Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
“Cuando tú oras por otros, Dios te escucha y los bendice; cuando tú
estás seguro y feliz, alguien ha orado por ti”. Esta frase que leí, nos
recuerda lo poderosa que es la oración de intercesión. A ello se refirió el
Papa Francisco en su reciente audiencia al reflexionar sobre las personas
consagradas: monjas y monjes, hermanas y hermanos que renuncian al
mundo y a sí mismos para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la
castidad y la obediencia para interceder a favor de todos. Pero cabe
preguntarse: ¿cómo puede la gente que vive encerrada en un
monasterio ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que
salieran del monasterio para anunciarlo?
El Papa Francisco responde que la oración de los monjes es oxígeno
para todos los miembros del Cuerpo de Cristo, su oración es la fuerza
invisible que sostiene la misión. Por ello, no es casualidad que la patrona
de las misiones sea una monja: santa Teresita del Niño Jesús. Ella
descubrió que su vocación era amar, pues sin el amor los apóstoles ya
no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su
sangre.
2) Para pensar
El actual Arzobispo de San Luis Potosí (México), Mons. Jorge
Cavazos, relató lo que él mismo definió como un milagro por intercesión
de la Virgen en una niña que padecía una enfermedad incurable.
Sucedió cuando era Obispo de San Juan de los Lagos.
Abigail Campos tenía 4 años cuando empezó a estar enferma: se
sintió decaída, tuvo convulsiones y vómitos. Le diagnosticaron encefalitis
autoinmune, enfermedad del sistema nervioso que no tiene cura. La
niña estuvo intubada e inconsciente por 15 días. Al salir del hospital, los
padres de Abigail y la niña, con mucha fe en la Madre de Dios, fueron a
rezarle a la Catedral de San Juan de los Lagos. Cuando el Arzobispo
pasó ante la niña con la imagen de la Virgen, la madre puso la mano de
la pequeña sobre la imagen mariana, ella abrió bien los ojos y se quedó
mirándola unos instantes. “Todos notamos que hubo una conexión
mágica entre la niña y la Virgen”, comentó su papá. Todos alrededor
estaban conmovidos hasta las lágrimas.
A su vez, Mons. Cavazos comentó que sintió que la Virgen le decía
que fuera donde estaba la niña: “Ella estaba rogándole a Dios por esa
niña… Bendito sea Dios que a través de ella nos concede este milagro”.
Cuando subieron al auto de regreso a casa, Abigail sonreía, algo que
no había hecho en 34 días. Dos semanas después estaba
completamente curada. “Dios, porque nos ama tanto nos ha dejado una
presencia hermosísima que es la Virgen de San Juan y hay que
disfrutarla”, concluyó el Prelado mexicano.
3) Para vivir
Pedir unos por otros tiene mucha eficacia porque no depende de las
fuerzas humanas, sino del poder de Dios que escucha las peticiones y
concede su gracia. Por ello, quienes tienen la vocación de dedicarse a la
oración, dice el Papa Francisco, son fuerza para la Iglesia y los grandes
evangelizadores. De aquí viene la costumbre de que la gente, cuando
encuentra a un consagrado o consagrada, le pide: “Reza por mí”.
Al rezar los unos por otros, incluyendo por los que no rezan, no
olvidemos que la Virgen intercede, como buena Madre, por todos
nosotros, sus hijos. (articulosdog@gmail.com)
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