viernes, 17 de julio de 2020

LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

Una realidad cotidiana, pero que más o menos conscientemente intentamos acallar, es la muerte. Tristemente, sin embargo, ahora, durante la pandemia, se ha tornado frecuente, constante, cercana. Imposible así darle la espalda. Abruptamente somos arrojados, cara a cara con ella, querámoslo o no. No podemos simular que no está ahí, hacer como si no existiese, vivir de espaldas a ella. Y junto con ella, otro visitante incómodo, el dolor. En estos días se ha tornado urgente la necesidad de consolarnos y consolar, ¿cómo podremos hacerlo?


En realidad, no nos consuelan las típicas palabritas huecas de ocasión. De nada sirven las mentiras piadosas y amables. La seriedad de la muerte, la realidad del dolor, exigen verdades como respuesta; las simulaciones resultan ofensivas, mejor evitarlas. Frente a la realidad de la muerte y la inevitabilidad del dolor, calibramos la calidad de las verdades que estructuran nuestra vida. Desaparecen los maquillajes y simulaciones, de nada sirven las apariencias El auténtico consuelo exige la verdad cabal. En estas circunstancias, si tenemos fe, esta se pone a prueba, ¿es un consuelo simbólico y edulcorante? O, por el contrario, ¿es la sobria, cruda y desnuda verdad?

La frecuencia de la muerte, así como la inevitabilidad del dolor, el cual crece exponencialmente ante el drama de la imposibilidad para acompañar de cerca a los seres queridos que se nos van, así como de tributarles las justas honras fúnebres, sacan a flote las verdades que estructuran nuestra vida, nuestros puntos de apoyo existenciales. ¿Es la fe uno de ellos? ¿Se configura como una verdad, capaz de hacer frente al dolor y a la muerte? O, por el contrario, ¿es solo un vago y desvaído recuerdo borroso de la infancia, incapaz de enfrentar la dureza de la vida?

Para las personas que tenemos fe, la criba de la muerte y del dolor supone un crudo examen, un inevitable control de calidad.

Mucho se ha hablado del “claroscuro de la fe”. Efectivamente, la fe nos exige confiar: no lo controlamos ni lo sabemos todo. Nos exige un arriesgado ponernos en manos de Dios, particularmente difícil en la prueba del dolor y de la muerte. Pero la fe también es luz, una potente luz al final del túnel del dolor y de la muerte. La fe es semilla de esperanza y de consuelo. ¡Qué distinto enfrentar la realidad del dolor y de la muerte como hechos a la par absurdos e inevitables!

¡Qué diferencia encararlos con el consuelo de la fe! Es decir, sabiendo que el adiós no es definitivo, que en realidad no acabó todo, que nuestros seres queridos comienzan una segunda etapa, con una nueva forma de existir. Que tarde o temprano nos reuniremos. Que el dolor nos sirve para purificarnos del mal que hayamos cometido en nuestra vida, y que no es definitivo ni total, sino preludio del amor y el gozo sin fin.

Ahora bien, se prueba la calidad de nuestra fe, porque, si es auténtica, esto último no son palabritas de consuelo, sino la desnuda y esperanzadora realidad. Si la verdad a veces es cruda, no solamente es cruda, también puede ser esperanzadora. La verdad de la fe lo es. 

La pregunta es, ¿las personas de fe tenemos la suficiente como para creérnoslo? Es decir, no se trata de “verdades para nosotros”, no es una oda al relativismo, sino de la verdad en sí misma, objetiva, nos guste o no. Ahora bien, “si la fe no nos alcanza” para gestionar el dolor, muchas veces ese mismo sufrimiento se configura como un catalizador de la fe. Cuando los apoyos humanos se desvanecen, no nos queda sino mirar a Dios. Si somos cristianos sabemos que nunca nos rechaza, aunque hayamos sido desamorados y desagradecidos con Él.

Frente a la situación actual, donde el dolor se multiplica y crece, para escapar del sinsentido y del absurdo al que nos avoca la desesperanzada y cruda visión materialista, no nos queda sino fomentar la espiritualidad. En ella descubrimos cómo la separación de nuestros seres queridos no es definitiva, y comienza un nuevo modo de relacionarnos con ellos. Se establece una nueva forma de comunión interpersonal, ya no sensible, sino espiritual, a través de la oración y la eucaristía.

Pero comunión verdadera, real, eficaz y afectiva. Frente al luto las lágrimas son un bálsamo, nos sirven de mucho. Pero a nuestros difuntos les sirven más nuestras oraciones. La fe denomina a Dios Espíritu Santo como “Consolador”. A Él le pedimos nos guíe por el camino del consuelo en medio del dolor, de forma que, si el sufrimiento crece, la fe lo haga aún más.

PROTECCIÓN CONTRA EL ERROR

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Con cierta frecuencia hay diálogos en que cada parte defiende su opinión sin llegar a ponerse de acuerdo. Hay temas que son opinables y es válido pensar distinto: sobre los equipos de un deporte, el gusto por ciertos alimentos, el arte, los mejores lugares para visitar, etc. Pero cuando se trata de la religión, que atañe a creencias muy personales, no siempre es fácil el diálogo, pues lo que se expresa es algo muy serio.


No obstante, hay una gran diferencia entre la religión y los temas opinables: en la religión católica, quien ha establecido los principios y verdades fundamentales es el mismo Dios. Por ello, quien profesa esa fe, cree lo establecido en ella, aunque no sepa explicarla con facilidad. Pero ello no disminuye en nada la fuerza de la seguridad de su creencia.

¿Cómo se asegura que con el paso de los años no se haya deformado o adulterado lo revelado por Dios? El Papa Francisco nos advierte que “el Espíritu Santo evita que la doctrina se equivoque, y evita que permanezca parada allí sin crecer en nosotros”. Para evitar el error, Jesús prometió enviar al Paráclito. Pero, ¿qué significa “paráclito”?

2) Para pensar

La palabra “paráclito” viene del griego, y dice el Papa Francisco, significa “el que sostiene, el que defiende, el que te acompaña para no caer, el que te mantiene firme, el que es cercano a ti para sostenerte”.

Así, al Espíritu Santo, que es Dios, se le conoce también como “Paráclito”, pues es quien acompaña a la Iglesia para que nunca caiga en el error o se desvié de la verdad. Esta es la razón de la seguridad en la creencia de lo enseñado que, por ser realidades profundas, no se ven con plena claridad.

Tal vez hoy en día se respetan más las diversas opiniones que en otras épocas. Sin embargo, ese respeto no significa aceptar como verdaderas los distintos pareceres. Uno puede y debe respetar a las personas aunque piensen distinto. Mas no por ello, he de aceptar como verdaderas sus opiniones. 

En cuestiones de fe, no se defiende una opinión personal, sino se está aceptando una verdad que no viene de mi parecer, sino de Dios mismo. Ello no es intolerancia, sino estar convencido de la verdad recibida. Si en un plano matemático no estoy dispuesto a aceptar que dos más dos sean cinco, ello no significa ser intolerante. En el plano de las afirmaciones religiosas enseñadas por la Iglesia, también se está convencido de su verdad.

3) Para vivir

Dos son las acciones que se le atribuyen al Espíritu Santo, señaló el Papa Francisco: enseñar y recordar. Por una parte, nos enseña la doctrina de Jesús, y cómo desarrollar nuestra fe sin equivocarnos.

Así, podemos comprender la fe cada vez más. Porque la fe puede crecer. Es como los árboles, que siendo los mismos, cada vez son más grandes, con más fruto.

En segundo lugar, el Espíritu Santo es como la memoria. Nos recuerda lo que Jesús dijo, nos mantiene despiertos en las cosas del Señor. Así, el Espíritu Santo: “te guía para discernir qué debes hacer ahora. Cuál es el camino bueno y cuál el equivocado. También en las pequeñas decisiones. Si nosotros pedimos la luz al Espíritu Santo, Él nos ayudará a discernir para tomar las buenas decisiones. Las pequeñas de cada día y las más grandes”.

jueves, 16 de julio de 2020

77 PELÍCULAS RECOMENDABLES PARA LOS TIEMPOS DE PANDEMIA

Películas recomendables para pasar un buen rato y cargarse de optimismo:

1. Bella. 2006. Eduardo Verastegui, Tammy Blanchard Manny Perez, Angelica Aragón. Dirección Alejandro Gómez Monteverde. Duración 91 mins. Estados Unidos-México. 



2. El Estudiante- Jorge Lavat 

3. Mente Brillante – Russel Crowe 

4. Tierra de Sombras-Anthony Hopkins 

5. El Festín de Babette-Stéphane Audran, Bodil Kjer and Birgit Federspiel.

6. El discurso del Rey- Colin Firth, Geoffry Rush. 

7. El Señor de los Anillos I (La comunidad del Anillo) 

8. El Señor de los Anillos III (Las Dos torres) 

9. El Señor de los Anillos III (El Retorno del Rey) 

10. Mis tardes -Margueritte Gerard Depardieu. 

11. De Dioses y de Hombres 

12. La última Cima- Pablo Domínguez

13. A prueba de fuego-Kirk Cameron, Erin Bethea 

14. El jardín Secreto-Kate Maberly, Heydon Prowse, Andrew Knott, Maggie Smith.

15. Perfume de Mujer – Al Pacino.

16. El Salario del Miedo. Ives Montand. 

17. Las Cronicas de Narnia El León La Bruja y el Ropero. William Moseley, Anna Popplewell, Skandar Keynes and Georgie Henley .

18. Sueños de Abril- Miranda Richarson, Joan Plowrigth, Polly Walker, Alfred Molina, Jossie Lawrence. 

19. El viajero del Alba (Cronicas de Narnia)- Skandar Keynes and Georgie Henley, Liam Nesson (Aslan) .

20. Carros de Fuego- Ben Cross, Ian Chaleson, Ian Holm.

21. Ella y el Candidato-Rocio Vedeja, Damayanti Quintanar Héctor Arredondo, Jorge Lavat.

22. Torero-Carlos Velo, Luis Procuna. 

23. Cinema Paradiso-Guissepe Tornatore, Phillip Noiret.

24. La sociedad de los Poetas Muertos -Robin Williams.

25. Casablanca- Humprey Borgard e Ingrid Bergman.

26. El Gran Milagro (Animada en 3D por computadora).

27. Reto de Valientes. Alex Kendrick Ken Bevel.

28. Amigos- François Cluzet Omarzy. 

29. Los Coristas -Gerard Jugnot.

30. Cristiada-Peter O´Toole Andy García, Eduardo Verástegui .

31. El Inglés que subió la colina y bajo la montaña-Hugh Grant.

32. El chófer de la señora Daisy- Morgan Freeman, Jessica Tandy .

33. Con ganas de triunfar-Edward James Olmos, Andy Garcia .

34. Encontraras Dragones- Charlie Cox.

35. Apoyate en mí-Morgan Freeman.

36. El Hombre de dos Reinos-Paul Scofield Orson Wells (Ganadora de 6 Óscares).

37. Cyrano de Bergerac-Gerad Depardieiu, Anne Brochet.

38. Un Sueño Posible -Sandra Bullock.

39. Sol de Media Noche-Mikail Barishnikov, Gregory Hines 

40. Una Pizca de Martha (Deliciosa Martha o Bella Martha) Sergio Castellito y Martina Gedek.

41. Muerte en el Nilo-Peter Ustinov David Niven, Bette Davis, 
Angela Landsbury.

42. Nanny-McPhee Colin Firth, Ema Thompson, Angela Landsbury.

43. Nanny II-Ema Thompson, Magui Smith.

44. El Camino del Guerrero- Nick Nolte Ryoko Hirosue.

45. Pi Una aventura extrordinaria- Suraj Sharma.

46. Lo imposible-Naomi Watts Ewan McGregor .

47. Violines en el Cielo-Masahiro Motoki Ryoko Hirosue. 

48. El Detective-Alec Guiness. 

50. Un puente hacia Terabhitia- Josh Hutcherson Anna Sophia Robb. 

51. Profesor- Lazhar Mohamed Fellag Sophie Nélisse.

52. Gigantes a la victoria- Alex Kendrick , Shannen Fields, Jason McLeod.

53. Al frente de la Clase -Jimmy Walk Treat Williams.

54. El Doctor- Willliam Hurt Elizabeth Perkins.

55. Manos milagrosas- Cuba Gooding Jr. 

56. Las Bordadoras-Lola Naymark, Ariane Ascaride, Thomas Laroppe, Jackie Berroyer, Marie Félix. 

57. La Pasión de Cristo- Jim Claviesel. 

58. Marcelino Pan y Vino- Pablito Calvo.

59. Tierra de María- José Manuel Cotelo.

60. August Rush Escucha tu destino- Freddie Highmore.

61. El Violinista- Tang Yun Liu Peiui. 

62. Mente Indomable- Robin Williams, Matt Damon. 

63. Octuber baby- Rachel Hendrix, Jason Burkey, John Schneider. 

64. Dios no está muerto. Kevin Sorbo Shane Harper, Dean Cain. 

65. De tal padre tal hijo-Hirokazu Kore-Eda.

66. El viento se levanta-Hayao Miyaziki. 

67. El Cielo sí existe-Greg Kinnear, Kelly Reilly. 

68. La ladrona de libros-Geoffrey Rush, Emily Watson. 

69. Guten Tag, Ramón-Kristyan Ferrer.

70. Los Siete Samurai -Toshiro Mifune Dir Akira Kurozawa.

71. El Gran Silencio-Klaus Kinsk, Jean- Louis Trintignat.

72. Los Sueños-Akira Kurozahua.

73. El Ultimo Regalo-James Gardner Drew Fuller Abigail Breslin. 

74. Conversaciones con Dios- Henry Czerny.

75. Ikuru – Vivir Takashi Shimura. 

76. Todos los caminos llevan a Casa- Kim Eul Boon, Yoo Seung Ho .

77. El Gran pequeño- Eduardo Verástegui.


martes, 14 de julio de 2020

CLIVE STAPLES LEWIS: EL ESCRITOR QUE DEJÓ UNA PROFUNDA HUELLA

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

Clive Staples Lewis, mejor conocido como C. S. Lewis, fue un célebre escritor inglés, apologista cristiano, destacado novelista y crítico literario. Nació en Belfast, Irlanda, en 1898 y falleció en Oxford, Inglaterra, en 1963.


Su familia era de religión Anglicana. En su casa paterna existía una amplia biblioteca y se aficionó a la lectura fantástica. A los nueve años falleció su madre de cáncer y con el paso de los años su fe se fue enfriando. Luego se interesó por la mitología nórdica y griega, así como por el ocultismo.

Participó activamente en la Primera Guerra Mundial y resultó herido en combate. Este suceso, junto con la temprana pérdida de su madre le forjaron una personalidad pesimista, solitaria y melancólica.

Lewis estudió en la Universidad de Oxford donde conoció a J. R. R. Tolkien, autor de “El Señor de los Anillos”, quien influyó notablemente en su acercamiento a la fe. Cuando se publicaron los libros de Tolkien constituyeron un éxito editorial y sus películas resultaron taquilleras. Como buen amigo, Tolkien retroalimentó mucho a Lewis sobre la estructura y contenido de sus libros.

Originalmente C. S. Lewis se declaraba ateo, luego agnóstico. Pero poseía una admirable inteligencia y sorprendente capacidad de análisis. 

Con las lecturas de las obras de Gilbert Keith Chesterton se percató de que el cristianismo tenía mucho de “lógica” y de ser bastante razonable, como por ejemplo en “El Hombre Eterno”. Es decir, Chesterton le mostró que no existía un choque frontal entre la fe y la razón sino que ambos conceptos se complementan y perfeccionan mutuamente. De esta manera se fue apartando de sus dudas existenciales.

A raíz de sus cambios profundos escribió “Sorprendido por la alegría”, “Crónicas de Narnia”, “El mero Cristianismo”, “Cartas del diablo a su sobrino”, “El problema del dolor” (1940).

En 1956 se casó con la poetisa norteamericana Helen Joy Davidman, a quien había conocido cuatro años antes. Vivieron felices una corta temporada. Inesperadamente a Helen le fue detectado un cáncer en el fémur. Le hicieron varias operaciones y su sufrimiento fue largo. Finalmente falleció en 1960, después de un corto viaje de este matrimonio por Grecia. Gracias a Lewis, ella también se convirtió al cristianismo. Con ocasión de esta experiencia escribió su libro “Una pena Observada” (1961).

Sobre la vida de C. S. Lewis se filmó la espléndida película “Tierra de penumbras” protagonizada por Anthony Hopkins. En años anteriores, Lewis era conocido como el eterno profesor soltero de la Universidad de Oxford que pasaba su tiempo debatiendo con sus colegas. Aunque parecía poco interesado en el amor, Lewis acepta casarse con Joy Gresham, ya que la escritora buscaba asegurar su ciudadanía británica. Su original acuerdo legal, termina por convertirse en un romance y, cuando Joy descubre que tiene cáncer, su lazo se hace aún más fuerte. 

Con ocasión de este suceso, escribe algunas luminosas consideraciones sobre el dolor. Dice que cuando experimentamos el placer y todo lo deleitable a los sentidos es una forma en la que el Señor nos habla en voz baja sobre las grandezas de su Bondad y su Creación.

Pero en cambio ese dolor grita en nuestro corazón, en nuestra mente y en todo nuestro cuerpo, se transforman en el altavoz que Él usa para hacer despertar a un mundo sordo e indiferente. Afirma: “Sin duda, el dolor ‘duele’ “. Por eso, todo dolor –bien enfocado- se puede convertir en una ocasión de amar más a Dios.

Por otra parte, sus libros “Cartas del diablo a su sobrino” y “El diablo propone un brindis” tuvieron un éxito arrollador porque se logra imaginar cómo discurre el maligno: El público, además de leer sus libros, le pide numerosas conferencias. 

Señala, con agudeza, un aspecto revelador: el demonio no ataca en forma abierta o descarada, sino que su táctica habitual es hacerlo de una manera sutil y disimulada. Por ejemplo, en una familia normal y feliz o en un ambiente laboral agradable, va sembrando envidias, resentimientos, discordias, divisiones, traiciones y, en poco tiempo, genera un clima de odio, venganzas y rencores. Todo comienza con menudencias, con cosas pequeñas. Y partiendo de ahí, busca llegar a agresiones mayores.

Escribe estos libros de forma magistral y sus admiradores le pedían más y más libros y conferencias. Hasta que Lewis declaró en forma tajante: “¡Basta, ya no escribiré más sobre ese tema! ¿No se dan cuenta que es agotador redactar y hablar tal y como piensa el demonio? La naturaleza humana está hecha para realizar el bien y no para pensar siempre en cómo causar mal al prójimo.

Con el paso de los años, el serial de sus “Crónicas de Narnia” se convirtieron en un libro favorito de niños y adolescentes. En 2005 se llevaron a la pantalla “El León, La Bruja y el Armario”; en 2008, “El Príncipe Caspián” y ”La Travesía del Viajero del Alba”, en 2010. Estas películas confirmaron su difusión y popularidad. Cuando falleció, en 1963, había escrito más de 60 libros e interactuado con los grandes pensadores de su época. Sin duda, C. S. Lewis es uno de escritores que se leen con gusto, divierten y ayudan a reflexionar.

jueves, 9 de julio de 2020

¿ES POSIBLE EL MATRIMONIO RELIGIOSO SIN FE?

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com


¿Es válido el matrimonio religioso cuando los contrayentes carecen de fe? ¿Tiene sentido hacer la ceremonia religiosa, cuando los novios, a pesar de estar bautizados, no creen ni practican? No es una pregunta fácil, de hecho, se trata de un cuestionamiento que repetidas veces se han formulado los sínodos de obispos y no solo ellos, sino que los mismos Papas, Benedicto XVI y Francisco, han hecho un llamado a profundizar en la cuestión. “Doctores tiene la Iglesia” dice el conocido refrán, pero cuando las mismas autoridades religiosas no se aclaran, ¿a quién preguntarle?


Recientemente, cuando la máxima autoridad de la Iglesia tiene alguna duda, suele preguntar a la Comisión Teológica Internacional (los “doctores” de la Iglesia), para plantear la cuestión del modo apropiado. Así ha sido en este caso, y fruto de ello han publicado el interesante documento “La reciprocidad entre fe y sacramentos en la economía sacramental”, que ha sido aprobado por el Papa Francisco en diciembre de 2019 y se ha publicado este año. Ahí se aborda la espinosa cuestión de qué pasa cuando se celebra el sacramento sin fe.

¿Cómo puede suceder esto? Se estudian expresamente dos supuestos: cuando dos personas bautizadas en la infancia, por las circunstancias que fueren, no han hecho después un acto de fe personal, que involucre el entendimiento y la voluntad, lo que no es infrecuente dada la masiva descristianización de la sociedad. 

El otro supuesto, tampoco infrecuente, es el de las personas que conscientemente reniegan de la fe de modo explícito y no se consideran creyentes católicos, sin abrazar otra confesión cristiana. En ambos casos no se observa una disposición a creer, necesaria para realizar el sacramento. Si, a pesar de todo, realizan la ceremonia religiosa, ¿han recibido un sacramento?

Para los sacerdotes no resulta sorpresivo encontrarse con parejas que quieren tener una ceremonia religiosa con estas condiciones, ya sea por tradición, por costumbre, porque se ve bonito… Uno se da cuenta de que es parte del paquete de bodas, una parte fundamental de la escenografía. Es muy importante que la Iglesia sea bonita, tenga valor artístico, que haya un buen coro o un buen cuarteto de cuerdas, hermosos arreglos florales, y si el sacerdote es guapo, mucho mejor. Todo eso lo puede planear puntillosamente el wedding planner, de forma que todo esté a punto. ¿Puede planificar también la acción del Espíritu Santo, la gracia del sacramento?

Hay muchos flecos del problema, lo cual lo hace a su vez peliagudo e interesante, por lo que invito a la directa lectura del documento. Pero sí propone una novedad. Ante el dilema de realizar una boda con contrayentes no creyentes, San Juan Pablo II eludía la cuestión de si había o no sacramento, recomendando en cambio disuadir a los novios de realizarla. El presente documento va más allá de esa recomendación pastoral y sugiere que la falta de fe “permite sostener la existencia de serios reparos acerca de la existencia de un matrimonio sacramental”.

Por tanto “es conveniente negar el sacramento del matrimonio a aquellos que lo soliciten con esas condiciones, tal y como ya sostuviera San Juan Pablo II”

El documento rechaza dos posturas: el “automatismo sacramental absoluto”, por el cual, ipso facto, dos bautizados que se casan reciben el sacramento del matrimonio, y el “escepticismo sacramental elitista”, es decir, señalar que cualquier grado de ausencia de fe invalida el matrimonio. El segundo caso, además, sería pastoralmente desastroso, pues, ¿quién puede establecer el grado de la fe de las personas?, ¿quién puede estar seguro de tener suficiente fe? 

El mínimo de fe imprescindible para que haya sacramento “reside en la intención de contraer un verdadero matrimonio natural”, es decir, único, indisoluble, abierto a la vida.

Agudamente observa el documento que, en ausencia de la fe, se cambia el horizonte antropológico de referencia. La comprensión culturalmente dominante acerca de lo que es el matrimonio es muy distinta de la propuesta por la antropología cristiana. 

Dada la ausencia de la fe, no se puede presuponer que las personas tienen la intención de contraer matrimonio natural como lo entiende la Iglesia y por ello cabe dudar con fundamento de que se realice efectivamente el sacramento.

martes, 7 de julio de 2020

LA GENERACIÓN DE 1898 Y EL AFÁN DE MODERNIZAR ESPAÑA

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

En el siglo XVI, cuando el imperio español estaba en su esplendor tenía territorios en los cinco continentes. En tiempos del Emperador Carlos V (rey de 1519 a 1556), se puso de moda la frase “El Imperio en el que nunca se pone el sol”.



Con el paso de los siglos, España fue perdiendo territorios y hubo un año dramático, 1898, en el que acabó de perder sus últimos dominios de ultramar: Filipinas, Puerto Rico y Cuba. Con estas derrotas, España mostró que no tenía un ejército moderno y bien equipado.

Intelectuales, periodistas, pensadores, científicos, políticos, catedráticos de la península ibérica mostraron su gran pesar y se creó “La Generación de 1898” con un ansia renovadora.

Surgieron literatos, pedagogos y filósofos como Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, José Martínez Ruiz (“Azorín”), Pío Baroja, Antonio Machado entre otros muchos.

¿Qué planteaban? Que España tenía que modernizarse y entrar en el progreso económico, industrial, tecnológico, agrícola, ganadero, minero; fomentar las exportaciones comerciales con el resto de Europa y otras naciones.

Antonio Machado sostenía que había que “contraponer la frívola España de la charanga y la pandereta que muere, con la laboriosa España del cincel y del martillo”.

Miguel de Unamuno (1864-1936) repetía la frase: “Me duele España” como una preocupación patriótica al considerar el atraso de su país frente al empuje y desarrollo del resto de Europa. Y animaba a sus conciudadanos a ponerse en marcha para mejorar esa deplorable situación de pobreza, atraso e ignorancia.

Sus obras más conocidas son: “El Cristo de Velázquez”, “Rosario de Sonetos Líricos”, “Teresa” y su magnífico ensayo “Vida de Don Quijote y Sancho”.

Algunos como Ramiro de Maeztu (1875-1936) propusieron “la defensa de la Hispanidad” con la finalidad de exaltar los valores tradicionales, crear un orgullo por la Patria y depositar más fe en su futuro. Son conocidos sus ensayos sobre “La Celestina, “Don Juan”, “Don Quijote”.

“Azorín” (1873-1967) recomendó cuidar más el lenguaje y volver a los clásicos de la Literatura Española. Creó un lenguaje sencillo y llano. Su estilo consiste en frases cortas, separadas por el punto y como o el punto. Sus obras en las que escribe, por ejemplo, a los pueblos son una delicia para el lector y un modo de aprender a redactar mejor el castellano.

A modo de ejemplo, se encuentran sus obras “Castilla”, “Los pueblos”, “Don Juan”, “Doña Inés”, “Félix Vargas”. En teatro son conocidas sus obras: “La Muerte en lo Invisible”, “El Tiempo en Angelita” y “Ensueño en Cervantes o la Casa Encantada”.

Algunas novelas de Pío Baroja (nacido en 1872) son de carácter psicológico en las que estudia cuidadosamente el pensamiento de algunos personajes que reflejan las ideas del novelista. Por ejemplo, “Camino de Perfección” y “El Árbol de la Ciencia”.

En sus novelas históricas, que tienen una clara influencia de su antecesor, Benito Pérez Galdós (1843-1920), tratan de episodios de la historia de España, desde la Guerra de Independencia hasta la fecha en que fallece en 1956. Es famosa su novela “Memorias de un hombre de Acción”.

Antonio Machado (1875-1939) es el llamado “Poeta de Castilla”. Fue catedrático de los institutos en Soria, Baeza y Madrid.

Escribe con sobrios y bellos versos. Su paisaje es descrito con los más adecuados matices.

Su estilo poético es grave y reflexivo. No busca la perfección externa, sino la sinceridad y la emoción. En su poesía gusta de filosofar, utilizando muchas veces proverbios y dichos populares. Sus pensamientos, que pone en boca de “Juan de Mairena” se expresan a veces en prosa y alcanzan una notable profundidad ideológica.

A Machado no le interesa el “preciosismo” de la forma que tanto buscan sus contemporáneos, los poetas modernistas. Por el contrario, es un poeta meditabundo y grave que canta el paso del tiempo en la vida humana y busca la transparencia en su expresión y no los primores de estilo.

Un botón de muestra:

“Converso con el hombre que siempre va conmigo / -quien habla solo, espera hablar a Dios un día; / un soliloquio es platica con este buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía /. (…)

“Y cuando llegue el día del último viaje / y esté al partir de la nave que nunca ha de tornar, / me encontraréis a bordo, ligero de equipaje, / casi desnudo, como los hijos de la mar”. /

Los literatos de la “Generación de 1898” ejercieron una importante influencia en el pensamiento y en los escritores de los años posteriores y sembraron la conciencia de modernizar a España.

sábado, 4 de julio de 2020

SAN JUNÍPERO SERRA, UNA ADMIRABLE FIGURA EVANGELIZADORA

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

Es realmente dolorosa la calumnia histórica que padece actualmente la señera figura de San Junípero Serra. Una grave ofensa a la verdad que, como suele suceder con la mentira, se utiliza para manipular la opinión pública, sirviéndose de idiotas útiles que construyen un inmenso “hombre de paja”, un falaz engaño. “Calumnia, que algo queda”, y queda más si los destinatarios del engaño son ignorantes.


En nuestros días vemos las funestas consecuencias del matrimonio entre activismo político e ignorancia superficial, hasta el punto de ver amenazadas las instituciones, bases de la sociedad civilizada, mientras arteramente se reescribe la historia a beneficio de la ideología en boga.

Es doloroso que la furia iconoclasta desatada contra san Junípero surja en medio de una sociedad muy desarrollada, con altos estándares de educación. Es triste ver cómo la falta de seriedad y la ausencia de profundidad, es decir, la más dolorosa superficialidad, se han apoderado del lugar que en el mundo va a la vanguardia de la tecnología. No puede ser sino un pésimo augurio descubrir cómo, donde se gestan los mayores adelantos tecnológicos, en la cuna del poder de nuestra civilización, se erige impune la barbarie y se da culto a la ignorancia.

Eliminar las estatuas de San Junípero en Los Ángeles y San Francisco, establecer un proceso inquisitorial en su contra, plagado de argumentos anacrónicos, selectivas ignorancias y falsedades, legitimar el uso de la violencia, en lugar de la discusión seria y el estudio profundos, no pueden ser sino señales de manipulación, manifestación del declive de una civilización. 

Como antaño en Roma, nuevamente los bárbaros se enseñorean del país más poderoso del mundo.

No se pueden hacer juicios sumarios con la historia sin cometer profundas injusticias. San Junípero viene a ser muestra palmaria de ello. Un hombre que dejó su tierra para dedicar su vida a evangelizar, que partió de su monasterio en Querétaro, caminando 3327 kilómetros hasta San Francisco, que dio vida a las misiones franciscanas en California, las cuales fueron cuna de las grandes ciudades californianas de la actualidad. 

Un hombre que aprendió la lengua de los naturales californianos, convivió con ellos y los amó, resulta que ahora es paladín del racismo, cuando no genocida.

San Junípero defendió vivamente a los pueblos autóctonos. No se perdonó un viaje hasta la Ciudad de México, cabeza del virreinato, para presentar una “declaración de derechos” que defendía a los indígenas y exigía su protección. En su epistolario destacan sus frecuentes denuncias de los abusos sexuales cometidos contra las indígenas por los conquistadores. 

Se opuso a la aplicación de la pena de muerte contra los que asolaron la misión de San Diego, martirizando a un sacerdote amigo suyo, para mostrar así una señal de clemencia cristiana, sentando así un nobel testimonio contra la pena de muerte en territorio norteamericano. Por sus cartas tenemos conocimiento de la muy positiva valoración e impresión que le causaron los naturales, y fue uno de los primeros europeos en dejar constancia y ensalzar las bellezas naturales de California.

Contra lo que pudiera pensarse, las misiones no impusieron la fe por la fuerza. Por el contrario, fueron comunidades multiculturales, donde nativos y españoles trabajaron juntos y se mezclaron, dando origen a una población mestiza, a un nuevo pueblo, con su propia cultura, del cual quedan todavía vestigios arquitectónicos, musicales, literarios y religiosos. No se obligó a convertirse a los naturales, y solo abrazaron la fe cristiana el 10 o el 20% de ellos.

El “genocidio californiano” es un siglo posterior a San Junípero, coincide con la “fiebre del oro” en California. Fue el primer gobernador de ese estado quien impulso la guerra de exterminación contra los indígenas en 1851. De hecho, los mismos norteamericanos han dejado abundante constancia de ello en la inmensa mayoría de las películas western, donde siempre son masacrados los malvados y crueles indígenas. Fue la caballería del ejército norteamericano la principal encargada de perpetrar el genocidio, no los misioneros españoles. 

Por eso no se puede sino deplorar la injusticia histórica que se comete contra uno de los forjadores de California, San Junípero Serra.

¿BEBER COMO HOMBRES O COMO BESTIAS?

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Hubo un famoso dramaturgo y político inglés del siglo XVIII llamado Richard Sheridan que les dio una lección a sus amigos. Se cuenta que una noche fue a una taberna con unos amigos. En cuanto llegaron les preguntó: “¿Esta noche, vamos a beber como hombres o como bestias?”. El grupo replicó inmediatamente: “Por supuesto que como hombres”. A lo que Richard comentó: “Entonces nos vamos a poner una borrachera tremenda”. Todos sorprendidos preguntaron cómo era eso. “Es sencillo, contestó, las bestias nunca se emborrachan, nunca beben más de lo que necesitan. Beben lo suficiente y nada más. En cambio el hombre puede elegir si sigue bebiendo más de lo necesario”.

Con la libertad tenemos la posibilidad de autodirigirnos, pero importa mucho hacia donde nos dirigimos, pues de no hacerlo de manera adecuada, la libertad termina por dañarse y nosotros con ella. ¿Hacia dónde debe ir? La libertad debe estar orientada hacia la verdad. La libertad depende esencialmente de la verdad. Sólo de esa manera la libertad se perfecciona y el hombre también. La Verdad por antonomasia la encontramos en Cristo. Por ello, el Papa Francisco nos invita a permanecer en la Palabra de Jesús, para ser sus discípulos, pues sólo el discípulo es verdaderamente libre. Quien sigue a Cristo, que es la Verdad, es plenamente libre.

La libertad tiene límites, que no son otra cosa, sino todo aquello que nos perjudica. El pecado es precisamente todo aquello que estropea nuestra libertad y a nosotros. En cambio, cuando escogemos amar el bien, la libertad se perfecciona y nosotros con ella. El bien verdadero siempre nos beneficia.

2) Para pensar

A san Juan Pablo II le gustaba invitar almorzar a diversas personalidades. En una ocasión invitó al obispo auxiliar de Granada, Mons. Martínez, junto con otros. Cuenta el obispo que al final, uno de los prelados preguntó al Papa cómo era una jornada de un día cualquiera. Juan Pablo II, cortesmente, les relató con detalle su habitual quehacer, en que estaba ocupado todo el día. 

Tras oírle, lleno de compasión, el que preguntó dijo: “Pero, Santo Padre, tendrá algún tiempo libre…” Entonces el Papa, dejando caer el tenedor del postre con el que jugaba, dijo serio, sin vacilar ni un instante: “No, no. ¡Todo mi tiempo es libre!”

La libertad no consiste en hacer lo que a uno le venga en gana, o lo que quiera. Consiste más en querer lo que uno hace, en amar lo que hace. Pensemos si sabemos utilizar bien nuestra libertad.

3) Para vivir

Ser discípulo de Cristo es ser un hombre libre, decía el Papa, y el discípulo se deja guiar por el Espíritu, que es un Espíritu de Verdad, y no por falsas ideologías. El Pontífice subrayó que el Espíritu Santo nos da la libertad. Cuando nos separamos de la verdad, la libertad se pierde. El discípulo es un hombre libre porque permanece en el Señor. Y permanecer en el Señor, ¿qué significa?: Dejarse guiar por el Espíritu Santo.

Por lo tanto, argumentó el Pontífice, “si no permaneces en el Señor serás uno que simpatiza con la doctrina, que sigue a Jesús como un hombre que hace mucha beneficencia, que es muy bueno, que tiene valores justos”, pero no un discípulo, y por tanto, no se es plenamente libre.