Fiel a la palabra dada
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
"De todos los animales de la creación, el hombre es el único que
bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que
decir". Estas afirmaciones las hizo el actor cómico español, José Luis
López Vázquez. Y es que el modo de hablar está relacionado con la
virtud de la justicia. La persona justa cuida de que su hablar
corresponda con la verdad, vigila la sinceridad y por ello rehúye la
mentira, la calumnia, la burla o el falso testimonio. El justo, dice el Papa
Francisco en su Audiencia sobre las virtudes, mantiene la palabra dada y
devuelve lo que ha recibido prestado, es fiel a su palabra.
A nadie le gusta que le mientan o le oculten la verdad. La Sagrada
Escritura nos presenta la indicación de Jesús para el hablar: “Cuando
ustedes digan “sí”, que sea sí, y cuando digan “no”, que sea no. Todo lo
que se dice de más, viene del Maligno” (Mt 5, 37).
2) Para pensar
Un hijo y su padre caminaban en las montañas. De pronto el hijo se
cae, se lastima y grita: "Ahhh". Para su sorpresa oye una voz repitiendo
en algún lugar de la montaña: "Ahhh". Con curiosidad el niño grita:
"¿Quién está ahí?" Y escucha: "¿Quién está ahí?" Enojado con la
respuesta, el niño grita: "¡Cobarde!". Y recibe de respuesta: "¡Cobarde".
El niño enojado le pregunta al padre: "¿Quién me está insultando?" El
padre contesta: "Pon atención hijo", y grita: "¡Te admiro!". Y se oye:
"¡Te admiro!" Luego grita: "¡Eres un campeón!" y escuchan: "¡Eres un
campeón!" El padre le explica: "La gente lo llama ECO, pero en realidad
es la VIDA, que sigue un principio de justicia: te devuelve todo lo que
haces. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor.
Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean. Si quieres una
sonrisa en el alma, dirige una sonrisa al alma de los demás. Recuerda lo
que alguien dijo: Si no te gusta lo que recibes, revisa muy bien lo que
estás dando”.
La virtud de la justicia es un antídoto contra la corrupción y contra
otros comportamientos nocivos —como el fraude o la usura— que
carcomen la fraternidad y la amistad social. Pensemos cómo es nuestro
hablar.
3) Para vivir
La persona justa, además, no sólo se preocupa por su bienestar
individual, sino que quiere el bien de toda la sociedad. Por eso, no cede
a la tentación de pensar sólo en sí mismo y de ocuparse de sus propios
asuntos, por legítimos que sean, como si fueran lo único que existe en el
mundo.
La persona justa sabe que no puede haber verdadero bien para uno,
si no lo hay también para los demás. Por eso, cuida de que su propio
comportamiento no perjudique a los demás. Y si comete un error, pide
perdón, tiene la humildad de pedir disculpas. Incluso en algunas
situaciones, el justo es capaz de sacrificar un bien personal para ponerlo
a disposición de la comunidad. Desea el bien de la sociedad y por ello es
ejemplar viviendo y promoviendo la legalidad; respeta las leyes
sabiendo que son una barrera que protege a los indefensos de la
arrogancia de los poderosos. Es primordial y necesario, tal vez hoy más
que nunca, educar en el sentido de justicia y fomentar la cultura de la
legalidad. (articulosdog@gmail.com)
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