Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana. Campus México.
rubeliz@up.edu.mx
Dice el refrán: “cada uno habla de la feria según le va”. Esta sentencia proverbial muestra que expresamos opiniones según los muy particulares afectos o inclinaciones.
Desde la perspectiva personal los argumentos para legalizar o prohibir el consumo del cannabis varían de acuerdo al grupo que opina. Suele suceder que el punto de apoyo para decidir sobre su uso, en la actualidad, desnaturaliza el problema de fondo porque los deleites y las emociones responden más a la ley del gusto que a la recta razón.
Y como somos muy emocionales, no es fácil despojarse de las propias valoraciones en favor de la realidad de un fenómeno que ha causado tanto daño individual y social. Los sentimientos, como soporte para decidir, rara vez son firmes porque su naturaleza es siempre cambiante.
Las opiniones transforman la visión de consumidores, intelectuales y médicos. Presento algunas opiniones recurrentes en el sector de los usuarios.
Manifiestan que fumar marihuana significa cosechar prejuicios sociales para ingresar a la tabla de damnificados. Advierten que la marihuana es solo una planta cuyas hojas secas y molidas sirven para fumar, según la OMS. O que la mayoría de las personas está muy mal informada. No falta quien se exhibe como víctima porque su uso es ilegal, además de considerarse vinculado a un grupo en riesgo porque la reflexión es polémica.
El usuario valora el consumo aludiendo al menos a una de tres ideas principales: 1. Soy un paciente que la necesita para calmar el dolor. 2. No debo ser criminalizado porque es una actividad lúdica. 3. No deseo ser víctima de la guerra contra el narcotráfico.
A la pregunta ¿cuál es el riesgo mayor de consumir cannabis? la respuesta es:
“Que te agarren con ella”. Si te pones en manos del sistema, entonces te pueden extorsionar.
Para el consumidor la salida es fácil: si se puede cultivar cannabis en el hogar o adquirirse en una fuente legal se reducirá el suministro de recursos que benefician al mercado negro. Nota curiosa: Canadá reporta aumento del mercado negro porque la hierba ofrece mayor concentración de estimulantes que el cannabis legalizado.
Es importante informar que en México ya se permite la siembra, comercialización y uso de cannabis con fines médicos y científicos. En la próxima semana abordaré los argumentos del sector intelectual y médico.
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