lunes, 31 de mayo de 2021

¿DIOS ESCUCHA SIEMPRE?

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber Un abuelo preguntaba a su pequeña nieta si rezaba sus oraciones todas las noches antes de dormir. Su nieta le respondió que sí. “¿Y por las mañanas también rezas?”, volvió a preguntar. Su nieta reconoció que no rezaba por las mañanas. “Y ¿por qué no?” le preguntó. Entonces la nietecita con mucha naturalidad le dijo: “Es que en las mañanas no me da miedo”. Se puede pensar que no es necesario rezar si no se requiere algo. Pero en ese caso, estaríamos viendo la oración como una “varita mágica”, advirtió el Papa Francisco en su reciente Audiencia. Hay que evitar convertir nuestra relación con Dios en algo “mágico”, pues la oración es, ante todo, un diálogo con el Señor, no un medio para obtener nuestros deseos. Oramos para hablar con Dios y en ese diálogo a veces entran nuestras peticiones. Al rezar podemos caer en el riesgo de no ser nosotros quienes servimos a Dios, sino pretender que sea Él quien nos sirva a nosotros. El peligro va más allá, pues cuando no recibimos lo que pedimos, podemos desanimarnos, debilitarnos en la fe o decidir dejar de rezar pensando que no nos sirve de nada. El Papa nos invita aprender de la oración del “Padre nuestro”, en donde antes de pedir, queremos que se cumpla la voluntad de Dios. 2) Para pensar Hay unas paradojas que nos muestran que a veces no recibimos lo que queremos, sino lo que realmente necesitábamos: “Pedí salud que puedo obtener, Dios me hizo débil para poder obedecer. Pedí riquezas para ser feliz, Dios me dio pobreza para ser prudente. Pedí fuerza para poder hacer cosas grandes, Dios me dio debilidad para hacer cosas mejores. Pedí todas las cosas para disfrutar de la vida, Dios me dio vida eterna para disfrutar de todas las cosas. No recibí nada de lo que pedí, pero recibí mucho más de lo que deseaba”. En la oración, es Dios quien nos debe convertir, no somos nosotros los que debemos convertir a Dios. 3) Para vivir Ante la experiencia de rezar y no recibir lo pedido, parecería que Dios no nos ha escuchado. El apóstol Pablo nos recuerda que nosotros no sabemos lo que sea conveniente pedir (cfr. Rm 8,26). Por ello, la primera actitud para rezar es hacerlo con humildad confiando que Dios nos dará lo más conveniente: Él sabe mejor que nosotros lo que más nos conviene para nuestra salud espiritual. ¿Por qué a veces parece que Dios no escucha? Los Evangelios nos presentan que la respuesta de Jesús no siempre es inmediata. La misma oración de Jesús en el Getsemaní parece permanecer sin ser escuchada. Pero al tercer día está su resurrección. Por ello, dice el Papa, el mal es señor del penúltimo día, el momento donde es más oscura la noche y la tentación hace creer que el mal ha vencido. Pero el mal nunca es señor del último día: Dios es el Señor del último día. Aunque no recibimos respuesta, experimentamos que después, con el tiempo, las cosas se arreglan, pero según el modo de Dios, no según lo que nosotros queríamos en ese momento. El tiempo de Dios no es nuestro tiempo. Aprendamos esta paciencia humilde de esperar la gracia del Señor, esperar el último día, nos invita el Papa. Muchas veces, el penúltimo día es muy feo, porque los sufrimientos humanos son feos. Pero el Señor está y en el último día Él resuelve todo. (articulosdog@gmail.com)

jueves, 27 de mayo de 2021

FUNDAMENTAL DEBER CIUDADANO: ACUDIR A VOTAR

Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51 Hace pocos días, observé a dos personas, de alrededor de 75 años, en el corazón de la Colonia del Valle de la Ciudad de México, provenientes de un rumbo de la ciudad más bien modesto con unas grandes cartulinas -elaboradas por ellas mismas- con un texto que decía más o menos así: “El próximo 6 de junio serán las elecciones. ¡Vamos todos a votar! Es más cómoda la indiferencia o el abstencionismo, pero piensa en el bien de México”. Se detenían en su semáforo y mostraban su escrito por 10 minutos y luego continuaban su camino hacia otra calle con semáforo y así sucesivamente. Recuerdo que hacía mucho calor con un sol deslumbrante a eso de las cuatro de la tarde y lógicamente iban sudando mucho. La verdad es que me impresionó su afán sincero de concientizar a la población sobre la importancia de acudir a las urnas. Era fácil adivinar que ningún partido político les había pagado por ese trabajo, sino que lo hacían por propia convicción. También, un amigo me envió a mi celular la tumultuosa manifestación de fecha reciente en la que miles y miles de personas en la principal avenida de Ciudad Victoria protestaba contra la inseguridad, la violencia y el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco García de Vaca. El video estaba tomado desde un helicóptero e iba recorriendo los muchos kilómetros que abarcaba esta marcha con personas de todas las clases y condiciones sociales. Realmente causaba asombro esta enorme manifestación porque no iban “acarreados”, como coloquialmente se suele decir. Llevaban pancartas que decían, entre otras muchas más, “¡Ni un paso atrás, todos a votar!” Me vino a la memoria la célebre frase del escritor, filósofo y político inglés, Edmund Burke, quién afirmaba: “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. Y es un pensamiento muy actual, lleno de verdad y de realismo en estos momentos por los que pasa el país. Es un importante deber el ejercitar nuestros derechos ciudadanos, comenzando por asistir a las urnas a votar. El otro día escuchaba en una reunión de café a un grupo de personas mayores que decían: “¡Uy, que mal están las cosas en el país! Se han fijado cómo se ha encarecido la vida, la tremenda escasez de medicinas y además muy caras.” Otro añadía: “Y qué me dicen de la fuga de capitales hacia el extranjero, lo mucho que ha subido la gasolina y el terrible accidente del Metro”. Un tercero añadía: “Yo perdí mi empleo y no encuentro otro y mis ahorros se están agotando”. Hasta que uno de los participantes en esta tertulia intervino y les dijo: “Bueno, de acuerdo. ¿Pero ustedes van a ir a votar el 6 de junio próximo?”. Y como yo estaba en la mesa más cercana, noté que se hizo un silencio total. Uno de ellos, tímidamente comentó: “Tal vez yo vaya, pero no estoy seguro”. Entonces la persona más sensata les dijo: “¡Pues si no piensan votar, entonces no se quejen!” Todos tenemos una personal responsabilidad de participar en la vida pública para contribuir a la libertad de libre manifestación; el defender la vida desde el momento de su concepción; la unión de un hombre y una mujer para constituir una familia bien integrada; la educación en todos los valores y proteger a los hijos para evitar que en las escuelas los llenen de ideas nocivas, ajenas a las convicciones de los padres; el respeto por la libertad religiosa; que exista una cultura de acuerdo a esos mismos valores, etc. Hay que aprender a dar una batalla de paz y de concordia, pero con firmeza y determinación. Nada ni nadie puede pisotear esos derechos porque son nuestros derechos ciudadanos. Hay que concientizar a los que viven o trabajan a nuestro alrededor y para ser muy leales a la Patria. Es una lástima que haya ciudadanos con valores claros que cuando se les comenta, por ejemplo, “¿Ya te enteraste que hay una propuesta de ley que pretende aprobar el aborto a nivel nacional?” El otro responde con indiferencia: “Algo leí”. Y el amigo le añade: “Pues dentro de 10 días habrá una manifestación que partirá desde el Monumento de la Independencia. Será el domingo a las 10 de la mañana, ¿te animas a asistir, con tu esposa y tus hijos?” Y todo concluye con la típica excusa: “Fíjate que mi familia y yo tendremos ese día un paseo a un pueblito muy pintoresco. Lo siento”. Luego, ya sabemos que vienen las exclamaciones estériles, cuando ya es demasiado tarde: “¡Qué pena que hayan aprobado el aborto, o el consumo de todas las drogas, la eutanasia o la educación socialista!” El amor a la Patria no es una “frase bonita”. Se tiene que concretar en hechos bien determinados y precisos. Es fundamental trabajar por el bien común de la nación y animar a otros a que también se unan a causas nobles. Todos tenemos el deber de actuar en la vida cívica y no abstenernos, así como de prestar la propia colaboración para servir con lealtad y con libertad personal. La acción política tiene un sentido muy noble: de servir a la propia comunidad y de contribuir al bien común. Como decía aquel conocido pensador: “Nadie lo hará por ti, tan bien como tú, si tú no lo haces”.

POLÍTICO, ¿SANTO?

Pbro. Mario Arroyo, Dr. en Filosofía, p.marioa@gmail.com Robert Schuman, uno de los padres de la Unión Europea está a punto de ser reconocido “Venerable”, es decir, que vivió heroicamente las virtudes, y que puede ser propuesto como modelo, aunque todavía no se le puede dar culto público. Es el paso previo, antes de recibir el reconocimiento como beato, para lo cual se necesita comprobar un milagro hecho por su intercesión. Un segundo milagro comprobado le abre las puertas de la santidad. El tema fuerte, sin embargo, es que en una profesión tan usualmente denostada como corrupta y oportunista, donde son casi inevitables situaciones o acuerdos inmorales, un político de éxito pueda ser propuesto como modelo y reconocido como santo. Robert Schuman no es cualquier político, fue uno de los cuatro padres fundadores de la Unión Europea; tres de ellos fueron católicos practicantes, y otro más va camino de los altares, el Siervo de Dios Alcide De Gasperi (el otro católico fue Konrad Adenauer). Muestran de esta forma cómo la idea del Papa de que “la política es una forma alta de la caridad” no se reduce a una frase feliz, de ocasión, sino que se encarna en individuos concretos y, sobre todo, es realizable. Por ello es más que nunca oportuno contar con el ejemplo de políticos santos recientes. Ya tenemos a Santo Tomás Moro, pero es mártir y del siglo XVI. Necesitamos políticos que hayan muerto en su cama, pero que hayan demostrado que, a través de los escollos de la actividad política, se puede ser fiel a Dios y servir al bien común de manera eficaz. Y no políticos “segundones”, sino protagonistas de la vida política, como Schuman, quien fuera Presidente del Consejo de Francia, Ministro de Justicia y de Asuntos Exteriores y diputado por muchos años, y primer presidente de la Asamblea Parlamentaria Europea. Aunque lo esencial es que fue él quien, en su famoso discurso conocido como la Declaración Schuman, del 9 de mayo de 1950, propuso la creación de una comunidad franco-alemana del carbón y el acero, para evitar futuros conflictos bélicos –la guerra apenas había terminado cinco años antes-, y comenzar así un proyecto de unidad. De ahí nació la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, a la que se sumaron Bélgica e Italia, primer paso en orden a configurar, años después, la Unión Europea. Sí resulta irónico que la Unión Europea, siendo actualmente tan marcadamente laicista, tenga en sus raíces a dos políticos católicos que van camino a los altares. Resulta irónico y trágico a la vez. Incluso la bandera de Europa, según su diseñador, el también católico Arsène Heitz tiene como fuente de inspiración a la Virgen María Apocalíptica (“Una mujer, vestida de sol… con una corona de doce estrellas sobre su cabeza” Apocalipsis 12, 1). En efecto, la bandera de Europa es de color azul, el color de la Virgen, tiene 12 estrellas, no por los estados, pues en 1955 cuando la diseñó no había todavía doce estados miembros y ahora son muchos más, sino por la Virgen. En gran medida fueron católicos practicantes quienes hicieron posible esa maravillosa unidad –de la que se acaba de bajar Gran Bretaña- que es la Unión Europea. Ahora bien, reconocer a Schuman como venerable significa afirmar, tras una detallada investigación histórica, que en lo que se puede saber, fue coherente con su fe y, lógicamente, con la moral, a la hora de desempeñar sus altos cargos públicos –lo más difícil- y en su vida privada también. De esta forma se ofrece como modelo a tantos otros políticos católicos que se enfrentan a la disyuntiva de ser pusilánimes y pensar que, si quieren ser fieles a su conciencia, deben contentarse con puestos periféricos o marginales, o de plano desertar de la política. Se presenta como modelo también para los otros políticos católicos de gran éxito, que han dejado sus principios católicos en casa, para que “no influyan en la política” en aras de una supuesta neutralidad política. No podemos dejar de pensar en Joe Biden o Justin Trudeau que, reconociéndose católicos practicantes, promueven políticas radicalmente opuestas a los principios del catolicismo. Robert Schuman y Alcide De Gasperi muestran con sus vidas que se puede ser un político altamente eficaz, trabajar por el bien común como el que más y permanecer fieles a su identidad católica en lo público tanto como en lo privado.

APRENDER A DESCANSAR

Pbro. Mario Arroyo, Dr. en Filosofía, p.marioa@gmail.com La actividad febril de nuestra vida puede dificultarnos descansar. El prurito de hacer, producir, el culto a la eficacia, la necesidad de generar resultados… A ello se añade el hecho de que no es fácil descansar o, por lo menos, no podemos dar por descontado que sabemos hacerlo. Mucha gente no sabe descansar, o plantea sus planes de descanso en forma tal, que finalmente resultan agotadores por intensos, dándose la paradoja de que frecuentemente nos encontramos en la tesitura de necesitar descansar de nuestro “descanso.” Desde una perspectiva judeocristiana, el descanso es querido por Dios. Es un mandamiento –santificar las fiestas-; le agrada a Dios que descansemos. De hecho, con frecuencia, en el evangelio se repite la escena de que Jesús lleva a sus discípulos a un lugar apartado para descansar después de su extenuante actividad apostólica. Jesús mismo se retira en ocasiones a un lugar apartado para estar a solas con su Padre Dios. Según el evangelio, no siempre fue posible ese descanso, pues a veces las multitudes los seguían y Él se conmovía porque las veía “como ovejas que no tienen pastor”, y comenzaba a enseñarles muchas cosas. Pero lo intentaba. La perfección de lo humano es lo cristiano, debido a que Jesús es perfecto hombre y perfecto Dios, modelo acabado de toda perfección humana. A Él debemos mirar si queremos alcanzar la auténtica plenitud humana y no conformarnos con sucedáneos superficiales de moda. Y Jesús descansó, y puso los medios para que sus discípulos lo hicieran; podemos, en consecuencia, poner los medios e intentar imitarlo: aprender a descansar. La plenitud humana requiere del descanso. También así cultivamos una virtud fundamental: la humildad; el reconocimiento llano y sincero de que no somos superhombres, ni somos máquinas; somos humanos frágiles que necesitan rehacerse periódicamente. El descanso del espíritu está muy unido a la contemplación. La capacidad de maravillarse con la vida, la naturaleza, los detalles. Hay una contemplación humana que es preludio de la sobrenatural; el Papa lo acaba de señalar en sus catequesis de los miércoles. Es necesario cultivar la primera, patrimonio común de todos los hombres, independientemente de su religión o ausencia de ella, para poder dar paso a la segunda, la cual requiere siempre el don de la fe. Muchas veces esa contemplación natural se vuelve preámbulo de la fe para hombres con una sincera apertura espiritual; con actitud abierta hacia la verdad, se encuentre donde se encuentre. Pero esa primera contemplación tiene como requisito el recogimiento de los sentidos, externos e internos –imaginación, memoria-, la paz del alma. Solo así se tiene la mirada serena, la actitud conveniente, para poder maravillarse con la vida y el mundo. La oración mental habitual es un buen medio para conseguir la paz del alma, la serenidad de espíritu, condiciones para acceder a una contemplación, que a través de escalones nos lleve del mundo hacia Dios. En Dios encontramos el descanso de nuestro espíritu, la serenidad de nuestras angustias, lo que se llama “el santo abandono”. El ponerlo todo en manos de Dios, dejar nuestras angustias e inquietudes en Sus Manos, sabiendo que son las mejores Manos. “Señor, Dios mío, en tus manos abandono lo pasado, lo presente, lo futuro, lo pequeño y lo grande, lo poco y lo mucho, lo temporal y lo eterno” (San Josemaría). El descanso profundo tiene algo de don del Espíritu, pues es la paz del alma, el sosiego interior que Dios quiere concedernos para que nos rehagamos. Hay distintos tipos de contemplación. Una, la habitual, compatible con el fragor de la calle, con la intensidad de actividades. Hacerlo todo metidos en Dios, con Dios en el alma mientras externamente lo damos todo. Pero para que esa contemplación sea posible, se requieren espacios de silencio, de soledad acompañada, de un saber distanciarse prudentemente de las actividades habituales para repesar las cosas; verlas desde una cierta distancia, con perspectiva. Para recuperar la capacidad de maravillarnos con lo pequeño: con una flor, un atardecer, un paisaje, una sonrisa o nuestra propia vida. Esto último requiere descanso, no solo del cuerpo, sino también del alma. No implica “hacer cosas”, sino saber estar, darse cuenta y contemplar. Démonos la oportunidad de descansar; luchemos para que todos puedan darse este espacio vital.

CUIDAR LA IMAGINACIÓN PORQUE PUEDE CONVERTIRSE EN "LA LOCA DE LA CASA"

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber Se cuenta que San Francisco de Asís estuvo un día tallando un vaso de madera. Lo terminó y empezó a rezar sus oraciones. Durante el rezo miraba complacido su obra recién acabada y se distrajo sin poner atención en los salmos que pronunciaba. Al darse cuenta de ello, tomó el vaso, causa de sus distracciones, y lo arrojó al fuego entre las llamas. De este santo se refiere que cuando se ponía a hacer oración, solía decir: «Quédense aquí fuera, pensamientos míos, aguarden que yo salga cuando haya invocado el auxilio del Cielo; si los necesito, ya volveré por ustedes». Siguiendo con su catequesis sobre la oración, el Papa Francisco expuso algunas dificultades que suelen tenerse, a fin de identificarlas y superarlas. Una muy común es la distracción. Es frecuente que en cuanto se empieza a rezar la mente empiece a darle vueltas a todo. Si no se alcanza un grado de concentración, no solo se dificulta la oración, sino tampoco se puede estudiar o trabajar con provecho. Los atletas saben que se gana no solo con el entrenamiento físico, sino también con la capacidad de estar concentrados y atentos. 2) Para pensar Se sabe que Dante, aunque tenía un temperamento iracundo, era un hombre piadoso y con una fe enorme. Sucedió que algunas personas que habían coincidido en la Misa con Dante, habían observado que durante la consagración, el poeta había permanecido de pie e incluso no se había quitado su capucha. Por ello fueron a acusarlo ante el obispo, quien lo llamó a su presencia para reprenderlo. Al amonestarlo, el autor de la «La Divina Comedia» se defendió diciendo: «Mi alma estaba tan recogida en Dios, que no me daba cuenta de los movimientos de mi cuerpo. Pero, por otra parte, aquellos que han venido a acusarme —puntualizó justamente— debían estar poco recogidos en la oración si tenían el tiempo de estar atendiendo a mi persona, en vez de rezar». Pensamos qué tanto luchamos contra las tentaciones cuando oramos. 3) Para vivir Si no se domina la imaginación, nos lleva de un lugar para otro y, en ocasiones, a lugares inconvenientes. Por ello, Santa Teresa llamaba a esta imaginación que distrae en la oración, “la loca de la casa”, pues no para de abrir todas las puertas que encuentra. Y tenemos que pararla estando vigilantes. Aunque las distracciones no suelen ser culpables, deben ser combatidas. Hay una virtud que nos ayuda a no distraernos: Se llama “vigilancia”. Jesús nos aconseja: “Vigilad. Rezad”. Vigilar significa poner más atención a las cosas de Dios que a las de los hombres. Así, quien está vigilante descubre la mano de Dios en los diversos acontecimientos. El calendario litúrgico, a su vez, con sus fiestas, nos ayudan a estar vigilantes, pues constituyen un “despertador” que nos hace vivir en sintonía y en actitud con el sentir de la Iglesia. Lo que nos ayuda a combatirlas, dice el Papa Francisco, es ofrecer con humildad el corazón al Señor para que lo purifique y lo vuelva a centrar en Él. No obstante, si al rezar nos damos cuenta de que estamos distraídos, no podemos quedarnos lamentándolo y ahora distraernos en ello, sino simplemente habría que volverse a concentrar, y continuar rezando sin perder la paz. (articulosdog@gmail.com)

jueves, 20 de mayo de 2021

ELECCIONES DEL 6 DE JUNIO: ¿POR QUÉ PARTIDO VOTAR?

Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51 El próximo domingo 6 de junio se realizarán las tan esperadas elecciones.intermedias en México para elegir a 500 diputados y simultáneamente se elegirán los puestos a cargos federales y locales en treinta y dos entidades federativas del país. A partir del 1 de septiembre del 2021 constituirán la LXV Legislativa del Congreso de la Unión en nuestro país. Se cuentan en total a diez partidos políticos. Muchas personas se cuestionan, ¿Y por cuál de todos esos partidos debo de votar? Siempre ocurre en el cierre electoral, que la mayoría de los partidos ofrecen –como coloquialmente se dice- “el cielo, el mar, la luna y las estrellas”. Y observo confusión de la población ante tantas propuestas. Me parece que existen algunas coordenadas en que habría que fijarse detenidamente: 1) Si dicho partido respeta la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural; 2) Si considera a la familia –la unión de un hombre y una mujer en orden a la procreación de hijos- como el pilar de la sociedad; 3) Si se respetan los valores y virtudes que han cimentado nuestra actual civilización; 4) Si se tiene en un alto concepto la libertad religiosa; 5) Si se fomenta la libertad que tienen los padres para educar a sus hijos de acuerdo a sus personales convicciones; 6) Si se respeta plenamente la libertad de expresión en los medios de comunicación; 7) Si se busca fortalecer la unidad social a través de la solidaridad, la subsidiariedad y evitando el fomentar cánceres sociales que dañen irreversiblemente –particularmente a los jóvenes- como por ejemplo la aprobación del consumo de todo tipo de drogas; 8) Si el partido y sus candidatos están decididos a hacer frente al crimen organizado; 9) Si existe un planteamiento serio y realista de combatir la corrupción e impunidad. 10) Si los candidatos tienen clara la independencia y autonomía de los tres Poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial; 11) Si el partido y sus candidatos piensan ayudar a la iniciativa privada para impulsar el crecimiento económico, ya que a través de las décadas de historia moderna de la República Mexicana ha sido un valioso motor para la generación de empleos y fuente de riqueza nacional; 12) Si se sabe apreciar el noble esfuerzo de las sociedades intermedias que benefician al país y son un valioso apoyo para el gobierno. Si se piensa apoyarlos y concederles subvenciones para que realicen de modo más eficiente en tantas necesidades a los que el gobierno sencillamente no llega a cubrir satisfactoriamente; 13) Si se tiene claro el respetar los organismos autónomos, como el Instituto Nacional Electoral y numerosas instituciones que auxilian en tantas necesidades sociales, como: ayudar a los ancianos, a los niños enfermos, a los huérfanos; a quienes promueven la integración familiar; que ayudan a madres solteras sin medios económicos para ser atendidas debidamente y dar a luz a su bebé; que velan por las personas que viven en desamparo, que proporcionan becas para que los jóvenes puedan estudiar una carrera universitaria y que, en este sentido, es sorprendente la generosidad del pueblo mexicano para ayudar a sus conciudadanos; 14) Si se evita toda tendencia a la demagogia y al populismo que arrastre peligrosamente al país hacia un Estado Socialista, como son los casos de Cuba, Venezuela, China, Vietnam, etc. Quizá sean demasiadas metas, pero los gobernantes en conjunción con el apoyo de los ciudadanos pueden lograr estos objetivos y otros más ambiciosos. Recuerdo cómo se encontraban Alemania y Japón al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945: destruidos numerosos edificios, puertos y arruinados en su economía. Y siempre me ha sorprendido que en pocos años se convirtieron de nuevo en potencias económicas. ¿Cuál fue la clave? Que todos los ciudadanos tomaron conciencia que era urgente “arrimar el hombro” para levantar de nuevo a su Patria y lo lograron.

domingo, 16 de mayo de 2021

LA REVOLUCIÓN MUSICAL E IDEOLÓGICA DE LOS AÑOS SESENTA

Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51 En las décadas anteriores, la música servía de entretenimiento para bailar alegremente en fiestas y reuniones de amigos o conocidos y ocasión para conocerse más, o bien, simplemente como un pasatiempo para escucharla. Pero en los años sesenta hubo un cambio importante tanto en el aspecto musical como en el contenido de sus letras. Los compositores de Blues como Muddy Waters y B.B. King, así como la música de Rock and Roll de sus pioneros, como: Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis, Fats Domino, Elvis Presley y Roy Orbison entre muchos otros, constituyeron el sedimento para la música pop de la siguiente década. Las luminarias de los sesenta como Los Beatles, Los Rolling Stones, The Who, Pink Floyd, The Doors, The Animals, The Kinks reconocían haber fincado sus raíces en los compositores de los años cincuenta, y a partir de su influencia, crearon una música más evolucionada y con ingeniosas aportaciones. Cabe destacar el caso del grupo Cream cuyos integrantes eran Eric Clapton (guitarra), Jack Bruce (bajo) y Ginger Baker (batería). Fundado en Londres desde 1966 que se caracterizaba porque su música era un híbrido de blues, jazz, rock psicodélico y pop. En opinión generalizada de los expertos “llevaban años luz de distancia” a los demás grupos. Muchos no comprendían su novedosa música, pero pronto los comenzaron a imitar y a esas mezclas tan creativas continuaron buscando nuevas fórmulas como Jimi Hendrix, quien causó un gran impacto con su aparición en el “Festival Pop de Monterey, California” en 1967, así como la original manera de cantar blues de Janis Joplin. En el caso de Los Beatles, su capacidad creativa llegó a unos límites inimaginables al fundir música Pop con música de orquesta sinfónica. Gracias al eficiente desempeño y talento del llamado “Quinto Beatle”, arreglista musical, compositor y productor George Martin. Tuvo una sólida formación en la música clásica y barroca desde su juventud. Respetaba mucho el genio de los integrantes del cuarteto de Liverpool. Y les sugirió, por ejemplo, introducir música clásica con pop a canciones como “Todo lo que necesitas es amor”, “Un día en la vida”, “Ayer” y fueron bien aceptadas sus sugerencias tanto por Los Beatles como por los admiradores de este grupo. Otras veces era, por ejemplo, John Lennon que con su talento fuera de serie le dijo en cierta ocasión a George Martin que tenía en mente una canción y que le gustaría que le introdujera el corno francés y así resultó la espléndida melodía “Penny Lane”. Lo mismo hacía Paul McCartney con sus composiciones musicales, como ocurrió con “Eleanor Rigby”. Hay que destacar que de los cuatro integrantes de Los Beatles, ninguno asistió a una Escuela de Música sino que poseían un asombroso y natural talento para la composición y para tocar instrumentos musicales. Tuvieron una considerable influencia en numerosos grupos quienes los imitaron, como Electric Light Orchestra, Queen, U 2, Oasis, Coldplay, Pink Floyd, etc. Un apartado especial lo merece la llamada “Música de Protesta” que recogía las inquietudes sociopolíticas de esos turbulentos años, por ejemplo: Pete Seeger, quién fue músico de folk de Estados Unidos que manifestó en toda su obra un compromiso social y en defensa de los derechos humanos. Su canción “Venceremos” fue utilizada por Martin Luther King en sus diversas marchas y manifestaciones y otra muy célebre “Si tuviera un martillo” de corte pacifista fue mundialmente popularizada por el Trío Peter, Paul and Mary. Afirma Bob Dylan, afamado cantante y compositor, que su fuente de inspiración fue Woody Guthrie cuyas melodías se identificaron con el sufrimiento de los pobres, oprimidos y su lucha contra cualquier forma de explotación humana. Capítulo aparte lo merece Bob Dylan quién comenzó componiendo canciones de folk, como “La Respuesta está en el Viento” (a favor de la paz y contra la discriminación racial) y “Una Dura Lluvia Caerá” (expone el peligro de una posible guerra nuclear). Después crea el género folk-rock y bajo esa nueva corriente compuso “Like a Rolling Stone”, considerada por la revista “Rolling Stone” como “la mejor canción de todos los tiempos”. Bob Dylan exploró las raíces profundas del folk, del blues, del country, del gospel, del jazz, del swing, del folk inglés e irlandés. Y a sus más de ochenta años sigue componiendo canciones y haciendo giras. Ha recibido numerosas condecoraciones por su brillante trayectoria musical, entre ellos varios Grammy’s y Globos de Oro. En 2007 recibió “El Premio Príncipe de Asturias”, así como “El Premio Pulitzer” por su “profundo impacto en la música popular y en la cultura norteamericana, marcado por composiciones líricas de extraordinario poder poético”. En 2012 el Presidente Barak Obama le concedió “La Medalla Presidencial por la Libertad”. En 2016, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura por “haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”. Realmente es sorprendente la tremenda influencia de todos estos músicos de los años sesenta en la cultura y en el despertar sociopolítico de las nuevas generaciones de numerosos países.

miércoles, 12 de mayo de 2021

SCOTT FITZGERALD: UN ESCRITOR EMBLEMÁTICO DE LOS AÑOS VEINTE

Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51 Siempre se ha relacionado al novelista Scott Fitzgerald como el gran autor de inicios del siglo pasado. Tuvo una extraordinaria capacidad para escribir y narrar el ambiente de toda una época: los fabulosos años veinte. Realizó estupendas radiografías de la clase media alta de la sociedad norteamericana. Scott nació en Saint Paul, Minesota en 1896 y falleció de un infarto en Hollywood, California en 1940. Sus padres eran de origen irlandés y recibió formación cristiana en las escuelas donde asistió. En su hogar se le proporcionó formación para vestir con elegancia y tono humano, así como todo lo relativo a la cortesía y buenos modales. Su infancia transcurrió felizmente hasta que su padre, Edward, perdió su trabajo en una reconocida empresa y nunca más pudo conseguir otro empleo. Eso supuso un fuerte quebranto a la economía familiar. Por fortuna su madre, Mary McQuillan provenía de una familia adinerada y gracias a su apoyo lograron sobrevivir y brindarle a Scott una educación en los mejores colegios de la ciudad. En estos centros de enseñanzas trató con compañeros adinerados y este autor, de condición modesta, hacía hasta lo imposible para que no se notara. Pero luego pretendió a una chica de clase alta, se enamoraron, pero su padre rompió esa relación afectiva dejando claro que no era un joven de su misma posición social. Como carecía de medios económicos, este novelista, de forma espontanea, comenzó a escribir poemas, cuentos y obras de teatro durante la secundaria y el Bachillerato. Con este trabajo conseguía un poco de dinero. Las obras teatrales las montaba en el mismo colegio y las otras obras literarias las publicaba en un pequeño periódico y los distribuía entre sus compañeros. Fue así como adquirió popularidad y se percató que su vocación profesional era convertirse en escritor. Luego comenzó a escribir en varios periódicos de la localidad y tuvieron buena acogida sus escritos. Ingresó a la Universidad de Princeton pero no pudo concluir sus estudios ya que le daba demasiada importancia a escribir sus pequeñas obras. Dejó la universidad y se alistó en el ejército con la finalidad de ir a combatir a Europa ya que había estallado la Primera Guerra Mundial. Se estuvo capacitando durante meses y fue ascendido a subteniente de infantería. Él esperaba con ilusión convertirse en un héroe durante la guerra, pero el 11 de noviembre de 1918 ganaron los aliados y concluyó esta conflagración para desencanto del novelista. Su primera novela publicada fue “A este lado del paraíso” (1920), escrito de carácter romántico, como fruto del amor con varias novias que tuvo. En 1922 dio a conocer su texto “Hermosos y Malditos”. Comenzó a adquirir notoriedad, pero cuando publicó “El Gran Gatsby”, en 1925, su fama traspasó las fronteras y hasta la fecha se siguen publicando numerosas ediciones y en diversas lenguas. Otras novelas destacadas son: “Suave es la noche” (1934) y “El Último Magnate” (obra inconclusa y publicada póstumamente en 1941). También publicó otras novelas cortas, numerosos cuentos y varias colecciones de historias cortas. Fue amigo cercano de Ernest Hemingway y del ensayista Edmund Wilson, ambos le ayudaron a pulir sus obras. En los años veinte viajó con frecuencia a París y se unió al grupo de la llamada “Generación Perdida”, bautizada así por la crítica literaria Getrude Stein. Todos estos escritores buscaban revolucionar la literatura y renovar las temáticas de los contenidos, pero a Stein le parecieron muy disolventes y estrafalarios. Fitzgerald se casó con una mujer, Zelda Sayre, que era alocada desde adolescente. Bebía mucho y animaba a Scott a hacer lo mismo. Varias veces intentó suicidarse y él la internó en un hospital psiquiátrico donde se descubrió que padecía de esquizofrenia. Esta situación le afectó mucho al novelista y continuó bebiendo en demasía. Pero, ¿por qué es tan famosa su novela “El Gran Gatsby”? Porque retrata el ambiente de la clase alta y algunos de sus aspectos decadentes. Con su aguda visión crítica y profundamente observadora: describe cuáles eran sus ideales, anhelos e ilusiones; sus fastuosas fiestas, gustos, modas y caprichos durante la llamada “Era del Jazz”. Además, todo descrito con gran amenidad y magnífico argumento. La última película sobre esta célebre novela fue protagonizada por Leonardo Di Caprio, Carey Mulligan y dirigida por Baz Luhmann. Fue estrenada en 2013 y recibió el Óscar al mejor diseño de producción. Otro filme destacado fue con las actuaciones de Robert Redford, Mia Farrow y dirigida por Jack Clayton y con guión de Francis Ford Coppola. Se estrenó en 1974 y recibió un par de Óscares. Algunos críticos literarios la consideran una novela casi perfecta. Richard Yates, quién recibió mucha influencia suya, escribió que el “Gran Gatsby” era “la novela más rica que había leído, un milagro de talento y un triunfo de la técnica”. En resumen, Scott Fitzgerald, es considerado como uno de los mejores autores estadounidenses del Siglo XX y un clásico de la Literatura Universal.

UN CAMINO AL ENCUENTRO: METERSE EN EL EVANGELIO

Pbro. José Martínez Colín 1) Para saber Se cuenta que estando dos niños platicando, uno le pregunta al otro: “¿Has intentado fumar alguna vez?” El otro le respondió: “Sí, pero ya no lo vuelvo a hacer, pues me dolieron mucho las orejas”. El amigo escéptico le dijo: “No te creo. ¿Cómo es que te dolieron las orejas por fumar?” Su amigo le respondió: “Sí, y mucho. ¡Si vieras como me las retorcía mi padre cuando me vio con el cigarrillo!” Hay muchos métodos de educar, unos más eficientes que otros. El Papa Francisco reflexionó sobre los métodos para meditar. Comentaba que son tan diversos como diversos son los maestros espirituales. Pero independientemente del método, quien guía siempre es el Espíritu Santo. Es Él quien nos lleva al encuentro con Jesús. Sin Él no es posible orar. Jesús nos había dicho: “Os enviaré el Espíritu Santo. Él os enseñará y os explicará. Os enseñará y os explicará”. 2) Para pensar Cuentan de una niña pequeña que tenía poco tiempo de haber hecho su primera Comunión. Y después de una Misa en donde había comulgado se quedó un largo rato hincada y en silencio, mientras salían todas las personas del templo. Sus padres la dejaron y la esperaron fuera. Como tardaba, al salir le preguntaron si se había quedado más tiempo por un motivo especial. La niña les dijo que al no llevar nada escrito para decir al Señor, le había contado el cuento de la Caperucita Roja que tanto le gustaba, pensando que también le gustaría conocerla a Jesús. Siendo muchos los métodos para orar, si nos lleva al trato con Jesús, vamos por buen camino. A eso nos lleva el Espíritu Santo. Por ello, meditando la vida de Jesús, el Espíritu Santo nos conduce para que estemos presentes en esos acontecimientos y aprendamos sus enseñanza. Decía el Papa Francisco: “gracias al Espíritu Santo, también nosotros estamos presentes en el río Jordán, cuando Jesús se sumerge en él para recibir el bautismo. También nosotros somos comensales de las bodas de Caná, cuando Jesús dona el vino más bueno para la felicidad de los esposos…” 3) Para vivir Cada momento de la vida terrena de Jesús se puede convertir para nosotros en un suceso actual, contemporáneo, y así aprender cómo conducirnos. Por ejemplo, dice el Papa, tomamos el Evangelio, y leemos la curación del ciego. Nos ponemos en lugar del ciego ante Jesús y decimos con el ciego: “Señor, ¡ten piedad de mí! Ten piedad de mí”. “¿Y qué quieres?”, nos pregunta Jesús. Y nosotros: “Señor, ¡Que vea!”. Y el Señor nos cura, nos da luz. Así entramos en diálogo con Jesús. La oración nos lleva a revivir estos misterios de la vida de Cristo y a encontrarnos con Cristo. No hay página del Evangelio en la que no haya lugar para nosotros. Cada momento de la vida de Jesús, cada página del Evangelio puede ser para nosotros objeto de meditación, lugar de encuentro con el Señor y espacio de felicidad y salvación. Y esto gracias a la guía del Espíritu Santo. Pero no debemos olvidar, decía el Papa, que el método es solamente un medio, no una meta, lo importante es que propicie el encuentro con Jesús. Terminó el Papa pidiendo al Señor que nos envíe el Espíritu Santo para poder meditar su Palabra, para hacerla vida en nosotros y así poder anunciarla con alegría a quienes nos rodean. (articulosdog@gmail.com)

jueves, 6 de mayo de 2021

MADRES SOLTERAS

P. Mario Arroyo, Dr. en Filosofía, p.marioa@gmail.com Se acerca el Día de las Madres, un momento familiar particularmente entrañable, donde todos buscamos agasajar a nuestra mamá, columna vertebral del hogar. Es además una fiesta consumista, una “pequeña navidad” según algunos, donde se activa la economía gracias a las celebraciones y regalos. Pero ese día, que pasa rápido, deja paso al resto del año, donde el mensaje que se repite sorda e insistentemente es: la maternidad es un peso, la maternidad es odiosa, la maternidad es un obstáculo a la realización personal de la mujer. No es una exageración. Hace algunos años, en un salón de clases universitario, pregunté cuántas chicas querían tener hijos, y poco menos de la mitad respondieron afirmativamente. Algunas querían casarse sin tener hijos, otras tener hijos sin casarse, y solo un tercio de las chicas quería casarse y tener hijos. Algo estamos haciendo mal, de forma que no presentamos la maternidad como una forma de realización personal. No conseguimos hacer ver algo obvio: que el don de dar la vida es exclusivo de la mujer, y que encierra en sí mismo algo de maravilloso, un auténtico milagro natural que sólo se da en ellas, y que debemos reconocer. Además, cargamos las tintas en lo que a embarazos no deseados se refiere, o a la problemática de las madres solteras o madres adolescentes. Como si efectivamente ya toda la vida se echara a perder por ser madre soltera, y hubiera que tenerle miedo a esa eventual situación como si fuera el mismísimo demonio. Es verdad que el embarazo adolescente no sea algo para promover, no es la situación ideal. Pero adolescente o adultas, las mujeres tienen la capacidad maravillosa de dar vida, y por ello, deberían contar con todo el apoyo y el reconocimiento de la sociedad. Por eso pienso que merecen una especial mención y reconocimiento las madres solteras, siempre, pero particularmente el Día de las Madres. ¿Por qué? Porque tuvieron el coraje y la sabiduría a un tiempo de dar la vida, cuando la presión social y muchas veces familiar, las empuja al aborto. Merecen reconocimiento por haber dicho no al aborto y sí a la vida, aunque esto les haya supuesto un sinfín de dificultades. Han tenido la sabiduría de reconocer que la vida es maravillosa y merece la pena sortear todos esos problemas, por tener el privilegio de otorgarla primero y encauzarla después. La sociedad tiene una gran deuda con las madres solteras. Porque se considera una realidad negativa, cuando, por el contrario, es maravilloso dar la vida, aun cuando no sea en las circunstancias ideales. Hay mucha hipocresía en ese recelo social, en esa estigmatización, ¿cuántos miembros de la sociedad no son hijos de madres solteras? Su vida y su aportación, ¿acaso no son valiosas? No hay que promover que haya madres solteras, pero sí hay que reconocerlas, ¿por qué? ¡Por valientes!, ¡por generosas!, ¡por inteligentes! Sí, inteligentes, pues se han dado cuenta que dar la vida es mucho más valioso que quitarse un problema de encima. Debería existir una campaña mediática de reconocimiento a la madre, cualquiera que sea su situación. Al mismo tiempo, sería interesante organizar campañas públicas de apoyo a las madres solteras y a las mujeres con embarazos no deseados. Animarlas a dar la vida, ofrecerles apoyo médico, psicológico e incluso económico, para que no teman y se aventuren a ser mamás. Deben gozar de un reconocimiento social, máxime cuando tienen la fácil posibilidad de abortar. Reconocerlas por tener el coraje de dar la vida y ser mamás en situaciones extraordinarias. El Día de la Madre nos enfrenta a una batalla cultural: la de redescubrir la grandeza de la mujer por tener el don de dar la vida; la de mostrar cómo dar la vida es una forma legítima y maravillosa de dar sentido a la propia existencia, de realizarse. Y en esa batalla, un reconocimiento especial para las madres solteras, porque en situaciones más adversas han vencido el miedo y han otorgado la vida. Merecen un reconocimiento público y el apoyo de la sociedad, porque les debe mucho, pues no son pocos los hijos de madre soltera que la componen. Ojalá estemos dispuestos a cambiar de paradigma y reconocer y valorar la maternidad no un día, sino siempre.

martes, 4 de mayo de 2021

LA GUERRA CIVIL DE ESPAÑA: UNA GUERRA DEL ODIO

Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51 De 1936 a 1939 España sufrió una cruenta Guerra Civil en la que hubo miles de heridos y muertos. Varios historiadores le han llamado “la guerra del odio” porque se observaron escenas particularmente crueles en ambos bandos: el franquista y el republicano. El motivo de este artículo no es ponerme a juzgar a ninguno de los dos, sino exponer hechos objetivos. Siempre me ha llamado la atención el odio y aversión de algunos españoles hacia la religión católica. Lo observamos incluso en el actual gobierno. ¿Desde dónde se inicia? De los conceptos emanados de la Revolución Francesa que calificó a la religión como “sembradora de la ignorancia, oscurantismo, opuesta al progreso, llena de prejuicios hacia la ciencia y que lo mejor era acabar con ella cuanto antes”. De esta manera, las Logias Masónicas se encargaron de difundir ampliamente estas ideas entre la Monarquía española, la nobleza, la aristocracia, los gobernantes, etc. De autodenominaban “librepensadores” pero en realidad su actuación era atacar al catolicismo agresivamente y por todos los medios: a través de la educación y la prensa. Desde el siglo XVIII, a la Iglesia se le quitaron sus bienes con la llamada “Desamortización de Godoy” (1798), otras leyes más radicales y fueron rematados públicamente. Muchos burgueses que los adquirieron a precios irrisorios se enriquecieron de la noche a la mañana. Intervinieron los Reyes Carlos III, después Alfonso XII y, y con menos protagonismo, Alfonso XIII. Los jesuitas fueron expulsados de España y de todos los territorios en América y Filipinas. ¿Cuál fue el motivo? Se consideraba que los religiosos, clérigos y monjas no servían absolutamente para nada, que eran “manos muertas”-así decían. Cuando resulta que ellos resultaron ser un factor clave para la educación de los pueblos de América. Basta con citar el admirable ejemplo de Vasco de Quiroga en Santa Fe y Michoacán, así como la fundación de la primera Universidad en México. ¿Cuál era la situación en la España de inicios del siglo XX? Tenían un gran rezago económico, mucho desempleo, el campo estaba en crisis lo mismo que la ganadería y la minería. Había terratenientes con mucho dinero pero que no se ocupaban de ayudar a las clases marginadas así que se creó una grave desigualdad económica, social y cultural. Sobrevino una enorme migración del campo hacia las grandes ciudades en busca de algún empleo. Todo ello fue el caldo de cultivo para un levantamiento social. Desde 1923 hasta 1930, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado y gobernó con mano férrea. En ningún sector fue bien aceptado –salvo en el ejército- y cuando presentó su dimisión, comenzaron los disturbios sociales. En 1931 se convocó a elecciones y, a raíz de los resultados, el Rey Alfonso XIII comprendió que ya no tenía el apoyo de la mayoría de sus ciudadanos y optó por dimitir y huir a Paris. El 14 de abril fue proclamada la Segunda República Española. Me llama la atención que ese mismo día comenzaron muchas personas en todo el país a quemar iglesias, abadías y conventos. ¿Razón? Por esas ideas anticlericales sembradas y potenciadas desde muchos años antes entre la población. Gustave Le Bon, en su libro “Psicología de las Masas” comenta que las masas normalmente son ignorantes, anónimas, fácilmente manipulables y basta con meterles un concepto claro en sus cabezas para moverlas a cualquier acción. En este caso fue: “La Iglesia es la culpable de todos los males de España. ¡Mueran los curas!” Los abusos contra los creyentes continuaron y se fueron agravando hasta que el 17 de julio de 1936 se levantaron un buen número de Generales contra el gobierno de la II República y comenzó esta dolorosa conflagración para los ciudadanos de este país. Fue una larga guerra y las potencias de los países europeos probaron sus novedosas armas bélicas: Alemania e Italia del lado de los franquistas y los rusos del lado de los republicanos. Como es lógico, estos países perseguían sus propios intereses: Adolfo Hitler quería que España entrara en la II Guerra Mundial y así controlar el paso marítimo en el estrecho de Gibraltar. La U.R.S.S. de José Stalin tenía el claro objetivo de convertir a España en un país comunista. Al Ministro de Guerra, Francisco Largo Caballero, se le llamaba “El Lenin Español”. Tengo conocidos –que ya fallecieron- que de viva voz me relataron cómo al salir de la iglesia a la que asistían, acribillaron al Párroco, en la banqueta, hincado y con un balazo en la nuca. Otros presenciaron asesinatos masivos de monjas y las tiraban en las calles. Un amigo también me contaba la fuerte impresión que le causó ver en una conocida calle a un sacerdote ahorcado en un árbol. A muchos los subían a unos camiones con la frase: “Vamos a dar un paseo”, que significaba: “Te llevaremos al campo a fusilarte”. Las cárceles republicanas llamadas “Checas” eran tan terriblemente inhumanas como los “Gúlags” rusos. Con el triunfo de Franco, muchas familias republicanas temían las represalias que, en algunos casos, eran verdaderas venganzas sin juicios previos. Eso me lo relató un hijo de un funcionario de la II República que poco faltó para que lo fusilaran y sus padres huyeron al norte de África, en Orán, Argelia. Él me decía: “Sólo queríamos una España democrática y con mayor justicia social. No deseábamos caer en el comunismo”. Concluimos señalando que las guerras son el cúmulo de todos los males donde aparece en toda su crudeza la maldad humana y únicamente se abren heridas profundas entre las familias, como es el caso de España.

EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES

Pbro. Mario Arroyo, Dr. en Filosofía, p.marioa@gmail.com Me escribe una alumna de medicina: “para la clase de cirugía, tenemos que sacrificar a varios conejos... Esto es algo que me conflictúa y me duele bastante porque nosotros, siendo conscientes, usamos a muchos animales que no lo son y los dormimos sin que ellos sepan que van a morir, además de que ellos no se merecen eso y, sin embargo, nacen para ser producto de la investigación y morir a causa de nuestro aprendizaje.  No puedo no ir a las prácticas porque, de todos modos, esos conejos morirían con otro equipo y además yo dejaría de aprender. Me gustaría preguntarle si tiene algún consejo o alguna opinión sobre qué hacer en esta situación, o si de algún modo, estoy ofendiendo a Dios y cómo compensarlo.” No es una pregunta sencilla, dada la sensibilidad actual hacia el valor de la vida animal, aunada a la de los centennials. El mismo Papa Francisco ha alzado la voz en repetidas ocasiones para defender nuestra “casa común” y las especies que en ella viven. En la encíclica Laudato sii recuerda que “todo uso y experimentación, exige un respeto religioso de la integridad de la creación”. También afirma, citando al Catecismo: “es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas”. Claramente el contexto en el que mi alumna planteaba su inquietud entra dentro de ese respeto religioso a la creación y no cae en la crueldad estéril, sino en el de un aprendizaje necesario. En esta ocasión acerté a responder lo siguiente: “Entiendo lo que me planteas, tienes un conflicto de conciencia. Comprendo la tristeza de tener que matar a un animalito inocente. Muere a causa del conocimiento, conocimiento que necesitas para poder después tú salvar vidas humanas. Yo intentaría tranquilizarte, pues su vida no está mal empleada. No habría sido criado de no utilizarse para el aprendizaje, y si viviera en su hábitat natural, tarde o temprano sería presa de un predador, muriendo sin un sentido. Su vida tiene un sentido, una finalidad: que ustedes aprendan para poder salvar vidas humanas. Me parece que está bien empleada, y es algo análogo a lo que sucede cuando te comes un pollo o una hamburguesa, esos animales murieron para que nosotros podamos vivir. Es la ley de la naturaleza, que es un tanto cruel (el pez grande se come al chico), con la diferencia de que los humanos tenemos un valor por encima de los animales, pues tenemos dignidad, y podemos hacer un uso racional y responsable de ellos, evitando toda crueldad o sufrimiento innecesario por parte de ellos. En ese sentido, a Dios no le molesta que hagamos ese tipo de acciones para aprender, sería ofensa a Dios si lo hicieran por crueldad, porque Dios nos ha confiado el cuidado y la administración racional del mundo, animales incluidos. Y usarlos para aprender, es usarlos racionalmente, de acuerdo al plan divino. De todas formas, si fuera muy duro para ti, podrías pedir la objeción de conciencia en la facultad. Pero no te lo recomiendo, porque, como bien dices, no aprenderías y el conejito moriría igualmente.” Las ideas de Peter Singer y su “Liberación animal” han permeado la cultura y la sociedad, configurando los sentimientos de los jóvenes. Pareciera que tenemos obligación de ser veganos, o que es una alternativa moral más elevada elegir el veganismo como forma de vida. Dicha actitud no tiene mucho sentido, ni desde una perspectiva teológica, ni desde un planteamiento biológico. En efecto, nunca mejor dicho “Liberación animal” no es la Biblia, ni la Biblia nos autoriza a depredar salvaje e irracionalmente el mundo. La Biblia nos dice que somos administradores de un maravilloso don de Dios que hay que cuidar. El Cántico de las creaturas de San Francisco expresa nuestra solidaridad con todo lo creado. Biológicamente tampoco es un crimen. Muchos de los seres de la naturaleza se alimentan de otros. Es parte de un ciclo, forma parte de la ley biológica por excelencia, la evolutiva. La diferencia es que nosotros somos conscientes y debemos velar para que las especies no se extingan, es un deber que contraemos con el futuro de la humanidad. Al mismo tiempo, ese uso racional, puede evitar la crueldad innecesaria, que muchas veces se observa en el mundo natural; quizá ahí tenemos todavía una tarea pendiente.