viernes, 31 de enero de 2020

EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

La Capilla Sixtina, célebre por las pinturas de Miguel Ángel, tiene en las paredes laterales, a lo largo, obras de otros reconocidos artistas, como Boticelli, Pinturicchio, Ghirlandaio, entre otros. En ellas se representó de un lado, pasajes de la vida de Moisés y enfrente de ellas, en la otra pared, escenas de la vida de Cristo. 


En una de ellas se presenta a Moisés en el monte Sinaí recibiendo las tablas de la Ley, para que guíen al pueblo. Y enfrente se representa a Cristo, con mayor autoridad, en el monte de las Bienaventuranzas, proclamando la nueva Ley que guiará al nuevo pueblo.

Hay un paralelismo entre Moisés y Cristo. Así lo afirmó el Papa Francisco al comenzar el pasado miércoles 29 de enero una nueva serie de catequesis dedicado a las Bienaventuranzas recogidas por san Mateo (5, 1-11). Es un texto que ha iluminado la vida de los creyentes y también de muchos no creyentes, pues siempre se pueden acoger más plenamente. Las bienaventuranzas han de ser como nuestra identificación o el «carnet de identidad» del cristiano, como dice el Papa, porque dibujan el rostro de Jesús, su forma de vida.

2) Para pensar

Hace unos años se produjo una película titulada en español «En Búsqueda de la Felicidad» protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden. Es un drama conmovedor donde un hombre, que cuida a su hijo niño, lucha por sobreponerse a una dura realidad. Estuvo basada en una historia real, la vida de Chris Gardner. Es reflejo de la vida de muchas personas que conviven entre sus sueños de grandeza y la dura realidad que se les muestra bien distinta a como la esperaron.

No obstante el deseo de felicidad permanece y les mueve para no dejarse abatir.

La felicidad es un tema recurrente, pues todo hombre desea serlo, pero no siempre sabe qué camino seguir para encontrarla. Además, se nos presentan distintos modos de conseguirla, y algunos llevan a una falsa felicidad. 

La Sagrada Escritura nos muestra de varios modos la voluntad divina de que el hombre alcance la verdadera felicidad. La revelación plena nos llega con Jesús quien nos enseña en el Sermón de la Montaña, el cual comienza con la Bienaventuranzas, el camino para conseguirla y vivir alegres.

3) Para vivir

Las Bienaventuranzas son proclamadas por Jesús a una multitud que tenía sed de luz, de curación y de felicidad. Sin embargo, no les propone una felicidad humana, sino que la presenta por caminos impensables, tal vez los de nuestros límites, los de nuestras lágrimas, donde pareciera que es imposible encontrarla.

El Papa Francisco nos sugiere leer en el Evangelio de San Mateo las bienaventuranzas para entender este camino tan hermoso, tan seguro de la felicidad que el Señor nos propone y, si es posible, aprenderlas de memoria para tenerlas en el corazón.

La palabra “bienaventurado” no indica a alguien que tiene el estómago lleno o que se divierte, sino una persona que progresa por el camino de Dios: la paciencia, la pobreza, el servicio a los demás, el consuelo… Los que progresan en estas cosas son felices y serán bienaventurados.

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