Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El tiempo de Navidad concluye con la fiesta del Bautismo del Señor.
Es tradición que en esa fiesta el Papa bautice a algunos recién nacidos y
este año no fue la excepción. En su homilía el Papa Francisco se detuvo
a considerar las palabras que Jesús le dijo a Juan el Bautista cuando
éste se resistía a bautizarlo: «Deja ahora, pues conviene que así
cumplamos toda justicia» (cap 2, v. 15). Pero, ¿qué significa ‘Cumplir
toda justicia’?
Hay que evitar tener una idea limitada de la justicia, y pensar que
solo significa que el que se equivoca, la debe pagar. Jesús nos viene a
desvelar que la justicia de Dios es mucho más grande y supera la
justicia humana: no pretende la condena del culpable, sino su salvación
y su regeneración, volverlo justo: de injusto a justo. Es una justicia que
proviene del amor, de la compasión y misericordia que son el corazón
mismo de Dios Padre que se compadece del hombre caído bajo el peso
de sus pecados. La justicia de Dios consiste en hacernos justos a
nosotros, sus hijos (cfr. Rm 3,22-31), liberándonos de las ataduras del
mal, levantándonos.
En el Bautismo, Jesús nos revela el sentido de su misión: Él ha
venido para llevar a cabo la justicia divina, es decir, para hacernos
justos y así salvar a los pecadores; ha venido para tomar sobre sus
hombros el pecado del mundo y la muerte. Él nos muestra que la
verdadera justicia de Dios es la misericordia que salva.
2) Para pensar
“La Bella y la Bestia” es un cuento de hadas tradicional europeo con
múltiples variantes. La escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de
Villeneuve publicó el cuento en 1740, aunque investigadores datan su
origen varios siglos antes. El cuento se ha popularizado al ser llevado a
la pantalla varias veces. Como recordamos, trata sobre un príncipe
apuesto que fue convertido en una horrible bestia por un hechizo, el
cual sólo podría deshacerse cuando fuese amado. Conoce a Bella, una
hermosa mujer de noble corazón, que acaba por amarlo, rompiéndose el
hechizo y recuperando su figura humana. Y “se casaron y vivieron
felices”…
Podemos decir que algo semejante nos sucede al ser bautizados.
Siendo pecadores, Dios nos ama y ofrece ser bautizados, y entonces
recuperamos la condición divina. Recordemos que el hombre fue creado
por Dios “a su imagen y semejanza”, pero al pecar se desfiguró. Pero
gracias a la redención que nos ganó Jesucristo, en el bautismo
recuperamos la imagen divina, somos “justificados”, es decir, nos
convertimos en “justos”, por la misericordia de Dios.
3) Para vivir
San Pablo nos recuerda que aun siendo pecadores, Dios nos
demuestra su amor, al morir Cristo por amor a nosotros (cfr. Rom 5,8).
El Papa Francisco nos llama a imitar el amor de Dios y amar a los demás
aunque creamos que no son dignos. En vez de chismorrear y destruir,
dice el Papa, mirémonos con compasión, ayudándonos mutuamente.
El Papa Francisco invita a celebrar la fecha en que fuimos bautizados
y nos hicimos cristianos. Si no sabemos la fecha de nuestro Bautismo,
nos sugiere preguntarle a los padres, familiares o padrinos, para que
luego cada año lo celebremos como nuestro cumpleaños, pues
ciertamente fue nuestro nacimiento a la fe, a la vida de la gracia.
(articulosdog@gmail.com)
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