martes, 31 de octubre de 2023

LA CONFIANZA: UN CAMINO DE TODOS HACIA DIOS (II)

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“La vida es como tú: breve pero intenso”. Esta frase se le podría

aplicar a Santa Teresita del Niño Jesús. Su vida terrenal fue breve,

apenas llegó a los veinticuatro años, pero amó mucho. Después de su

muerte sus escritos fueron difundidos por todo el mundo. Señala el Papa

Francisco, en su reciente documento sobre esta santa, que muchos

fieles acudieron pronto a su intercesión recibiendo muchas gracias. San

Pío X percibió su enorme estatura espiritual, y afirmó que se convertiría

en la santa más grande de los tiempos modernos. Fue beatificada

hace cien años y luego canonizada el 17 de mayo de 1925 por Pío XI,

quien la declaró patrona de las Misiones. San Juan Pablo II la declaró

doctora de la Iglesia, considerándola además «como experta en la

“ciencia del amor”». El Papa Francisco tuvo la alegría de canonizar a los

padres de Teresita, Luis y Celia en el año 2015.

2) Para pensar

En la vida espiritual no son frecuentes los descubrimientos que abren

caminos nuevos que faciliten el encuentro con Dios. A Santa Teresita se

le atribuye uno muy importante para el bien de todo el Pueblo de Dios:

su “caminito”. Consiste en el camino de la confianza y del amor,

también conocido como el camino de la infancia espiritual. Es un camino

que todos pueden seguir, en cualquier estado de vida, en cada momento

de la existencia.

Así relata Santa Teresita su descubrimiento en su autobiografía

llamada “Historia de un alma”: «A pesar de mi pequeñez, puedo aspirar

a la santidad. Agrandarme es imposible; tendré que soportarme tal cual

soy, con todas mis imperfecciones. Pero quiero buscar la forma de ir al

cielo por un caminito muy recto y muy corto, por un caminito totalmente

nuevo».

Para explicarlo usó la imagen del ascensor, que tenía poco de

haberse inventado: «¡El ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son

tus brazos, Jesús! Y para eso, no necesito crecer; al contrario, tengo

que seguir siendo pequeña, tengo que empequeñecerme más y más».

Pequeña, incapaz de confiar en sí misma, aunque firmemente segura en

la potencia amorosa de los brazos del Señor.


3) Para vivir

Ese “caminito” había sido revelado por Nuestro Señor al referirse

especialmente a los pequeños y a los pobres (cf. Mt 11,25).

A veces está el peligro de poner el énfasis principal en el esfuerzo

humano, como sucedió con la doctrina de Pelagio que mantenía una

postura individualista, prescindiendo de la ayuda divina. En cambio,

Santa Teresita subraya siempre la primacía de la acción de Dios, de su

gracia: «Sigo teniendo la misma confianza audaz de llegar a ser una

gran santa, pues no me apoyo en mis méritos —que no tengo

ninguno—, sino en Aquel que es la Virtud y la Santidad mismas. Sólo Él,

conformándose con mis débiles esfuerzos, me elevará hasta Él y,

cubriéndome con sus méritos infinitos, me hará santa».

Podemos compartir con Santa Teresita esa confianza plena en el

Amor de Dios que nos salvará; que en el momento del juicio, a pesar de

tener las manos vacías, será la misericordia de Dios que, mirando

nuestro corazón arrepentido, nos revista con su gracia para entrar y

gozar en la vida eterna. (articulosdog@gmail.com)

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