martes, 30 de agosto de 2022

OFRECER A DIOS UN CULTO PERFECTO

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

En la Biblia se presentan relatos sobre hechos históricos, pero éstos

además pueden ser proféticos. A estos se les suele denominar como

“figuras” o “tipos” de una realidad espiritual futura. Muchas se refieren a

la venida de Cristo. Por ejemplo, cuando Moisés sacrifica un cordero y su

sangre sirve para librarse de la muerte. Ello es figura de Cristo que es

sacrificado en la Cruz y su sangre derramada es salvación para todos.

Una de esas figuras es Adán, que se denomina “tipo” de Cristo. A ella

hace referencia el Papa Francisco mostrando el paralelismo que se da

entre Adán y Cristo: en el Antiguo Testamento se relata que cuando

Dios creó a Adán, lo hizo caer en un sueño, y de su costado formó a

Eva. Ahora, en el Nuevo Testamento, de Cristo dormido en el sueño de

la muerte, de su costado abierto nace la nueva Eva que es la Iglesia.

Dice el Papa que el paralelismo entre el primer y el nuevo Adán es

sorprendente: cuando Adán ve por primera vez a Eva expresa la unidad

con ella: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”.

Ahora Cristo, el nuevo Adán, hace suyas esas palabras mirando a la

Iglesia, a nosotros, y nos convierte en “hueso de sus huesos, en carne

de su carne”. Gracias al Bautismo formamos con Cristo un solo Cuerpo,

que es la Iglesia. Por ello a la Iglesia se le denomina como “Cuerpo

Místico de Cristo”. Gracias a esta “incorporación” a Cristo podemos

ofrecer la plenitud del culto a Dios.

2) Para pensar

Un símbolo de los Juegos Olímpicos es la antorcha que enciende la

Llama Olímpica, que significa la luz del conocimiento. Para encenderla se

escoge a un atleta digno. Así, en el ámbito espiritual, el hombre necesita

de alguien digno que le presente a Dios nuestra adoración y nuestras

peticiones. No hay, ni puede haber alguien más digno que Jesucristo.

Con Cristo se da el culto perfecto, pleno y más digno. Jesús presentó a

Dios Padre el acto de culto perfecto y agradable, su obediencia hasta la

muerte en la Cruz. Y todos los hombres podemos rendir un culto digno a

Dios si nos unimos a Cristo por el Bautismo. En la Liturgia, quien actúa

es el Cuerpo Místico de Cristo, del que forman parte todos los

bautizados.

3) Para vivir


A veces algunas personas piensan que no requieren de la Iglesia, y a

veces ni de Jesucristo, para ser gratos a Dios, y pretenden ofrecerle un

culto “directamente”. Comentan: “Yo sí creo en Dios y rezo, pero no voy

a la Iglesia”. Pero ese culto no alcanza, por mucho, la perfección ni es

pleno. Podría ayudar a irse acercando a Dios, pero al prescindir de

Cristo, se queda lejos.

Nuestro Señor nos lo advierte: “Permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no da fruto por sí mismo, si no permanece en la vid,

así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros

los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, este da mucho

fruto; porque sin mí no podéis hacer nada” (Jn, 15, 4-5). Agradezcamos

el don del Bautismo que nos permite unirnos al Señor y nos da la

posibilidad de que nuestro culto sea grato a los ojos de Dios.

(articulosdog@gmail.com)

lunes, 29 de agosto de 2022

EL AMOR A LA PATRIA

 Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51

Ya estamos en septiembre, el mes dedicado a la Patria. Todos recordamos aquellos lunes en que en el colegio se realizaban los Honores a la Bandera y cantábamos el Himno Nacional. Esto se hacía con el fin de fomentarnos el amor patrio.

Pero, ¿qué es la Patria? Es el lugar, ciudad o país donde se ha nacido, que abarca todas sus cosas materiales e inmateriales; su gente, su folklore, sus costumbres, así como su historia pasada y presente.

Los ciudadanos patriotas cuidan del bien común; buscan ayudarse fraternalmente y de tener espíritu solidario y de servicio para abocarse a las necesidades materiales y espirituales de sus connacionales, migrantes e inmigrantes.

En lo personal, me sorprende cómo en México han proliferado las asociaciones con fines filantrópicos por toda la geografía nacional que -sin recibir nada a cambio-  buscan atender las necesidades de los mexicanos. Por ejemplo, “VIFAC” (VIDA Y FAMILIA, A.C.) que presta una ayuda invaluable a las madres solteras.

Tienen sus albergues por muchas ciudades del país y las jóvenes al ingresar, se encuentran en un ambiente de hogar porque son tratadas con afecto y cariño. Reciben alimentación, atención médica, formación en valores y virtudes.

Hay algunas madres solteras necesitan orientación sexual. Entonces, un médico Ginecólogo les explica cómo se inicia la vida y pueden ver en su vientre el desarrollo de su bebé mediante un ultrasonido

En definitiva, se les enseña a que amen y aprecien la vida humana desde el momento de la concepción hasta su muerte natural.

De igual forma, se les anima a que aprendan computación, corte y confección, las habilidades necesarias para trabajar en un salón de belleza, cocina y repostería, etc., todo ello con el objetivo de que aprendan a valerse económicamente por sí mismas. Se trata que estén bien capacitadas para cuando den a luz a su bebé y salgan del albergue.

Un aspecto importante es la atención psicológica, ya sean muchachas trabajadoras o jóvenes profesionistas, que han sufrido mucho porque el novio que las abandonó o en su familia o en su empresa se les presionaba tremendamente para que abortaran, sufriendo violencia intrafamiliar o laboral. Así que se trata de ayudarles a que superen esos fuertes traumas.

He sido testigo de cómo pasados algunos meses, se despiden felices de esos albergues con sus bebés, muy agradecidas por toda la formación y atenciones que recibieron.

Otra asociación que conozco es “M. A. S.” (Medicina y Asistencia Social). Son un grupo de médicos que voluntariamente se unen para operar de cataratas en zonas rurales. Por supuesto que a los pacientes no se les cobra nada porque son personas que viven en extrema pobreza. Algunos bajan de la sierra de Oaxaca o de Guerrero, y otros muchos, de diversos lugares con la esperanza de poder ver.

Me conmovió el caso de un anciano que vivía en un apartado pueblo de Oaxaca. Tenía cataratas en ambos ojos. Su hija, que se enteró de la existencia de esta institución filantrópica, fue a avisarle a su padre que se animara a operarse. Así que el anciano se trasladó en camión, desde la sierra. A continuación, fue operado y vio con un ojo.

Un año después, volvió a bajar de ese pueblito de Oaxaca y se le operó del otro ojo. Cuando ya pudo ver en plenitud, estaba feliz y emocionado. Les dijo a los médicos que no sabía con qué pagarles ese par de operaciones y los galenos le dijeron que no les debía nada y que lo habían hecho por un afán de servir. Antes de retirarse, los médicos le pidieron que rezara por esta Institución, ya que funciona a base de donativos.

Otra Institución de Asistencia Privada se llama “Fundación Educa, A. C.” y tiene el objetivo de orientar en la educación Integral y de calidad para los niños de México. De igual forma, “Fundación Becar, I. A. P.” busca apoyar económicamente a niños y jóvenes que requieren de recursos para realizar sus estudios.

“Redes” (Restitución de Derechos Sociales, A. C.) tiene como objetivo brindar un acompañamiento integral para las personas que necesitan de asesoría jurídica, psicológica y trabajo social. También hay fundaciones que se ocupan de niños ciegos o sordomudos. Lo mismo instituciones que se centran en colaborar para que las personas de la tercera edad tengan una mejor alimentación y atención médica y un largo etcétera.

En la medida que me fui enterando de la enorme cantidad de instituciones filantrópicas y de ayuda social que funcionan en nuestro país, sin afanes de lucro, porque la gran mayoría de ellas funcionan a base de apoyos económicos de los mismos mexicanos, no salía de mi asombro y admiración del corazón generoso de miles o quizá millones de personas.

Llegué a la conclusión de que somos una gran nación integrada por ciudadanos que se ocupan del bien común y desean trabajar por un México mejor y que demuestran con hechos su amor a la Patria.

martes, 23 de agosto de 2022

UN AGUA QUE NO ES MÁGICA


Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

Los franceses cuentan con un rey que fue santo: San Luis. Es el único

rey canonizado de Francia. Luis IX ha sido admirado como el ideal del

monarca cristiano. Su reinado gozó de gran prestigio por toda la

cristiandad y es uno de los monarcas más memorables de la Edad

Media. Cuando alguno de sus hijos recibía el Bautismo, era motivo de

suma alegría para el rey. Estrechaba con alegría entre sus brazos a su

hijo, lo besaba con gran amor mientras le decía: “Querido hijo, hace un

momento sólo eras hijo mío, pero ahora lo eres de Dios”.

Afirma el Papa Francisco, en su carta sobre la Liturgia, que el primer

encuentro que tenemos con los frutos ganados por el Señor en su

pasión y muerte lo tenemos en el Bautismo. Ahí la Pascua del Señor nos

envuelve; es el acontecimiento que marca nuestras vidas. Ser cristianos

no es simplemente adherirnos a su pensamiento o someternos a un

código de comportamiento. Es algo mucho más profundo: es la

inmersión en su pasión, muerte, resurrección y ascensión, para salir

renovados.

El Bautismo no es un gesto mágico: la magia es lo contrario a los

Sacramentos porque pretende tener poder sobre Dios y, por esa razón,

viene del tentador. En cambio, con el Bautismo se nos da la posibilidad,

por la acción del Espíritu, de morir y resucitar en Cristo.

2) Para pensar

Dice el refrán: “Es de bien nacidos ser agradecidos”. Y el Bautismo es

un gran don divino. Por eso se explica que muchos santos, y no sólo

ellos, hayan tenido una gran devoción al lugar donde recibieron este

Sacramento. Uno de ellos fue San Vicente de Ferrer que todos los años

celebraba el aniversario de su Bautismo con una Misa. También san

Francisco Solano, siendo religioso franciscano, al visitar su pueblo natal,

entró en la iglesia donde había sido bautizado, se fue derecho a la pila

bautismal y, arrodillado en el suelo con la frente apoyada sobre la

piedra, dijo en voz alta el Credo, que al ser bautizado habían recitado

sus padrinos.


San Juan Pablo II cuando viajó a Polonia en 1979 visitó Wadowice,

donde había nacido y en la parroquia se encontró que la pila bautismal

donde había sido bautizado en 1920 la habían adornada con muchas

flores. Entonces se arrodilló ante ella y la besó reverentemente.

Podemos pensar si hemos profundizado en el significado de haber

sido bautizados y del gran don que se ha recibido.

3) Para vivir

Para bautizar a alguien se requiere agua. No solo es un símbolo de

ser limpiado, sino que es parte del Sacramento el cual realmente limpia

del pecado. Es conveniente que dicha agua sea antes bendecida. El Papa

Francisco explica que la oración para bendecir el agua bautismal nos

revela que Dios creó el agua precisamente en vista del bautismo. Esto

quiere decir que mientras Dios creaba el agua pensaba en el bautismo

de cada uno de nosotros. En la Sagrada Escritura vemos que el agua

ocupa un lugar especial: Jesús mismo es bautizado con ella. Al final de

su vida, la mezcla con la sangre en la Eucaristía y desde la Cruz la

derrama de su costado traspasado. Con el Bautismo, somos sumergidos

en el agua para que, por el poder divino, pudiéramos ser injertados en

el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia y, con Él, podamos resucitar a la

vida inmortal. (articulosdog@gmail.com)

domingo, 21 de agosto de 2022

LA CASA GRANDE DE LOS ABUELOS

                                                   Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51

El próximo domingo 28 de agosto se conmemora “EL DÏA DE LOS ABUELOS”: Esa celebración me trae a la memoria gratos recuerdos porque de mis abuelos aprendí numerosas cosas.

La casa grande de mis abuelos -que en mi infancia así me parecía, luego cuando crecí me di cuenta que era más pequeña- no era tanto por sus dimensiones, sino porque era el punto de encuentro de mis once tíos y decenas de primos. Algunos simplemente pasaban para saludarlos y tomar una buena taza de café de Coatepec. Y de la casa salían a realizar sus actividades cotidianas.

Mis abuelos me dedicaban tiempo y eran buenos conversadores. Me formaron en muchos aspectos, me corrigieron, me ayudaron y, sobre todo, me transmitieron experiencias. Recuerdo que la casa de mis abuelos tenía un jardín en la entrada y luego un porche con poltronas. Al entrar se encontraba una sala amplia y cómodos sillones. A mano derecha estaba la oficina de mi abuelo. Y en la parte izquierda se tenía el comedor para los festejos importantes. Había algunas habitaciones, tanto en la planta baja como en la planta alta, porque fueron once hermanos. Claro está que en algunas se colocaron dos camas.

En la cocina había un comedor pequeño que era el de todos los días. El jardín de atrás era enorme: tenía una huerta, un almacén para guardar costales con diversas semillas. De igual forma, tenía una zona para arreglar tractores ya que mi abuelo era agricultor. Y, sobre todo, muchos perros que eran la fascinación de mi abuela. Dentro de la casa había un pequeño perrito “pequinés”, el favorito de la abuela, que le llamaba “Fifiro”. Que era amigable y un buen compañero de todos en la casa. Ese cariño de mi abuela por los animales se traducía también en unas grandes jaulas, junto a la sala, con muchos pajarillos de diferentes lugares del país.

Sobre todo, amaba profundamente la vida humana. Se sabía de memoria los nombres de todos sus numerosos nietos y bisnietos. Había una pequeña sillita color crema, a la que le tenía especial cariño. Me comentaba con nostalgia: “Aquí se sentaron y jugaron todos tus tíos cuando eran niños, luego vinieron ustedes, mis nietos y mis bisnietos. Ahora, no sabes con qué ilusión espero que llegue ¡mi primer tataranieto! Eso lo decía cuando ya pasaba de los 90 años. Siempre me admiró su espíritu de laboriosidad, aunque le ayudaba una cocinera. No paraba de trabajar preparando los alimentos, poniendo la mesa, solicitando que la empleada del hogar le trajera una serie de productos del mercado, atendiendo a las visitas, etc. y todo con una sonrisa amable llena de serenidad y buen humor.

Por su parte mi abuelo fue ganadero, agricultor y granjero. Se levantaba a las cinco de la mañana y tomaba dos tazas de café bien cargado para no deshidratarse con los fuertes calores que suele hacer en Sonora, donde vivíamos. Uno de mis tíos le ayudaba en estas faenas. Mi abuelo era un hombre de carácter firme y bien determinado. Tenía una voz gruesa y potente que se oía por toda la casa. Un día recuerdo que llegó indignado por las ocho columnas de un periódico vespertino que decía: “Anciano de 60 años arrollado en la vía pública porque le fallaron los reflejos”. “No estoy para nada de acuerdo -nos decía molesto- con este titular ¡porque yo paso de los sesenta y me siento con mucho vigor físico, salud, con la mente ágil y clara!” Y era verdad.

A mí me dedicaba mucho tiempo porque me encantaba escuchar sus relatos de su vida pasada. Por ejemplo, le tocó todo el ambiente inmediatamente previo a la Revolución. Le llamaron mucho la atención las ideas francamente novedosas en los discursos de Francisco I. Madero, de Venustiano Carranza, de Adolfo de la Huerta, de Álvaro Obregón y de muchos otros generales que hablaron en la plaza central de la población y se percató que los tiempos estaban cambiando y que el gobierno del General Porfirio Díaz tenía los días contados.

También me relató cómo se inició en la agricultura y que fue Presidente Municipal en Navojoa, Sonora. Algunos años antes, compró un rancho que se llama “Capetamaya” y en el que se sembraban algunas tierras, tenía vacas y ganado. De igual forma, tenía terrenos agrícolas en Villa Juárez. También puso una granja en un poblado llamado “El Quiriego”. A sus casi 70 años, en su pick up”, diariamente continuaba atendiendo todos esos negocios.

Fue un hombre visionario y audaz. Cuando lo visitó Don Manuel Espinosa Iglesias para comenzar “Bancomer” en el Estado. Mi abuelo le reunió a un selecto grupo agricultores, empresarios y ganaderos para que aportaran dinero y arrancar la primera sucursal de “Bancomer” en Navojoa y en otras partes de la Entidad. En efecto, ese plan arrancó con éxito y Don Manuel quedó muy agradecido con mi abuelo.

Pero todo esto me lo detallaba en sus relatos -tan agradables y amenos- con la finalidad de que aprendiera la forma de iniciar negocios y, pasados los años, para que fuera también un buen emprendedor. Y reflexionaba: “Mi abuelo me está transmitiendo sus experiencias de vida. Es como si fuera ‘mi otro yo’ que ya recorrió el camino de su existencia”.  Y concluía: “Debo de tratar de aprovechar al máximo todas esas memorias suyas que son tan valiosas”.

Sin duda, cada uno de los lectores podría contar su propia experiencia con sus abuelos y comprobaremos la gran ayuda que supusieron en nuestras vidas. En mi caso, pienso que mis abuelos -junto con de mis padres- me formaron en numerosas virtudes y valores y me dejaron un legado espiritual imborrable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL VERDADERO AMOR EXIGE SACRIFICIO

Pbro. José Martínez Colín.     articulosdog@gmail.com 
1) Para saber Hay una película, bélica y dramática, en la que aún no he encontrado a alguien que no le haya gustado. Ganadora de dos Óscar en 2017, dirigida por Mel Gibson: “Hasta el último hombre” (en inglés, Hacksaw Ridge). Con el actor Andrew Garfield que interpreta la historia real de un soldado del ejército de los Estados Unidos, Desmond Doss, cristiano Adventista, que se negó a portar armas y a entrenar en sábado por sus creencias religiosas. Ello provocó el rechazo de sus superiores que intentaran darlo de baja, lo atormentaran con trabajos agotadores, cárcel, golpizas, burlas, humillaciones de sus propios compañeros, para que él mismo desistiera, pero no lo consiguen. Ya en plena Segunda Guerra Mundial, derrotado el ejército estadounidense en una batalla de Okinawa, desde lo alto de un acantilado, Doss va a regresar al campo de batalla para rescatar a sus compañeros heridos de los que se pensaba habían muerto. Uno por uno, con valentía, bajo el fuego enemigo y rezando, logrará salvar a más de 75 hombres. Hasta que herido baja agarrado de su Biblia. Fue condecorado con la Medalla de Honor por el presidente Harry S. Truman. Doss se casó y permaneció casado con Dorothy hasta su muerte en 1991 de 87 años. Los actos heroicos conmueven, pero además si fueron realizados en beneficio de uno, adquieren una especial belleza llena de afecto y agradecimiento. A ello se refiere el Papa Francisco cuando nos dice que el sacrificio de Jesús, cada una de sus palabras, cada mirada, sus sentimientos, tienen un poder salvífico para cada uno, y se recibe en los Sacramentos. 2) Para pensar En el Evangelio encontramos personajes que son salvados por Jesús. Sea de una dolencia como paralíticos, ciegos o endemoniados, otros son resucitados como la hija de Jairo y Lázaro, pero sobre todo, son perdonados de sus pecados como la samaritana o el ladrón que muere en otra cruz junto a Jesús. Son beneficiados del poder salvífico de Jesús. Por ello, en su Carta el Papa Francisco nos invita a identificarnos con ellos y recibir ese poder salvífico: “Yo soy Nicodemo y la Samaritana, el endemoniado de Cafarnaún y el paralítico en casa de Pedro, la pecadora perdonada y la hemorroisa, la hija de Jairo y el ciego de Jericó, Zaqueo y Lázaro; el ladrón y Pedro, perdonados”. Porque Jesús continúa perdonándonos, curándonos y salvándonos con el poder de los Sacramentos. Pensemos si acudimos a las ceremonias religiosas solo como espectadores, o aprovechamos para recibir la salvación ofrecida por Jesús. 3) Para vivir Se ha reflexionado sobre aspectos de la belleza de la liturgia: la ornamental, la del encuentro con quien se ama, la de un sacrificio hecho por amor… Ahora reflexionamos que ese sacrificio es por cada uno de nosotros; que nos involucra realmente. Por ejemplo, en la ceremonia litúrgica de una boda, parecería que los únicos involucrados son los novios, el sacerdote y los padrinos. Pero no. Cada asistente puede beneficiarse de los bienes de salvación, de la gracia, ganados por Jesucristo en la Cruz. Si lo vemos sólo como un acontecimiento social, nos quedaríamos con una visión muy empequeñecida de lo que está ocurriendo. Es el único y gran Sacrificio de Jesús para mí.

miércoles, 10 de agosto de 2022

UN SACRIFICIO LLENO DE AMOR

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber Una de las películas mejor valoradas por la crítica, y de mis preferidas, es “Casablanca”, ganadora de varios óscares, entre ellos el de “Mejor Película” otorgado en 1943. Es un drama romántico protagonizado por Humphrey Bogart en el papel de Rick y por Ingrid Bergman como Ilsa. El desarrollo de la película se centra en el conflicto que se le presenta a Rick: Escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto. Parte de su éxito se debe a la decisión de aceptar hacer un sacrificio por una causa noble. Se descubre la belleza del acto heroico de sacrificar algo muy valioso, o sacrificarse a sí mismo por algo que vale la pena. Esa belleza la hemos de saber descubrir en la Liturgia, como nos invita el Papa Francisco. En ocasiones pasadas, hemos reflexionado sobre la belleza física, así como la belleza que se da en el encuentro con alguien a quien se ama, y ambas se encuentran en la liturgia. Ahora el Papa pone la atención en la belleza del sacrificio: el sacrificio de Jesús. A diferencia de una película, ese sacrificio de Jesús es real y además lo hizo por amor a cada uno de nosotros. 2) Para pensar Las esculturas griegas, del periodo clásico, son muy bellas, armónicas y expresivas alcanzando casi la perfección. No obstante, esa belleza física es superada por la belleza espiritual. El sacrificio que se hace por amor a alguien es un acto bello. Y si ese sacrificio es el mayor que se pudiera hacer, movido también por el máximo amor que se pudiera tener, resultaría un acto máximamente bello. Pues bien, ese acto ya se hizo: Jesús sufrió el máximo sacrificio posible, movido, a su vez, por el amor más grande que se pueda tener, el amor de Dios. Por ello, en la Liturgia, y en especial en la Eucaristía, nos encontramos con la máxima belleza que pudiera existir, en el sacrificio de Cristo. También en los otros seis Sacramentos, que se celebran litúrgicamente, está presente ese Sacrificio, pues son posibles gracias a que Jesús nos ganó la gracia con su Pasión y Muerte. Pensemos si podríamos asistir a las ceremonias litúrgicas con una mayor conciencia de ese Sacrificio. 3) Para vivir El dolor esconde una belleza que a veces no se valora. Nuestra naturaleza conlleva un instinto para conservarnos, que es muy positivo, pues así evitamos lo que pudiera ser un peligro para nuestra existencia. El dolor corporal es una advertencia de nuestro organismo de que algo no va bien. En ocasiones el dolor es necesario para conseguir un bien mayor. Es el caso, por ejemplo, de una inyección o una operación dolorosa en que se acepta el dolor para recuperar la salud. En el plano espiritual, Nuestro Señor aceptó dolores indecibles para conseguirnos la salvación. Su sacrificio tuvo un poder salvífico. En ese caso, no solo se trató de conseguir un bien, sino de hacerlo por alguien, lo cual implica un acto amoroso. Se sufre por amor a alguien, y se nos revela que es un acto noble, hermoso. Por ello, no se trata de querer el dolor o sufrimiento en sí mismos, sino como medios para algo superior. Cuando alguien ama a una persona, no le importa sacrificarse por ella. Es de desear que en nuestra vida sepamos sacrificarnos por los demás, como Jesús se sacrificó por nosotros. (articulosdog@gmail.com)

lunes, 8 de agosto de 2022

LA INMENSA ALEGRÍA DEL ENCUENTTRO PERSONAL CON DIOS

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber Hace pocos días, el conocido actor Russell Crowe, ganador del Oscar con la película Gladiador, visitó junto con su familia la Capilla Sixtina, en la Ciudad del Vaticano. Comentó que ha sido un privilegio y la experiencia más especial de su vida. El actor pronto interpretará al P. Gabriele Amorth, el exorcista más famoso del mundo. Crowe quedó muy asombrado y agradecido. Publicó varias fotografías en su Twitter en las que se le ve visitando los Museos Vaticanos. También compartió una emotiva historia en su paso por la Capilla Sixtina, en que recordó a su padre ya fallecido. Es innegable la belleza que contiene la Capilla Sixtina. Así como hay belleza en algunas obras de arte, también hay otras realidades que nos transmiten otro tipo de belleza. Una de ellas se da en la liturgia. Por ejemplo, cuando se celebra una Santa Misa, independientemente de la belleza que pudiera tener el templo o los objetos que se utilizan, hay una belleza mayor que es preciso descubrir. A ella se refiere el Papa Francisco en su última carta. Se trata de la belleza del encuentro con alguien: el encuentro con Cristo. Aquí está toda la poderosa belleza de la Liturgia comenta el Pontífice. Gracias a que el Hijo de Dios se hizo hombre, a su Encarnación, nos es posible unirnos a Dios. Por eso Cristo es el Camino: es el camino para entrar en comunión con Dios mismo. 2) Para pensar Muchas de las obras del músico Joseph Haydn (1732-1809) están impregnadas de gran alegría. Se cuenta que en una ocasión alguien lo criticó porque las misas que componía eran demasiado alegres. Haydn se limitó a contestar: «No puedo evitar que al pensar en Dios mi corazón salte de alegría». Tenía mucha razón el compositor, porque cuando hay amor a alguien, su encuentro conlleva alegría. Si Cristo es nuestro máximo amor, el encuentro real con Cristo habría de traernos la máxima alegría. Comentaba Haydn: «Cuando pienso en Dios, mis notas surgen copiosas como el agua de una fuente; si Dios ha querido darme un corazón alegre, me perdonará que le sirva alegremente». Podríamos decir que la alegría al participar en una ceremonia litúrgica irá en proporción al deseo de tener ese encuentro amoroso con Cristo. Pensemos cuánta alegría nos causa ese encuentro. 3) Para vivir Lo maravilloso de la Liturgia es que nos garantiza la posibilidad de un verdadero encuentro con nuestro Señor. Aquello que era visible de Jesús, lo que se podía ver con los ojos y tocar con las manos, sus palabras y sus gestos, ha pasado a la celebración de los sacramentos. La Eucaristía, por ejemplo, no se trata de un vago recuerdo de la Última Cena, sino que nos hace estar presentes en aquella Cena, poder escuchar su voz, comer su Cuerpo y beber su Sangre, comenta el Papa. En la Eucaristía y en todos los Sacramentos nos encontrarnos con Jesús y somos alcanzados por el poder de su Pascua. A veces podemos perder la conciencia de ese encuentro y entonces deja de tener sentido la ceremonia, llegándola a ver sólo como un acontecimiento puramente social. Nos estaríamos perdiendo lo esencial de la celebración. Es deseo del Papa que vivamos la Liturgia con un mayor sentido y de esa manera la vivamos con alegría. (articulosdog@gmail.com)

DIOS ES INFINITAMENTE BELLO

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber La basílica de la Sagrada Familia de Barcelona es una de las obras arquitectónicas más bellas sobre la tierra y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Se le debe a Antoni Gaudí, quien decía que había tres grandes libros de los cuales se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el de la Sagrada Escritura y el de la Liturgia. Por ello introdujo piedras, árboles y vida humana, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina. De la Sagrada Escritura extrajo pasajes, sobre todo, de los misterios de la vida de Jesucristo: su nacimiento, pasión, muerte y resurrección. Y todo ello para enmarcar las ceremonias litúrgicas. Encontramos así representadas la belleza de la naturaleza, la belleza de la historia de la salvación y la belleza de la liturgia. A esta última se refiere el Papa Francisco en su última Carta Apostólica, “Desiderio desideravi”, en que desea que esa belleza nos lleve a descubrir el amor de Dios. La belleza nos lleva a Dios porque toda belleza participa de la Belleza infinita de Dios. Además, descubrimos que toda belleza es gratuita, se nos da. De la misma manera Dios también se nos da de modo gratuito. La gracia, que proviene de Dios, como lo indica la raíz de la palabra –gratia-, es gratis. Se nos invita a ser también generosos y darnos a los demás de modo gratuito. 2) Para pensar Un ejemplo de cómo la belleza lleva a Dios lo encontramos en el japonés Etsuro Sotoo. Siendo profesor en Japón, se interesó por esculpir la piedra y viajó a Europa. En Barcelona, tras contemplar la Sagrada Familia de Gaudí y comprender la belleza del catolicismo, decidió bautizarse y asumió el nombre de Lluc Miquel Ángel. Fue quien se ocupó de las esculturas de la fachada del Nacimiento de la gran obra monumental del arquitecto catalán. Hace años concedió una entrevista a Zenit y declaró: «Cuando contemplamos el edificio vivo de la Sagrada Familia no tenemos que olvidar que ésta es sólo un signo que nos remite a lo más alto… El amor es la cosa más importante de la vida. El amor es la clave de lectura de Gaudí. Gaudí es pura sabiduría: es necesario conocerlo pero sin olvidar que tenemos que amar. Sin amor, no llegaremos a entenderlo nunca. Yo veo a Gaudí, contemplo su mirada que me da fuerzas y me invita a mirar mucho más lejos. Él me enseña cada vez más cosas, a mejorarme, a confiar en Dios. Antes tenía más dudas, ahora noto con mucha más fuerza que está ahí. Para conocer a Gaudí no hay que quedarse sólo con su parte arquitectónica, sino ver el sentido de su obra: lo importante es buscar la verdad y no tener miedo. Sin amor no existe arte, ni cultura, ni material siquiera”. 3) Para vivir La poderosa belleza de la Liturgia está en que nos conduce al encuentro con Cristo, nos remite a Dios mismo, dice el Papa. La Santísima Trinidad ha elegido un modo para abrirnos el camino a la comunión con Dios. Por ello, afirma el Papa Francisco, la fe cristiana, o es un encuentro vivo con Él, o no es. Aquí radica la importancia de la liturgia al garantizarnos la posibilidad de tal encuentro con Cristo. Y conserva como su tesoro más precioso, el mandato del Señor de celebrar la Eucaristía: “haced esto en memoria mía”. (articulosdog@gmail.com)

LA BELLEZA DE LA LITURGIA

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber Por siglos se intentó descifrar la escritura jeroglífica egipcia, todo un reto para los estudiosos. Fue a principios del siglo XIX cuando un joven francés, Jean Francois Champollión, lo logró gracias al descubrimiento de la piedra Rosetta que dio la clave para ello. Los signos requieren de una “clave” para aclarar su significado. La Santa Misa tiene muchos signos que requieren ser comprendidos para descubrir su importancia. En su reciente carta, el Papa Francisco ha querido que descubramos la belleza de la liturgia, en especial de la Eucaristía. Y la descubriremos si comprendemos sus signos. Nuestro Señor al instituir el Sacramento de la Eucaristía en la Última Cena, poco antes de ser crucificado, va a explicar el significado de lo que está haciendo, da la “clave” de lo que se avecina con su muerte. Dice el Papa que gracias a la Última Cena, comprendemos que la muerte de Cristo es un acto de culto perfecto y agradable al Padre. Ahí Jesús les dice a sus Apóstoles que su Cuerpo es entregado y que su Sangre es derramada. El Papa menciona el “pan partido”, para referirse a la Sagrada Forma partida en dos por el sacerdote en la Santa Misa. Ello tiene un gran significado. Recordemos que se lleva a cabo una vez que se ha consagrado y, por tanto, nuestro Señor Jesucristo ya está presente en la Hostia cuando el sacerdote la parte. El quebrantamiento del Pan simboliza el quebrantamiento de Jesús en su Pasión. Algún autor dice que en ese momento las manos del presbítero simbolizan las manos de los martirizadores de Cristo: está Jesús quebrantado. 2) Para pensar Cuando estaba muy anciano San Alfonso María de Ligorio, ya era capaz de celebrar la santa Misa, pero sí recibía todos los días la sagrada Comunión. Una vez, apenas había recibido la hostia, comenzó a gritar: “¿Qué es lo que me habéis dado? ¡No me habéis dado a mi Jesús!” Hubo desconcierto y fueron a preguntar al sacerdote que celebró la Misa y al acólito ayudante y se llegó a saber que por distracción, había omitido la consagración. Por eso, tenía razón el santo anciano, que por su santidad, supo que en esa hostia no estaba Cristo y reclamaba: “¿Qué es lo que me habéis dado? Pensemos cómo es nuestra fe en la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada. 3) Para vivir Comentaba el Papa que si hubiésemos llegado a Jerusalén después de Pentecostés y hubiéramos querido encontrarnos con Jesús de Nazaret, lo habríamos encontrado verdaderamente en la comunidad que celebra: en la liturgia. Nuestro Señor Jesucristo, al mandar a sus Apóstoles a hacer lo mismo que Él hizo en la Última Cena, no era sólo para recordarlo, sino para hacerse presente en esa ceremonia. En la Eucaristía, Jesús está realmente presente con su cuerpo, su alma, su humanidad y su divinidad. Cuando asistimos a la Santa Misa no sólo celebramos un rito, sino que se da un encuentro real con Cristo que se halla tan presente como nosotros mismos lo estamos también. Y el Señor se hace presente y ofrece su sacrificio por nosotros, para nuestro bien. Quizá a quien muestra desinterés por asistir a la Misa le estará faltando ser consciente de ese encuentro con la presencia amorosa de Jesús. (articulosdog@gmail.com)