lunes, 30 de agosto de 2021
LOS INCONVENIENTES DE NO DECIR LA VERDAD
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Había un tramposo que quería venderle su caballo cojo a otro tan
mentiroso como él. Después de muchos regateos se lo vendió por
veinte monedas. Pero un campesino fue con el comprador y le dijo:
“Te engañó, porque el caballo es cojo”. El comprador le contestó: “Ya
lo sé. Yo mismo le clavé una espina en su pata para que me lo diera
más barato”. El campesino entonces fue con el vendedor y le contó.
El vendedor le dijo: “Ya lo sabía. Pero me alegro porque el caballo es
cojo de nacimiento y tiene una pata más corta”. El campesino fue de
nuevo con el comprador y se lo contó. El comprador enojado
exclamó: ¡Ya no se puede confiar en nadie! ¡Por eso le pagué con
monedas falsas!”
El Papa Francisco, siguiendo con su reflexión sobre la carta de san
Pablo a los Gálatas, se refiere al pasaje en que Pablo amonesta a
Pedro porque su comportamiento con los judíos daba lugar a
confusión. Sucede que antes de Cristo la ley prohibía comer con no
judíos, pero ahora ya no. Pedro había rehusado sentarse a la mesa
con algunos venidos del paganismo para no ser criticado y quedar
bien. Sin quererlo, Pedro daba pie a dividir injustamente a la
comunidad y Pablo se lo advierte: un peligro en el obrar es la
hipocresía. Pero, ¿qué es la hipocresía? Dice el Papa que es tener
miedo de la verdad. Se prefiere fingir en vez de ser uno mismo.
2) Para pensar
En la Biblia hay ejemplos en los que se combate la hipocresía. Un
bonito testimonio es el del viejo Eleazar. Antes de Cristo, el pueblo
judío fue invadido y se colocó una estatua de Zeus en el Templo: se
obligó a adorarla y comer carne impura bajo pena de muerte. Pero el
viejo Eleazar se rehusó hacerlo. Algunos que lo estimaban le
propusieron traerle alimento lícito para que fingiera que comía de la
carne sacrificada a las divinidades paganas y así salvar su vida. Pero
Eleazar les respondió: «A nuestra edad no es digno fingir, no sea que
muchos jóvenes creyendo que Eleazar, a sus noventa años, se ha
pasado a las costumbres paganas, también ellos por mi simulación y
por mi apego a este breve resto de vida, se desvíen por mi culpa y yo
atraiga mancha y deshonra a mi vejez… Prefiero dejar a los jóvenes
el noble ejemplo de morir voluntaria y noblemente» (Cfr. 2 Mac 6).
¡Qué bonita página sobre la que reflexionar para alejarse de la
hipocresía!, dice el Papa Francisco. También Jesús condena la
hipocresía y reprocha a quienes se muestran justos por fuera, pero
por dentro están llenos de egoísmo y falsedad
3) Para vivir
La hipocresía es como maquillarse el alma. Es tener miedo de
proceder como se es y se prefiere fingir, lo cual lleva a mentir. Así
luego se va difundiendo fácilmente el virus de la hipocresía. El
hipócrita es una persona que finge, adula y engaña porque vive con
una máscara en el rostro. Por esto, no es capaz de amar
verdaderamente, se limita a vivir de egoísmo y no tiene la fuerza de
demostrar con transparencia su corazón. A menudo se da en el lugar
de trabajo, en la política o en la misma Iglesia. El Señor nos dice:
“Sea vuestro lenguaje: ‘sí, sí’; ‘no, no’; que lo que pasa de aquí viene
del Maligno” (Mt 5,37). No tengamos, pues, miedo de ser sinceros,
de decir siempre la verdad, de escucharla, de conformarnos con la
verdad. Así podremos amar. (articulosdog@gmail.com)
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