Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
En este 2023 se celebran 150 años del nacimiento de Santa Teresita
del Niño Jesús y 100 años de su beatificación. Sus reliquias han viajado
por el mundo. Ahora estuvieron en la Plaza de San Pedro para la
Audiencia con el Papa Francisco, quien le dedicará una Carta Apostólica
y promulgará un Año Jubilar hasta enero de 2024 cuyo lema es: “Por la
confianza y el amor”, que fueron las últimas palabras de su
autobiografía, “Historia de un alma”.
En sus reflexiones sobre la pasión por evangelizar, el Papa Francisco
lo hizo sobre Santa Teresita del Niño Jesús, pues es patrona universal
de las misiones. ¿Cómo tiene este título sin salir de su monasterio? Ella
era una monja carmelita que se definía como “un pequeño grano de
arena”. De salud frágil, murió con tan solo 24 años. Su gran deseo era
ser misionera y para siempre.
Así como un motor, aunque escondido, da fuerza al vehículo, así
Teresita, sin aparecer, movía las misiones con su oración y ofreciendo
continuos sacrificios. Su vida no fue fácil. Decía que obtenía de los
demás “más espinas que rosas”, pero aceptó todo con amor, paciencia,
ofreciendo su enfermedad, las críticas y las incomprensiones. Y lo hizo
con alegría por las necesidades de la Iglesia.
2) Para pensar
El celo apostólico de Santa Teresita estaba dirigido sobre todo a los
pecadores, a los más “alejados”. Un episodio lo refleja. Un criminal de
su época llamado Enrico Pranzini había sido condenado a morir en la
guillotina por un triple homicidio. Sin embargo, el criminal rechazaba
arrepentirse frente a Dios.
Santa Teresita, aún niña, se conmovió y pidió a Dios por la salvación
de esa alma: rezó por su conversión y ofreció muchos sacrificios. Intuía
que Dios se lo pedía para dar su misericordia. Sabía que Dios la
escuchaba, pero quería saber si el criminal se arrepentiría. Pranzini fue
ejecutado. Al día siguiente Teresita, intrigada si había salvado su alma,
rápido averiguó la crónica de la ejecución. Leyó en el periódico que
Pranzini, poco antes de apoyar la cabeza en el patíbulo, «se volvió,
cogió el crucifijo que le presentaba el sacerdote ¡y besó por tres veces
sus llagas sagradas!». Con ese signo de arrepentimiento del criminal,
Teresita quedó muy contenta con la evidencia de que Dios la había
escuchado y ahora habría mucha alegría en el Cielo, pues como dijo
Jesús: “Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta que por los noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse».
3) Para vivir
Santa Teresita se propuso «consolar a Jesús, hacerlo amar por las
almas, porque Jesús está enfermo de amor y la enfermedad del amor
sólo se cura con amor». Su motor fue el amor. Su ejemplo es para
todos, pues no importa a qué nos dedicamos: siempre podemos
colaborar en la difusión del Evangelio, para que amen a Dios. Y sin
llamarnos misioneros, lo seremos si somos testigos e instrumentos del
amor de Dios.
El Papa Francisco comentó que la Iglesia, antes que muchos medios y
métodos, que a veces distraen de lo esencial, necesita corazones como
el de Teresita que atraen al amor de Dios. Invitó el Papa a pedir a la
santa la gracia de superar nuestro egoísmo y pedir la pasión de
interceder para que Jesús sea conocido y amado. (articulosdog@gmail.com)
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