miércoles, 16 de octubre de 2019

FIFA: TARJETA ROJA PARA LOS AFICIONADOS

Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana. Campus México.
rubeliz@up.edu.mx

¿Qué espera la FMF cuando prohíbe la libertad de expresión?, ¿por qué no se concede a los hinchas el beneficio lúdico que se permite para el uso de la marihuana? Mas bien parece que pagar boleto para ver un partido de futbol incluye el beneficio de la mordaza.


La FIFA no deja de sorprendernos con esta nueva imposición que desean aplicar con el fin de limitar la libertad de expresión del aficionado. Es una amonestación adornada con la palabra “respeto” porque consideran creciente y más importante la susceptibilidad de ciertas minorías que el desfogue de miles de entusiastas seguidores.

¿En realidad la FIFA nos ama? Lo escribo así, porque nos ofrece ayuda para evitar las expresiones de odio. En el fondo, sin lugar a dudas lo verdaderamente importante es privilegiar la susceptibilidad de la minoría que el derecho de la mayoría a expresar una frase lúdica. Estamos presenciando la aparición en escena de un nuevo tipo de censura.

Resulta que ahora somos perversos por defender el derecho a la libertad de expresión. ¿No se vale exteriorizar los sentimientos?, ¿o será acaso que de ésa frase “Ehhhhhhh.....” se sigan necesariamente actos de violencia? El grito en cuestión es lúdico, no es ofensivo. Así lo considera la comunidad gay, según entrevistas en Youtube.

Se permiten excesos y arbitrariedades a los anarquistas que se “cuelan” en una marcha de protesta. No hay inconvenientes por secuestrar a 92 choferes con sus respectivos autobuses de pasajeros, y así obtener ciertas dádivas y premios con tal de “hacer justicia” a minorías marginadas.

Los aficionados que acuden al estadio de futbol son cada vez menos, y son minoría en comparación con los millones de televidentes que prefieren seguir los partidos desde su casa. ¿Por qué la FIFA no defiende a éstos grupos pequeños?

Parece que algunas minorías son mejores que otras y merecen protección y amparo, mientras que los aficionados suscitan condena y mordaza, es decir, tarjeta roja. No me parece congruente castigar a quién te da de comer cuando paga su boleto de entrada.

Un conocido me dijo: “Hasta ellos mismos lo gritan. No tiene nada que ver con las estupideces de la FIFA. Mire usted, mas tolerantes los gays que los corruptos de FIFA.”

Espero que la FMF no nos imponga el deber de colocar micrófonos en la sala de la televisión y nos muestren tarjeta roja en nuestra propia casa. De seguir este sendero de intolerancia, se vaciarán los estadios y dejarán de transmitirse los juegos de futbol.

La libertad de expresión está limitada por la prudencia y el respeto. En este caso no hay falta de respeto porque es una frase lúdica y no es imprudente porque no es insulto, es una expresión de esparcimiento y diversión.

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