lunes, 1 de noviembre de 2021
EL INCREÍBLE GENIO LITERARIO DEL ESCRITOR STEFAN ZWEIG
Raúl Espinoza Aguilera @Eiar51
Stefan Zweig es uno de esos escritores asombrosos que nos envuelve con una
prosa tan dinámica, que sus novelas y biografías “no se pueden dejar de leer”, o
bien, es frecuente que los lectores comenten que las leen “de un tirón” por poseer
una pluma tan ágil y escribir relatos tan apasionantes.
Recuerdo sus biografías “Fouché, el genio tenebroso” (1929); “Américo Vespucio.
La historia de un error histórico”; “María Antonieta” (1932;, “María Estuardo”
(1934); “Erasmo de Rotterdam” (1934), “El Conquistador de los mares: la historia
de Magallanes” (1938); “Romain Rolland, el hombre y su obra” (1921); “Paul
Verlaine”; “Tres Maestros: Dickens, Balzac, Dostoievski”; “Castellio contra Calvino,
Conciencia contra Violencia”; “Momentos estelares de la humanidad” (1927); “La
lucha contra el demonio: Holderling, Kleist, Nietzsche; “Monteigne”; “Tres poetas:
Casanova, Stendhal, Tolstoi” y su “Autobiografía”.
¿Pero quién fue este autor que produjo un verdadero torbellino de obras a
principios del siglo pasado? Stefan Zweig nació en Viena en 1881 en el seno de
una familia judía y falleció en 1942 en Petrópolis, Brasil. Fue Doctor en Filosofía y
estudió en la Universidad de Viena.
Había concluido la Primera Guerra Mundial. Existía gran efervescencia cultural en
la Europa de entreguerras. Fue un despertar de movimientos vanguardistas en la
Pintura, en la Literatura, en la Escultura, en la Danza, en la Ópera, en la Música y
con el nacimiento de la Psiquiatría de la Escuela Vienesa con las aportaciones de
Sigmund Freud y muchos otros especialistas. Los cafés de París y Viena lo
frecuentaban numerosos intelectuales de renombre. Stefan Zweig quiso relatar, en
una maravillosa radiografía, ese histórico momento pletórico de esperanza y
optimismo en su obra “Europa”.
Sorprende su gran capacidad intelectual porque, aunque parezca increíble, fue
escritor, traductor, periodista, dramaturgo, poeta, crítico literario, historiador,
biógrafo, novelista, prosista y ensayista.
Dicho en otras palabras, nos encontramos ante un hombre de una extraordinaria
cultura que podía sintetizar historia, sociología, literatura y conocimiento el
profundo de sus personajes y de las épocas en que vivió. Sus obras más
conocidas son “María Estuardo”, Reina de Escocia y “Fouché”, el influyente
político francés de fines del siglo XVIII y principios del XIX, completamente amoral,
en la que Zweig deseaba reflejar los gobiernos totalitarios del siglo XX.. Su obra
“María Antonieta” fue adaptada al cine en 1938 y protagonizada por Norma
Shearer, actriz de la Metro Goldin Mayer. Otro de sus escritos inspiró “El Gran
Hotel Budapest” fue estrenada en 2014.
Es admirable la profundidad que logra en sus análisis literarios, por ejemplo, en el
caso de Fiódor Dostoyevski”, catalogado como unos de los grandes escritores de
la Literatura Universal. En sus obras teatrales y en su modo de concebir la
existencia humana, recibió una notable influencia del fundador del Psicoanálisis,
Sigmund Freud, también austríaco y judío. Entre esas obras destaca “Jeremías”
(1916).
Recuerdo con particular gusto la magistral biografía “Fouché, el genio tenebroso”.
Digo “magistral” porque posee una prosa sumamente atractiva, que rompe el estilo
convencional de su época y conduce al lector por un ritmo acelerado. Nos
introduce y hace que encarnemos a este político francés, con gran realismo, que
mueve a que nos imaginemos hasta los más mínimos detalles de todas sus
argucias y razonamientos malintencionados. Era como una especie de genio del
mal.
En la Primera Guerra Mundial, Zweig, se convirtió en activista político. Era un
pacifista convencido. En los años treinta sufrió persecución de los nazis debido a
su origen judío. Fue entonces cuando se interesó por investigar a fondo al
“Fascismo” que había hecho estragos en Italia y Alemania. Para escapar de los
campos de concentración nazis, no le quedó más remedio que refugiarse en Brasil
para continuar escribiendo. A principios del siglo pasado hasta su muerte, en
1942, fue toda una celebridad y era muy comentado en el acontecer cultural de
Europa.
En poco tiempo logró publicar una enorme cantidad de novelas, poemas, obras de
teatro, ensayos y biografías. No me explico todavía cómo logró esta hazaña.
Parecería que le movía un ansia de escribir, publicar sus escritos para difundir su
producción literaria a manos llenas.
Son célebres sus frases: “Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de
pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad
personal, el bien más preciado sobre la Tierra. Lamentablemente, Stefan Zweig y
su esposa decidieron suicidarse debido a la visión materialista y existencialista
que tenían de la vida. Además, consideraban que el nazismo acabaría triunfando a
escala mundial.
Otra de sus frases célebres es: “El triunfo o el éxito, entendido como verdadero
valor, exige sacrificio”. Algunos intelectuales consideran esta frase de Zweig
resulta un pesimista. Pero en mi opinión, no existe ninguna meta que se quiera
lograr sin sacrificio. El sufrimiento y el dolor son parte integrante de nuestro diario
caminar ante las enfermedades, las molestias del organismo o los contratiempos
que la existencia misma lleva consigo. Me parece que se trata de una concepción
realista y acertada porque los enfoca como aprendizajes o retos que presenta la
vida.
En conclusión, Stefan Zweig es un autor que considero bastante interesante para
leer y que ha dejado un interesante legado en la cultura del siglo XX. Sin perder de
vista, su concepción nihilista, existencialista y hasta contradictoria de la existencia
humana.
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