lunes, 25 de octubre de 2021
EL ABORTO Y EL DERECHO EN LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES
Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51
En un interesante ensayo escrito por Federico Trino-Figueroa M.-Conde, titulado
“La legalización del aborto en el derecho comparado” comenta que desde que
existía la civilización, el aborto voluntario ha sido siempre castigado por las leyes.
Sostiene que la condena al aborto no se ha limitado al cristianismo ni es una
condena exclusivamente religiosa o moral.
La “arqueología jurídica” demuestra que las más antiguas civilizaciones
consideraron la vida desde la gestación como un valor superior, que exige la
protección del derecho por medio del establecimiento de sanciones ante
eventuales ataques.
Diecisiete siglos antes de Cristo, el “Código de HammurabÍ”, dedica seis de sus
preceptos –los párrafos 209 a 214- a sancionar con pena de talión y/o
compensación económica, a los distintos tipos de abortos causados
deliberadamente.
Y lo mismo se comprueba en los restantes “monumentos jurídicos” de la
antigüedad precristiana, desde el “Éxodo” bíblico, a la literatura india del “Veda” o
de las leyes de “Manú”.
Comenta este especialista que en la cultura griega y el Derecho Romano
introdujeron nuevos factores y matices en esta evolución. Para el filósofo
Aristóteles le resultaba muy claro que el aborto siempre es un acto criminal.
También apoyaba el concepto que en la práctica no se puede olvidar el
“Juramento de Hipócrates” que prohibía a los médicos practicar el aborto
voluntario.
Por su parte, el Derecho Romano, en su etapa clásica, vino a sentar el principio
fundamental de la protección jurídica del concedido y el aborto era considerado
como un delito.
Entonces, podríamos preguntarnos, ¿cómo se explica que la despenalización del
aborto en México haya sido aprobada de manera tan sorpresiva? Pienso que se
debe a que el Presidente de Estados Unidos, Joseph Biden Jr., aunque dice ser
católico, es un partidario a ultranza del aborto.
Considero que si se hubiera reelegido como Presidente, Donald Trump, el aborto
no hubiera sido despenalizado en México. Porque Trump siempre ha sido un claro
defensor de la vida humana desde el momento de su concepción.
¿Por qué lo afirmo? Porque ya sabemos la gran influencia que ejerce el gobierno
norteamericano en el Hemisferio Occidental, particularmente en Latinoamérica, y
el hecho de que al aborto le hayan dado “vía rápida de aprobación” considero que
se debió a la presión que ejerció la Casa Blanca sobre el Presidente Andrés
Manuel López Obrador y habitualmente son decisiones cupulares a cambio de
generosos préstamos económicos. México siempre ha funcionado así y ahora no
pudo haber sido la excepción. Pero respeto las opiniones contrarias.
Recuerdo que durante la campaña electoral del candidato a la Presidencia, Luis
Echeverría Álvarez (1970-1976), adoptó el significativo lema que “Gobernar era
Poblar”. Se trataba de fomentar el crecimiento poblacional para fomentar el
progreso de México en todos sus aspectos. Al poco tiempo, habiendo ya tomado
el cargo de Primer Magistrado de la Nación, cambió radicalmente su postura.
Entonces lanzó su lema con aquella funesta cancioncilla de que “La Familia
Pequeña Vive Mejor”, que tanto daño hizo en la familia media mexicana porque
introdujo una visión egoísta y centrada en darle prioridad al placer entre los
cónyuges rompiendo de esta manera la visión unitiva y procreadora de la relación
sexual y contribuyendo a trivializar el matrimonio
Se distribuyeron miles y miles de píldoras anticonceptivas en todo el país y lo más
grave: en comunidades rurales –sin el consentimiento de las personas- a las
mujeres se les ligaban las trompas de Falopio y a los hombres se les hacía la
vasectomía. Claro está, cuando vinieron las reclamaciones por parte de los
afectados que deseaban tener más hijos, ya no se podía hacer absolutamente
nada para solucionar esta cruel e injusta imposición. Dicho en otras palabras, se
atropellaron brutalmente la dignidad de las personas y los derechos humanos.
Actualmente, basta con una mera fotografía o un ultrasonido que muestre la
existencia del bebé en el seno de su madre en el que se pueden observar su
cabeza, el tronco y las extremidades. Incluso, cómo se mueve. Hasta pequeños
detalles, por ejemplo, si se chupa el dedo y hasta cuando tira pequeñas patadas.
Son pruebas evidentes e incuestionables de que existe la vida humana en el seno
de la madre.
Ahora bien, si se considera “políticamente correcto” negar esta evidencia es que
nos encontramos ante un eclipse de la razón. Ya no se discurre intelectualmente
ni se ofrecen pruebas sino simplemente se hace violencia para imponer un punto
de vista equivocado, más propio de un tirano.porque resulta incomprensible la
decisión que tomó el actual Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Lic. Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
En conclusión, la afirmación del Derecho Romano y de otros Códigos de
civilizaciones antiguas acerca de que el concebido debe tener una protección
legal, ya forma parte de la Ética Universal en la construcción de la teoría sobre el
ser humano no nacido y en los derechos intrínsecos a su personalidad.
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