martes, 22 de junio de 2021
JUAN RULFO Y SUS INFLUENCIAS LITERARIAS
Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51
El célebre escritor mexicano recibió varias influencias de destacados literatos:
1) En primer lugar, de William Faulkner (1887-1962) quien pertenece a la
“Generación Perdida”. Nació en Oxford, Mississippi, al sur de Estados
Unidos. De esas tierras campiranas extrae personajes para sus novelas: “El
Ruido y la Furia”, “Pylon”, Mientras Agonizo”. Las vidas de sus
protagonistas se mueven por la fatalidad; sus compañeros de viaje son lo
sórdido y lo cruel. Faulkner nos muestra a un mundo sumergido en la
incomunicación, en el egoísmo. Por ejemplo, en sus personajes de la
novela “Mientras Agonizo”; aparecen necios y brutales y por encima de los
lazos de sangre, se comportan como bestias salvajes e irracionales.
A Faulkner le preocupa el hombre y la violencia. Le toca vivir las dos
Guerras Mundiales y recibe la herencia de la Guerra de Secesión en la
Unión Americana. Sostiene que el hombre ante las batallas se
despersonaliza; pierde los valores, la razón y vive en un estado de continua
incertidumbre y angustia. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1950.
Faulkner parte de un condado imaginario –Yoknapatawpha-, con más
quince mil habitantes en una superficie de 2,400 millas cuadradas. Es una
región que para unos críticos literarios representa el sur de Estados Unidos
y, para otros, es una imagen del mundo entero. Utiliza –junto con John Dos
Passos- técnicas nuevas de la narrativa: los repentinos cambios de
tiempos, personajes y sucesos, que le dan a la novela un ritmo nuevo y una
capacidad para retratar a toda una sociedad de un modo más ágil e
impactante.
2) También influyen en Juan Rulfo escritores del siglo XIX, como: Honoré de
Balzac, Eugenio Sué, Guy de Maupassant, etc. Es una literatura pesimista;
de denuncia de injusticias, de la corrupción y de las lacras sociales.
Juan Rulfo toma ese ejemplo de Faulkner y crea sus condados imaginarios
a los que llama “Luvina” y “Comala” en Jalisco, en los que vierte su
experiencia interior de la vida, sus vivencias externas en una zona
geográfica que le es familiar en un ambiente agobiante y mortecino.
Juan Rulfo nació en Sayula, Jalisco, el 16 de mayo de 1917. Vivió de lleno
la Guerra Cristera (1926-1929) siendo apenas un niño, pero las imágenes
de crueldad y de la sangre derramada se conservaron imborrables en su
memoria. A su padre, su abuelo y a un tío los mataron los soldados del
Presidente Plutarco Elías Calles. Su madre murió cuando contaba con doce
años y, después de un permanente vagar por diversas casas de sus
parientes, fue internado en un orfanatorio. Ese sentimiento de orfandad, se
extiende por toda la obra de Rulfo: “Macario”, el primer cuento de “El Llano
en Llamas” (1953) es el embrión de “Pedro Páramo” (1955), su segunda
gran obra.
Juan Rulfo, en “El Llano en Llamas”, es el huérfano maltratado,
incomprendido y sin hogar. Experimenta la soledad y el vacío afectivo.
Acaba cautivándole un mundo mágico y misterioso que le parece observar
en la naturaleza nocturna y en los muertos.
El niño es el eslabón de unión entre “Macario” y Juan Preciado, el
protagonista de “Pedro Páramo”. Este niño humaniza al mundo animal
porque no alcanza a distinguir entre el hombre y la bestia debido a que ha
presenciado demasiada crueldad en ambos.
Los personajes de Rulfo se refugian en el alcohol para poder mitigar el
dolor de la angustia y de la propia derrota ante una naturaleza adversa y
destructiva.
La obra de Juan Rulfo es eminentemente de denuncia social: se duele que
los indígenas sigan viviendo una vida marginada y apartada del progreso.
Le preocupan el hambre, las injusticias, los abusos de los poderosos, la
cínica demagogia y la anarquía en el campo. En muchos casos, ellos viven
dentro de una atmósfera supersticiosa; carecen de cultura y formación. Su
indigencia también es pobreza de ideas, de falta de conciencia cívica
porque hay un gobierno que deliberadamente lo mantiene en un estado de
puerilidad.
El campesino mexicano se siente huérfano ante un poder extraño que no
resuelve sus problemas más apremiantes. Y espera estoicamente que las
cosas cambien. Pero en esa larga espera, la gente muere y los poblados se
convierten en pueblos fantasmas donde habita la miseria y la desolación.
Desde el punto de vista literario, Rulfo es un narrador omnisciente, es decir,
que todo lo ve, lo observa, lo sabe y lo predice. El monólogo interior, la
simultaneidad de planos, la introspección, el paso lento son usados por este
escritor con óptimos resultados. Sus descripciones son siempre lacónicas,
sintéticas, compactas. No le sobra ni le falta ni una palabra y no escribe con
barroquismo verbal. Es un cuidadoso artesano del arte de escribir.
Juan Rulfo es considerado como uno de los escritores de América Latina
más importantes del siglo XX y de México.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario