sábado, 3 de diciembre de 2022

EVITAR SER ANALFABETA

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber


Con la proliferación de la comunicación a través de mensajes, se han

popularizado muchos símbolos que representan emociones o

expresiones. Por ejemplo, se envía el símbolo XD, para expresar risa a

carcajadas, pues si lo giramos 90° a la derecha se asemeja a la

representación de una cara con la boca muy abierta y los ojos apretados

fuertemente como síntoma de una fuerte carcajada.

En la Liturgia, señala el Papa Francisco, se utilizan muchos símbolos

que representan realidades profundas y que es necesario aprenderlos y

comprenderlos. Decía el pensador alemán Romano Guardini: «Se

delinea la primera tarea del trabajo de la formación litúrgica: el hombre

ha de volver a ser capaz de símbolos».

2) Para pensar

Existe el peligro de no aprender a leer lo que los símbolos me

representan, y quedarme analfabeta, como dice el Papa. Y no solo se

refiere al ámbito litúrgico, sino también con realidades cotidianas. Por

ejemplo, con algo tan cercano como es el cuerpo humano, el cual es un

símbolo, porque no sólo es algo material, sino que está unido a un alma

espiritual, que es superior al cuerpo. El alma humana se deja “ver” a

través del cuerpo y hemos de saberla descubrir.

Si nos quedáramos solo con lo que vemos del cuerpo, estaríamos

empobreciendo a la persona no considerando lo valiosa que es con su

alma. Eso sucede con la pornografía, que invita a limitarse a ver lo

corporal olvidándose de lo espiritual, es decir, no deja ver a la persona

completa, es una invitación a ser analfabeta al no descubrir la belleza

espiritual de la persona. Además la pornografía reduce a la persona a un

objeto de placer, rebajando la dignidad de la persona que es digna de

amor, no de ser usada.

El ser humano tiene la capacidad de conocer, a partir de las cosas

sensibles, realidades que van más allá de ellas mismas, que las

trascienden. Si dejáramos de ver más allá de lo sensible nos llevaría a

un desconocimiento no sólo de Dios, sino también de nosotros mismos.


Eso sucede cuando se exagera la importancia del cuerpo y se le dedica

demasiado tiempo a su cuidado, dándole casi un culto.

Pensemos si, nosotros mismos, no nos estaremos preocupando

demasiado de nuestro cuerpo y, sin embargo, no le demos la debida

importancia al estado de nuestra alma.

3) Para vivir

Si se logra comprender el valor simbólico de las criaturas, también se

comprenderá el lenguaje simbólico de la Liturgia. No es extraño que los

santos han sabido contemplar las criaturas y descubrir en ellas la mano

de Dios. El Papa Francisco nos invita a tener la mirada de San Francisco

de Asís, quien llamaba hermanos al sol, la luna, los pájaros… Los veía

asombrado como criaturas de Dios, llenos de belleza y esplendor, que le

hacía levantar su voz en alabanza a Dios.

No se puede renunciar al lenguaje simbólico porque es el que la

Santísima Trinidad ha elegido para llegar a nosotros en la carne del

Verbo. Se trata más bien de recuperar la capacidad de comprender los

símbolos. Dice san Josemaría: “Todo, hasta el más pequeño de los

acontecimientos honestos, encierra un sentido humano y divino”

(Amigos de Dios, n 125). Y a cada uno nos corresponderá, con la ayuda

del Espíritu Santo, saber descubrirlo. (articulosdog@gmail.com)

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