miércoles, 19 de abril de 2023

LEONARDO MONDADORI. EL ILUSTRE EMPRESARIO QUE DESCUBRIÓ LA PAZ PROFUNDA

   

                                                                                                Raúl Espinoza Aguilera

Arnoldo Mondadori, abuelo de Leonardo, en 1907, fundó “Mondadori Editores” o “Grupo Mondadori” y, en poco tiempo, se ha convertido en la editorial más importante de Italia. Actualmente esta editorial publica periódicos (en papel y digitales). Y tiene una extensa cadena de tiendas relacionada con los medios de comunicación tanto en Italia como en otras partes del mundo

Mondadori se expandió por México al adquirir “Editorial Grijalbo”. Años después, se constituyó “Random House Mondadori”. Posteriormente, en 2014,”Random House” adquirió la mayoría de las acciones y se convirtió en parte de “Penguin Random House” y eso impulsó a la compañía a extenderse por todo el mundo

Deliberadamente quise ubicar en este contexto a Leonardo Mondadori (1946-2002) para comprender mejor que desde principios del siglo pasado pertenecía a una prestigiosa familia de editores

Fue Presidente de “Editorial Mondadori” durante 30 años. Al fallecer fue reconocido por su tarea artística y su notable labor de difusión cultural. Comenta Leonardo que, desde su juventud, era excesivo el trabajo que tenía y estaba metido todo el tiempo en sacar adelante la empresa.

Los que lo trataron en esa época dicen que era un hombre serio, que no sonreía, porque todo el día estaba concentrado en llevar adelante la enorme responsabilidad que tenía. Era el primero en llegar al trabajo y el último en salir de la oficina.

Pero sorpresivamente le apareció un cáncer de páncreas. Fue con el Oncólogo y le mandó hacerse los estudios médicos pertinentes: radiografías, tomografías y otros análisis que necesitaba. El especialista los revisó con detalle y le dijo que su cáncer era muy agresivo y que le quedaban pocos meses de vida.

Lógicamente, Leonardo entró en una crisis existencial porque no era creyente. Por fortuna era bastante amigo de otro funcionario de su consorcio que es del Opus Dei. Y le confesó que la raíz de su problemática era que no comprendía el sentido del dolor ni, en general, de esa enfermedad porque él se encontraba bastante contento con su trabajo, así como con los frutos y el prestigio de “Editorial Mondadori.

Con ese amigo suyo tuvieron largas conversaciones para poder acercarlo a la fe cristiana. Y quitarle las lógicas resistencias y prejuicios. Entre otros recursos le obsequió el clásico libro “Camino” y él se lo leyó pronto. Cuando lo concluyó, le dijo a su amigo “Y ahora, ¿qué sigue?” Aquel buen amigo se dio a la tarea de darle una intensa catequesis y le propuso confesarse.

“Leonardo le dijo:

Desde muy niño no me he confesado”, y ya olvidé cómo hacerlo”.

“El amigo le respondió:

“No te preocupes yo te ayudaré a recordar cómo se hace una buena confesión”

“Pero hay un serio problema, le comentó Leonardo:

La mujer con la que vivo no es mi esposa sino mi amante. Y a mi verdadero matrimonio lo he abandonado.”

“Su amigo entonces le dijo:

“Tienes, en conciencia que abandonar a tu amante e irte a reconciliar con tu primera y auténtica esposa”.

Leonardo así lo hizo, Reconoció a su amigo que le costó muchísimo dar ese paso.

Y con la sencillez de un infante le preguntó:

“¿Qué paso sigue?”

Fue así como lo preparó para realizar una buena confesión. A continuación, le presentó a un sacerdote amigo suyo.

Lo llevó hasta el confesionario y ahí se desahogó, lloró con abundantes lágrimas y recibió con ilusión los consejos, la absolución y la penitencia del presbítero.

Dice Leonardo dijo -en tono de broma- que salió tan contento “que se levantó con ganas de silbar” de lo feliz que estaba.

Su amigo del Opus Dei le preguntó sobre cómo se sentía:

“-Con una paz y serenidad que desde niño no sentía. Fue muy emocionante dar este paso, aunque me costó lo indecible. ¡Te agradezco muchísimo todo lo que has hecho por mí! ¡Mi conversión a la fe cristiana ha sido una experiencia maravillosa!” Le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Sus familiares y amigos le preguntaban:

“¿Acaso te has hecho la cirugía plástica? Porque estás irreconocible”

Y Leonardo se concretaba a sonreír y respondía:

“He descubierto la infinita Bondad de mí Criador”.

“¿Y ahora qué pasos debo dar para permanecer cerca de Dios? Me imagino que me lo irás diciendo poco a poco. ¡Pero qué fortuna tener una amistad como la tuya”!

El 13 de diciembre de 2002 falleció Mondadori -con 56 años de edad- como un buen cristiano, Leonardo, recibió todos los auxilios espirituales. Se notaba en su semblante esa paz y gozo que dijo que sentía.

 

lunes, 17 de abril de 2023

VOLVER A GALILEA, TIERRA SANTA

 Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

Estamos en el tiempo pascual, tiempo para celebrar la Resurrección

de Jesús. La palabra “pascua” proviene de “paso”, recordando cuando

en tiempos de Moisés, el ángel pasó durante la noche en Egipto. Pero

Jesús, que celebró la Pascua, le dio su completo y perfecto significado.

El Papa Francisco, señala que en Jesús “se realizó el paso decisivo de la

humanidad: de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, del miedo a

la confianza, de la desolación a la comunión”.

El Papa nos invita a que este tiempo sea —en particular para los

enfermos, pobres, ancianos y los que atraviesan momentos difíciles—,

un paso de la tribulación a la consolación. Ya que Jesús, el Viviente, nos

ha abierto un puente hacia la vida y está con nosotros para siempre.

Nuestra esperanza ya no se estrella contra el muro de la muerte, ya

podemos saborear la belleza del Cielo. En Pascua el destino del mundo

cambió y nos alegramos de celebrar el día más importante y hermoso

de la historia.

2) Para pensar

El día de la Resurrección, las discípulas de Jesús fueron temprano a la

tumba para embalsamar su cuerpo. Iban con el corazón desgarrado de

dolor. Pero encuentran la tumba vacía, y al regresar les sale al

encuentro Jesús resucitado y les pide que digan a sus discípulos que lo

esperen en Galilea.

Así como esas mujeres, fueron a la tumba pensando que todo había

terminado, así nos puede pasar: pensar que la alegría del encuentro con

Jesús pertenece al pasado, y ahora solo ver tumbas selladas con

nuestras desilusiones que nos han quitado la alegría del corazón: la

tumba de nuestras amarguras y desconfianzas; la de pensar que “no

hay nada más que hacer”, que “las cosas no cambiarán nunca”; la

tumba de la inseguridad hacia el futuro; de la impotencia ante un

mundo donde parece que prevalecen las leyes del más fuerte y de la

corrupción; un mundo donde soplan los vientos gélidos de la guerra, la

enfermedad y la muerte. Pero las mujeres en Pascua nos enseñan a no

perder la esperanza y correr con gozo a dar la noticia que cambiará la

vida y la historia: ¡Cristo ha resucitado!


3) Para vivir

Las mujeres anuncian que el Señor los espera en Galilea, pero, ¿qué

significa ir a Galilea? El Papa Francisco señala que significa volver a los

orígenes: cuando el Señor llamó por primera vez a los discípulos.

Significa recuperar la memoria que nos da esperanza: la “memoria del

futuro”, recordar y caminar. Para nosotros ir a “Galilea” significa ir hacia

adelante, mirar el futuro con confianza, a superar el sentimiento de

derrota. Y la razón es que Cristo resucitó y cambió el rumbo de la

historia. Es volver donde comenzó nuestra historia de amor con Jesús y

se convirtió en la persona más importante de nuestra vida, cuando

experimentamos su inmenso amor: tal vez en la gran alegría después

del perdón sacramental, en un rato de oración o en una ayuda recibida.

La Pascua nos invita a quitar las lápidas de la desilusión y la

desconfianza. El Señor es experto en remover las piedras sepulcrales del

pecado y del miedo. Por eso se ha dicho que «el mayor pecado es no

creer en la fuerza de la Resurrección» (San Isaac de Nínive). Volvamos

a la Galilea del primer amor ¡y resurjamos a una vida nueva!

(articulosdog@gmail.com).

sábado, 15 de abril de 2023

C. S. LEWIS Y SU LARGA TRAVESÍA HASTA ENCONTRAR LA TRASCENDENCIA

Raúl Espinoza Aguilera

He visto varias veces la película (entre las muchas que se han filmado sobre C. S.

Lewis) “Tierra de Sombras” porque me parece una joya cinematográfica, tanto por

su ambientación como por su guion con la magnífica actuación de Anthony

Hopkins.

Esta película inglesa, ambientada en los años cincuenta, relata el noviazgo y,

luego, el matrimonio de Clive.Staples Lewis con Joy Davidman (Debra Winger),

una poestisa norteamericana. Al poco tiempo, a ella le dio un cáncer de fémur, el

escritor fue testigo del intenso dolor en la pierna de su esposa, de la prolongada

agonía hasta su fallecimiento. A raíz de esa dura experiencia escribió su libro “Una

Pena Largamente Observada”.

Siempre me han impresionado sus acertadas palabras sobre el sufrimiento y las

decía casi a gritos en sus conferencias: “No estoy tratando de argumentar que el

dolor no sea doloroso. El dolor duele. (…). Nuestros dolores son el altavoz que

Dios usa para despertar a un mundo sordo”.

“El dolor es un misterio -continuaba- y algo que no somos capaces de entender,

pero el cristiano sabe que Dios nos hace “daño” solamente para buscar nuestro

bien”. Y este fue el “campanazo” que necesitaba para retornar a la fe cristiana.

C. S. Lewis fue un escritor y profesor británico de la Universidad de Oxford. Era

Doctor en Literatura Medieval Inglesa y un brillante conferencista. Este filme nos

introduce en la vida de los catedráticos y el ambiente universitario.

Sus libros tuvieron un notable éxito, como: “Las Crónicas de Narnia” de la que se

filmaron varias películas; “Cartas del diablo a su sobrino”, “Mero Cristianismo”,

“Sorprendido por la Alegría”, “Los Cuatro Amores””; su Trilogía Cósmica”, éstas

últimas novelas son de ciencia ficción y en ellas predomina la constante lucha del

Bien contra el mal.

Siendo muy joven perdió la fe y se volvió ateo. Era amigo cercano de J.R.R.

Tolkien autor de la célebre trilogía, “El Señor de los Anillos” y también llevada a la

pantalla, y se convirtió en una celebridad.

Tolkien le ayudó a retornar a la fe cristiana, lo mismo que la lectura meditada de

las obras de Gilbert K. Chesterton porque Lewis se persuadió que el Cristianismo

tenía mucho de lógico, de razonable y, paulatinamente, fue aclarando sus dudas

existenciales.

Como su excelente libro “Cartas del diablo a su sobrino” fue aclamado por sus

seguidores. Le pedían que siguiera escribiendo libros sobre el demonio. C. S.

Lewis se disculpó y les dijo que eso de pensar perversamente y tratar de meterse

en la mente del maligno, le resultaba ingrato y muy agotador. Que prefería

continuar escribiendo novelas de ciencia ficción con mensajes positivos.

Pero en este libro expone ideas muy aprovechables acerca de cómo el demonio

actúa en la vida cotidiana con pequeños detalles, tanto en la vida laboral como en

el matrimonio. El maligno va sembrando divisiones, discordias, fricciones,

envidias, rencores y, sobre todo, que los compañeros de trabajo o los esposos y

los hijos no sean capaces de perdonar, comprender, disculpar y, un concepto

clave: olvidar de todo corazón los agravios.

Parece mentira, pero “este cáncer social” es más común de lo que parece. Y

cuando los cónyuges van a pedir ayuda a un orientador familiar profesional, antes

de la fractura total, les hace ver que ambos tienen que aprender a ceder. Les

ayuda a concretar sus inconformidades, y al concluir, los anima a darse cuenta y

que tengan un poco de visión crítica y de esta manera se percaten de la falta de

entidad suficiente de sus diferencias. Éste suele ser es el punto de partida para ir

resolviendo sus dificultades.

Volviendo al hilo conductor, un día de 1926 leyó los Evangelios y supuso para él

“una especie de revolución.intelectual”.. Viajando en un autobús se percató de que

tenía que aceptar la existencia de un Ser Trascendente o rechazarla, pero no

continuar en un estado de permanente escepticismo. Tres años después, en 1929,

se convenció que tenía que “dar el salto hacia la otra orilla”.

En la festividad de la Santísima Trinidad, C. S. Lewis reconoce que, mientras

estaba en su departamento de investigador y escribió: “cedí y acepté que Dios me

buscaba. Me puse de rodillas y recé. (…) No advertí lo que ahora es tan fulgurante

y claro: la humildad divina que acepta a un converso tembloroso y dubitativo que

toca la puerta del Cielo con la insistencia de un niño. Al fin, el hijo pródigo volvía a

casa por su propio pie”.

“Pero, ¿no es adorable un Amor que abre sus puertas a un hijo pródigo que se

resiste, resentido y qué mira en todas direcciones buscando cómo escapar?”

Pero continuaba con algunas dudas. Recuerda con emoción que un día decidió ir

al zoológico. Durante el viaje recibió una especial iluminación de Dios y le

desaparecieron todas sus pequeñas dudas. Ahora sólo vivía con certezas. Gracias

a su conversión cristiana, su esposa Joy Davidman lo notó transformado y muy

alegre, conversaron varias veces sobre este tema, y también ella decidió

convertirse a la fe.

Actualmente, C. S. Lewis se ha convertido en un clásico de la Literatura Universal

y es valorado por intelectuales, jóvenes, público de edad madura en general y por

los niños. Es asombrosa su amplia difusión en todos estos sectores y sus libros se

han publicado en numerosos idiomas por los cinco continentes.

AL INICIO DE LA PASCUA: UNA PAZ DURADERA

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en

guerra con el mundo entero” (Mahatma Gandhi).

En el inicio del tiempo pascual, que da comienzo con la fiesta de la

Resurrección, el Papa Francisco comentaba su relación con la fiesta del

domingo de Ramos en que la multitud lo aclamaba con un rey que les

traería la paz. Pero muchos esperaban solo una paz social, incluso

impuesta por la fuerza o con el poder divino para someter a los

extranjeros y opresores. Pero Jesús vino a traernos otro tipo de paz, y

entró montado, no en un fuerte y brioso caballo, sino en un manso y

dócil pollino. Les dirá a sus discípulos: «Mi paz os dejo, mi paz os doy;

no os la doy como la da el mundo» (Jn 14,27).

El mundo quiere imponer su paz por la fuerza y dominio, pero Jesús

sigue el camino de la mansedumbre y de la cruz. Cristo, ha tomado

sobre sí nuestro mal, nuestro pecado y nuestra muerte. Así nos ha

liberado y pagado por nosotros: Su paz no es fruto de algún acuerdo,

sino que nace del don de sí.

2) Para pensar

Hay un texto en la novela “Los Hermanos Karamasov”, de

Dostoievski, en que uno de los personajes, Iván, relata la Leyenda del

Gran Inquisidor. El Papa Francisco hizo referencia a ella. Se supone que

Jesús regresa a la tierra, no en su definitiva venida al final de los

tiempos, sino en el siglo XVI. Hace diversos milagros aliviando penas y

enfermedades, pero al final vuelve a ser arrestado. Es interrogado y

criticado ferozmente por el Inquisidor, que representa la visión humana.

Lo acusa de no haberse convertido, pudiéndolo hacer, en César, en el

rey más grande de este mundo… En cambio prefirió respetar la libertad

del hombre, en vez de someterlo e imponer la paz. Por ello lo vuelve a

condenar. La Leyenda termina en que después de la larga acusación,

Jesús no responde, reacciona con un gesto dulce y concreto, se acerca

en silencio, y lo que hace es besar al inquisidor, quien conmovido lo deja

libre.

Siempre resulta actual el relato de Dostoievski: Una paz basada en el

poder, es falsa, conduce al odio, a la muerte, a la traición a Dios y trae


amargura en el alma. La paz de Cristo es verdadera y está apoyada en

la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito a todo prójimo.

3) Para vivir

El saludo de Jesús el día de su Resurrección es: «La paz con

vosotros» (Jn 20,19.21). Al ya habernos reconciliado con Dios, en el

alma del hombre ya puede haber una paz interior que le lleva también a

reconciliarse con los demás.

Lo único que nos separa y enemista con Dios es el pecado. Pero la

Redención de Jesús, nos facilita volver a la unidad a través del

Sacramento de la Reconciliación, la Confesión.

Estamos llamados a ser portadores de la paz de Cristo con las

“armas” del Evangelio, que son la oración, la ternura, el perdón y el

amor gratuito a todos, sin distinción. El Papa Francisco nos invita a pedir

a Cristo, la paz del corazón y la paz en el mundo. (articulosdog@gmail.com)

lunes, 3 de abril de 2023

EL SENTIDO PROFUNDO DE LA SEMANA SANTA

Raúl Espinoza Aguilera

Siempre me han impresionado aquellas entrañables palabras que Jesús les

pronunció a sus Apóstoles en la Última Cena, justo en la víspera de ser

crucificado: “Nadie tiene aprecio más grande que el que da la vida por sus

amigos”.

Hay innumerables maneras de manifestar el afecto: con acciones concretas, con

diversas manifestaciones de estima, etc. Hay una canción de un conocido grupo

musical de Australia, los “Bee Gees”, que se titula: “¿Qué tan grande es tu amor?”

Y me parece que resulta todo un reto para corresponder al inmenso amor que

Dios nos tiene.

Recuerdo a un sacerdote, de edad madura, que decía sobre este tema: “Si

juntáramos el corazón y el cariño de los padres y las madres de la tierra entera por

sus hijos, no podría a compararse con el inmenso amor que Dios tiene a cada una

y a cada uno de nosotros, que es muy superior, enorme y profundo.

Me recuerda la anécdota de aquella madre que contemplaba con su hijo el cielo

cuajado de estrellas y embelesada con aquella maravillosa escena nocturna, le

preguntó a su pequeño:

-“¿Qué tanto me quieres?”

Y el chiquitín le responde:

-“¡De aquí hasta la luna!”

Y aquella madre cariñosa le replica:

“-¿Tan poquito?”

Y el niño pensándolo con calma le dice de nuevo:

“Bueno, ¡de aquí a aquel planeta que me dijiste que se llamaba Venus!”

Y la buena madre le vuelve a insistir:

“Me sigue pareciendo poco.”

Y el niño, le respondió con prontitud:

“¡Te quiero de aquí hasta la estrella más lejana y que casi no podemos ver!”

Y la madre complacida le dice:

“Así está mejor. Yo también te quiero muchísimo-y le da un afectuoso beso.

Quise seleccionar este diálogo de la vida cotidiana, aparentemente sin entidad,

pero muy real y significativo.

Pienso que en esa frase de Cristo “dar la vida por los amigos” que implicaba sufrir

hasta derramar la última gota de su Sangre está condensado el gran amor del

Redentor por sus Elegidos -que fueron los primeros Obispos- y, por extensión, a

las personas que habrían de venir con el paso de los siglos hasta el final de los

tiempos, de toda raza, lengua, condición social y de cualquier continente.

A la vez que, el hecho de ponerse a continuación lavar los pies de cada uno, pone

el ejemplo de cómo se debe amar a cada uno de nuestros semejantes: con

humildad y espíritu de servicio, sin esperar recibir nada a cambio ni ambicionar ser

el primero. Nos enseñó a perdonar hasta “setenta veces siete”, si hiciera fata. Y

comprendemos por experiencia propia que, muchas veces, es necesario tener ese

comportamiento. Por ejemplo, uno de sus Apóstolos, Judas Iscariote, lo traicionó y

lo vendió por 30 monedas de plata a quienes lo odiaban. En el Huerto de los

Olivos, mientras Jesús oraba intensamente con el resto de sus Discípulos

somnolientos, Judas encabezaba la tropa que habría de apresarlo, todavía el

Maestro le pregunta: “¿A qué has venido, amigo?”, como esperando su

conversión. Aquí aparece otra importante faceta del Salvador, cuando en su

Crucifixión, exclama a Dios Padre: “Perdónales porque no saben lo que hacen”.

En otras palabras, la caridad no debe ser simplemente generosa, sino que

también comprensiva, que disculpe las agresiones y, además, debe durar toda la

vida, pase lo que pase. Sin el perdón y el olvido de la ofensa, no hay verdadera

caridad. Porque el rencor y los resentimientos son la escoria del egoísmo y

desagradables al Creador. Y resuenan con fuerza aquellas palabras de San Pablo:

”Me amó y se entregó hasta la muerte por mí”. Son conmovedoras porque este

Apóstol porque no emplea la forma plural y no escribe: “Se entregó a la muerte por

nosotros”, sino que nos dice a cada ser humano que era tanto su amor por mí que

se dejó clavar en una Cruz por el cariño que tiene a cada persona.

¡Qué responsabilidad tenemos para saber corresponder a esta entrega sin límites,

sufrió dolores tremendos, fue rey de burlas, y no paró hasta entregar su cuerpo

para ser crucificado! Como escribe San Josemaría Escrivá de Balaguer: “¿Quieres

saber cómo agradecer al Señor lo que ha hecho por nosotros?... ¡Con amor! No

hay otro camino. Amor con amor se paga. Pero la certeza del cariño la da el

sacrificio. De modo que ¡ánimo!: Niégate y toma su Cruz. Entonces estarás seguro

de devolverle amor con Amor” (“Vía Crucis”).

Pero no hay que olvidar que al final del camino de la Pasión y Muerte de

Jesucristo, vino su gloriosa Resurrección, nos abrió las puertas del Cielo, nos dejó

los 7 Sacramentos, instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio para que mediante la

Santa Misa, nunca nos faltara ese Pan de los Ángeles. Ésta ha sido la gran

revolución cristiana que transformó la historia de la Humanidad y abrió un hondo

camino de luz y alegría en los cristianos, pero de un gozo que este mundo no

puede dar.

AL COMENZAR LA SEMANA SANTA

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“Un corazón alegre es el resultado normal de un corazón ardiente de

amor” (Santa Madre Teresa de Calcuta). En estos últimos días de la

Cuaresma hay sentimientos encontrados, pues aunque nos dirigimos

hacia los dolorosos episodios de la Pasión y Muerte de Jesucristo,

también hay alegría al recordar su entrada festiva a Jerusalén; alegría

que se verá colmada con su Resurrección. La entrada del Domingo de

Ramos es una bella escena, dice el Papa Francisco, llena de luz —la luz

del amor de Jesús, de su corazón—, de alegría, de paz, de fiesta. Es por

el corazón ardiente de Jesús que nos llena de alegría, la alegría de ser

amados.

En la Misa del Domingo de Ramos, se repite el gesto de agitar las

palmas expresando la alegría de acompañar a Jesús, de sentirlo

cercano, como un amigo y también como rey, es decir, como faro

luminoso de nuestra vida.

2) Para pensar

Una noticia sorprendió: Una joven, modelo, de las pasarelas decidió

ingresar a un convento.

Joven y guapa, Patricia soñaba con llegar lejos, al teatro, aparecer en

las revistas, ganar mucho dinero y ser alabada por el mundo. Vivía entre

viajes, moda, sesiones fotográficas, modelar en pasarelas: "Desde muy

pequeñita ya estaba acostumbrada a subirme al escenario. Todo aquello

me fascinaba: las luces, aplausos, flashes, el teatro. En el escenario

todo parecía funcionar bien, pero en verdad, tenía un gran vacío, estaba

falta de sentido… Yo había idealizado el mundo bohemio, de personas

“libres”, pero me iba absorbiendo y "deshumanizando" ya que, si quieres

triunfar, has de pasar por encima de todo, incluso de valores

fundamentales. Sólo importa la imagen que ofreces. El corazón, los

sentimientos, todo queda anulado", reveló Patricia.

Una amiga ingresó en un convento de clausura, y fue a visitarla. Una

pregunta le surgió: "¿Quién está realmente prisionera, ellas o yo? Esas

mujeres dentro de las rejas eran libres, felices y alegres”. Entonces se le

abrieron los ojos: “Comprendí que sólo había alguien que podía llenar mi

vida y todos mis anhelos de libertad: Dios". Hoy Patricia es hermana de


la orden de San Francisco y Santa Clara, y vive feliz en un pueblecito de

Burgos. Confiesa: “Lo que puedo decir es que no vale la pena vivir

llenando el corazón de sucedáneos. Todo se acaba. Lo único que

permanece es el Amor de Cristo, que transforma y abre horizontes

inmensos. Que no vale la pena ser conocido por los hombres si uno no

se deja conocer por Dios. ¡Él es el único que no pasa!"

3) Para vivir

La verdadera alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino

de haber encontrado a una persona: a Jesús. Nace de saber que, con él,

nunca estamos solos, incluso en momentos difíciles. No podemos ser

nunca hombres y mujeres tristes, ni desanimarnos: un cristiano jamás

puede serlo, señala el Papa Francisco. Nosotros acompañamos a Jesús,

pero sobre todo sabemos que él nos acompaña: en esto reside nuestra

alegría, la esperanza que nos trae Jesús y que hemos de llevar al

mundo.

La Virgen María nos enseña el gozo del encuentro con Cristo, el amor

con el que debemos mirarlo al pie de la cruz, el entusiasmo del corazón

joven con el que hemos de seguirlo en esta Semana Santa y durante

toda nuestra vida. (articulosdog@gmail.com)