Raúl Espinoza Aguilera
Cuando surgió el Rock and Roll y la música Pop, recuerdo que las personas
mayores comentaban que “sería una moda pasajera, un ritmo como tantos otros,
sin mayores consecuencias”. Pero nadie imaginó la influencia tan marcada que
tendría, no sólo en los jóvenes, sino en la entera sociedad.
Cuando Elvis Presley lanzó su primer gran éxito “That’s All Right” (1956), los
expertos comentaron que se trataba de una mezcla de “la música country” con el
“Rhythm and blues” por el ritmo acelerado que impuso a sus melodías. Muchos
jóvenes imitaron a Elvis y al joven actor en boga, James Dean, en sus modos de
vestir con chamarras negras de cuero, el largo copete con vaselina, pantalones de
mezclilla ajustados, porque se habían convertido en los ídolos de esa década.
Luego vino una larga saga de cofundadores y compositores del Rock como Chuck
Berry, Little Richard, Roy Orbison, Carl Perkins, Bill Haley, Ritchie Valens (de
ascendencia mexicana), Buddy Holly, etc.
Ellos fueron los cimientos para la música “Pop” de grupos que vendrían después,
como: The Beatles, The Rolling Stones,, The Kinks, The Animals, The Byrds, etc.
La mayoría de ellos sentían admiración por los músicos de los años 50’s. En los
jóvenes de muchos países se puso de moda: el pelo largo, sweters de cuello de
tortuga, pantalones acampanados... En forma inesperada dicha música pasó a
convertirse en música “Psicodélica”, iniciada por el trío Cream, Pink Floyd, Grateful
Dead, Jefferson Airplane, The Doors…. Surgieron virtuosos de la guitarra como
Jimi Hendrix, Eric Clapton, Jimmy Page... Algunos de estos compositores tomaron
elementos del blues, del jazz y del soul. Otros grupos buscaban recrear las
sensaciones que producían las drogas alucinógenas, como el L.S.D.
El cantante de los 50’s, Don McLean externó su inconformidad con esta moda en
su composición “American Pie”, porque afirmaba que la música de Rock de su
época fue más auténtica y pura ya que en el segundo lustro de los años 60’s esa
música se pervirtió, promoviendo las drogas y el movimiento juvenil “hippie”, que
fue disolvente de muchos valores humanos y trascendentes. Me parece que
McLean tenía razón porque se comenzaron a consumir drogas “duras” o fuertes y
muy pronto cantantes, músicos y muchos de sus fans seguidores, fallecieron a
causa de sus efectos secundarios y por las sobredosis. También se difundió el
“amor libre”. Entonces el matrimonio y la familia se miraron con indiferencia y
desprecio, abriendo paso a la egolatría, de tener el placer “hoy, aquí, ahora y sin
compromiso alguno”. Fue como una especie de “retorno a las cavernas”, por su
conducta primitiva.
Por esos años, fueron apareciendo compositores y cantantes de denuncia social,
como: Pete Seeger (If a Had a Hammer), Joan Báez (We Shall Overcome), The
Animals (House of the Rising Sun), Bruce Springsteen (Born in The USA), John
Lennon (Imagine), Credence Clearwater Revival (Fortunate Son), Queen (I Want
to Break Free), Pink Floyd (Another Brick in The Wall), etc.
La música, entonces, se transformó en un poderoso vehículo transmisor de ideas
y conceptos. Especial relevancia ha tenido Bob Dylan, quién con sus canciones
poéticas y de protesta influyó en generaciones enteras.
Dylan tuvo una gran proyección internacional y denunció, por ejemplo, la
discriminación racial en Estados Unidos, así como la tragedia de enviar a
confrontaciones bélicas a jóvenes que eran el futuro del país y miles murieron a
costa de echar a andar la industria armamentista, para enriquecer los bolsillos de
unos cuantos empresarios y por conveniencias políticas. Del mismo modo, Dylan
expuso un burdo materialismo consumista como nunca antes se había visto, por
ejemplo, permitiendo el aborto o el uso de la pornografía en la publicidad. También
denunció que en la alta sociedad se evitaba hablar sobre la muerte y el Más Allá
por considerar a esos temas “de mal gusto”.
Muchas celebridades reconocen su considerable impacto como el expresidente
Barak Obama, quién reconoció que Dylan era su poeta favorito. Años antes, en la
Casa Blanca, le había otorgado “La Medalla Presidencial de la Libertad” por su
lucha permanente a favor de los Derechos Civiles. Obama afirmó: “En la historia
de la música contemporánea, Bob Dylan fue un gigante”. En 2016, la Academia
Sueca, le concedió el Premio Nobel de Literatura, “por haber creado una nueva
expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”.
También hubo melodías que dejaron una honda huella en la sociedad, como
“Sunday Bloody Sunday” de U 2 que describe los enfrentamientos armados en
Irlanda del Norte o de la guerra de Vietnam, como “Sky Pilot” de The Animals o
“American Woman” de The Guess Who y muchos otros grupos. Esas canciones
con sus mensajes pacifistas o antibelicistas distaban mucho de ser meras
canciones de entretenimiento para convertirse en instrumentos de expresión
artística y sociológica.
Ya en la Inglaterra del siglo XIX, en la obra literaria del célebre escritor inglés,
Charles Dickens, se pueden encontrar abundantes denuncias sociales. Los
críticos comentan que con su positiva influencia ayudó al Parlamento a tomar
conciencia para aprobar leyes encaminadas a resolver urgentes problemáticas,
como: ayudar a personas que viven en extrema pobreza, bajo injusticias laborales
o sufren marginación social. Lo mismo ha sucedido, hoy en día, en los países
occidentales al promulgar leyes contra la discriminación racial; al aprobar el
derecho al voto a todas las personas, sin importar su raza, sexo o condición social;
al promover la vivienda digna para todos y la ayuda médica popular, etc.
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