martes, 30 de enero de 2024

LAS VENTAJAS DE LA ALEGRÍA Y EL BUEN HUMOR

                                                  Raúl Espinoza Aguilera

¿Cuál es el secreto de la felicidad? ¿Y de que las personas vivan muchos más años con salud y buen ánimo? Sin duda, en el modo como enfrentan la vida cotidiana con sus contradicciones y adversidades. Tengo a dos amistades que acaban de cumplir 90 años y cada día viven su existencia con plena intensidad (con esto no pretendo decir que las personas alegres necesariamente vivirán muchos años, pero sin duda eso ayuda).

Los entusiastas están siempre en busca de noticias y hechos que los ilusionen y hagan felices a los demás. Uno practica el tenis y el otro, la caminata diaria. Les alegra -como es lógico- que la familia vaya aumentando con más nietos y bisnietos. Siempre tienen un chiste o un cuento gracioso para contar y si algún amigo les retroalimenta con más chistes los graban mentalmente y enriquecen su repertorio.

Ante las enfermedades o padecimientos propios de la edad, suelen no entristecerse sino sacar el lado divertido. Conozco a un amigo que tiene cáncer de piel y que con cierta periodicidad debe de acudir al Oncólogo para que le quiten las manchas cancerígenas en su piel. Suele decir con buen humor: “Voy al médico para que me quite las pequitas”. Todos hemos sido testigos que nunca ha perdido su sonrisa ni el entusiasmo por vivir. Es más, es la alegría de su hogar, en su trabajo y entre sus amigos.

Los cómicos son fuente inspiradora de ese buen humor. En lo personal me siguen agradando las películas de Cantinflas, de Tin-Tan, de Charles Chaplin, del “Gordo y el Flaco”, etc. Todavía recuerdo, cuando era niño, en algunas películas de Cantinflas las risas de mi padre y sus colegas ante los peculiares “argumentos jurídicos” que empleaba (todos ellos eran abogados), así como las muestras de hilaridad de mi madre y sus amigas ante los bailables y originales atuendos con que vestía. Por ejemplo, cuando se disfrazaba de “El Gaucho Veloz”; o de “El señor de los diamantes” (con su traje a cuadros exótico), del “Agente 777”; o con su extravagante modo de bailar danzón o la cumbia. En la película “Por Mis Pistolas”, Cantinflas va en busca de una mina de su bisabuelo. Resulta particularmente divertida la conversación que sostiene Cantinflas -vestido de vaquero y acompañado de un burrito- con un agente aduanal de Arizona, pero no esperaba que el funcionario de migración, entre otras muchas preguntas le planteara:

-       ¿Pretende usted derrocar al gobierno de los Estados Unidos?

-       Ay, no la “amuele”, Míster, ¿Qué así ya nos llevamos?

Luego lo pretende multar con un dólar porque, en un descuido, su burrito cruzó la frontera un par de metros. Y, después, el agente pierde la llave del candado de la pequeña reja y Cantinflas lo abre rápido con su ganzúa, ante la graciosa indignación de la autoridad aduanal. En fin, se trata de un diálogo muy cuidado que resulta cómico y además no pierde actualidad ante la problemática fronteriza que existe entre ambos países.

Tin-Tan imitaba a la perfección al clásico “Pachuco” en su manera de hablar                   -que en la jerga popular se le suele llamar “pocho”- o de portar un traje muy holgado con su larga cadena y un sombrerito con una pluma. Dejaron huella sus películas: “El Revoltoso”, “El Rey del Barrio”, “La Marca del Zorrillo”, “El Bello Durmiente”, “Las Locuras de Tin-Tan”, etc. Sobre Charles Chaplin, se convirtieron en clásicos del cine sus películas: “Candilejas”, “El Gran Dictador” (imitando a Adolfo Hitler), “El Chico”, “Tiempos Modernos”, “Luces de la Ciudad”. Hay personas que -de cuando en cuando- suelen ver a estos clásicos de la comicidad como un divertido pasatiempo.

El filósofo francés, Henri Bergson escribió un ensayo bastante revelador acerca de los detonadores del buen humor: 1. La confusión; 2. Lo inesperado; 3. Lo ridículo; 4. Lo ilógico; 5. El cariz psicológico; 6. Lo exagerado; 7. Los juegos de palabras; 8. La imitación.

Un ejemplo de atuendo ridículo, Cantinflas usaba su pantalón muy por debajo de la cintura y un retazo de tela sobre su hombro que le llamaba “su gabardina”. En “El Bombero Atómico”, el cómico le pregunta a una niña que tomó en adopción:

-¿Cómo de qué tengo cara?

- ¡Cómo de limosnero! -responde con toda sencillez.

-Lo que pasa es que soy periodista y gano muy poco (en realidad era voceador y vendía periódicos en la calle).

El jugar con las palabras siempre ha tenido un especial atractivo y es un recurso habitual de la comicidad en todos los idiomas. Verbigracia, se cuenta que un médico, profesor de Anatomía, en un examen oral, cuestionó a uno de sus alumnos lo siguiente:

-A ver compañero, dígame usted:

-¿Qué es el píloro?

Sorprendido el estudiante se limitó a responder:

-Ignórolo -respondió dubitativo y temeroso.

A lo que el Catedrático le dijo con determinación:

-¡Pues repruébolo!

San Josemaría Escrivá de Balaguer afirmaba: “Cada vez estoy más persuadido: la felicidad del Cielo es para los que saben ser felices en la tierra” (Forja No. 1005).

 

 

 

 

 

 

LA BELLEZA DE LA SEXUALIDAD

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

“Amor que casto no sea, ni es amor ni puede ser” (Lope de Vega). Hay una relación estrecha entre la castidad y el amor verdadero. En la ocasión pasada se trató sobre la gula, que es la voracidad hacia la comida. Ahora el Papa Francisco trató sobre la lujuria que es una "voracidad", pero ahora respecto a la sexualidad.

El Papa aclara que el cristianismo nunca condena el instinto sexual, al contrario, lo respeta, lo valora mucho y busca protegerlo. Y la castidad es la virtud que la protege. La sexualidad es muy importante porque está esencialmente unida a nuestra capacidad de amar: al prójimo y a la vida. Es algo muy bello que Dios ha inscrito en nosotros. Por ello se ha de evitar que nuestros afectos y amor se contaminen por la lujuria.

2)  Para pensar

Un joven francés narraba que en su juventud se alejó de Dios, y no le preocupaba. Su comportamiento con las chicas era inmoral, sólo se aprovechaba de ellas. Pero un día encontró un libro: “El libro del joven” (“Au service de l'amour) de J. y E. Carnot. Lo leyó todo y se sintió avergonzado de sí mismo. Una frase lo hirió profundamente en su corazón: «Respeta a las jóvenes, pues Dios las ha hecho en su corazón y en su alma para ser madres. Acuérdate de tu madre». Recapacitó y ya no volvió a abusar de la sexualidad.

Enamorarse es una de las realidades más sorprendentes, puras y bellas de la existencia, dice el Papa Francisco. La mayoría de las canciones hablan de amores que se encienden, que se buscan y nunca se alcanzan; amores llenos de alegría o que atormentan. Una persona enamorada se vuelve generosa, disfruta regalando, escribe poemas; deja de pensar en sí misma. Sin embargo, puede ser contaminada por el demonio de la lujuria, volviendo la relación tóxica, perjudicial, de posesión del otro, carentes de respeto y de sentido de los límites.

3)  Para vivir

El amar es hermoso porque lleva a respetar al otro, a buscar su felicidad, su bien, y la castidad le ayuda a mantener un amor incondicional, desinteresado, generoso y comprensivo, no de posesión, sino de donación, servicial, pues servir es mejor que conquistar. Es como el amor de Dios, libre y gratuito, que podemos pedírselo. La lujuria, en cambio, se burla de todo esto: la lujuria saquea, roba, consume de prisa, no quiere escuchar al otro, sino sólo a su propia necesidad y placer.

La sexualidad implica a la persona completa, por eso es un gran peligro la lujuria pues lo corrompe todo: Deja de amar para buscarse a sí mismo, su propio placer con un uso malsano de la sexualidad; en la relación sexual sólo busca utilizar a la otra persona para el provecho personal, la “cosifica”, la usa como una cosa y no la ama como persona. Por eso también rechaza la procreación. Una muestra muy clara de lujuria es la pornografía que trata la sexualidad sin una relación amorosa ordenada: genera adicción y destruye la libertad. Y aunque haya placer, causa una triste soledad.

La belleza de las relaciones sexuales está en que hay un amor pleno de donación recíproca. Aunque pueda costar esfuerzo, el premio es grande, porque preserva la belleza del amor. Como decía San Juan Pablo II: “La pureza del corazón y del cuerpo debe ser defendida, pues la castidad custodia el amor verdadero”. (articulosdog@gmail.com)


lunes, 22 de enero de 2024

ÁLVARO OBREGÓN, UN PERSONAJE CONTRADICTORIO

                                 Raúl Espinoza Aguilera

 

Se cumplen cien años en que el General Álvaro Obregón terminó su período presidencial (de 1920 a 1924). Sabemos que dos de los principios intocables proclamados por Francisco I. Madero fueron: “Sufragio Efectivo y No Reelección” y todos los demócratas del país estuvieron de acuerdo. Pero era tan desmedida la ambición política de Obregón que presionó y convenció a sus amigos políticos en el poder para que fueran reformadas las leyes, de tal manera que en 1928 fuese Reelecto como Presidente de la República. Desde luego este abuso de poder no podía durar mucho.

A la vez que este hecho causó tremendo disgusto entre los revolucionarios y, particularmente, en Plutarco Elías Calles, quien había sido Presidente de la Nación de 1924 a 1928 y, por supuesto, a sus numerosos seguidores que ya preparaban “El Maximato” del “Jefe Máximo de la Revolución”, como se hacía llamar Calles.

El 17 de julio de 1928 se organizó un banquete en el restaurante “La Bombilla” (San Ángel) en honor del Presidente Electo. Durante la comida, José León Toral, mientras le mostraba unas caricaturas con el rostro de Obregón, sacó su pistola, e inesperadamente le disparó seis tiros en la cabeza y en el tórax. Pero el resultado de la autopsia fue sorprendente porque se descubrieron muchos más tiros y de muy diversos calibres en el cuerpo de Obregón.

El clamor popular no se hizo esperar, si alguien preguntaba:

-¿Quién mató a Obregón?

-¡Cállese! -era la respuesta irónica de la ciudadanía.

Álvaro Obregón había nacido en la hacienda de Siquisiva, Navojoa, Sonora, en 1880. Quedó huérfano y tuvo que hacerle frente a la vida desempeñando una gran variedad de oficios y trabajos. Fue un hombre con bastante creatividad, ingenio y con una memoria prodigiosa. Era simpático, extrovertido y con facilidad para hacer amigos. Después se inclinó por la agricultura y económicamente le fue bien. Sembraba trigo y garbanzo, entre otros cultivos. En un acto de audacia, se le ocurrió -con éxito- exportar el garbanzo a España. Contrajo matrimonio con Refugio Urrea con quien tuvo dos hijos. Inició su carrera política presentándose a las elecciones municipales de Huatabampo, las cuales ganó.

A principios de la década del siglo XX, sobrevino un abierto clima de oposición al régimen de Porfirio Díaz en prácticamente todo el país, impulsado por Francisco I. Madero con su libro “La Sucesión Presidencial en 1910”. A partir de ese libro y con su vibrante oratoria ganó a miles de adeptos. En 1909 Álvaro Obregón, después de titubear un tiempo, se enroló en las fuerzas de Francisco I. Madero. Dos años después, Porfirio Díaz dejó la Presidencia de la Nación, en el año 1911, y huyó en barco a Francia, acompañado de su familia. Le sucedió, de modo pacífico, Francisco I. Madero -apodado “El Apóstol de la Democracia”- gobernó de 1911 a 1913. La tensión social se apaciguó. Muchos revolucionarios -como Álvaro Obregón- volvieron a sus faenas y trabajos ordinarios.

La sorpresa mayúscula vino cuando el General Victoriano Huerta dio un golpe de estado el 9 febrero de 1913, que terminó con el asesinato del Presidente Madero en la llamada “Decena Trágica”. Y se impuso dictatorialmente, ante la indignación nacional. En ese mismo año, Obregón se le unió a Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila. Y aunque en ese proceso hubo divisiones con los del grupo de Francisco Villa y Emiliano Zapata. En cambio, Obregón se mantuvo fiel a Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Y se le designó, al General sonorense, como el encargado de perseguir a Villa y lo derrotó en la Batalla de Celaya. Como militar fue un brillante estratega. Pancho Villa tenía el estilo de pelear en combate lanzando a sus jinetes -llamados “Los Dorados”- de frente, una y otra vez, hasta derrotar al enemigo. En cambio, Obregón tenía una novedosa forma de hacerle frente al contrario, mediante una táctica militar de ataque envolvente, formando círculos o semicírculos que, a la postre, demostró ser más eficaz porque “las bajas” de sus soldados eran menores y se ahorraba municiones. También utilizó “loberas” que eran trincheras con un solo soldado, en vez de las trincheras tradicionales. En 1917, Álvaro Obregón se fue a Sonora a continuar con la agricultura y preparar su campaña presidencial. Carranza fue nombrado Presidente de México desde el 1 de mayo de 1917 al 21 de mayo de 1920. Pero al observar, los generales de Sonora, a un Venustiano Carranza receloso y tomando importantes decisiones políticas sin consultarlas con nadie, deciden pronunciarse en la “Rebelión de Agua Prieta” en 1920 contra Carranza que pretendía imponer a Ignacio Bonillas como su sucesor.

Durante su gobierno (1920-1924) realizó muchas obras en bien y progreso de la nación. Sin embargo, Obregón dio la orden de poner una bomba en el Altar de la Virgen de Guadalupe (14 de noviembre de 1921). También, ordenó poner bombas en la Catedral Metropolitana, la Catedral de Morelia y varios templos católicos más. Aunque declaró que no pertenecía a la masonería era innegable su odio y aversión a la religión católica. A finales de 1927, en la matanza de Huitzilac -cara a la sucesión presidencial- traicionó y ordenó asesinar a sus amistades los Generales Francisco Serrano y el General Carlos A. Vidal, entre otros, como lo relata magistralmente el escritor Martín Luis Guzmán en su libro “La Sombra del Caudillo (Obregón)”.

En fin, son luces y sombras de un personaje singular y contradictorio. El conocido historiador Enrique Krauze transcribió unos poemas de este expresidente en los que afirmaba no tenerle miedo a la muerte. Y la muerte salió en busca de él, en un momento que parecía de gloria, pero se convirtió en tragedia.

 

 

 

domingo, 21 de enero de 2024

¿CÓMO COMEMOS?

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

“Ninguna mesa está bien adornada si la templanza está ausente de ella” (Ramón Llul). Siguiendo con su Catequesis sobre los vicios y virtudes, el Papa Francisco reflexionó sobre una falta de templanza: el vicio de la gula.

Una necesidad vital es la alimentación. Pero es preciso que no se desordene y deje de cumplir su función, sea por comer demasiado, o demasiado poco. Sus consecuencias derivan en enfermedades: anorexia, bulimia, obesidad… Por ello los antiguos Padres de la Iglesia le llamaban a la gula con el nombre de “gastrimargia”, que se puede traducir como “locura del vientre”, es una falta de razón en el comer.

Existe el peligro de pasar de ser administradores de los bienes divinos, a ser consumidores con una voracidad insaciable de bienes que nos domina, dejando de ser dueños para ser esclavos.

2)  Para pensar

Diógenes, el filósofo griego, se caracterizaba por su austeridad. Quería vivir con lo mínimo indispensable para no depender de nada, pues sentía su independencia como su más preciado tesoro personal. Una anécdota cuenta que cuando vio a un niño beber agua de una fuente ayudándose del hueco que formaban sus manos para recogerla, se dijo a sí mismo: "Este muchacho me ha enseñado que todavía tengo cosas superfluas", tras lo cual rompió su pequeño tazón con el que hasta entonces se ayudaba para beber. Hay una bella escultura del artista Émile André Boisseau en el Museo Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro que representa ese momento.

¿Cómo mantener una relación sana con los alimentos? Como en todo nuestro actuar, tenemos un modelo de vida y de enseñanzas en Jesucristo, quien nos da una luz al respecto. Vemos en su vida que no rechazó el comer con pecadores, ni dejó de proporcionarles un buen vino en los desposorios a los que asistió. Jesús elimina la distinción hecha por la ley judía entre alimentos puros y alimentos impuros: “No es lo que entra en el hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de su corazón”. Nos invita a mirar nuestro interior, en nuestra relación con la comida: ser quienes dominamos el alimento y no sus esclavos. La comida está para alimentar lo necesario. Esta relación serena que Jesús ha establecido con respecto a la alimentación, dice el Papa, debería ser redescubierta y valorada. Como dice el proverbio: debemos comer para vivir, no vivir para comer.

3)  Para vivir

Además, la alimentación suele manifestar algo interior, dice el Papa Francisco. Por ejemplo, muestra si estamos predispuestos al equilibrio o a la desmesura; manifiesta la capacidad de agradecer o la arrogante pretensión de autonomía; la empatía de quien sabe compartir la comida con el necesitado, o el egoísmo de quien acumula todo para sí. Incluso en la forma de comer se revela nuestra interioridad, nuestros hábitos y actitudes psíquicas. Se cumple lo dicho: dime cómo comes, y te diré qué alma tienes.

Platón decía que la templanza es una armonía que se establece entre lo que es inferior y lo que es superior, entre el alma y el cuerpo. Así como pedimos “el pan de cada día”, también habría que ser capaces de dar gracias cada día por ese pan. Cuidando la templanza se cumplirá el refrán: “Orden y medida, y pasarás bien la vida”. (articulosdog@gmail.com)

sábado, 20 de enero de 2024

CANONIZACIONES DIFÍCILES

La Iglesia no es inmune a la cultura, finalmente está formada por hombres de su tiempo y

debe transmitir sus mensajes en esas coordenadas espacio temporales y, por lo tanto, culturales.

En ese sentido, no es impermeable a la moda de lo “políticamente correcto” ni a la corriente

“woke” o “de la cancelación”. Parece ser que ha habido santos -personas que, podemos suponer

con bastantes visos de credibilidad, están en el Cielo- que sin embargo han sido “cancelados” y no

se pueden canonizar. No es gratuita esta pretensión de declararlos “santos antes de tiempo”, pues

tienen fama de santidad, sus vidas han dejado una profunda estela de bien en la Iglesia y en la

historia de la humanidad, y se ha estudiado concienzudamente su vida. ¿Cuál es su error?

Pretender acceder a los altares en el momento equivocado.

Sin hacer una investigación exhaustiva, me vienen a la mente dos ejemplos: la Sierva de

Dios Isabel la Católica y el Venerable Fulton J. Sheen. Isabel I de Castilla murió con fama de

santidad, aunque su proceso comenzó muy tarde, en 1974, es decir, se trataría de un proceso

histórico que intentaría determinar su fama de santidad a lo largo de los siglos, como una especie

de “culto inmemorial” al estilo del Beato Duns Escoto, que a su vez determine, a través de una

estricta indagación histórica, cómo vivió heroicamente las virtudes cristianas. A parte de eso, la

cristiandad y la civilización occidental tienen una deuda enorme con Isabel: gracias a su apoyo

América fue descubierta, y fue defensora de los derechos de los indígenas como personas

humanas, adelantándose por siglos a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. En

efecto, la reina les da el tratamiento de súbditos libres y reconoce sus derechos humanos. A partir

de ese momento, los reyes de España se consideraron protectores de los indígenas, por lo menos

durante el reinado de los Habsburgo. Es verdad que algunos colonizadores, encontraban la

manera de eludir la ley, pero la ley estaba escrita y fue promulgada por Isabel I.

¿Cuál es el pecado imperdonable de Isabel la Católica? La expulsión de los judíos sefardíes

del reino de España. Comprender este hecho implica sumirse en su contexto histórico.

Obviamente, con ojos del siglo XXI nos parece una barbaridad, pero quizá no lo fuera tanto desde

la perspectiva del siglo XV, que fue cuando ocurrieron los eventos. Justo en ese momento se

estaba fraguando el concepto de “nación” o “estado” en su sentido moderno. La nobleza perdía el

poder, el cual se concentraba en la figura de los reyes. Había diversos elementos que componían

el cóctel de una nación: un solo rey, una sola lengua, una sola moneda, una sola religión. Por eso,

en el siglo siguiente se adoptó la consigna: “cuius regio, eius religio”, es decir: según sea la religión

del rey, esa será la religión del pueblo que él gobierna. Y esta norma se adoptó en todo el

territorio europeo. Es decir, mirando el contexto religioso, fue una medida “normal”, aunque,

objetivamente injusta; pero esa injusticia estaba más allá del horizonte de interpretación de la

reina. Su beatificación supondría un duro golpe al diálogo interreligioso mantenido con los judíos

desde el Concilio Vaticano II, y por ese motivo está en stand-by.

El caso del Venerable Fulton J. Sheen es más sorprendente. Iniciado su proceso durante el

pontificado de san Juan Pablo II, declarado Venerable por Benedicto XVI, aprobado por Francisco

el milagro que debería abrirle las puertas a la beatificación -finalmente, un milagro documentado

atribuido a su intercesión vendría a ser como el acta notarial de que efectivamente se encuentra

en el Cielo-, fijada su fecha de beatificación para el 21 de diciembre de 2019, fue suspendida pocos

días antes de celebrarse. Este evento, sin duda, resulta novedoso para la añosa historia de la


Iglesia, nunca había sucedido algo así. ¿El motivo? Un obispo juzgó que el comportamiento del

obispo Sheen con un sacerdote que tuvo una conducta sexual inapropiada en 1963 pudiera ser

mal entendido por el Fiscal General de Nueva York. Sobra decir que la investigación histórica

realizada durante el proceso exoneraba completamente a Sheen del caso, afirmando

rotundamente que “nunca había puesto a niños en peligro”. Pero, dado el revuelo actual sobre el

triste caso de la pederastia clerical, donde no hay presunción de inocencia sino de culpabilidad,

aconsejaron meter en la congeladora su beatificación, a pesar de su milagro, los frutos en

conversiones de su predicación y su magnífica doctrina.

Mirando retrospectivamente, pienso que algunos de los santos más grandes de la historia

de la Iglesia, no serían canonizados con los criterios actuales. Me vienen a la memoria dos

ejemplos: san Ambrosio de Milán y san Cirilo de Alejandría. San Ambrosio es culpable de lo que

podríamos denominar “la primera quema de una Sinagoga en la historia”, perpetrada por monjes

en Raqqa, actual Siria. El emperador Teodosio intentó castigar a los culpables, pero Ambrosio,

furibundo antisemita, impidió que lo hiciera, sugiriendo que la Iglesia tenía derecho a hacerlo.

Mientras san Cirilo de Alejandría, quien también fue antisemita (destruyó su Sinagoga y los

expulsó de Alejandría), es culpado por instigar el salvaje asesinato que el populacho perpetró

contra Hipatia de Alejandría, filósofa, matemática y astrónoma. Cabe hacer notar que ambos son

doctores de la Iglesia y “campeones de la ortodoxia”: san Cirilo es el principal promotor, dentro

del Concilio de Éfeso en el 431 d.C., de que María siguiera considerándose “Theotokós”, es decir,

“Madre de Dios”; y san Ambrosio de la conversión de san Agustín, quizá el pensador católico más

prominente de la historia. Pero en su época, ser antisemita no te bloqueaba el camino a los

altares.

En su tiempo el antisemitismo no era un pecado, ahora sí lo es. La Iglesia ha reconocido,

quizá un poco tarde, su parte de culpa en la formación del antisemitismo gracias al gran san Juan

Pablo II, que en el contexto de la “purificación de la memoria” publicó: “Nosotros recordamos:

Una reflexión sobre la Shoah”. San Ambrosio, san Cirilo e Isabel la Católica obraron con buena

conciencia, aunque lo que hicieron objetivamente estuvo mal. Pero en su tiempo eso no se

percibía y ello no les impidió a los primeros dos el acceso a los altares, a la última sí. Pienso que lo

mismo le sucede a Fulton J. Sheen, durante su vida no había la sensibilidad que hay ahora, y por

ello la Iglesia vacila al ponerlos como ejemplo. Pero, finalmente, pienso que eso les tiene a ellos

sin cuidado, pues seguro estarán ya disfrutando de la visión de Dios en el Cielo, aunque nosotros

no queramos reconocerlo.


Dr. Salvador Fabre

masamf@gmail.com

lunes, 15 de enero de 2024

UNA CARRERA ÉPICA

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

“Felices son aquellos que se atreven con coraje a defender lo que aman” (Ovidio). Esta frase del poeta romano, nos afirma que la felicidad es una conquista, es consecuencia de la victoria. El Papa Francisco, a su vez, señaló en su reciente Audiencia que la vida espiritual del cristiano no es pacífica y sin desafíos, sino al contrario, exige un continuo combate para conservar la fe.

Cuando una persona es bautizada, la unción que recibe es un símbolo de que la vida es una lucha. En la antigüedad, los luchadores se ungían completamente antes de la lucha, tanto para tonificar sus músculos, como para hacer sus cuerpos escurridizos a las garras del adversario. La vida se presenta como una sucesión de pruebas y tentaciones a vencer.

2)  Para pensar

Los juegos olímpicos están llenos de historias emotivas, graciosas o tristes que no siempre son de los que ganan. Una de ellas sucedió en el Maratón de México 1968, donde se registró una carrera épica: la historia del último clasificado.

El maratón es una competencia que pone a prueba la resistencia humana, con sus más de 42 kilómetros. Se añadió que la Ciudad de México está a más de 2000 metros de altura. La situación se vio agravada con el corredor John Stephen Akhwari, de Tanzania. Era el campeón africano, que llegaba con un tiempo promedio de 2:15, con lo cual aspiraba a subir al podio. Sucedió que a mitad de la carrera, tuvo una caída dolorosa en que se dislocó la rodilla, se dañó la cabeza y los hombros. Le faltaban más de 20 km. En la prueba, 18 de los 75 titulares abandonaron la prueba por falta de oxígeno. También a Akhwari se le dificultaba respirar, pero decidió continuar. Se puso una correa en la rodilla y corrió así. Llegó un momento donde sólo podía cojear. A la meta llegaron todos los demás y se otorgaron las medallas a los ganadores. Después de más de una hora, cuando incluso ya varios espectadores se habían retirado, llegó Akhwri cojeando. Los que se quedaron lo animaron lo más fuerte que pudieron. A pesar del intenso dolor en su rodilla, Akhwari volvió a correr y cruzó la meta. Declaró su motivo: “Mi país no me envió 5000 millas para comenzar una carrera, sino para terminar la carrera”, y recordó la enseñanza de sus padres: “Si comienzas a hacer algo, termínalo. De lo contrario, nunca lo comiences”. Un ejemplo de no rendirse y luchar hasta el final.

3)  Para vivir

Los santos no son hombres que se han librado de la tentación, sino que se sabían vulnerables teniendo que luchar para rechazar las seducciones del mal. Todos tenemos tentaciones, y también tenemos que luchar para no caer en ellas. El riesgo es acostumbrarnos al mal y luego no saber distinguirlo del bien, pensando que todo está bien, que nos “autoabsolvamos” pensando que no hay nada que cambiar, dice el Papa Francisco. Ante ello viene bien pedir a Dios la gracia de conocernos bien y hacer un poco de examen de conciencia para detectar nuestros males. Isaac de Nínive decía que, en la Iglesia, el que conoce sus pecados y los llora es más grande que el que resucita a un muerto. Tengamos siempre la confianza en la misericordia infinita de Dios que nos ayuda y nos perdona todo, facilitándonos el Sacramento de la Reconciliación. (articulosdog@gmail.com)


sábado, 13 de enero de 2024

LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

Raúl Espinoza Aguilera

Hace unos días celebrábamos la Fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y

José. No deja de sorprender que la Santísima Trinidad decidiera que Jesucristo, el

Emmanuel (Dios-con-nosotros) naciera en el seno de una familia y, como todas las

personas, Jesús pasara 9 meses en el vientre de su Madre, la Virgen Santa María.

Había muchas cosas que urgía realizar en orden a la Salvación del género

humano y, sin embargo, Dios quiso hacer énfasis en que se trataba de un hombre

normal (“Perfecto Dios y Perfecto Hombre”) y no quiso precipitar el tiempo.

Existe una pintura clásica que en lo personal me agrada mucho, atribuida al pintor

español, Esteban Murillo, sobre la Sagrada Familia en que nos representan la

intimidad de su hogar. El Niño-Dios está jugando con un pajarito y un perrito

blanco. San José lo sostiene y está contento porque el pequeño Jesús se divierte.

La Santísima Virgen María está cosiendo y mira complacida la escena.

¡Así debió de haber sido el hogar de Nazareth! -imagino. En que llevan un vida

llena de naturalidad y sencillez. Por otra parte, en la ceremonia de Purificación en

que la Sagrada Familia acude al templo, para cumplir lo que prescribe la Ley de

Moisés para los varones primogénitos, no ofrecen cordero como los esposos ricos,

sino que por tratarse de una familia pobre -solía ser el sueldo de un artesano-

ofrecen un par de tortolitas.

La familia es una escuela de virtudes. Dentro de una familia hemos aprendido los

valores, la formación humana, la vida de piedad. Cierto día, daba la bienvenida a

los asistentes a una conferencia. De pronto apareció una joven que -con gran

aplomo y seguridad- me preguntaba por más lugares para estacionar el coche de

su familia. De inmediato pensé que esa joven tenía unos padres que la había

formado bien, con el suficiente carácter para moverse con desenvoltura. En efecto,

a los pocos minutos se presentaron sus padres que poseían una personalidad

clara y definida y se observaba que habían influido positivamente en su hija.

Recientemente escuchaba a un Doctor en Pedagogía que debíamos de defender

a la familia por todos los medios y nunca desalentarnos si nos encontrábamos con

un ambiente adverso.

También en el principal de los Derechos Humanos como, sin duda lo es, el

Derecho a la Vida Humana. Se sabe que existe toda una campaña internacional

que rechaza o niega este Derecho Fundamental. Las famosas jóvenes con

“pañoletas verdes” no parece que conozcan a fondo la Perinatología ni la Bioética.

Hay mucho de ignorancia científica con esa postura ideológica.


Algunos políticos e intelectuales consideran una postura “vanguardista” estar a

favor del aborto y la desintegración de la familia. Como si fuera un signo de

“modernidad” sin percatarse del daño que están causando con el asesinato de

miles de bebés en el seno de sus madres o en la desintegración de esa célula

social básica como lo es la familia. La consabida frase: “Es que todo el mundo

piensa en esta forma modernista, además no quiero parecer ante los demás como

del siglo antepasado”. Esa conducta no es sino una excusa de sus descarríos.

Leía el caso de una enfermera que trabajaba en una clínica abortista, que un día,

al terminar su jornada y mientras se vestía para salir de regreso a su casa,

escuchó el llanto desesperado de un bebé. Su instinto recóndito de madre hizo

que lo buscara dentro de los botes con cadáveres de niños abortados. Al poco

tiempo, encontró al niñito. De inmediato, lo lavó, le curó y vendó sus heridas.

Luego le puso unas mantas gruesas para no ser descubierta. Se llevó al bebé a su

casa, le dio las medicinas que necesitaba y su madre le ayudó a alimentar a la

criatura. Por supuesto, esta enfermera cambió de trabajo, por otro honrado y que

no fuera tan criminal.

Después animaron al niño a estudiar. Con el paso del tiempo, se graduó en

Ingeniería Química. Fue él quien dio a conocer su caso a los medios de

comunicación. Y causó gran conmoción social.

Hace poco, falleció mi Tía Elsa. Se casó con mi Tío Manuel (también finado) y

procrearon cinco hijos. Era ejemplar el cariño que les tenían. Luego vinieron los

nietos. Admiraba el enorme afecto que les manifestaban a cada uno de sus

descendientes. Con el paso del tiempo, mi Tío Manuel falleció. En los últimos

años, mi Tía Elsa se llenaba de alegría y gozo cuando nacían sus bisnietos y

llevaba la cuenta exacta. Cuando la visitaba, me mostraba con un santo orgullo las

fotografías de todos ellos. Su vida fue una entrega completa de servicio para

proporcionarles felicidad a todos y de un gran amor por la vida humana. “¡Qué

alegría que la familia crezca!” -solía decirme.

En conclusión, la familia no ha sido un invento humano ni una mera ocurrencia de

un sector de la población a través de los siglos. Más bien, ha sido un querer

enteramente de Dios y nos puso como modelo a la Sagrada Familia: Jesús, María

y José. 

TADEUSZ DOLEGA-MOSTOWICS: UN CLÁSICO DE LA LITERATURA POLACA

“Netflix” acaba de estrenar “El Curandero” una película basada en hechos reales que ha fascinado al público porque encierra una considerable historia dramática, basada en la novela “El Curandero” de Tadeusz Dolega-Mostowics.

Así como en Rusia se consideran autores clásicos a León Tolstoi y Fiódor Dostoyevski por sus relatos psicológicos y costumbristas sobre su época. En Inglaterra, Charles Dickens es considerado otro clásico que supo describir magistralmente la situación sociopolítica de su tiempo; Víctor Hugo es considerado como uno de los más destacados escritores de la Lengua Francesa.

Este escritor polaco nace el 10 de agosto de 1898 en el pueblo de Okuniewo (antes Rusia y ahora Bielorrusia) y murió en combate en Kuty un 20 de septiembre de 1939. Se le considera el autor más importante de Polonia en el período llamado de entreguerras (de 1918 a 1939).

Estudió Derecho en la Universidad de Kiev. Al concluir su Carrera se trasladó a Varsovia y se incorporó al ejército polaco. Luchó en la Guerra Polaco-Soviética de 1919-1921.

Posteriormente se dedicó al periodismo y comenzó a escribir en el Diario “La República”. En forma paralela comenzó a publicar cuentos y novelas. En 1930 publicó su primera novela “La Última Brigada”.

Dos años después, alcanzó notoriedad con “La Carrera de Nicodemus Dyzmy. Al observar que sus novelas tenían bastante éxito editorial, decidió escribir dos novelas por año.

“El Curandero” nos relata la historia de un destacado cirujano, el Profesor Wilczur, de renombre internacional que lo tiene todo: fama, familia, dinero y un gran futuro.

Sin embargo, este Profesor ama apasionadamente su vocación de médico, está de ordinario ausente en su casa y prefiere estar en el hospital con sus pacientes.

Esta situación no la soporta su esposa y prefiere serle infiel. Ella decide fugarse con la hija de ambos. Lo cual supone un duro golpe para el Doctor.

Este doloroso hecho desencadena que el Profesor Wilczur inicie la búsqueda de su mujer y su querida niña.

Comete una grave imprudencia porque, en su afán desesperado, por recuperar a sus seres queridos acude a un perfecto desconocido, le pide ayuda y le ofrece dinero.

Pero el Profesor no sabía que este joven pertenecía a una peligrosa banda de asaltantes. Le lleva por un abandonado callejón y, a continuación, aparece la banda quienes sin más diálogo le proporcionan una severa golpiza. Entre esos golpes, con un tubo le dieron uno muy fuerte en la nuca y de inmediato perdió el conocimiento y, lo más grave, es que cayó en un estado de amnesia total.

Pasaron 18 largos años y, debido a su ausencia, en su comunidad lo dieron por muerto, aunque nunca encontraron su cuerpo.

Mientras tanto, su hija -ya mayor- pasaba de carencias de todo tipo. Y ante la apremiante necesidad decide vender el piano familiar y trabajar como mesera en una taberna, a la vez que ameniza a los clientes tocando el mismo piano.

Mientras tanto el Profesor Wilczur vagaba sin destino por poblados, buscando algo que en realidad no recordaba con claridad.

A partir de que conoce a una molinera, el Doctor acepta vivir con ella y en el molino le da cabida para que pusiera un improvisado consultorio cobrando cantidades simbólicas.

Comienza a operar y a desplegar toda su sabiduría como cirujano. La gente de escasos recursos que lo rodeaba estaba muy agradecida por su labor filantrópica.

En un gravísimo accidente en que su hija quedó con el cráneo muy averiado y los otros colegas dictaminaron que esta joven moriría sin remedio. Este ilustre Doctor se atrevió a realizar dicha cirugía con éxito, sin saber que se trataba de su propia hija.

Pero, fue demandado por ejercer este trabajo supuestamente sin título médico. En el juicio desfilaron muchas de las personas que fueron beneficiadas por el Profesor Wilczur, incluyendo su propia hija.

Una persona interesante resultó ser un viejo amigo médico que aún laboraba en el hospital. Pero el testimonio de su propia hija fue clave y contundente. Al final de la trama se eliminaron todos los cargos y quedó absuelto de toda culpa.

Esta novela nos muestra muchos valores que posee el Profesor Wilczur, como: magnanimidad, generosidad, deseos de servir sin recibir nada a cambio, nobleza, bondad, honestidad, etc.

Nos hace reflexionar que -si se quiere- se pueden escribir novelas y filmar películas con valores formativos y trascendentes.

 

 

 

  

LA UNIDAD EN LA IGLESIA CATÓLICA

 Para el 2024 la Iglesia Católica se enfrenta a un desafío particular: la unidad. Lo cual no

deja de ser, hasta cierto punto, traumático, pues la unidad es don del Espíritu y se realiza en la

celebración de la misa de los sacerdotes en comunión con su obispo y de los obispos en

comunión con el Papa. Es decir, esto significa que algo estamos haciendo mal, o que Dios no

está haciendo su parte. Como esto último es teológicamente imposible, no nos queda sino

atender al primer motivo.

Lo anterior, si cabe, se agudiza aún más, pues estamos a medio ejercicio sinodal, es

decir, se está poniendo en marcha una “nueva forma de hacer Iglesia”, cuya característica

fundamental es expresada por esa palabra: “sinodalidad”, que significa “caminar juntos, en la

misma dirección”. Históricamente estamos en el parteaguas entre dos “sínodos sobre la

sinodalidad”, que buscan impulsar este nuevo modo de “hacer Iglesia” impulsado por

Francisco. No es aventurado decir que, de lograrse, será la gran herencia del Papa a la historia

de la Iglesia, pues modificará la manera de gobernarla y tomar decisiones en la posteridad.

Dicho lo cual, no cabe sino constatar que hay otros “actores del drama”. Aunque no

está de moda nombrarlo -sólo en las películas de terror, marcadamente exageradas-, el diablo

es, nos guste o no, unos de los protagonistas del drama. Y su función es precisamente esa:

dividir. Su obra maestra es conseguir la “contradicción de los buenos”, es decir, que personas

buenas, que buscan el bien de la Iglesia, cada una a su manera, según su propio modo de ver la

vida, su cultura y su forma de pensar, estén enfrentadas entre sí. Viene a ser cómo dos burros

que, en vez de tirar del carro en la misma dirección, tiran en dirección opuesta. Y tal parece

que, de momento, lo está consiguiendo.

De alguna forma la división se ha ido gestando a lo largo de todo el pontificado de

Francisco. Su forma de dirigir a la Iglesia y de presentar el mensaje evangélico contrasta

marcadamente con la de sus dos predecesores, que iban en la misma línea. Esto, dentro de

todo, es normal en la historia de la Iglesia, y se ha visto en su historia reciente, baste pensar en

los diferentes modos de dirigir la Iglesia del Venerable Pío XII y de san Juan XXIII. Francisco ha

hecho un esfuerzo por mantener cierta continuidad. Así, durante algunos años mantuvo en

puestos clave de la Iglesia a personas del equipo de Benedicto XVI, como pueden ser los

cardenales Müller y Sarah, o el arzobispo Gänswein. Pero ahora ya no están, digamos que,

desde la renuncia del Cardenal Sarah por límite de edad, los que dirigen la Iglesia son

totalmente del equipo de Francisco. En este contexto histórico se ha ido acendrando la

división, siendo dos los puntos de inflexión: el Sínodo sobre la Sinodalidad y la Declaración

Fiducia supplicans, de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Conversando sobre el sínodo con uno de los participantes, me hacía notar cómo se

notaba esa división en el seno de la Iglesia. Comentaba que la Conferencia Episcopal

Norteamericana había elegido a padres sinodales de línea conservadora; Francisco nombró

liberales para equilibrar la ecuación doctrinal. La Conferencia Episcopal Alemana había

nombrado padres sinodales liberales; Francisco eligió a los pocos obispos alemanes

conservadores que quedan. Decía, curiosamente, cómo a lo largo de la estrecha convivencia

que hubo durante el sínodo, se manifestaban visiblemente esas diferencias. Mientras los

obispos alemanes de diferente línea podían conversar cordialmente a pesar de sus obvias

distancias, los obispos norteamericanos de diferentes partidos no se hablaban, no se

saludaban, evitaban todo contacto. La conclusión que él sacaba era que resultaba un

imperativo urgente tender puentes en el seno de la Iglesia.


La gota que derramó el vaso de esta crisis de unidad fue la Declaración Fiducia

supplicans, que polarizó abiertamente a la Iglesia, haciéndose público el disenso con el

Magisterio pontificio, en diócesis singulares (Prelatura de Moyobamba), países enteros

(Kazajstán) y continentes enteros (África), con el cardenal Robert Sarah apoyando dichas

posturas. Personalmente pienso que se trata de una falta de comprensión sobre el espíritu del

documento, pero en cualquier caso, los hechos evidencian dos realidades divergentes: si de

una parte constituye un escrito profundamente pastoral y esperanzador, de otra es,

claramente, un marcado error de gobierno. Sus efectos, entre los que se encuentra la

aceptación del Papa y de la Congregación de la Doctrina de la Fe de que no se aplique en

África, no permiten pensar otra cosa. En cualquier caso, la tarea que queda pendiente a la

Iglesia en el 2024 es tender puentes dentro de ella misma. El sínodo tiene precisamente esta

misión, pero lamentablemente resulta dudoso que lo consiga, porque en realidad es parte del

casus belli.


Dr. Salvador Fabre

masamf@gmail.com

martes, 9 de enero de 2024

DISCERNIR LAS TENTACIONES

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

Decía el filósofo Platón que si el semblante de la virtud pudiera verse, enamoraría a todos. Efectivamente, cuando alguien ha adquirido una virtud es mejor persona, ha mejorado su personalidad, y en ese aspecto es atractiva. Y sucede lo contrario, quien adquiere un vicio, ha perjudicado su persona. El Papa Francisco ha comenzado un ciclo de catequesis sobre el tema de las virtudes y los vicios.

Comenzó por referirse al libro del Génesis, en la Biblia, donde se presenta cómo se introduce el mal al caer en la tentación nuestros progenitores. Aparece un personaje que se convierte en el símbolo de la tentación: la serpiente, un personaje seductor e insidioso: se desliza tan lenta y silenciosamente que ni siquiera se nota su presencia. Consigue mimetizarse con su entorno lo que la hace muy peligrosa.

Comienza por preguntarles si es cierto que Dios les prohibió comer de los árboles del jardín. Una frase falsa, pues Dios les dio todos los frutos con excepción de uno solo, del árbol de la ciencia del bien y del mal. Una pregunta que parece inocente, pero lleva toda la malicia escondida, y, sobre todo, comienza un diálogo para ganarse la confianza y así engañarlos. Por ello, el Papa nos previene de estar atentos y nunca dialogar o ni discutir con el diablo. Si no se dialoga, si cuidamos el corazón, no hay posibilidad de ser engañados.

2)  Para pensar

Cuentan que una vez un hombre viajaba por el océano y su barco se hundió, quedó a la deriva por varios días antes de que milagrosamente fuera encontrado por un bote pesquero. Al recuperarse de su pésima condición, contó lo peor que había cometido: Al sentir una sed desesperante bebía agua salada, y por la sal, se deshidrataba y sentía cada vez más sed.

Eso mismo sucede con las tentaciones: cuando se siente sed de amor, comprensión, o atención, se busca en una vida desenfrenada o placeres ilícitos, o en un mal carácter para llamar la atención, pero lejos de saciarnos nos dejan peor que antes. Es “agua salada” que hay que evitar, recordando que Jesús dijo: "El que viene a mí, nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed" (Jn 6,35).

3)  Para vivir

La prohibición de comer del árbol del bien y del mal, dice el Papa Francisco, fue una medida de sabiduría divina, pues fue para darle a conocer al hombre que tenía límites y no se sintiera el dueño de todo, incluso del bien y del mal, pues el orgullo es el principio de todos los males. Una gran tentación en la que desgraciadamente cayeron Adán y Eva, pero que se sigue cayendo hoy en día: uno mismo decide lo que es malo y lo que es bueno. Es el escollo más peligroso para el corazón humano. Porque una cosa es descubrir y aprender lo que es bueno y malo y otra muy distinta, uno mismo decidirlo.

Además la tentación les metió la idea de que Dios no era tan bueno, que no quería su felicidad, y así rompieron la armonía con Dios. Aún hoy, la tentación diabólica hace creer que Dios no es bueno y se le echa la culpa de las guerras, las muertes de inocentes, etc. El Papa invita a saber detectar esas tentaciones, sofismas diabólicos, y cuidar el corazón para que no caiga ni desconfíe jamás de Dios. (articulosdog@gmail.com)