viernes, 6 de noviembre de 2020
FOMENTAR LAS AMISTADES PROFUNDAS Y VERDADERAS
Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com
1) Para saber
“No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad”, decía el
filósofo Platón. Es preciso que ese camino se camine tanto que esté
despejado. Si bien, el confinamiento que se está viviendo pudiera
dificultar el trato, no ha de causar que nos encierre en nosotros
mismos. Esta situación nos puede ayudar a valorar lo que es el trato
personal.
Hemos sido creados para amar a Dios y a los demás. En esta vida
podemos crecer como personas al irnos perfeccionando. Y uno de los
actos que más nos perfecciona es el amor. Por ello, si nos
encerráramos estaríamos frenando nuestro crecimiento. Una persona
que no amara estaría frustrando su existencia. Una manera de vivir
el amor es en la amistad verdadera.
El hecho de abusar de los medios de comunicación digitales, dice
el Papa Francisco, “pueden exponer al riesgo de dependencia, de
aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad
concreta, obstaculizando el desarrollo de relaciones interpersonales
auténticas” (Fratelli Tutti, n. 43). Un peligro que habrá que detectar
para no olvidar la importancia del trato personal en la amistad.
2) Para pensar
Cuenta la mitología que Zeus, para celebrar sus bodas, invitó a
todos los animales. Acudieron todos a la cita excepto uno: la tortuga.
Intrigado el dios por dicha ausencia, buscó a la tortuga y le preguntó:
—¿Cómo sólo tú, entre todos los animales, no viniste a mi festín?
—Quise quedarme en casa —respondió la tortuga. —Tú sabes:
¡Hogar familiar, hogar ideal! Hay que cuidarla.
—Así que te gusta mucho tu casa —replicó Zeus indignado. —¡Pues
entonces te encerraré para siempre en tu casa!
Y desde entonces la tortuga lleva a cuestas su pequeño mundo. Lo
mismo ocurre con quien no cultiva amistades: el horizonte en que se
encierra se vuelve cada vez más reducido y será cada vez más difícil
salir de él.
3) Para vivir
Con cierta razón decía alguien que los amigos son aquellos
extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír
la contestación.
La amistad va más allá que la simple cortesía o apariencia. Con las
relaciones digitales puede suceder que solo aparentan una
sociabilidad. No siempre sucede, pero está el peligro que ese tipo de
relación omita el cultivo de una amistad verdadera o una reciprocidad
estsu señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas
que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Jn 15,15).
Una invitación para también cultivar la amistad con Jesús y con los
demás.able. Dice el Papa Francisco que muchas veces esas relaciones
digitales no construyen verdaderamente un “nosotros” sino que
suelen disimular y amplificar el mismo individualismo. La conexión
digital no basta para tender puentes, no alcanza para unir a la
humanidad. “Hacen falta gestos físicos, expresiones del rostro,
silencios, lenguaje corporal, y hasta el perfume, el temblor de las
manos, el rubor, la transpiración, porque todo eso habla y forma
parte de la comunicación humana” (Ibid, n. 43).
Jesús, que es quien más nos ha amado y nos ama, nos recuerda el
alto valor que tiene la amistad, al considerarse a sí mismo amigo de
nosotros: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que
hace.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario