te cuidas de los ladrones?”, “¿cómo te cuidas de las enfermedades?”, “¿cómo te cuidas del fisco?”, sino “¿cómo te cuidas para no tener hijos?”, “¿cómo te cuidas para no quedar embarazada?” 

Es decir, culturalmente se ve al hijo como un intruso, alguien que entorpece el proyecto personal de desarrollo… y a la inversa: sólo se acepta al hijo cuando entra dentro del propio plan de desarrollo; se ha dejado de ver al hijo y a la capacidad de transmitir vida como un maravilloso don.

Con lo anterior quiero expresarte que la forma en la cual uno elija vivir su sexualidad es todo menos banal, y tiene importantes consecuencias personales, familiares y sociales. No es solo el hecho de que “no le hago daño a nadie” o “estamos los dos –o los tres, según sea el caso- de acuerdo.” 

Aquí lo que prima es la libertad absoluta, pero no podemos olvidar ingenuamente que la libertad tiene sus consecuencias, lleva aparejada una responsabilidad, y nuestras decisiones estructuran nuestra vida primero, nuestro entorno familiar y social después.

Ya me voy alargando mucho, pero no quería dejar de relatarte la anécdota prometida más arriba: hace tiempo una chica se iba a casar. Cuatro meses antes de la boda el novio sufrió un accidente y quedó paralítico. 

Como el novio en verdad la amaba le dijo que rompía el compromiso, pues no quería que ella fuera enfermera toda su vida. Ella se resistió, consultó con un sacerdote, el cual la animó a tomar esa dura decisión. 

Años después la chica se casó con otra persona y tuvo hijos. Volvió a conversar con el sacerdote, quien le explicó: “si en vez de haber sucedido el accidente 4 meses antes de la boda, hubiera ocurrido 4 meses después, mi consejo habría sido muy diferente. 

Te habría exhortado a cargar con esa dificultad, segura de que contarías con la fortaleza que Dios te prestaría, y que en ese generoso servicio sacrificado encontrarías tu felicidad, primero aquí en la tierra, y más tarde en el cielo.” 

Como se puede observar, el matrimonio es algo muy serio, que estructura la vida, le da estabilidad, y por ello, solamente ahí encuentra su pleno sentido la sexualidad, como total donación física entre los esposos, símbolo e imagen de su entrega total como personas; totalidad que incluye su temporalidad: toda la vida, y todas sus capacidades, entre las que se encuentran, las de ser padre o madre.

¿LA IGLESIA CATÓLICA ES UNA MERA ORGANIZACIÓN HUMANA?

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon     lfvaldes@gmail.com

En las últimas semanas, los medios se han enfocado en las acusaciones de un cardenal hacia el Papa. Se supondría que esta dura crisis debería debilitar profundamente a la Iglesia; pero, por el contrario, la gran mayoría de obispos y de fieles han manifestado su adhesión al Pontífice.




¿Qué elementos de juicio no se están tomando en cuenta?

1. Panorama. El informe de Pennsylvania sobre abusos sexuales cometidos por clérigos desató la crisis actual. El Papa Francisco manifestó la vergüenza que esto produce en la Iglesia. Y en vísperas del viaje apostólico a Irlanda, el país que más ha resentido esta situación, el card. Viganó inculpó falsamente al Santo Padre de haber encubierto a un cardenal estadounidense acusado de abusos sexuales.

¿Por qué la Iglesia sigue en pie? Cualquier institución, empresa o grupo social se vendría abajo después de una situación así, pues la confianza de sus miembros se perdería. Decir que es por fanatismo, no es respuesta. En cambio, todo apunta a que los factores sobrenaturales, que creemos por fe, hoy parecen tener mucho sentido.

2. Primer factor. Los fieles católicos creemos que Jesús mismo, con su poder divino, escogió a Simón Pedro y lo nombró Roca donde se fundaría la Iglesia (Mateo 16,18). Y Jesús ahí mismo le prometió que “el poder del infierno no derrotará” a la Iglesia.

Durante una dura crisis de la Iglesia en el siglo V, afectada tanto por la herejía pelagiana como por las invasiones bárbaras, San Agustín comentaba: “La Iglesia vacilará si su fundamento vacila, pero ¿podrá vacilar Cristo? Mientras Cristo no vacile, la Iglesia no flaqueará jamás hasta el fin de los tiempos” (Comentario al Salmo 103).

3. Segundo factor. Los medios de información suelen dividir a priori a la Iglesia según categorías sociológica, sólo válidas para la política: conservadores y progresistas. De acuerdo a esta visión, la supuesta ala conservadora atacaría al Papa Francisco porque el Pontífice se estaría separando de la doctrina tradicional.

Y aquí entra el otro factor sobrenatural, que explica el crecimiento de la Iglesia en la comprensión de la doctrina, que permite exponer el Misterio de Cristo a los hombres de hoy, en continuidad con la tradición bimilenaria. Se trata de la asistencia del Espíritu Santo al Magisterio.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica que hay un crecimiento en la comprensión de la fe (cfr. n. 94). La encíclica “Lumen fidei”, preparada por Benedicto XVI y publicada por Francisco (29 jun. 2013), enseña que la luz de la fe “crece para iluminar todo el cosmos y toda la historia” (n. 48).

Por eso, el Papa Francisco ha buscado iluminar desde la fe aspectos que hoy son urgentes, como la atención a los migrantes y desplazados, la misericordia hacia los divorciados, la comprensión hacia las personas homosexuales o el cuidado de la creación. Y esto no es abandonar lo tradicional, sino iluminar lo actual desde la tradición viva de la Iglesia.

Epílogo. En general, es complicado explicar el carácter sobrenatural de la Iglesia a la opinión pública, compuesta de personas de muy diversas creencias. Sin embargo, la crisis misma por la que hoy atraviesa la Iglesia muestra que ésta está compuesta por “algo más” que la mera organización humana.

La permanencia de la Iglesia, inexplicable para quienes no comparten la fe, para los creyentes resulta ser una manifestación de la voluntad de Cristo y de la ayuda continua del Espíritu Santo. Al final, la presencia ininterrumpida de la Iglesia es un reto a la razón y una invitación a creer.

lunes, 3 de septiembre de 2018

¿TENGO ALGUNOS DIOSES?

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

En su catequesis sobre los mandamientos, el Papa Francisco se refirió al primer mandamiento, formulado en el libro del Éxodo: «No habrá para ti otros dioses delante de mí» (Éx 20, 3). El tema de la idolatría sigue siendo actual y llega a muchos, incluso hay quienes no son conscientes de ser idólatras.


El mandato prohíbe hacer ídolos de todo tipo de realidad, en usar cualquier cosa como ídolo, pues «la idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo… Consiste en divinizar lo que no es Dios» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2113).

Se hace un dios de algo cuando se pone en el centro de la propia vida. Hoy en día el mundo ofrece el «supermercado» de los ídolos, que pueden ser objetos, imágenes, ideas, dinero, cargos… Entonces se convierte en algo absoluto e intocable, más importante que un cónyuge, que un hijo, que una amistad o que el mismo Dios.

2) Para pensar

El Papa Francisco recordaba que una vez fue a una parroquia en la
diócesis de Buenos Aires para celebrar una misa y como después tenía que hacer las confirmaciones en otra parroquia a un kilómetro de distancia se fue caminando. Atravesó un bonito parque. 

Pero en ese parque había más de 50 mesas cada una con dos sillas y la gente sentada una delante de otra. ¿Qué hacían? El tarot. Iban ahí «a rezar» al ídolo. 

En vez de rezar a Dios que es providencia del futuro, iban ahí porque leían las cartas para ver el futuro y es una idolatría.

Los ídolos nos roban el verdadero amor. El apego a un objeto o a una idea nos hace ciegos al amor. Y por ir detrás de un ídolo, podemos incluso renegar al padre, la madre, los hijos, la mujer, el esposo, la familia... lo más querido.

El Papa Francisco nos pregunta: “¿Cuántos de ustedes van a que les lean las cartas o lean la mano para ver el futuro, en vez de rezar al Señor?

¿Cuántos ídolos tengo? ¿Cuál es mi ídolo? Y nos invita a quitarlo y tirarlo por la ventana.

3) Para vivir

La palabra «ídolo» en griego deriva del verbo «ver». Un ídolo es una «visión» que tiende a convertirse en una fijación, una obsesión. Los ídolos exigen un culto: a ellos hay que postrarse y sacrificar todo. 

Así como en la antigüedad se hacían sacrificios humanos a los ídolos, también hoy exigen sacrificios: como la diosa de la propia profesión que exige se sacrifican los hijos, descuidándoles o simplemente no queriendo tenerlos. O también la belleza puede convertirse en diosa y pide todo nuestro tiempo y dinero, demasiadas horas delante del espejo o en el gimnasio. No es malo maquillarse o hacer ejercicio, pero de forma normal, no para convertirla en una diosa. 

La diosa de la fama pide a veces la inmolación de la propia inocencia y autenticidad. El dios del dinero roba vidas o el dios del placer lleva a la soledad. Algunas empresas sacrifican vidas humanas para mayores utilidades. El dios de la propia afirmación pide vivir en la hipocresía. También la droga es un ídolo, y arruina vidas, destruye familias. 

Los dioses prometen felicidad y vida pero no las dan, en realidad la quitan. En cambio, el Dios verdadero no pide la vida, sino que la dona. Solo el Dios verdadero nos enseña a amar y no pide hijos, sino que dona a su Hijo por nosotros.

sábado, 1 de septiembre de 2018

LA DRAMÁTICA ESCASEZ DEL AGUA

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon   lfvaldes@gmail.com


Mientras que las noticias políticas, económicas e incluso deportivas, captan la atención de la mayoría, silenciosamente continúa la destrucción de reservas de agua, bosques y medio ambiente. La crisis ecológica debe seguir siendo noticia.


1. Un Jornada por la naturaleza. El Papa Francisco ha comprometido su pontificado con la causa del cuidado del planeta, al que llama “nuestra casa común”, como podemos observar desde el hecho que eligió el nombre de Francisco, en honor del santo que amaba la creación, hasta la publicación de la primera encíclica en la historia de la Iglesia sobre la ecología, Laudato Si, cuyo título fue tomado del cántico de las criaturas de San Francisco de Asís.

Además, en 2015, el Pontífice argentino instituyó la Jornada Mundial de Oración por la Naturaleza, para pedir lo que había sugerido en la mencionada encíclica, a saber, una ecología integral que cuide de las personas y del medio ambiente. Un dato importante es que cada año esta Jornada se celebra con los ortodoxos. 

2. La crisis mundial del agua. Este año la Jornada por la naturaleza tiene lugar el 1º de septiembre y coincide con la Semana Mundial del Agua 2018, llevada a cabo en Estocolmo (Suecia), del 26 al 31 de agosto, con el tema “agua, ecosistemas y desarrollo humano”.

Las cifras de la agencia UN Water de la ONU son escalofriantes. En 2007, alrededor de 1.2 mil millones de personas, casi una quinta parte de la población mundial, vivían en zonas de escasez; y se espera que en 2025 sean 1,8 mil millones las personas que vivan en países o regiones con escasez absoluta de agua, y que dos tercios de la población mundial podría estar en condiciones de “estrés hídrico”.

A eso hay que añadir que, con el escenario actual de cambio climático, se espera que en 2030 la escasez de agua en algunos lugares áridos y semiáridos desplazará entre 24 millones y 700 millones de personas.

3. El agua como Derecho humano. La Santa Sede comparte la preocupación por esta crisis de escasez de agua potable y propone la urgencia de defender el “derecho del agua para todos”, para poder garantizar su acceso a todos los pueblos.

Así lo hizo también el Papa en un mensaje que dirigió el año pasado a los participantes en el seminario “Derecho Humano al agua”, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias.

El Pontífice expresó que esta cuestión “no es marginal, sino fundamental y muy urgente”. Detalló Francisco en que es un tema “fundamental”, porque “donde hay agua hay vida, y entonces puede surgir y avanzar la sociedad”. Añadió que es “urgente” porque “nuestra casa común necesita protección” y advirtió que “no toda agua es vida: sólo el agua segura y de calidad”.

Además, el Papa subrayó lo que ya había escrito en Laudato Si (n. 30): que “toda persona tiene derecho al acceso al agua potable y segura; ya que este es un derecho humano básico y una de las cuestiones nodales en el mundo actual.”

Epílogo. La crisis ecológica y especialmente la escasez de agua deberían ser siempre noticia que atrajera a la atención. Ante el acostumbramiento o la indiferencia de la opinión pública, resulta muy importante que una importante voz moral como la Iglesia remueva tanto a los ciudadanos como a las autoridades de los países, para cuidar la casa común y usar el agua con un gran sentido solidario.

¿Y QUÉ PASARÍA SI ME MURIERA?

Alejandro Cortés González-Báez,
www.padrealejandro.com

No pretendo hacer ciencia-ficción, sólo adelantarme a los hechos en lo que se refiere a abandonar este valle de lágrimas, y como desconozco para cuándo me sacaron el boleto, escribo ahora. 


Siendo sacerdote y habiendo gozado de los favores de Dios hasta el presente, no tendré que preocuparme por mi viuda y huérfanos ya que no existen, y por lo mismo, les ahorraré la pena de tener que llorarme. Ya saben ustedes que siempre en esos casos la gente se pone sentimental y le lloran hasta al Conde Drácula.

Si por mí fuera, preferiría un ataúd de madera en vez de uno de metal, pero como yo no lo voy a pagar, me tendré que aguantar con lo que me consigan. Los de madera me gustan más por la vista, y además porque también ella estuvo viva en su momento, por eso supongo que nos llevaríamos mejor. 

En lo referente a las flores, me bastaría con dos docenas. Sobre el tema del tiempo que hayan de velarme les pediría que cuanto más pronto me entierren, mejor. En cuanto al número de personas que asistan será lo de menos, con tal que recen. 

Quizás alguien piense que tengo deseos de morir pronto, a lo cual puedo asegurar que no, pero reconozco que me ha tocado en suerte vivir muchos más años que millones de personas, y esto no es por mérito propio. No tengo derecho a vivir, pues la vida es un regalo de Dios, a quien le agradezco infinitamente que me la haya dado, y sobre todo por haberme permitido conocerlo. En cuanto a todos los demás obsequios estoy convencido de que no tengo forma de pagárselos. 

Solamente me preocupa algo: En qué condiciones llegaré ante su Presencia. Si bien es cierto que no soy el peor pecador, reconozco que no estoy libre de culpa, y dejando por el momento los pecados que he cometido desde que tengo conciencia moral, en este momento me preocupan los de omisión. Todo lo que Dios, y los demás, esperaban de mí y no lo he hecho. 

Tendré que salvarme en este mundo maravilloso, que Dios ha puesto en nuestras manos para que lo administremos, y hemos de procurar dejarlo en las mejores condiciones posibles.

Me gustaría morir sereno y asistido por los auxilios espirituales, es decir reconfortado por la gracia de los Sacramentos que mi Madre la Iglesia Católica me ofrece. Me gustaría morir habiendo hecho bien mi labor —soy un poco convenenciero— y las buenas obras son puntos a mi favor que espero Dios me los tome en cuenta. 

Me gustaría morir superando el miedo a lo desconocido. Me gustaría morir contemplando la mirada de Santa María, a la que durante años le he pedido que ruegue por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.