sábado, 30 de enero de 2021
¿TÚ CÓMO ENFOCAS LA PANDEMIA?
Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51
Como Comunicador, me llama poderosamente la atención los diversos enfoques
que se presentan en los medios de comunicación sobre el COVID-19. En líneas
generales podemos afirmar que son antagónicos y contradictorios.
La corriente pesimista suele comentar:
- “Esto es sólo el principio; lo peor está por venir”;
- “Sin duda que vendrán en el mundo muchas otras pandemias, una tras otra,
y cada vez más serias y graves para la humanidad”
- “Con el paso de los años, sobrevendrán catástrofes mucho peores; ¡ya lo
verán!”
- “Estamos viviendo una especie de gran Guerra Mundial la cuál irá en
aumento”.
- ¡Este cataclismo mundial no hay quien lo pare porque es irreversible!”
- Algunos gobernantes y empresarios sostienen: “Hay que alertar a la
población sobre una nueva situación que pondría en jaque al planeta”.
- “La actual información sobre las supuestas soluciones al COVID no son
sino manipulaciones políticas”, y un largo etcétera.
Las posturas excesivamente positivas nos hablan de que:
- “La batalla contra el COVID prácticamente se ha vencido gracias a los
importantes descubrimientos de diversos científicos y que se están
implementando en varios laboratorios de prestigio”;
- Para marzo o abril, comenzaremos a ver importantes resultados y mejorías
a nivel internacional”;
- “Todo volverá a la normalidad en poco tiempo y en la medida que se vayan
aplicando las medidas oportunas”;
- “Nada ni nadie podrá detener el progreso irreversible de la ciencia y la
tecnología. Es cuestión de esperar un poco de tiempo, ¡y listo!”.
En conclusión, abundan las visiones catastrofistas o de un optimismo
francamente ingenuo o simplista. Porque el COVID no se solucionará
“como por arte de magia”. Requiere de sus procesos y complejas etapas.
Por otra parte, en miles y miles de personas de todo el orbe el actual
confinamiento en sus casas –aunque sea “home-office” – les está
produciendo ansiedad, angustia, irritabilidad, impaciencia, explosiones de
carácter e importantes trastornos emocionales tanto en los mayores como
en los chicos.
Hay personas que ven, leen o escuchan noticias sobre el COVID mañana,
tarde y noche. Incluso, en bastantes casos les produce frecuentes
insomnios.
Me he enterado de personas que se obsesionan tanto con esta pandemia
que dejan de comer, pierden ilusión por la vida, o bien, tienen la equivocada
impresión que ellas, sus hijos o sus familiares cercanos se contagiarán ante
el más mínimo detalle o descuido. Es decir, sufren de una cierta paranoia y
se salen de la realidad, con lo que su sistema nervioso se ve seriamente
afectado. En muchos casos, tienen que acudir a Psiquiatras o a Psicólogos.
He leído con interés en la institución española “Hacer Familia” la cantidad
de alternativas que ofrecen desde su página web con la finalidad de alentar
a tener una serie de actividades sanas en el hogar entre los cónyuges y los
hijos. Incluso, últimamente presentan conferencias en las plataformas
digitales con sesiones para preguntas y respuestas a cargo de orientadores
familiares, y psicólogos. Realmente es un esfuerzo encomiable para ayudar
a millones de familias.
Muchos otros expertos dan conferencias virtuales sobre las virtudes para
vivir conjuntamente en el seno del hogar ante esta crítica situación, como:
paciencia, serenidad, aprovechamiento del tiempo, espíritu de trabajo o
laboriosidad; practicar con los hijos diversos juegos o entretenimientos; hay
personas que se han propuesto aprender un idioma “on line”, o bien tomar
cursos de actualización en sus respectivas especialidades profesionales,
etc.
Me parece que una actitud sana es pensar en el “hoy y ahora” qué actividad
voy a realizar y aprender a gozar del momento presente, aún de las cosas
más sencillas de la vida. Y así planear toda la semana de manera que la
vida esté llena de constructivas ilusiones.
Hoy en la mañana me encontré con un amigo que me preguntaba:
“¿Cuándo acabará esta maldita pandemia?” Le hacía ver que nada se gana
con mantener una actitud negativa, de desesperación, de ansiedad y
menos transmitirla de esa forma a sus seres queridos.
Otras virtudes que son clave para mantener “la mente sana en cuerpo
sano” –sin dejar de tener los pies bien puestos en la tierra- son:
conservar la alegría, la visión positiva de la situación circundante; ser
realistas pero sin dramatizar y el buen humor. En suma, como decía aquella
popular sección fija de la revista “Selecciones del Reader’s Digest” “La risa
es un remedio infalible”, porque esa actitud ayuda a redimensionar los
problemas.
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