lunes, 4 de octubre de 2021
ANTONIO AZORÍN: UN ESCRITOR QUE DEJÓ UNA PROFUNDA HUELLA LITERARRIA
Raúl Espinoza Aguilera, @Eiar51
José Martínez Ruiz (1873-1967) fue conocido con el seudónimo de Antonio
Azorín, o simplemente Azorín. He de reconocer que me identifico con él porque
este célebre autor tuvo que superar el estilo oratorio, abigarrado y poco
comprensible del largo período decimonónico (los discursos de Emilio Castelar, el
teatro aparatoso de José Echegaray o el sentimentalismo de Ramón de
Campoamor).
Azorín estuvo mucho tiempo puliendo su estilo hasta que decidió escribir en forma
sencilla con “sujeto-verbo-predicado (o complemento)”. Recuerdo que cuando
escribía mis artículos para las páginas editoriales de algunos periódicos reconozco
que lo hacía con párrafos muy largos y complejos de tal modo que el lector
quedaba confundido sin llegar a una conclusión clara y precisa de lo que quería
expresar.
Pero leyendo a Azorín con su prosa sencilla y transparente y decidí a imitarle, lo
mismo que a Pío Baroja (1972-1956) y Antonio Machado (1875-1939). Todos ellos
formaron parte de la llamada “Generación del ‘98” a quienes les afectó mucho que
España perdiera los territorios de Filipinas, Puerto Rico y Cuba. Miguel de
Unamuno (1864-1937), líder de esta Generación, lo decía en frase gráfica “Me
duele España”. Todos ellos tienen un afán europeizante; desearon que España
progresara en todos los sentidos tanto económico como social.; tenían un ansia
renovadora de romper con los viejos moldes e incursionar en la literatura moderna
y dotar al castellano de nueva renovada belleza y eficacia.
Todos ellos buscaron con enorme pasión el modo de solucionar los grandes
problemas de su Patria: unos participando activamente en la vida política, y otros,
escribiendo en los principales diarios y revistas.
Azorín decidió establecerse en París donde recibió influencia del Romanticismo
alemán, del Simbolismo y el Impresionismo francés. Sus primeras obras literarias
consistían en trazar breves frases o pinceladas sobre su realidad circundante y la
fidelidad a su percepción sensorial, tal y como lo hacían los pintores Claude
Monet, Edgar Degas, Pierre Renoir, Paul Cézanne, Vincent van Gogh y muchos
más.
Tiempo después, regresa a España y adopta ese estilo literario directo y sencillo
en el que evoca con nostalgia paisajes de su tierra. Por ejemplo, Castilla (1912),
los Pueblos (1905), Valencia (1941), El paisaje de España (1917), Río Frío de
Ávila (1916), El Escritor (1942), Tiempo y Paisaje (1968), Tiempos y Cosas (1971).
Se trata de una revalorización de los valores que su Patria tiene.
Todos ellos fueron sobresalientes estudiosos del Siglo de Oro Español, en
particular de Miguel de Cervantes Saavedra, para beber en las fuentes de la
riqueza literaria de los clásicos.
También Azorín escribió novelas, obras de teatro y numerosos ensayos en
diversos periódicos de su Patria.
En su primera etapa, Azorín estudia Derecho y trabaja en un despacho de
abogados. Luego comienza a escribir en periódicos como el “ABC”, “El Imparcial”,
“El Globo” y otros más. Asiste con regularidad a las tertulias y reuniones literarias
hasta que decide a entregarse por completo al quehacer literario.
Fue un profundo estudioso del estilo y el lenguaje castellanos, por ello, en 1924
fue elegido para formar parte de la Real Academia de la Lengua. Publicó más de
cien libros.
He aquí la descripción de una pequeña ciudad castellana: “…Vienen todos a la
ciudad; bajan ahora de las colinas y entran en la vega. Cruza la vega un río: sus
aguas son rojizas y lentas (…) Crecen los árboles tupidos en el llano. Una ancha
vereda –parda entre la verdura- parte de la ciudad y sube por la empinada
montaña de allá lejos. Esa vereda lleva los rebaños del pueblo, cuando declina el
otoño hacia las cálidas tierras de Extremadura. Ahora las mesetas vecinas, la
llanada de la vega, los alcores (las colinas) que bordean el río, están llenos de
blancos carneros que sobre las praderías forman como grandes copos de nieve.
(…) Desde que quiebra el alba, la ciudad entra en animación; cantan los perailes
(desenredadores del paño y que prepara lana para tejerla) los viejos romances de
Blancaflor y del Cid; (…) ya tocan las campanillas cristalinas…”.
Ha ejercido bastante influencia en muchos otros autores como Camilo José Cela
(1916-2002) sus primeras obras y sus viajes descriptivos como “Viaje a la
Alcarria”; Miguel Delibes (1920-2010) “Cinco horas con Mario”, “La Hoja Roja”,
“Señora de Rojo sobre Fondo Gris”; la escritora italiana Susana Tamaro (1957)
(“Donde el corazón te lleve”, “Respóndeme”, “Cada palabra es una semilla”) y
otros autores más. Curiosamente el escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn (1918-
2008), Premio Nobel de Literatura 1970, tiene ese mismo estilo, como en sus
obras “Breves Poemas en Prosa”, “Un día en la vida de Iván Denísovich”, “Por el
bien de la causa”, “Primer Círculo”)
A las personas que deseen mejorar su estilo periodístico y literario, les recomiendo
leer con calma las obras de Azorín, Antonio Machado, Miguel Delibes, Aleksandr
Solzhenitsyn y Susana Tamaro. Considero que se puede aprender mucho de ellos
por su sencillez y claridad narrativa.
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