lunes, 3 de abril de 2023

AL COMENZAR LA SEMANA SANTA

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“Un corazón alegre es el resultado normal de un corazón ardiente de

amor” (Santa Madre Teresa de Calcuta). En estos últimos días de la

Cuaresma hay sentimientos encontrados, pues aunque nos dirigimos

hacia los dolorosos episodios de la Pasión y Muerte de Jesucristo,

también hay alegría al recordar su entrada festiva a Jerusalén; alegría

que se verá colmada con su Resurrección. La entrada del Domingo de

Ramos es una bella escena, dice el Papa Francisco, llena de luz —la luz

del amor de Jesús, de su corazón—, de alegría, de paz, de fiesta. Es por

el corazón ardiente de Jesús que nos llena de alegría, la alegría de ser

amados.

En la Misa del Domingo de Ramos, se repite el gesto de agitar las

palmas expresando la alegría de acompañar a Jesús, de sentirlo

cercano, como un amigo y también como rey, es decir, como faro

luminoso de nuestra vida.

2) Para pensar

Una noticia sorprendió: Una joven, modelo, de las pasarelas decidió

ingresar a un convento.

Joven y guapa, Patricia soñaba con llegar lejos, al teatro, aparecer en

las revistas, ganar mucho dinero y ser alabada por el mundo. Vivía entre

viajes, moda, sesiones fotográficas, modelar en pasarelas: "Desde muy

pequeñita ya estaba acostumbrada a subirme al escenario. Todo aquello

me fascinaba: las luces, aplausos, flashes, el teatro. En el escenario

todo parecía funcionar bien, pero en verdad, tenía un gran vacío, estaba

falta de sentido… Yo había idealizado el mundo bohemio, de personas

“libres”, pero me iba absorbiendo y "deshumanizando" ya que, si quieres

triunfar, has de pasar por encima de todo, incluso de valores

fundamentales. Sólo importa la imagen que ofreces. El corazón, los

sentimientos, todo queda anulado", reveló Patricia.

Una amiga ingresó en un convento de clausura, y fue a visitarla. Una

pregunta le surgió: "¿Quién está realmente prisionera, ellas o yo? Esas

mujeres dentro de las rejas eran libres, felices y alegres”. Entonces se le

abrieron los ojos: “Comprendí que sólo había alguien que podía llenar mi

vida y todos mis anhelos de libertad: Dios". Hoy Patricia es hermana de


la orden de San Francisco y Santa Clara, y vive feliz en un pueblecito de

Burgos. Confiesa: “Lo que puedo decir es que no vale la pena vivir

llenando el corazón de sucedáneos. Todo se acaba. Lo único que

permanece es el Amor de Cristo, que transforma y abre horizontes

inmensos. Que no vale la pena ser conocido por los hombres si uno no

se deja conocer por Dios. ¡Él es el único que no pasa!"

3) Para vivir

La verdadera alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino

de haber encontrado a una persona: a Jesús. Nace de saber que, con él,

nunca estamos solos, incluso en momentos difíciles. No podemos ser

nunca hombres y mujeres tristes, ni desanimarnos: un cristiano jamás

puede serlo, señala el Papa Francisco. Nosotros acompañamos a Jesús,

pero sobre todo sabemos que él nos acompaña: en esto reside nuestra

alegría, la esperanza que nos trae Jesús y que hemos de llevar al

mundo.

La Virgen María nos enseña el gozo del encuentro con Cristo, el amor

con el que debemos mirarlo al pie de la cruz, el entusiasmo del corazón

joven con el que hemos de seguirlo en esta Semana Santa y durante

toda nuestra vida. (articulosdog@gmail.com)

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