martes, 16 de noviembre de 2021
SONRÍE Y LOS DEMÁS GOZARÁN CONTIGO
Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51
Considero que ante la actual situación económica y social por la que atraviesa el
país, me parece oportuno exponer este animante y valioso tema.
Cuando una persona rebosa de buen humor, optimismo y alegría de ordinario
suele tener personas a su alrededor porque sabe compartir ese gozo de vivir y
resulta como un poderoso imán que atrae a los demás.
¿Por qué? Por la sencilla rezón de que todos queremos ser felices y si alguien
tiene gracia para contar chistes o ve la vida con una perspectiva amable, graciosa
y ocurrente inevitablemente los amigos y conocidos lo buscarán porque resulta
muy divertido y reconfortante el estar con personas con ese agradable carácter.
Desde luego, no me refiero a tener humor para burlarse de los demás ni para
hacer pasar un mal rato a otra persona haciendo escarnio de ella, con la finalidad
de conseguir de forma grotesca la risa de los demás. Ésas son conductas muy
poco solidarias con el prójimo.
El verdadero sentido de humor es el que une a todos los familiares, colegas,
amigos y conocidos en una grata convivencia. Y, por supuesto, estrecha más los
lazos de amistad. Incluso el aprender a reírse de sí mismo resulta muy sano,
cuando las circunstancias lo ameriten.
Se requiere de ingenio, creatividad y chispa para mover a la risa a los que nos
rodean. Los médicos recomiendan el aprender a divertirse sanamente porque
resulta muy beneficioso para la salud.
En muchas ocasiones nos encontramos con amigos o colegas en el trabajo que
son obsesivos ante los problemas normales y terminan agotándose. Es cuando el
doctor le recomienda “cambiar de aires”, pasar unos días en la playa o en el lugar
que más le descanse y así se olvide de sus preocupaciones.
Hay enfermedades que son catalogadas como “psicosomáticas” por esa estrecha
conexión del cuerpo con la mente. Y así podemos observar a personas que ante el
exceso de trabajo -con sus lógicas dificultades- sufren de infartos, úlceras,
insomnios crónicos, problemas con la vesícula biliar u otro vital órgano, infartos
cerebrales, etc. O bien, en su sistema nervioso sufren de depresión y otros
trastornos emocionales.
La risa es contagiosa. Ayuda a eliminar el estrés; mejora la autoestima; contribuye
a mejorar la imaginación; se redimensionan los problemas que parecían como
irresolubles o que se habían agigantado para darles su justa dimensión. A través
de la risa las personas exteriorizan sus emociones y sentimientos; se establecen
mejores relaciones sociales; se logran vencer miedos e inseguridades y
proporcionan una sensación de bienestar. Todo ello es altamente provechoso para
la salud de la mente y del cuerpo (cfr.efisioterapia.net).
El filósofo Henri Bergson tiene un magnífico ensayo, titulado: “La risa. Ensayo
sobre el significado de la comicidad” (1) (2). Entre otros aspectos destaca los
hechos que resultan como “disparadores” de la comicidad, como:
La confusión; Lo inesperado. Lo ridículo. Lo ilógico. El cariz psicológico. Lo
exagerado. La imitación.
Paso a paso, este pensador va exponiendo con maestría y hondura el resultado
de sus investigaciones. Es un ensayo que vale la pena leer con calma y meditarlo
para nuestro propio provecho.
El Psicólogo Jesús Garanto Alós afirma: “El humor es un gran médico. Su eficacia
terapéutica se debe al hecho de que constituye el clima psicológico ideal para que
el sistema nervioso -que es la clave de la salud- pueda realizar su trabajo
regulador en las mejores condiciones de facilidad, de buena circulación vital y de
relajamiento. Posibilita que la vida tenga sentido en cualquier circunstancia”.
Reír siempre será la mejor terapia para el espíritu. Si nuestra disposición interior
es positiva en todo momento, existirán suficientes motivos para ver el lado
divertido de las cosas.
El deseo de hacer felices a los demás es el verdadero y profundo motor que
mueve a poner siempre una nota simpática en nuestro diario actuar.
Pienso, por ejemplo, en los casos en que un familiar o amigo hayan perdido a un
ser querido; o bien, que se encuentren con graves dificultades en su trabajo;
cuando les aparezca una grave enfermedad; o en el caso de que una persona
haya tenido una gran desilusión y necesite unas palabras de ánimo. El hecho de
acompañarles en su dolor y pena, consolar al que sufre, ayudarles a visualizar la
existencia humana con un sentido trascendente son, sin duda, apoyos de bastante
ayuda.
Es muy importante aprender a ser felices en esta Tierra. Recordar que la vida es
sólo una. Por ello, ¡vale la pena vivir con alegría, optimismo y buen humor! Es la
mejor herencia que dejaremos a los demás.
(1) Cfr. Bergson, Henri, “La risa. Ensayo sobre el significado de la
comicidad”: Buenos Aires, Editorial Espasa Calpe, 2011.
(2) Cfr. Espinoza Aguilera Raúl, “Si quieres, puedes ser feliz”, “Panorama
Editorial”, México, 2019. Capítulo 14.
(3) Garanto Alós, Jesús, Paidología del humor, Barcelona, Editorial Herder,
1983.
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