viernes, 28 de octubre de 2022

JUAN PABLO II: “¡MÉXICO SIEMPRE FIEL!”

                                                                      Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51

El pasado 22 de octubre se celebró la fiesta de San Juan Pablo II. Por asociación de ideas, me vino a la memoria aquel inolvidable viernes 26 de enero de 1979, cuando Su Santidad Juan Pablo II realizó su primer viaje pastoral a nuestro país. En aquel histórico viaje, en que fue aclamado por la innumerable multitud que le aplaudía y coreaba con enorme cariño: “¡Juan Pablo Segundo, te quiere todo el mundo!”. Desde el aeropuerto el “papamóvil” lo trasladó directamente a la Catedral de México, donde celebró su primera Santa Misa en el continente americano. Ahí pronunció una homilía que conmovió profundamente a los mexicanos, cuando expresó: “En mi natal Polonia solemos repetir “¡Polonia, siempre fiel!”, quisiera también poder decir “¡México siempre fiel”!

¿A qué se refería el Santo Padre con estas palabras? En Polonia, este destacado intelectual, filósofo y poeta, que con el tiempo sería Romano Pontífice y llevaba de civil el nombre de Karol Wojtyla, tanto él como su querida Patria sufrieron la sangrienta y cruel invasión de las tropas nazis enviadas por Adolfo Hitler, que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el 1 de septiembre de 1939.

En esos años (1939-1945) se persiguió mucho a la Iglesia católica. Se clausuraron templos y fue aplastada la libertad religiosa. Los sacerdotes y religiosos se refugiaron en conventos para no ser descubiertos. Surgió “la Iglesia de la clandestinidad” en que los fieles practicaban su fe a escondidas para no ser sorprendidos por los persecutores. Fue un hecho muy similar a los que ocurrieron en México, durante la Guerra Cristera (1926-1929).

Pero, a pesar de los fuertes y persistentes ataques, Polonia y México conservaron intacta su fe. Es más, se revigorizaron sus convicciones religiosas y surgieron muchos mártires, que prefirieron perder su vida antes que renegar de su cristianismo. Desde ese segundo lustro de los años veinte, los polacos admiraban mucho a los mexicanos por haber permanecido fieles a sus creencias y siguieron paso a paso el desarrollo de esa injusta y desigual conflagración.

Tiempo después, los nazis fueron derrotados por las fuerzas Aliadas. En un principio, se pensaba que se habían recuperado las libertades ciudadanas, pero los invasores rusos -que luchaban con los Aliados- establecieron un sistema marxista-leninista en Polonia y muchos otros países del Este Europeo, ante el silencio cobarde y pasivo de los Estados Unidos. Nuevamente el pueblo polaco se enfrentó a una dictadura en que se negaban los más elementales derechos humanos. Hubo muchas detenciones de disidentes y fueron fusilados o enviados a campos de concentración, llamados “Gulags”.

En medio de ese clima de opresión, los Pastores de la Iglesia de Polonia realizaron un esfuerzo especial para mantener a los fieles fuertes en la fe y que no perdieran la esperanza en sus convicciones religiosas. En 1958, después de realizar sus estudios de Teología como seminarista y haber sido ordenado sacerdote, Karol Wojtyla recibió su Ordenación como Obispo Auxiliar de la diócesis de Cracovia. Cuatro años después fue designado Arzobispo de la misma diócesis, y en 1967, el Papa Paulo VI, lo proclamó Cardenal.

El comportamiento a destacar fue su valentía y perseverancia para defender la fe de su grey. Recuerdo que los comunistas pretendieron edificar “una ciudad sin Dios” o “la ciudad socialista perfecta”, llamada “Nowa Huta”. Pero los fieles creyentes deseaban que se construyera una iglesia católica. El Cardenal Wojtyla les pidió a todos los católicos de esa población que, poco a poco, fueran trayendo ladrillos y que colaboraran en levantar los muros en donde se construiría lo que sería el nuevo templo. Pero, por la noche, las autoridades rusas enviaban bulldozers para derribar esos incipientes muros. Al día siguiente, el Cardenal animaba a sus fieles a no dejarse acobardar ni a ceder ante el miedo por las posibles represalias y continuar trayendo material para levantar, nuevamente, las paredes de su iglesia. Ese “estira y afloja” se prolongó durante varios meses, hasta que finalmente las autoridades soviéticas dieron el permiso para que se levantara un templo católico. Este “botón de muestra” manifestaba la fortaleza y tenacidad de este “Cardenal de Hierro”.

Por ello, cuando vino a México, el Papa Juan Pablo II con su lema “¡México siempre fiel!”, estaba haciendo un vigoroso llamado a no ceder “ni un milímetro” en el depósito de la fe cristiana. Polonia había permanecido fiel y eso mismo deseaba para nuestra Patria, en esos años en que no había relaciones Iglesia y Estado.

Los actuales embates que los fieles mexicanos estamos sufriendo contra nuestra religión y nuestra moral, nos lleva a recordar este valioso consejo de este Papa, ahora Santo. Por ejemplo, con la legalización (o despenalización) del aborto, por parte del Lic. Arturo Saldívar, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el voto mayoritario de sus Ministros han dejado en riesgo a las personas más vulnerables, esos bebés que se encuentran en el seno de sus madres. Se les ha arrancado un primordial derecho humano: el derecho a vivir desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. Son horrorosos los crímenes que se están cometiendo diariamente en contra de ciudadanos mexicanos y no debemos permitir ni tolerar. Es necesario dar la batalla cultural para que los niños recuperen su derecho elemental a la vida y a que se conserve ese núcleo fundamental que es la familia, que también se pretende destruir.

Ha llegado la hora de la responsabilidad ciudadana por defender con determinación y valentía esos derechos básicos, que están intrínsecamente unidos a la naturaleza humana. Concluyo con una frase del célebre Filósofo Platón, con la intención de que sirva de estímulo positivo a los lectores y les mueva a la acción: “El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres”.

lunes, 24 de octubre de 2022

LA CAZA DEL SALMÓN

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

Hace poco un amigo me recordó la manera en que los osos esperan su comida en medio del río. Los salmones vienen nadando contra corriente remontando el río, y al encontrarse con una pendiente cuesta arriba, si quieren remontarla, no les queda otra que saltar saliendo a la superficie un momento. Los osos están metidos en el río en la parte de arriba esperando ese momento en que saltan los salmones a la superficie para atraparlos con el hocico y darse su festín.

Guardando las debidas proporciones, así como el oso está a la espera en cualquier momento para aprovecharlo, así podría estar el fiel que acude a una ceremonia litúrgica para aprovechar la gracia que nos viene de Dios. Si está distraído no aprovechará esos bienes, se les escaparán: puede ser una oración, un acto de contrición, una bendición, etc. El Papa Francisco nos exhorta a conocer el sentido de la liturgia para poder participar vivamente y de un modo más fructífero. Se nos facilitará, dice, si comprendemos mejor los textos eucológicos. Pero, ¿qué es la eucología? Veamos.

2)  Para pensar

Eucología tiene sus raíces de dos palabras griegas: euché, que significa “oración” y logos que se entiende como discurso, palabra, tratado… Así, eucología es el tratado que estudia las oraciones y las leyes que rigen su formulación.

También se puede entender la eucología como el conjunto de oraciones contenidas en el formulario litúrgico. Al conjunto de esos textos se llama depósito eucológico. La Eucología suele dividirse en dos: la mayor y la menor. A la Eucología menor le pertenece el conjunto de las oraciones simples, por ejemplo, la oración colecta o la oración sobre las ofrendas, la oración después de la comunión. A la Eucología mayor le pertenecen las oraciones más complejas como la plegaria eucarística, el prefacio, etc.

3)  Para vivir

En una celebración litúrgica importa comprender, por ejemplo, a quién nos estamos dirigiendo. Podríamos decir que a Dios, pero la Iglesia nos lleva a distinguir a qué Persona divina en concreto. Por ejemplo, si nos fijamos en la oración colecta, veremos que siempre está dirigida a Dios Padre, y termina acudiendo a la intercesión de Jesucristo: “Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos”. Distinguimos a las distintas Personas de la Santísima Trinidad. No se trata solo de dirigir la oración a Dios, sino a una de las Personas (el Padre) y luego pedimos la intercesión de la otra (el Hijo). Así, la Liturgia nos lleva a tratar a cada una de las Personas divinas. En nuestra vida de oración, también podemos distinguir a cada una de las Personas divinas.

Nos dice san Josemaría: “El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento, el que realiza el alma en la vida sobrenatural, como los de una criaturica que va abriendo los ojos a la existencia. Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo…” (Amigos de Dios, n.306). (articulosdog@gmail.com)

lunes, 17 de octubre de 2022

LA LITURGIA PERMITE EN GRAN ENCUENTRO CON DIOS

 Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

Es común, al encontrarse con una celebridad, pedirle sacarse una

foto con ella, una “selfie”. Hace poco mi sobrino Toño tuvo la

oportunidad de saludar a los protagonistas de la película “Top Gun:

Maverick”, a Tom Crusie y Jennifer Connely, y por supuesto tomó

algunos videos. Así se tiene constancia de esas experiencias que luego

se mostrarán como parte de la propia vida. Tener experiencias valiosas

enriquece la vida.

Si el encuentro con alguien famoso nos aporta una experiencia

emocionante, el encuentro con Dios no solo proporciona la más valiosa

vivencia, sino que también nos hace más valiosos a nosotros mismos.

Dice el Papa Francisco que sólo gracias al encuentro con nuestro Señor

en la celebración de la Eucaristía le permite al hombre ser plenamente

hombre. Ya que le otorga tener la relación más plena que pueda haber,

con Dios, y también con sus hermanos y con la creación. Así, la

celebración se convierte en el lugar privilegiado, aunque no el único, del

encuentro con Dios.

2) Para pensar

El deseo del encuentro con Dios ha sido tan fuerte en algunos que no

han dudado incluso en dar la vida. Por ejemplo, están los que se

opusieron al régimen nazi de Adolf Hitler cuando fueron llamados al

Ejército. Eran hombres de vida sencilla que pasaron inadvertidas:

campesinos, obreros, oficinistas, artistas… que mostraron un gran

temple humano y espiritual dispuestos a luchar contra el mal aun a

costa de perder sus vidas. Entre ellas las de un austriaco beatificado del

que se ha hecho una película llamada “Vida oculta” (A Hidden Life,

2019).

Otro fue Alfred Andreas Heiss, afiliado a un partido católico que

defendió su religión hasta el final. En una carta a sus padres decía:

“Defender nuestra fe es lo único que puede suponer la base para el

entendimiento entre los pueblos”. Heiss criticaba la política e ideología

nacionalsocialistas, sobre todo las medidas contra la Iglesia, que

consideraba como un claro avance del ateísmo.


Al ser llamado a armas se negó a servir como soldado, a pesar de

conocer las consecuencias, y declaró: “el nacionalsocialismo tiene una

postura anticristiana”. El Tribunal de Guerra le condenó el 20 de agosto

de1940 a la pena de muerte y murió valientemente como un verdadero

mártir.

3) Para vivir

Comenta el Papa Francisco, en su carta sobre la Liturgia, que es la

comunidad que se formó después de la venida del Espíritu Santo en

Pentecostés la que, a través de la celebración de la Eucaristía, puede

hacer presente a Jesucristo realmente vivo con su Palabra y con su

Cuerpo.

El Espíritu Santo formó con esa primera comunidad el inicio de la

Iglesia, la cual desde entonces facilita el encuentro con Cristo a través

de los Sacramentos. Desde el mismo día en que llegó el Espíritu Santo,

los Apóstoles administraron el bautismo que nos reconcilia con Dios. El

relato del Nuevo Testamento nos dice que ese día se bautizaron unas

tres mil personas. Nuestro Señor Jesucristo, con su Pasión y muerte, ha

quitado el obstáculo que nos impedía tener un verdadero encuentro con

Dios, ha vencido el pecado y nosotros ya podemos ser perdonados. Que

sepamos valorar a la Iglesia como el instrumento que Dios ha dispuesto

para unirnos a Él. (articulosdog@gmail.com)

viernes, 14 de octubre de 2022

WINSTON CHURCHILL: UN LIDERAZGO DECISIVO


                                                                  Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51

En estos tiempos de dramática ausencia de líderes, en que -por ejemplo- observamos a un Presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, tibio y dubitativo frente al conflicto de Rusia y Ucrania; a un México -cara a las elecciones presidenciales del 2024- sin líderes fuertes de la oposición que hagan frente a los precandidatos del Partido Morena, etc. Debido a ello, me ha parecido conveniente repasar las características de uno de los líderes más influyentes de la Historia Contemporánea. Me refiero al célebre, Primer Ministro Inglés, Winston Churchill (1874-1965), quien tuvo la valentía y firme determinación de enfrentarse a Adolfo Hitler cuando la Gran Bretaña se encontraba sin el apoyo de las fuerzas Aliadas.

En aquella época las tropas nazis habían invadido gran parte de Europa. Desde Polonia, aquel trágico 1 de septiembre de 1939, que provocó el estallido de la Segunda Guerra Mundial en que murieron millones de personas. Pero Hitler tenía ambiciosos afanes expansionistas y, a continuación, ordenó la llamada “Guerra Relámpago” (Blitzkrieg) en la que Alemania tomó por sorpresa al Viejo Continente e invadió: Dinamarca y Noruega (abril de 1940), Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo y Francia (en mayo de 1940), Yugoslavia y Grecia en abril de 1941. El mundo entero estaba conmocionado ante esa demostración de fuerza militar del país Germano. Sin embargo, no pudo derrotar a Gran Bretaña ya que estaba protegida por el Canal de la Mancha y la Marina Real Británica. Fue entonces cuando Adolfo Hitler decidió lanzar un demoledor ataque aéreo sobre Londres.

Winston Churchill ya estaba esperando esta reacción y preparó muy bien a la Real Fuerza Aérea (RAF). Se libró un tremendo combate por aire en la llamada “La Batalla de Inglaterra”. La amplia experiencia militar hizo que Churchill dirigiera personalmente este enfrentamiento y, al final, los ingleses vencieron. Fue la primera humillante derrota de Hitler y, más tarde, lo obligó a abrir el frente Oriental contra Rusia en la llamada “Operación Barbarroja” (1941).

Es interesante observar que este Primer Ministro Inglés, después de cada bombardeo alemán, saliera a las calles a brindar apoyo moral a su pueblo. Les ofrecía atención médica a los heridos, ayuda alimenticia, nuevos albergues antiaéreos y, sobre todo, a levantar el ánimo de los ciudadanos que permanecían firmemente unidos a su líder. En cierta ocasión, bajó al Metro londinense de forma inesperada, se subió a uno de los vagones para hacer una encuesta de primera mano. A los obreros, empleados, amas de casa y demás personas que viajaban en ese medio de transporte les fue preguntando, uno a uno:

“- ¿Cómo debe de actuar Gran Bretaña frente al asedio aéreo alemán, ¿Rendirse o Resistir?

Cada uno de los pasajeros fue respondiendo, sin titubeos:

-       ¡Resistir! (…); ¡Dar la batalla! (…); ¡No acobardarse ante Hitler! (…); ¡Dar la  vida en defensa de la Patria!

Una niña de unos doce años, que miraba la escena con atención, le respondió con determinación:

-       ¡Vencer o morir!, Señor Churchill.

Acto seguido, el Primer Ministro agradeció a los pasajeros sus valiosas aportaciones y se despidió amablemente. En la siguiente Estación del Metro, Churchill se bajó y se dirigió al Parlamento que ya lo esperaba y les comentó sobre esta valiosa encuesta. Llevaba anotados los nombres y oficios de las personas que opinaron y se los comentó ampliamente junto con otras experiencias personales que había recabado por esos días. Fue cuando dio aquel inolvidable discurso en el que sus palabras finales fueron: “Sólo puedo ofrecerles sangre, sudor y lágrimas”, haciendo énfasis que había que resistir y dar la batalla ante los nazis, pero jamás rendirse. Al concluir recibió la aprobación unánime y una prolongada ovación.

Es atrayente el modo cómo Churchill infundió en los políticos, los militares y en la ciudadanía ese espíritu de resistencia y valentía ante el injusto agresor. Les transmitió su firme determinación y fe en la victoria final, cuando muchos políticos preferían un tímido acuerdo de paz con Hitler. Pero este Primer Ministro mostró su tenacidad, coraje y espíritu combativo con esa capacidad persuasiva y brillante oratoria que poseía. Supo comunicar a su pueblo la postura que había que mantener frente al enemigo común.

Eran momentos particularmente duros porque Franklin D. Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos, no se decidía a unirse a Winston Churchill porque le parecía que el pueblo de Norteamérica no deseaba entrar en otra Guerra Mundial. Pero en la mañana del 7 de diciembre de 1941, Japón decidió bombardear a Pearl Harbor, base naval estadounidense en Hawai. Fue un ataque sorpresivo en que las fuerzas japonesas destruyeron barcos, aviones, portaviones, aeropuertos, con un saldo de más de 3,500 norteamericanos muertos y heridos. En ese lamentable día, a Franklin D. Roosevelt no le quedó más remedio que declarar la guerra al Eje Tokio-Roma-Berlín.

A partir de ese día, el Presidente de los Estados Unidos brindo todo su apoyo militar a Inglaterra. Había concluido la terrible etapa de una Gran Bretaña que luchaba sola contra el gigante alemán. Luego se unió Rusia como aliada y otros países más. Después se abrió el frente del Norte de África contra Alemania en 1940, que a la postre culminaría con el desembarco en Normandía, aquel 6 de junio de 1944, el histórico “Día D”. De este modo, los Aliados se unieron en forma compacta y eficaz hasta derrotar a Adolfo Hitler y a sus tropas, logrando su rendición incondicional el 7 de mayo de 1945. Una semana antes, el 1 de mayo, Hitler ofuscado por sus estrepitosas derrotas -tanto en el frente Oriental como en el Occidental- tomó la desesperada decisión de suicidarse.

El pueblo inglés aclamó la victoria de la Segunda Guerra Mundial junto a su líder, Winston Churchill, en el Whitehall de Londres, el 8 de mayo de 1945, recordada como “El Día de la Victoria en Europa”. Los Aliados habían vencido y, a la vez, había surgido la leyenda de este héroe de las libertades en los países del mundo occidental.

  

martes, 11 de octubre de 2022

LA LITURGIA ORDENA LOS VALORES

 Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“Si vives con valores para ti mismo, te conviertes de gran valor para

todos los que te conocen” (Bryant McGill). Sin embargo, la

posmodernidad se está caracterizando en que el hombre se siente

desprovisto de valores, sin referencias de ningún tipo, dice el Papa

Francisco. Cada vez se le dificulta más encontrarle sentido a su

existencia y descubrir el significado de los símbolos. De ahí el problema

para comprender, valorar y asombrarse de los actos litúrgicos.

Un reto actual es recuperar la capacidad de vivir plenamente la

acción litúrgica. El Concilio Vaticano II afrontó este reto exigente para el

hombre moderno.

2) Para pensar

Un ejemplo de poner en orden los valores fue Jacques Fesch, quien

fue condenado a muerte por asesinato en 1957. Durante el tiempo que

estuvo en la cárcel experimentó la misericordia de Dios, tuvo una

conversión y ahora va camino a los altares.

Jacques Fesch era hijo de un banquero ateo que se divorció de su

esposa. Fesch fue educado en la religión católica por su madre, pero

abandonó la fe a los 17 años. Después de casarse decidió dejarlo todo,

incluida familia, y viajar. Sin dinero, decidió robar, pero en su huida

mató de tres tiros al oficial de policía Vergne, viudo y padre de una niña.

Fesch fue arrestado y condenado a muerte. En la cárcel, sufriendo, una

noche pidió ayuda a Dios y recibió la gracia de la conversión: “Tenía la

impresión de una bondad infinita que me hizo creer con convicción que

nunca estuve abandonado”, resaltó.

Desde su celda, transmitió su fe a través de cartas. En una de ellas

decía: “¡Acabo de recibir la Comunión, es una gran alegría!... Tengo paz

y sentido en la vida, mientras que antes era solo un muerto viviente”.

La víspera de su decapitación, Fesch declaró: “Que cada gota de mi

sangre borre un pecado mortal. Último día de lucha. Mañana, a esta

hora, estaré en el Cielo. ¡Cinco horas más y veré a Jesús!” Murió el 1 de

octubre de 1957, Jacques Fesch. Cuando los guardias llegaron a su


celda para buscarlo, lo encontraron de rodillas rezando junto a la cama.

Sus últimas palabras fueron: “Señor, no me desampares, confío en Ti”.

El entonces Arzobispo de París, Cardenal Jean Marie Lustiger, señaló

que al “declarar santo a alguien no significa que la Iglesia admire sus

méritos, sino propone un ejemplo de conversión de alguien que supo

escuchar la voz de Dios y se arrepintió… No hay pecado tan grave que

impida al hombre llegar a Dios, que le propone la salvación”, agregó.

3) Para vivir

No es casualidad que el primer documento emanado del Concilio

Ecuménico II, haya sido sobre la Liturgia. Se llamó “Sacrosanctum

Concilium”, que nos dice que la Liturgia es “la cumbre a la cual tiende la

acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda

su fuerza” (n. 10).

Hay una escala de valores y deberes a tener en cuenta, nos dice el

Papa, y así crecer en nuestra capacidad para vivir plenamente la acción

litúrgica: Dios tiene el primer puesto; la oración, es nuestra primera

obligación; la Liturgia, es la primera fuente de la vida divina que se nos

comunica, la primera escuela de nuestra vida espiritual. Con la

necesaria formación litúrgica seguiremos asombrándonos en cada

celebración. (articulosdog@gmail.com)

viernes, 7 de octubre de 2022

EL CONSUMISMO Y LO SUPERFLUO

                 Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51

Con frecuencia nos encontramos con conocidos que presumen, por ejemplo, de usar un reloj caro. Y nos suelen explicar algunas de sus funciones, como son: que mide los pasos de quien lo usa, da información del pulso cardiaco, de la presión arterial, de la temperatura del cuerpo, etc.

Cuando le preguntamos al dueño del reloj si le son de utilidad todas esas funciones, a menudo nos contesta: “En realidad sólo lo uso para ver la hora. Todo lo demás son “monerías” que me quitan el tiempo”. En otros casos responden: “No me son de provecho porque considero que me podría llegar a obsesionar el hecho de estarme revisando de continuo la presión arterial.”.

En efecto, un buen reloj nos conformamos con que nos dé la hora exacta y punto. Y así sucede con otras tecnologías como el celular, el Ipad o la Lap Top. Con cierta frecuencia, se están publicitando nuevos modelos que supuestamente tienen innovaciones. Muchos jóvenes, que se dejan llevar por la moda, de inmediato quieren adquirir el más reciente celular, por ejemplo.

Cuando un padre de familia le pregunta a su hija adolescente cuáles son esas ventajas y le responde con vaguedades, entonces le hace ver que no se deje llevar por el consumismo porque el celular que usa quizá no sea tan reciente, pero le funciona bastante bien.

El consumismo tiende -mediante el “bombardeo” publicitario- a crear falsas necesidades. Y hay que aprender a reflexionar si en realidad necesita de ese producto o se está dejando llevar por un mero impulso de compra.

En otras ocasiones, nos encontramos con amistades que nos dicen: “Estaban en oferta estas chamarras y me compre dos, a precios regalados”. Y cuando, por la amistad que nos une, le cuestionamos en confianza:

     -Pero si tú ya tienes una muy buena chamarra.

Nos responde:

      -¡Es verdad!. Ya veré a quién se la regalo.

Nos estamos enfrentando a una sociedad que no considera con calma las compras que va a realizar y muchas de ellas las realiza irreflexivamente. En numerosas ocasiones, cuando llega la cuenta de la tienda, vienen esas caras de sorpresa y arrepentimiento.

-       ¿Cómo fue posible que hiciera esta compra tan absurda? ¡Si en realidad no necesitaba de esas prendas de vestir!

Me resulta inolvidable la anécdota de aquella joven señora que observé su conducta en un conocido  centro comercial. Ella vio en el escaparate de una tienda una peluca que le gustó mucho. Y dijo:

        -¡Yo la quiero, a como dé lugar!

Y la amiga que la acompañaba le decía:

-       Pero si ya tienes tres pelucas. ¿Necesitas más?

-       ¡A mí me vale; yo me la llevo! Entró a la tienda, de inmediato se la probó y la compró.

La verdad es que me dio pena esa mujer que se mostraba esclava de sus impulsos por adquirir toda clase de prendas que le agradaban.

El consumismo lleva a sobrevalorar las necesidades inmediatas y a no sentirse satisfechos con nada.

Como dicen los Psiquiatras, esas personas sufren de “la inmediatez”, es decir, de querer adquirir el objeto deseado “cuanto antes, aquí y ahora”.

Algunos de esos compradores compulsivos requieren de atención médica adecuada. Como decía un joven profesionista, soltero:

-       “Cuando me encontré un enorme kayak anaranjado y diversos objetos deportivos -que no necesitaba- en la puerta de mi departamento que me había enviado una tienda, llegué a la conclusión que requería de atención psiquiátrica, porque no tenía la menor noción de cuándo había comprado dichos objetos. Y claro, en esas compras precipitadas se iba buena parte de mi sueldo”.

Vivimos inmersos en una sociedad de consumo, donde todo se va haciendo desechable, y a la vez, muy accesible porque objetos que anteriormente resultaban bastante caros, ahora cada vez son menos costosos y de mayor calidad.

Por ello es importante aprender a distinguir entre lo que es realmente necesario y lo superfluo. De lo contrario nos vamos rodeando de bienes que, en estricto sentido, no los necesitamos.

Por ello es conveniente que los hijos sean educados en estos conceptos que resultan clave para que ellos mismos se persuadan de las ventajas de vivir sobria y templadamente, partiendo del buen ejemplo de sus padres.

De lo contrario, se convierten en hijos irresponsables y caprichosos, que gastan dinero sin control alguno -y como de ordinario no trabajan- desconocen lo que cuesta ganar esas grandes sumas, que ellos malgastan.

Por otra parte, es necesario que sean solidarios con las necesidades materiales de las personas que viven en extrema pobreza y necesitan de su ayuda. Es muy formativo que colaboren en labores sociales y asistenciales y que perciban, de primera mano, las dramáticas necesidades del prójimo. Más ahora, en nuestro atribulado México, que pasa por una grave crisis económica, que los hijos sean conscientes de las necesidades de los demás y tengan la iniciativa de ayudarles en aspectos muy concretos.

 

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martes, 4 de octubre de 2022

LA ALEGRÍA DE ESTRENAR CADA DÍA

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

“El misterio crea asombro y el asombro es la base del deseo del hombre de comprender” (Neil Armstrong). Para el filósofo Platón, el asombro es necesario para filosofar, pues implica ver con ojos nuevos y sorprenderse de algún suceso ya presenciado. Pero el asombro no es exclusivo del filosofar. El pensador Miguel Ángel Martí invita a estrenar la vida cada día y asombrarnos de su belleza que es inagotable. Hay que evitar la “vista cansada” que da por conocido lo “ya visto” y nos empobrece. Sin el asombro no es posible la juventud de espíritu ni la alegría de vivir.

Ante el misterio pascual, que se concreta en los Sacramentos, no puede faltar una actitud de asombro, señala el Papa Francisco. Si faltara el asombro desaprovecharíamos el “océano de gracia que inunda cada celebración”. Ante el encuentro con Dios que se nos otorga, se pregunta el Papa: ¿Cómo se nos puede escapar lamentablemente la fascinación por la belleza de este don?

2)  Para pensar

El asombro ante el encuentro con Dios fue decisivo para la conversión de Barbara Heil, ex pastora protestante estadounidense. En una entrevista relató que su asombro fue creciendo al leer a los Padres de la Iglesia, al estudiar la liturgia, la Sagrada Escritura y la Misa Eucarística. Ahí descubrió la belleza que guarda la fe católica: “Fue entonces cuando me di cuenta de que la única forma en que voy a disfrutar plenamente de lo que estoy aprendiendo sobre la Iglesia es realmente entrar en la Iglesia”, declaró. No obstante, tuvo que renunciar a todo de lo que formaba parte, pues tenía un ministerio en su iglesia protestante.

Aclaró que, en su camino de conversión, fue “absolutamente central el encuentro que tuve con Cristo en la Eucaristía… Entonces supe que Jesús estaba allí, incluso más que muchos católicos. Entonces, cuando vengo a Misa, soy una gran adoradora. Voy mucho a la adoración (…) sé que estoy con Cristo y que Cristo está conmigo. No lo dejo cuando dejo la iglesia: Él va conmigo; Él está conmigo; Él está en mí; me alimenta de sí mismo dándome su Cuerpo y su Sangre. Y es real”, dijo.

Ahora Barbara Heil difunde las enseñanzas de la Iglesia Católica a través de conferencias y seminarios web: “todo el mundo está llamado a ser santo, es Jesús quien quiere conocerte. Si uno se encuentra seco en la fe debe acudir a Jesús y abrir la Escritura, comenzar con el Libro de Juan y dejar que esa carta de amor de Dios empiece a hablarte. Eso es amistad con Dios”, concluyó.

3)  Para vivir

Aunque el hecho de que Dios mismo se haya hecho hombre para salvarnos y luego haya querido quedarse en el Pan de la Eucaristía sean sucesos sublimes muy extraordinarios, podemos mal acostumbrarnos y hasta ser indiferentes. De ahí el llamado al asombro al que nos invita el Papa Francisco ante el misterio pascual, que se hace presente en cada Misa e ilumina cada acción litúrgica, aunque no captemos del todo su grandeza.

Por ello el asombro es parte esencial de toda acción litúrgica. Es maravillarnos al experimentar la fuerza de los símbolos, que nos remiten a la presencia de Dios vivo y presente. La belleza, como la verdad, siempre genera asombro y, cuando se refiere al misterio de Dios, conduce a la adoración. (articulosdog@gmail.com)