viernes, 30 de octubre de 2020
ERRADICAR NUEVAS FORMAS DE ESCLAVITUD
Pbro. José Martínez Colín
articulosdog@gmail.com
1) Para saber
Aunque la esclavitud está oficialmente prohibida, sin embargo
sigue existiendo. Según un estudio publicado en el año 2000 podría
haber unos 27 millones de esclavos en el mundo. Según el
Departamento de Estado de EUA, en la actualidad existen entre
90.000 y 300.000 personas esclavas en Sudán; también la hay en la
India y Mauritania. Estos esclavos, hoy por hoy, son comprados y
vendidos en unos mercados.
En 1989, se podía comprar a una mujer
o un niño en unos 90 dólares, luego su precio cayó hasta los 15
dólares. Se les obliga a cambiar su religión y a convertirse al Islam,
se les cambian sus nombres por otros nombres árabes y son forzados
a hablar una lengua que no conocen.
Por ello, el Papa Francisco en su reciente Encíclica “Fratelli Tutti”
señala la esclavitud, en cualquiera de sus formas, como un flagelo
que impide la fraternidad universal. Señala que en la raíz de la
esclavitud se encuentra una concepción errónea de la persona
humana que admite ser tratada como un objeto. El cristianismo viene
a mostrar que la persona tiene una gran dignidad: la de ser hijos de
Dios.
2) Para pensar
Emy era una linda niña de 5 años de edad. Vivía en los Estados
Unidos de América. Su familia era muy cristiana. Ella amaba a su
familia y admiraba los ojos azules de su padre, de su madre y de sus
hermanos. Todos tenían ojos azules, menos ella. El sueño de Emy era
tener ojos azules. Una noche, antes de dormir, le pidió a Dios que
cuando se despertara, tuviera ojos azules.
Al despertar, corrió al espejo, miró y... sus ojos continuaban
siendo color castaño muy oscuro. Se entristeció y lloró. Se
preguntaba: “¿Acaso Dios no me oyó?” Aunque renegó y no entendía,
acabó por aceptarlo, confiando en Dios.
Emy siguió rezando y era muy generosa. Años después, la
invitaron a ir como misionera a la India y aceptó encantada.
En la India había un mercado donde se vendían niños, y Emy se
encargaría de entrar disfrazada, vestida como las mujeres del lugar,
a ese lugar y comprar niños para salvarlos. Un día, una amiga
misionera la miró disfrazada y dijo: “¡Emy! Estás perfecta, ¿ya
pensaste que no podrías disfrazarte si tuvieses ojos azules como los
de tu familia? ¡No cabe duda que Dios ha pensado en todo! Él te dio
ojos oscuros, para que salvaras muchos niños.”
Esa amiga no sabía cuánto lloró Emy por no tener ojos azules...
Ahora Emy pudo entenderlo y le dio alegremente gracias a Dios por
no tener ojos azules.
Todo está en el plan de Dios. Él conoce cada oración que rezamos.
No podemos perder la paz si no nos gusta el color de nuestros ojos o
cualquier otra cosa. Solo hay que confiar plenamente en Él.
3) Para vivir
Existe una organización humanitaria “Christian Solidarity
International” que se dedica a comprar esclavos para liberarlos,
pagando 50 dólares por cada uno. Es necesario cuidar que las redes
criminales, con las tecnologías informáticas, no engañen a jóvenes y
niños.
La dignidad de la persona humana, al ser creada a imagen y
semejanza de Dios, no permite ser propiedad de otro, ni ser tratada
como un medio para obtener beneficios. El Papa Francisco demanda
luchar por erradicar la trata de personas y otras formas de
esclavitud.
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