sábado, 3 de diciembre de 2022

¿ME DEJO EDUCAR?

Pbro. José Martínez Colín


1) Para saber

“No hay escuela igual que un hogar decente y no hay maestro igual a

un padre virtuoso”, esta frase de Mahatma Gandhi nos señala el lugar

primordial que ocupa la familia para la transmisión de los valores.

Una cuestión decisiva, señala el Papa Francisco, es la educación para

adquirir la actitud interior, que nos permita comprender los símbolos

litúrgicos. Por ejemplo, la que imparten los padres y abuelos, o los

párrocos y catequistas: “Muchos de nosotros aprendimos de ellos el

poder de los gestos litúrgicos, como la señal de la cruz, el arrodillarse o

las fórmulas de nuestra fe… podemos imaginar el gesto de una mano

más grande que toma la pequeña mano de un niño y acompañándola

lentamente mientras traza, por primera vez, la señal de nuestra

salvación. El movimiento va acompañado de las palabras, también

lentas: «En el nombre del Padre... y del Hijo... y del Espíritu Santo...

Amén». Para después soltar la mano del niño y, dispuesto a acudir en su

ayuda, ver cómo repite él solo ese gesto” (Carta 29 Junio 2022, n.47). A

partir de ese momento, ese gesto nos pertenece o, mejor dicho,

pertenecemos a ese gesto, somos formados por él.

No es necesario entender todo sobre esos gestos, dice el Papa, pues

el Espíritu Santo obra en nosotros, solo se requiere ser dóciles como un

niño ante su maestro.

2) Para pensar

Hay una carta a su hija pequeña del escritor Francis Scott Fitzgerald,

quien es autor de obras como "El gran Gatsby". En ella procura darle

unos consejos para la vida. Su hija guardó siempre esa carta, que

publicó años después.

En la carta le manifiesta su interés por sus tareas, y le expresa su

convicción en vivir las virtudes. Le señala en qué cosas debe

preocuparse y de cuáles no: Cosas de las cuales preocuparse: por el

coraje, por la limpieza, por la eficiencia... Cosas de las que no hay que

preocuparse: por la opinión general, por las muñecas. No te preocupes

por el pasado, ni por el futuro. No te preocupes por el crecimiento, ni si

alguien te saca ventaja. No te preocupes por la victoria, ni por la

derrota. No te preocupes por los mosquitos, ni por las moscas. No te


preocupes por los insectos en general. No te preocupes por tus padres.

No te preocupes por los varones, ni por las decepciones. No te

preocupes por los placeres, ni por las satisfacciones.

En cambio, le dice las cosas en las cuales ha de pensar: ¿Qué es lo

que realmente estoy buscando? ¿De verdad entiendo a la gente y soy

capaz de llevarme bien con ella?

Pensemos si procuramos educar los verdaderos valores con nuestro

ejemplo y palabras.

3) Para vivir

En la educación ocupa una parte esencial la actitud del que aprende.

El Espíritu Santo siempre está dispuesto a dar sus lecciones, pero es

preciso estar dispuesto a seguirlas. Para ello se requiere ser como

niños: abiertos a lo que se les enseña. Un peligro es la soberbia de

quien no está dispuesto a que le digan lo que debe hacer.

El Papa Francisco señala la importancia de ser introducidos desde

niños al lenguaje simbólico, lo cual es una riqueza al permitirnos

trascender lo inmediato y llevarnos a un plano espiritual. Un tesoro del

que no podemos permitir que nos lo roben. Es de desear que vivamos

con esa actitud humilde para aprender. (articulosdog@gmail.com)

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