viernes, 2 de abril de 2021
LA ORACIÓN QUE VENCIÓ AL TERRORISTA
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
En las Iglesias de Oriente se veneran unas imágenes en que la
Virgen María está señalando con la mano derecha al niño Jesús. Esas
imágenes reciben el nombre de Hodigitria, o también Odighitria.
Palabra griega que significa “La que indica el camino”. Siendo Jesús
el “Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 15, 6), la Virgen nos lo señala.
El Papa Francisco en su reciente Audiencia se refirió al papel de la
Virgen María en la oración, pues es quien nos señala a Jesús como el
Mediador, el Salvador. Recordó que el Catecismo de la Iglesia afirma
de María: sus manos, sus ojos, su actitud son un “catecismo” viviente
y siempre apuntan al fundamento, el centro: Jesús. María está
totalmente dirigida a Él (cf. CCE, 2674). Por ello María ocupa en la
vida y en la oración del cristiano un lugar privilegiado.
2) Para pensar
El poder de la oración se palpó en la vida del sacerdote franciscano
iraquí, Abuna Nirwan, que por milagro se salvó de ser degollado por
terroristas. En su reciente viaje a Irak, pudo concelebrar la Santa
Misa con el Papa Francisco.
El P. Nirwan fue secuestrado el 14 de julio de 2007 cuando viajaba
en un taxi para visitar a sus padres. Lo acompañaban una familia y
un joven. Al cruzar un puesto de seguridad fueron secuestrados por
terroristas, que los llevaron a una cabaña donde había hombres con
la cara cubierta. Uno llevaba una cámara en una mano y un cuchillo
en la otra. Preguntó de dónde venían. Luego fue con el chico joven
que iba con ellos, le agarró por detrás y lo mató con el cuchillo.
Al padre Nirwan le ataron las manos a la espalda y le dijeron que
dijera algunas palabras para grabarlo. Pero solo pidió rezar un
minuto. El terrorista le dijo: “Tú eres clérigo, y está prohibido que tu
sangre caiga al suelo porque sería un sacrilegio”, y fue por un cubo
para que allí cayera la sangre. El padre se encomendó mucho y pidió
que nadie más muriera: “Entonces el terrorista musulmán cogió mi
cabeza y levantó el cuchillo. Unos momentos de silencio, y de
repente dijo: ¿quién eres tú? Yo contesté: un monje. Y contestó: ¿y
por qué no puedo bajar el cuchillo? ¿Quién eres? Y sin dejarme
contestar, dijo: Padre, tú y todos volved al coche”.
Declaraba el padre Nirwan: “sé que lo que me suceda será porque
es voluntad de Dios, y Él me dará la fuerza para acoger su Cruz. Lo
importante es tener fe. Dios cuida a los que creen en Él”.
3) Para vivir
En los momentos difíciles, o en la muerte misma, es un consuelo
contar con la compañía de un ser querido. Nuestro Señor Jesucristo
quiso tener en su muerte a su madre. Desde la Cruz, Jesús puso bajo
su cuidado maternal a toda la Iglesia. Por ello, todos estamos
colocados bajo su manto materno. Así lo reza la primera antífona
latina: “Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre Dios” (Sub tuum
praesidium confugimus, sancta Dei Genitrix). Ella ha acompañado,
afirma el Papa, a las personas aisladas que han padecido la
pandemia.
Jesús siempre escucha su intercesión, como en las Bodas de Caná,
cuando realizó el primer milagro. Por eso acudimos a Ella suplicando
su intercesión “ahora y en la hora de nuestra muerte”. Ella responde
a nuestras súplicas, nos defiende, se preocupa y reza por nosotros.
Ella nos señala el Camino. (articulosdog@gmail.com)
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