RAÚL ESPINOZA AGUILERA
Estudié unos cursos de
Posgrado en Ciencias de la Comunicación en 1976.en La Universidad de Navarra
(Pamplona, España). Tuve la fortuna de tener como Maestro a Don Luka Brajnovic.
Don Luka era periodista
originario de Croacia, país al que amaba entrañablemente. Por su gran
inteligencia y talento lo llevó a escribir numerosos libros de esta Carrera, lo
mismo que un brillante libro, titulado: “Figuras de la Literatura Universal”,
daba clases en la Facultad, continuaba escribiendo para varios periódicos y,
además, escribía poesía.
Entre clase y clase me fue
narrando que como periodista que no dudaba en decir las verdades. Los nazis lo
metieron en un campo de concentración; al ser derrotados, el dictador comunista
de Yugoslavia, Josip Broz Tito que tomó las riendas del poder, lo mandó a otro
campo de concentración. Ahí estuvo hasta el fin de la Guerra Mundial (1945), se
sentía ya libre pero los aliados lo metieron en un tercer campo de
concentración por considerarlo “sospechoso”. Finalmente lo dejaron en libertad.
De Don Luka Brajnovic fue la
primera vez que escuche hablar en tono elogioso sobre la vida y obra literarias
de Aleksandr Solzhenitsyn. Comentaba que: “A raíz de su primera obra publicada
“Un Día en la Vida de Iván Denísovich” tanto en la URSS como en Occidente, los
críticos literarios reconocieron su enorme talento literario sólo comparable al
de León Tolstoi como el de Fiódor Dostoievsky”.
A mediados de marzo de ese
mismo año, me encontraba en Madrid conociendo directores de editoriales y diversos
medios de comunicación. Por la noche encendí la televisión y para mi sorpresa
Solzhenitsyn sostenía una larga entrevista.
En esa ocasión -como en muchas
otras- fue cuando afirmó en tono rotundo: “El marxismo es un cadáver que debe
ser enterrado”.
Nació Kislovodsk en 1918. En
1936 termina sus estudios secundarios y se fue aficionando a escribir
literatura. En 1941 obtiene la licenciatura en Matemáticas y Física. Pero la II
Guerra Mundial lo llama a las armas. Ingresa en artillería y por méritos de
guerra llega a capitán.
En 1945 fue detenido y
condenado a prisión por “su espíritu contrarrevolucionario”. Esta grave
acusación se basa en una carta que escribió a un escritor en la que expresaba
sus dudas acerca de las cualidades militares de José Stalin.
Por fin en 1956 es
rehabilitado y nombrado profesor de Física en el colegio de Riazán, cerca de
Moscú.
Fue en su prisión en Siberia, la
que le inspiró su magistral obra: “Un Día en la Vida de Iván Denísovich”. A
pesar de las bajísimas temperaturas en la que muchos presos huían y otros enloquecían,
este escritor encuentra el sentido de su trabajo procurando enjarrar muy bien
con mezcla las paredes de otras construcciones.
Pienso que, sin duda, al
Psiquiatra vienés, Víktor Frankl (padre de la escuela “El Sentido de la Vida”),
le hubiera agradado conocer este hecho. Que es completamente autobiográfico de
este literato ruso.
Las obras más conocidas de
este destacado literato ruso, son: “El Primer Círculo”, “El Pabellón de
Cáncer”, “Agosto de 1914”, “Una Vela bajo el Viento”, etc. En 1970 recibió el Premio Nobel de Literatura.
En 1973, dio a la luz.
“Archipiélago Gulag” en el que expone las atrocidades en los campos de
concentración de la URSS. Esta obra, para poder publicarla en el exilio, la
memorizó, se inventó un cuaderno en clave en el que se incluía datos, cifras y
desgarradores testimonios.
Cuando fue publicada en
Occidente, causó un tremendo impacto en los países occidentales porque muchos
asuntos se ignoraban completamente. Pero en la URSS este escritor era
considerado “peligroso” al régimen dictatorial por decir tantas verdades -como
las del titular de este artículo-. Así que en 1974 fue condenado al exilio.
A continuación, se dedicó a
viajar. En sus conferencias y entrevistas presentaba radiografías de la
descomposición política, económica, social de la URSS.
En síntesis, en palabras del
especialista y crítico literario, Joseph Pierce: “Solzhenitysn es el rostro y
la voz de la Rusia Inmortal. La afirmación de la libertad y la dignidad humana
frente a los monstruos totalitarios de nuestro tiempo”.
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