jueves, 15 de febrero de 2018

EL CUENTO DEL QUE HIZO LA PROMESA DE NO FUMAR

1) Para saber

El pasado Miércoles de Ceniza se inició un tiempo especial para preparar la Pascua del Señor: la Cuaresma. Es un tiempo especial para nuestra conversión. Como todos los años, el Papa envía a toda la Iglesia un mensaje. En esta ocasión escogió como tema de su mensaje unas palabras de Jesús, que vienen a ser una advertencia: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12).

Con este mensaje el Papa desea ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; un tiempo de posibilidades de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.

2) Para pensar

José María Pemán fue un escritor español del siglo XX, que cultivó todos los géneros literarios, además de notable orador. Escribió un cuento llamado: “Promesa de no fumar”, el cual es buen ejemplo de no causar molestias a los demás.



Cuenta de un jefe de un ministerio llamado Julián Arrondo, que había anunciado que aquella Cuaresma pensaba dejar de fumar en plan penitente. Durante la noche del martes al Miércoles de Ceniza estaba sumamente inquieto, pues antes siempre fumaba antes de dormir. Su esposa le insinuó: “Sólo es la primera noche, Julián”. Pero se indignó al pensar que creyera que no podría aguantar y le gritó: “¡Pues, aunque duerma!” Su esposa solo musitó “Pues no dormiremos”. Sobra decir que el señor Arrondo se fue agriando de humor cada vez más, mientras la paciencia de su esposa era digna de admirarse.

Y sucede que al final de la Cuaresma vino a morir el señor Arrondo, pues su tensión se puso muy alta. Así que llegó hasta las puertas del Cielo, y se le asignó un lugar apenas junto a la puerta. No satisfecho, pensaba que tenía derecho a algo mejor, se decía: “No entiendo… pasé toda la Cuaresma sin fumar”, y así se lo manifestó a San Pedro. El Apóstol volvió a abrir el libro con los nombres de las personas y sus méritos. En eso Arrondo vio anotado su nombre, pero San Pedro le hizo observar que decía: “Arrondo, (señora de)” y al lado, su mérito: “Una Cuaresma aguantando a su marido sin fumar”.

Y es que por encima de todo siempre está la caridad.

3) Para vivir

Comenta el Papa que Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo, un amor extinguido: “Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?

Responde el Papa: “Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos. Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra los que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas.

Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo, y la Cuaresma es ese tiempo propicio. 

Pbro. Dr. José Martínez Colín,

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