miércoles, 10 de mayo de 2023

EL MILAGRO DE ABIGAIL

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

“Cuando tú oras por otros, Dios te escucha y los bendice; cuando tú

estás seguro y feliz, alguien ha orado por ti”. Esta frase que leí, nos

recuerda lo poderosa que es la oración de intercesión. A ello se refirió el

Papa Francisco en su reciente audiencia al reflexionar sobre las personas

consagradas: monjas y monjes, hermanas y hermanos que renuncian al

mundo y a sí mismos para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la

castidad y la obediencia para interceder a favor de todos. Pero cabe

preguntarse: ¿cómo puede la gente que vive encerrada en un

monasterio ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que

salieran del monasterio para anunciarlo?

El Papa Francisco responde que la oración de los monjes es oxígeno

para todos los miembros del Cuerpo de Cristo, su oración es la fuerza

invisible que sostiene la misión. Por ello, no es casualidad que la patrona

de las misiones sea una monja: santa Teresita del Niño Jesús. Ella

descubrió que su vocación era amar, pues sin el amor los apóstoles ya

no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su

sangre.

2) Para pensar

El actual Arzobispo de San Luis Potosí (México), Mons. Jorge

Cavazos, relató lo que él mismo definió como un milagro por intercesión

de la Virgen en una niña que padecía una enfermedad incurable.

Sucedió cuando era Obispo de San Juan de los Lagos.

Abigail Campos tenía 4 años cuando empezó a estar enferma: se

sintió decaída, tuvo convulsiones y vómitos. Le diagnosticaron encefalitis

autoinmune, enfermedad del sistema nervioso que no tiene cura. La

niña estuvo intubada e inconsciente por 15 días. Al salir del hospital, los

padres de Abigail y la niña, con mucha fe en la Madre de Dios, fueron a

rezarle a la Catedral de San Juan de los Lagos. Cuando el Arzobispo

pasó ante la niña con la imagen de la Virgen, la madre puso la mano de

la pequeña sobre la imagen mariana, ella abrió bien los ojos y se quedó

mirándola unos instantes. “Todos notamos que hubo una conexión

mágica entre la niña y la Virgen”, comentó su papá. Todos alrededor

estaban conmovidos hasta las lágrimas.


A su vez, Mons. Cavazos comentó que sintió que la Virgen le decía

que fuera donde estaba la niña: “Ella estaba rogándole a Dios por esa

niña… Bendito sea Dios que a través de ella nos concede este milagro”.

Cuando subieron al auto de regreso a casa, Abigail sonreía, algo que

no había hecho en 34 días. Dos semanas después estaba

completamente curada. “Dios, porque nos ama tanto nos ha dejado una

presencia hermosísima que es la Virgen de San Juan y hay que

disfrutarla”, concluyó el Prelado mexicano.

3) Para vivir

Pedir unos por otros tiene mucha eficacia porque no depende de las

fuerzas humanas, sino del poder de Dios que escucha las peticiones y

concede su gracia. Por ello, quienes tienen la vocación de dedicarse a la

oración, dice el Papa Francisco, son fuerza para la Iglesia y los grandes

evangelizadores. De aquí viene la costumbre de que la gente, cuando

encuentra a un consagrado o consagrada, le pide: “Reza por mí”.

Al rezar los unos por otros, incluyendo por los que no rezan, no

olvidemos que la Virgen intercede, como buena Madre, por todos

nosotros, sus hijos. (articulosdog@gmail.com)

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