lunes, 24 de enero de 2022
LA ORACIÓN ES CLAVE PARA ABRIR EL CIELO
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Se cuenta que una niña en sus oraciones de la noche le pidió a Dios
una flor y una mariposa. Se durmió con la ilusión de encontrárselos por
la mañana. Pero sucede que al despertar se decepcionó, pues encontró
un cactus con espinas y un feo gusano. Se puso triste, pues pensó que
Dios le había hecho una mala broma. Dejó el cactus en una maceta con
el gusano, y procuró ya no pensar en ello. Pero después de un tiempo,
para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacida la más bella de
las flores, y el repugnante gusano resultó ser una oruga transformada
en una bellísima mariposa.
Dios escucha siempre nuestras oraciones y siempre hace lo correcto,
aunque a nosotros no nos lo parezca. Él sabe sus caminos que siempre
serán mejores que los nuestros.
Al haber tratado sobre el Bautismo del Señor, el Papa Francisco hace
una interesante observación en el texto de san Lucas: “Sucedió que
bautizado también Jesús y mientras estaba en oración, se abrió el cielo”
(Lc 3, 21). Podría parecer que Jesús no necesitara de orar, pero no es
así. Los Evangelios repiten muchas veces que Jesús pasaba mucho
tiempo en oración: al inicio de cada día, a menudo de noche, antes de
tomar decisiones importantes... Su oración es un diálogo, una relación
con el Padre.
2) Para pensar
Contaba el p. Jesús Urteaga de un niño cuya enfermedad no le
permitía caminar. Sin embargo, ese estado lo había llevado a ser
sumamente egoísta y solía hacer berrinches por cualquier motivo. Sus
padres habían tratado por muchos medios de lograr su curación, pero
todo había sido en vano. Por ello lo llevaron al Santuario de Nuestra
Señora de Lourdes para pedir su curación. Dentro de la multitud de
enfermos, los padres del niño lograron ponerlo casi hasta adelante al
momento de la Bendición con el Santísimo y le dijeron a su hijo que
hiciera su petición. Ya de regreso, la madre le preguntó a su hijo si
había pedido su curación. Pero su hijo le dijo. “No. ¿Viste que adelante
había un niño con una cabeza muy grande? Pues le pedí a la Virgen que
mejor curara a ese niño”. La madre comprendió que al pedir por otro, la
Virgen le había hecho un milagro mayor al sanarlo de su arraigado
egoísmo.
La oración no es una vía de escape, ni un rito mágico o una
repetición de cantilenas aprendidas de memoria. Rezar es el modo de
dejar que Dios actúe en nosotros, para captar lo que Él quiere
comunicarnos incluso en las situaciones más difíciles. Rezar es para
tener la fuerza de ir adelante.
3) Para vivir
La oración nos ayuda porque nos une a Dios, nos abre al encuentro
con Él. La oración es la clave que abre el corazón al Señor. Es dialogar
con Dios, es escuchar su Palabra, es adorar: estar en silencio
encomendándole lo que vivimos.
Como en el caso del Bautismo de Jesús, podemos decir que la
oración nos “abre el cielo”: da oxígeno a la vida, da respiro incluso en
medio de las angustias, y hace ver las cosas de modo más amplio, dice
el Papa. Y, sobre todo, nos permite tener la misma experiencia de Jesús
en el Jordán: nos hace sentir que somos hijos amados del Padre. Hay
que tener la seguridad que Él siempre nos dará lo que necesitamos en el
momento adecuado. La espina de hoy puede ser la flor de mañana.
(articulosdog@gmail.com)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario