Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
“He comprendido que mi bienestar sólo es posible cuando reconozco mi unidad con todas las personas del mundo, sin excepción.” (Leon Tolstoi, 1828-1910). La unidad da fuerza, en un organismo vivo sus partes también serán vivas mientras permanezcan unidas.
Algunos autores han comprendido que cuando la Biblia relata que Dios creó al hombre según su imagen y semejanza (Gen 1, 26), hace referencia a la unidad que hay en Dios, en las tres divinas Personas. Así, el hombre está llamado a vivir unidos con Dios y los demás. No fue creado para que viviera solo en su individualidad, sino en relación con los demás. Por ello se le manda amar a Dios y al prójimo. Cuando el hombre peca, rompe esa unidad. Nuestro Señor Jesucristo la restablece con una Alianza eterna entre Dios y el hombre. Para ello fundó la Iglesia, en donde cada persona puede entrar en comunión con Dios.
Sin embargo, algunos miembros de la Iglesia, usando mal su libertad decidieron separarse. Observamos en la historia esas rupturas: en el siglo XI Constantinopla se separó formando la iglesia Ortodoxa; en el siglo XVI Inglaterra se separa formando la iglesia Anglicana y en Europa central comenzó la iglesia protestante. San Juan Pablo II invitó a que el tercer milenio fuera el de la unidad. Para ello, la Iglesia Católica invita a todos a orar al Señor pidiendo la unidad de los cristianos. En especial, le dedica ocho días, del 18 al 25 de enero de cada año. El Papa Francisco comprende que el camino hacia la unidad no es tarea fácil, pero invita a confiar en que el Señor nos guiará así como condujo a los magos del Oriente hasta llevarlos todos juntos hacia Cristo. Hemos de seguir sin descanso, sin preocuparnos de lo largo y difícil que será el camino, hasta alcanzar plenamente de Dios el don de la unidad de los cristianos.
2) Para pensar
Un señor tenía una vecina, que al saber que era católico, no desaprovechaba para murmurar constantemente contra la Iglesia por noticias escandalosas que solía leer. El señor ya estaba harto de sus comentarios y un día en la calle, cuando le volvió a comentar algo desagradable sobre la Iglesia, el señor le señaló las frutas caídas de un manzano que estaban en el suelo. Le preguntó: “¿Sabe por qué se han caído esas manzanas?” La señora le contestó: “Pues porque están podridas”. Entonces el señor concluyó: “Pues bien, si debajo del árbol hay algunas manzanas malas, ¿cree que también están podridas las que cuelgan y que el manzano no vale nada? En toda sociedad puede haber miembros malos. La Iglesia es la sociedad más grandiosa que hay en el mundo, es un árbol maravilloso. Pero no hay que juzgarla por los frutos caídos, sino por los que quedan en Ella”.
3) Para vivir
Es común representar a los Magos con distintas vestiduras y diferentes cabalgaduras: a caballo, en camello y en elefante, significando diferentes pueblos. El Papa Francisco sugiere que ahí podemos vernos reflejados: A pesar de nuestras diferencias, hemos de ir unidos con un mismo deseo, el de adorar al Señor. Y terminar el camino todos juntos, en la misma casa, postrándonos humildemente en adoración, dejando el orgullo que es obstáculo para la comunión. (articulosdog@gmail.com)
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