martes, 27 de septiembre de 2022

EL SENTIDO DE LAS RÚBRICAS EN LA LITURGIA


Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

Después de presenciar el concierto de una gran orquesta sinfónica,

comentaba un aprendiz de música al ver cómo el director la había

dirigido: “Ha de ser difícil tocar un instrumento musical, pero hacer lo

que hace el hombre del palito, eso sí podría yo hacerlo, mover así el

palito”. Ignoraba esta persona que para dirigir la orquesta, se requiere

saber todos los movimientos de cada instrumento musical, así como

saber de memoria toda la obra musical interpretada para poder así

dirigir a todos los músicos sabiendo sus tiempos, el ritmo, la armonía y

la intensidad con que se ha de tocar.

La música tiene su lenguaje escrito y la obra se escribe en partituras

que son las que señalan cómo ha de tocarse cada obra musical. Si no se

siguen con rigor, la obra es un desastre. Podemos pensar que si tal

firmeza se sigue con una pieza musical, cuánto mayor cuidado se ha de

tener cuando se trata de celebrar el misterio pascual donde Dios mismo

interviene. El Papa Francisco en su carta sobre la Liturgia desea que, a

la vez que se cuiden las prescripciones establecidas, se profundice en su

significado.

2) Para pensar

En los libros que se utilizan en la Liturgia vienen escritas las palabras

que se han de pronunciar en la celebración, pero además se señalan los

gestos, posiciones y el orden que debe observar el celebrante. Esas

indicaciones están impresas en color rojo, a diferencia de las que se

pronuncian que vienen en negro. Esa es la razón por la que se llaman

“rúbricas”, pues esta palabra deriva de la palabra latina “rubor” que

significa “color rojo”. De ahí deriva también la palabra “ruborizarse”,

para señalar que a alguien se le sube el color rojo al rostro.

El Papa Francisco señala su deseo de que descubramos la belleza de

la Liturgia, pero no sólo al cuidar escrupulosamente el cumplimiento de

lo señalado en las rúbricas. Sino saber profundizar en su sentido.

Existen dos extremos peligrosos: o descuidar las rúbricas o cuidarlas

pero quedarnos con el simple cumplimiento exterior del rito sin llegar a

su sentido teológico. Comenta el Papa Francisco: “Seamos claros: hay

que cuidar todos los aspectos de la celebración (espacio, tiempo, gestos,

palabras, objetos, vestiduras, cantos, música,...) y observar todas las


rúbricas”. Porque importa no quitarles a los fieles el derecho que tienen

de participar, de modo pleno, en el Misterio Pascual tal y como la Iglesia

establece.

3) Para vivir

Las palabras en la Liturgia nos remiten de modo directo a lo que se

pretende hacer: sea alabar, dar gracias, pedir perdón… Pero además las

posturas y los gestos también tienen su significado. Por ejemplo, cuando

al inicio de la Misa se reza el “Yo confieso”, hay un momento donde está

indicado que hay que golpearse el pecho al decir “por mi culpa, por mi

culpa, por mi gran culpa…”. Con ello se quiere significar el dolor de

contrición por nuestras culpas. No puede quedarse en un acto sólo

externo, sino debe ir acompañado realmente por un dolor del corazón,

por un verdadero arrepentimiento. De esa manera, las palabras y los

gestos se complementan; están significado nuestro sentir interno

haciendo de la Liturgia un acto pleno y perfecto grato a Dios.

(articulosdog@gmail.com)

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