Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com
1) Para saber
El 30 de julio fue lanzado hacia el planeta Marte una nave espacial
(con el rover Perseverance) para que llegue en seis meses. La NASA ya tiene
contemplado enviar once astronautas a Marte la próxima década, pero antes
los enviará a la Luna, y será la primera vez que la mujer pise el satélite.
San Juan Pablo II consideraba el “Misterio de la Luna” al hecho de
que nos alumbra sin tener luz propia. Nos invitaba a ser nosotros
también reflejo del Sol que es Cristo. Con motivo de la fiesta de la
Transfiguración del Señor el 6 de agosto, el Papa Francisco, a su vez,
consideraba que Cristo es la Luz: “Los invito a todos a mantener su
mirada fija en el rostro resplandeciente de Dios, para que ilumine los
eventos de cada día”.
2) Para pensar
A veces se desconoce el papel que ha tenido la Iglesia en el
desarrollo de la ciencia. El historiador de la ciencia J.L. Heilbron
declaró que: «La Iglesia católica romana ha proporcionado más
ayuda financiera y apoyo social al estudio de la astronomía durante
seis siglos que ninguna otra institución, desde la Edad Media hasta la
Ilustración» (The Sun in the Church).
Por ejemplo, 35 cráteres en la superficie lunar reciben el nombre
de astrónomos, físicos y matemáticos jesuitas, en reconocimiento a
sus grandes logros científicos sobre el estudio de la luna. El mayor
cráter se llama Clavius, en honor a Cristóbal Clavio (1538-1612),
jesuita que con Luis Lilio, concibió el calendario gregoriano, que es el
que utilizamos hoy en día. Clavio fue un profesor que apoyó la teoría
sobre el heliocentrismo del sistema solar y ayudó a que Galileo
obtuviera su cátedra en la Universidad de Pisa. Asimismo, elaboró
manuales de astronomía que se utilizaron en las universidades de
toda Europa por siglos.
Otro cráter se llama Riccius, en honor a Matteo Ricci (1552-1610),
misionero jesuita en China que introdujo la ciencia y las matemáticas
occidentales en el Imperio medio. En el siglo XVII el científico jesuita
Michel Florent van Langren creó el primer mapa real de la Luna. Los
astrónomos jesuitas Riccioli y Grimaldi publicaron un esquema que
constituye la base actual de la nomenclatura lunar.
3) Para vivir
La escena de la Transfiguración es una llamada para ver hacia el
Cielo; como dijo el Papa Francisco, es un vistazo al Cielo en la tierra.
Es recordar que estamos llamados a algo muy grande si somos fieles:
a mirar a Cristo en su esplendor y, también, a tener un cuerpo
glorioso.
A los Apóstoles que contemplaron a Jesús glorificado les ayudó
afrontar su Pasión de una manera positiva, sin quedar abrumados. A
nosotros también nos ha de ayudar a fortalecer nuestra fe y dar
seguridad en nuestra esperanza.
Las zonas llanas de la Luna se conocen como maria, que es el
plural latino de «mar». Es significativo que a la Virgen María se le
llame «hermosa como la luna» (Ct 6,9) y se le identifique con la
mujer que tiene la luna debajo de sus pies (Ap 12,1). La luna se ha
usado como simbolismo mariano desde hace siglos. Ella, como nadie,
es la plenitud del “Misterio de la Luna” al ser un reflejo fidedigno de
su Hijo. La Virgen María es nuestro modelo para que iluminemos a
nuestro alrededor, con nuestro ejemplo, con la luz de Cristo.
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