viernes, 31 de enero de 2020

EL MIEDO DE TRAER HIJOS AL MUNDO

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51

Estamos viviendo una época en que la familia -como institución- se encuentra sufriendo duros embates. Se tiende a ridiculizar, en ciertos ambientes, que el matrimonio es la unión de un hombre con una mujer en orden a procrear hijos y formar una familia estable.


Otras veces se pone en tela de juicio la indisolubilidad del vínculo y que esa unión de los cónyuges es para toda la vida.

En repetidas ocasiones y a lo largo de la historia, los gobiernos socialistas o comunistas sostienen la absurda idea de que los hijos de una familia les pertenecen al Estado y no a sus padres, como está ocurriendo actualmente en España.

A principios de 1970, el candidato a la Presidencia de la República por el P.R.I., Luis Echeverría Álvarez afirmaba que “Gobernar es poblar”. Tiempo después lanzó la campaña con el eslogan de que “La familia pequeña vive mejor” y autorizó que en las comunidades indígenas se esterilizaran tanto a mujeres (mediante la
ligadura de trompas) o a los hombres (mediante la vasectomía) sin pedirles su consentimiento.

Fue un brutal abuso a la dignidad y a los derechos humanos de estas comunidades. También se lanzaron campañas de reducción de la natalidad al precio que fuera, como la difusión masiva de preservativos, el colocar dispositivos intrauterinos sin previo aviso a los esposos, a la menor dificultad –según lo decidían arbitrariamente algunos médicos- extirpar la matriz, provocar abortos, etc.

Los siguientes Presidentes de este partido continuaron con estas funestas medidas al punto que el índice de la natalidad se ha visto reducida en forma considerable de 50 años a la fecha. Los sociólogos sostienen que a mediados de este siglo en México habrá mayoría de personas de la tercera edad, como ya ha está ocurriendo en Suecia, Dinamarca, Holanda, Inglaterra, Francia, Canadá…sin que haya relevos generacionales para los diversos trabajos.

Decía la ilustre filósofa y escritora mexicana, Dra. Emma Godoy: “Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza no perdona nunca”. Es decir, cuando se trastorna seriamente el crecimiento poblacional y a los ciudadanos se les siembra un “terror a tener hijos”, entonces sobrevienen estos serios desórdenes que hoy observamos.

El célebre músico y poeta, Bob Dylan, Premio Nobel de Literatura en 2016, escribió en su melodía “Señores de la Guerra”: 

“Ustedes han sembrado el peor de los miedos / 
que jamás se haya lanzado; / 
el miedo a traer niños al mundo. / 
Han amenazado a mi bebé, / 
cuando todavía no ha nacido / 
y ni siquiera tiene un nombre. / 
Y es porque ustedes no valoran / 
la sangre que corre por sus venas”.

El intelectual Antonio Socci, en su libro titulado El Genocidio Censurado, afirma que esta oleada de legalizaciones del aborto en muchos países del planeta, se ha convertido en el mayor genocidio de los siglos XX y XXI.

Ninguna guerra mundial -por sangrienta que haya sido- ha arrojado la escalofriante cifra de más de mil millones de víctimas inocentes abortadas como saldo de este genocidio.

Sin duda, se trata de la peor de las barbaries de nuestra civilización. Precisamente ahora en que se tiene tanta sensibilidad por el adecuado equilibrio en el ecosistema, por preservar animales en extinción; salvar ballenas, delfines, tortugas; cuidar los manglares y corales, etc. es justo ahora cuando se mira con enorme desprecio e indiferencia el valor de la vida humana.

Es innegable que diversos organismos internacionales aportan bastante dinero y presionan constantemente para que en los países denominados del “Tercer Mundo” o “subdesarrolados” se imponga esta “Cultura de la muerte”.

Me impacto mucho una entrevista que les hicieron a un par de jovencitas mexicanas al salir de una preparatoria pública, sobre si estaban de acuerdo o no con el aborto, una contestó que ya había abortado una vez, y la otra, respondió con displicencia que en dos ocasiones lo había hecho y que no sentía remordimiento alguno por haberlo realizado. Y todavía añadió que estaría dispuesta a tener un tercer aborto.

Pienso que esto es precisamente el trasfondo de lo que pretenden estos organismos internacionales: destruir la moral ciudadana al extremo que una chica pierda la conciencia del bien y del mal y le dé exactamente lo mismo asesinar a una criatura inocente en su vientre o practicar el infanticidio (es decir, dejarla morir al nacer).

Por ello, resulta urgente que los ciudadanos tengan un papel más protagónico en la sociedad y pongan los medios necesarios a su alcance para evitar que se continúe con este nuevo holocausto.

EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

La Capilla Sixtina, célebre por las pinturas de Miguel Ángel, tiene en las paredes laterales, a lo largo, obras de otros reconocidos artistas, como Boticelli, Pinturicchio, Ghirlandaio, entre otros. En ellas se representó de un lado, pasajes de la vida de Moisés y enfrente de ellas, en la otra pared, escenas de la vida de Cristo. 


En una de ellas se presenta a Moisés en el monte Sinaí recibiendo las tablas de la Ley, para que guíen al pueblo. Y enfrente se representa a Cristo, con mayor autoridad, en el monte de las Bienaventuranzas, proclamando la nueva Ley que guiará al nuevo pueblo.

Hay un paralelismo entre Moisés y Cristo. Así lo afirmó el Papa Francisco al comenzar el pasado miércoles 29 de enero una nueva serie de catequesis dedicado a las Bienaventuranzas recogidas por san Mateo (5, 1-11). Es un texto que ha iluminado la vida de los creyentes y también de muchos no creyentes, pues siempre se pueden acoger más plenamente. Las bienaventuranzas han de ser como nuestra identificación o el «carnet de identidad» del cristiano, como dice el Papa, porque dibujan el rostro de Jesús, su forma de vida.

2) Para pensar

Hace unos años se produjo una película titulada en español «En Búsqueda de la Felicidad» protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden. Es un drama conmovedor donde un hombre, que cuida a su hijo niño, lucha por sobreponerse a una dura realidad. Estuvo basada en una historia real, la vida de Chris Gardner. Es reflejo de la vida de muchas personas que conviven entre sus sueños de grandeza y la dura realidad que se les muestra bien distinta a como la esperaron.

No obstante el deseo de felicidad permanece y les mueve para no dejarse abatir.

La felicidad es un tema recurrente, pues todo hombre desea serlo, pero no siempre sabe qué camino seguir para encontrarla. Además, se nos presentan distintos modos de conseguirla, y algunos llevan a una falsa felicidad. 

La Sagrada Escritura nos muestra de varios modos la voluntad divina de que el hombre alcance la verdadera felicidad. La revelación plena nos llega con Jesús quien nos enseña en el Sermón de la Montaña, el cual comienza con la Bienaventuranzas, el camino para conseguirla y vivir alegres.

3) Para vivir

Las Bienaventuranzas son proclamadas por Jesús a una multitud que tenía sed de luz, de curación y de felicidad. Sin embargo, no les propone una felicidad humana, sino que la presenta por caminos impensables, tal vez los de nuestros límites, los de nuestras lágrimas, donde pareciera que es imposible encontrarla.

El Papa Francisco nos sugiere leer en el Evangelio de San Mateo las bienaventuranzas para entender este camino tan hermoso, tan seguro de la felicidad que el Señor nos propone y, si es posible, aprenderlas de memoria para tenerlas en el corazón.

La palabra “bienaventurado” no indica a alguien que tiene el estómago lleno o que se divierte, sino una persona que progresa por el camino de Dios: la paciencia, la pobreza, el servicio a los demás, el consuelo… Los que progresan en estas cosas son felices y serán bienaventurados.

miércoles, 29 de enero de 2020

UN LIBERAL DEL SIGLO XIX Y UN DEMÓCRATA DEL XX (I)

Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana. Campus México.
rubeliz@up.edu.mx

La Historia es como un baúl viejo que atesora gran cantidad de lecciones. Se autoafirma como maestra de vida, al grado de sostener que quien no la conoce termina por repetir los mismos errores del pasado.


Esto es cierto, pero solo en parte, porque aún hoy conociendo los errores o aciertos del pasado no es inusual repetirlos de nuevo. La libertad humana no es fácil de sujetar porque somos seres impredecibles.

En esta columna, deseo recoger algunas líneas escritas por uno de los mejores prosistas mexicanos del s. XX. Es autor de libros tan famosos como “El águila y la serpiente” publicado en 1928 y “La sombra del caudillo” en 1929, análisis de la crisis política de México. Menos conocida es su primera obra “La querella de México” difundida en 1915 y protagonista en la presente colaboración.

Martín Luis Guzmán nació en Chihuahua, Chihuahua, el 6 de octubre de 1887. Estudió Derecho en la Ciudad de México y se unió al ejército de Francisco Villa en 1914. Participó activamente en la Revolución.

Después de varios años de exilio en España regresó a México para trabajar como periodista y en 1940 fue nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Fue embajador de México ante las Naciones Unidas de 1953 a 1958, y senador de la república de 1970 a 1976.

En “La querella de México” advierte sobre las fuentes del mal que aquejaban al país y que siguen siendo actuales a la vuelta de cien años. Apunto en seguida algunas líneas de su propia mano que nos pueden ayudar a comprender mejor la crisis que padecemos, histórica y no menos profunda:

- “La expresión periodística en política, es una forma común de comunicar los hechos de poder, y puede ser compleja o sencilla, y en ocasiones hasta bella, pero muchísimas veces es cruda. Consiste en mostrar los valores humanos no sólo de manera personal, sino como parte de la moral pública”.

- “Nuestro desorden económico, grande como es, no influye sino en segundo término, y persistirá en tanto que nuestro ambiente espiritual no cambie”

- “Perdemos el tiempo cuando, de buena o mala fe, vamos en busca de los orígenes de nuestros males hasta la desaparición de los viejos repartimientos de la tierra y otras causas análogas”. Añado, por ejemplo, la importancia de indagar los orígenes de la tradición cultural judeocristiana y grecolatina con los valores que construyeron la civilización occidental y de la cual somos herederos.

“Las fuentes del mal están en otra parte: están en los espíritus, de antaño débiles e inmorales, de la clase directora; en el espíritu del criollo, en el espíritu del mestizo, para quienes ha de pensarse en la obra educativa.”

Al buen entendedor pocas palabras.

martes, 28 de enero de 2020

EN TIERRAS DE EMILIANO ZAPATA

Raúl Espinoza Aguilera,
@Eiar51 




En mayo de 1971 tuve oportunidad de visitar una zona de Morelos, el Valle de Amilpas, y asistir a un encuentro cultural con universitarios. Ahí conocí a antiguos soldados de Zapata que ya peinaban canas y eran abuelos. Vestían camisa y pantalones de manta, sombreros de palma y huaraches. Conversé con algunos de ellos y decían sentirse orgullosos de haber combatido a su lado. Este jefe revolucionario –comentaron- era decidido y ejercía un firme liderazgo. Incursionaron en varias haciendas azucareras y algunas las incendiaron para mostrar su poderío y llamar la atención del entonces Presidente Porfirio Díaz. 



Al poco tiempo, Porfirio Díaz dimitió y huyó a Francia. Luego los zapatistas marcharon hacia la Ciudad de México y se encontraron con las fuerzas militares de Pancho Villa. En Palacio Nacional ambos bromearon amigablemente sobre quién podría ser el sucesor en la silla presidencial. Hasta que Villa se sentó en la silla y ambos sonrientes posaron para los fotógrafos. Y ese encuentro quedó para la historia. 

Pero en 1971, por estos rumbos de Morelos, faltaba mucho por realizar: carreteras asfaltadas, puentes, presas, sistemas hidroeléctricos, escuelas… 

En estos días de vacaciones de enero de 2020, estuve de nuevo en el estado de Morelos. Visité Anenecuilco, poblado donde nació Zapata, justo cuando estamos en el año dedicado a este prócer la de Revolución Mexicana. También recorrí Cuautla, Amayuca, Jonacatepec, Jantetelco, etc. Algunos de ellos se han convertido en pueblos “Mágicos” y lógicamente se ha incrementado el turismo. 

Tuve oportunidad de observar el progreso cultural y el desarrollo económico de estas ciudades, así como su activa vida comercial. 

Visité el “Centro Educativo El Peñón” y su Bachillerato Técnico. Me dio particular gusto que conserva el mismo buen nivel académico de hace décadas, con magníficos profesores y que muchos de los jóvenes egresados, acuden a Puebla o a CDMX para estudiar carreras universitarias. 

Cierto día, tomé un café con varios padres de familia de “El Peñón” y constaté su ilusión para que el día de mañana sus hijos lleguen a ser buenos profesionistas. Y, por supuesto, están dispuestos a hacer los sacrificios económicos que hagan falta, con tal de convertir esos sueños en realidad. 

Otro día asistí el “Cine Club” del colegio en el que participan matrimonios. La película versaba sobre la superación personal de los profesores y papás y cómo educar mejor a los hijos adolescentes. La participación de los padres fue entusiasta y se plantearon interesantes y prácticas soluciones. 

Un día acompañé a un enfermo a visitar a un médico, antiguo alumno de “El Peñón”, con especialidad en Oncología. Me llamó la atención su excelente preparación profesional y el cariño que guardan por sus estudios de secundaria y Preparatoria en este Centro Educativo. 

Me contaron que una alumna egresada ocupó, con el paso de los años, un importante puesto como servidora pública. Desde chiquilla tenía la ilusión de pavimentar los polvorientos caminos que conducían a este centro educativo y que en tiempos de aguas se llenaban de charcos. Así que, en cuanto pudo, ordenó pavimentar todo el largo camino que conduce a su escuela a las afueras de Jonacatepec. He conocido a otros antiguos alumnos que son abogados, administradores de empresas, ingenieros, pedagogos… 

Otro aspecto que me causó admiración del pueblo morelense es su amor por la vida humana -suelen tener varios hijos-, las familias también suelen permanecen unidas, los abuelitos están bien integrados al amplio núcleo familiar y, sobre todo, son creativos, ingeniosos y con particular empuje para trabajar, aún en condiciones adversas. 

La gran mayoría de las personas que conocí pertenecen a la clase media o media baja y conservan ese empeño por su quehacer profesional cotidiano y optimismo ante las dificultades. En definitiva, los morelenses son un pueblo alegre, con sentido de humor y deseos de progresar.

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viernes, 24 de enero de 2020

EDUCAR CON PELÍCULAS

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Entre los santos que más se han destacado por su amor apasionado hacia la Iglesia y al Papa está Santa Catalina de Siena.


En su vida sufrió por conservar su unidad. En una ocasión, mientras
oraba ante la tumba de San Pedro, sintió sobre sus espaldas el peso de la Iglesia. Así, ofreció su vida como víctima por la Iglesia. Por eso, antes de morir, a los 33 años, declaró: “Si muero, sabed que muero de pasión por la Iglesia”.

Como cada año, la Iglesia Católica dedica una Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero. El Papa Francisco invitó a vivir una “hospitalidad ecuménica” que nos haga a todos los cristianos –protestantes, ortodoxos, católicos…- mejores seres humanos y un pueblo cristiano más unido. Esto nos acercará a la unidad, que es la voluntad de Dios. Exhortó a llevar a todos el amor de Dios, pues cada persona es preciosa y amada por Dios.

2) Para pensar

Onalee McGraw es una mujer de Estados Unidos que hace años decidió incorporarse a la Iglesia Católica. Pero tuvo fuertes desencantos, pues cuando acudió a un sacerdote para que la instruyera, ese hombre ya había pedido la secularización para abandonar su vocación. Tuvo gran desconcierto. Luego fue con otro, y encontró que no estaba de acuerdo con algunas disposiciones del Papa Pablo VI y fue mayor su desconcierto. Fue con su amiga católica para decirle que la Iglesia se estaba hundiendo. 

Su amiga le aseguró:

“La barca de Pedro no se está hundiendo, está sufriendo”. Y añadió
algo que no olvidaría: “Tu sitio está al pie de la Cruz, con Nuestra Señora y San Juan”. No se trata de alejarse, sino de unirse más a Jesús en momentos donde otros lo abandonan.

Ahora la doctora Onalee ha fundado una prestigiosa institución que desarrolla programas de enseñanza a través de las grandes películas de la era dorada de Hollywood. Esos films, dice, nos dan lecciones para nuestra vida y para las luchas culturales de nuestro tiempo. Su lema es: "Enseñar la Verdad, el Bien y la Belleza a través de las películas clásicas”.

Esta mujer nos da una lección. Es fácil criticar o condenar el mal, pero una respuesta heroica y virtuosa es ser leales en los momentos difíciles. Pensemos si sabemos ser fieles, sin importar lo que otros hagan.

3) Para vivir

A lo largo de la historia, se han dado polémicas que dividieron el cristianismo. No obstante, no se ha dejado de rezar para pedir por la unidad. Es voluntad de Dios mantener la unidad. Así lo manifestó Jesús en su oración: «Padre, te ruego para que sean uno, como tú y yo somos uno, para que el mundo crea» (Jn 17, 21). Y San Pablo exhortaba: “Os ruego, hermanos… que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis unidos en un mismo pensar” (1 Cor 1:10).

Al percibir que la unidad parece inalcanzable, se constata la necesidad de orar. El Concilio Vaticano II corroboró que la oración con la santidad de vida es «alma del movimiento ecuménico». Así, todos podemos contribuir con nuestra oración y mostrando el amor de Dios.

Se han dado resultados como una Declaración Conjunta Luterano-
Católica sobre la Doctrina de la Justificación por la Fe (1999). Sigamos rezando y dando pasos hacia esa anhelada unidad.

miércoles, 22 de enero de 2020

LA TRANSFORMACIÓN BÁSICA QUE EXIGE LA REGENERACIÓN SOCIAL

Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana. Campus México.
rubliz@up.edu.mx

Cuándo en la secundaria se dejó de enseñar civismo fue el principio del deterioro creciente que ahora padecemos. Los valores humanos, sociales y cívicos no son religiosos porque pertenecen a la naturaleza del homo sapiens. 


En la medida en la que esos valores se erradicaron del sistema educativo creció notoriamente la inmadurez personal, porque dejaron de crecer las ramas del edificio de la sabiduría individual.

Por lo mismo, desaparecieron en gran medida los frutos y los criterios ciertos que perfeccionaban al ciudadano en relación con la madurez cualificada intelectual y espiritual, que se requería para responder a las encrucijadas que demandaban soluciones adecuadas a las circunstancias de las décadas anteriores.

Las regeneraciones básicas en relación con cualquier rehabilitación de la sociedad deben suceder inevitablemente primero en cada persona, para luego verterse en forma equilibrada en las instituciones desde la familia hasta la nación.

De lo contrario, no puede originarse la transformación social específica que actualmente se intenta.

¿Cómo se puede medir el éxito de la regeneración social? En mi opinión, no existe forma de cuantificar lo cualitativo. Pero se puede precisar la atención en orden al entendimiento de las causas de los fracasos. Y es que el principal factor de diagnóstico no se puede adjudicar a la estructura social, o a la superestructura. 

La génesis de la responsabilidad es y será siempre de carácter antropológico, es decir, se requiere de la transformación integral de la persona en orden a la sana fisonomía social.

Las decepciones que arrastramos constituyen solo una parte del fracaso. El reto es inimaginable porque deben sucederse varias generaciones para alcanzar el nivel de madurez que requiere la regeneración social. Sin embargo, algo se puede perfilar.

Me parece que existen dos factores básicos que, en mi opinión, podrían estar hundiendo los diversos lances para corregir el rumbo. El primero es que se ha tolerado la cultura de que “la codicia es buena”, quizá por la sugestión del método de pensamiento sobre la prosperidad del homo oeconomicus. No se puede reducir la solución únicamente a los indicadores típicos de rendimiento.

El segundo es el registro anual de las utilidades que cada integrante aportó en beneficio de la institución a la que sirve. Esto es así, porque lo que interesa es el éxito en sí mismo y no la consideración del modo en que se lograron las ganancias.

Esos dos aspectos elementales deben considerarse principios de operación y puntos de apoyo para encontrar soluciones específicas a la problemática actual..

La transformación, regeneración o redención social discurre inevitablemente a través de la renovación moral natural de la persona por medio de la educación. De lo contrario, mejor nos despedimos del futuro.

lunes, 20 de enero de 2020

¿SOMOS COHERENTES?

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Bertrand Russell, el filósofo inglés, escribió un libro titulado “Amor y matrimonio”. Después de su publicación, un lector dirigió una carta al "Times" de Londres mostrando su sorpresa. Preguntaba si no habría presunción en el conocido Lord para orientar a la gente, pues todos sabían que se había divorciado ya tres veces. Y comentaba que acudir a Russell con confianza en materia matrimonial es como un hombre que busca consejos en el libro: “Cómo triunfar en los negocios”, escrito por un señor que fue tres veces a la bancarrota.


Cuando alguien no vive aquello que predica, pierde autoridad ante los demás, pierden fuerza sus palabras. Para tener autoridad, comentaba el Papa Francisco, hace falta ser coherente y dar testimonio con la propia vida.

2) Para pensar

Sucedió que en un hospital una religiosa enfermera atendía, como era su costumbre, con mil delicadezas a un enfermo que era ateo.

Después de varias semanas sanó el ateo. Quedó muy agradecido y al despedirse le dijo: “Hermana, ni una sola vez usted me habló de Dios, pero incontables veces me lo ha dejado ver. Ahora veo que
Dios existe y que es amor”.

El ejemplo de esa buena mujer le dio fuerza y autoridad a su creencia. La Sagrada Escritura nos dice que “las multitudes quedaron admiradas de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas” (Mt 7, 28-29). 

El Papa Francisco dijo que Jesús tiene un ‘señorío’ que viene de dentro y hace ver la “coherencia”. Jesús tenía autoridad porque era coherente entre lo que enseñaba y lo que vivía.

En cambio, los escribas no tenían autoridad, porque aunque eran especialistas de la ley de Dios, solo la predicaban, pero no la vivían.

Por eso no se les creía. Jesús decía al pueblo que hicieran los que digan, pero no lo que hagan. Con esa actitud, dice el Papa, “han
caído en la esquizofrenia pastoral: dicen una cosa y hacen otra”.

Pensemos qué tan coherentes somos en nuestro obrar.

3) Para vivir

Los Evangelios nos muestran cómo reacciona Jesús ante los escribas, y les llama hipócritas, para calificar su incoherencia de vida, un tipo de “esquizofrenia”. No se trata de la enfermedad psíquica, la cual no es un mal moral, sino es la malicia de no querer obrar el bien que se conoce. Los escribas tenían una responsabilidad pastoral de guiar hacia Dios y no eran buenos pastores.

El pueblo de Dios, dice el Papa, tolera a pastores “esquizofrénicos”, o a cristianos que tampoco dan buen ejemplo. No obstante, este pueblo de Dios es capaz de distinguir la autoridad de una persona y la gracia de la unción. Por ello, ante quien que le diga:

“¿Pero cómo tú vas a confesarte con aquél, que es esto, y esto y

esto?” Esa persona que sabe distinguir responderá: “Para mí ese es

Dios. Punto. Ese es Jesús”. 

Esta es la sabiduría de nuestro pueblo. El Papa se dolió del mal que hacen los cristianos incoherentes y los pastores “esquizofrénicos” que no dan testimonio.

Al final, el Papa elevó una oración para que todos los bautizados tengan la autoridad y vivamos la coherencia de Jesús, para dar el testimonio requerido.

sábado, 18 de enero de 2020

SARAH, BENEDICTO XVI Y LA UNIDAD DE LA IGLESIA

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

Recientemente ha habido una controversia mediática protagonizada por altas autoridades eclesiásticas del Vaticano. Con motivo de la publicación del libro “Desde lo más profundo de nuestros corazones”, firmado originalmente por el Papa Emérito, Benedicto XVI y el Cardenal Robert Sarah –así apareció en la edición francesa el pasado 15 de enero- para después estar firmado sólo por el Cardenal Sarah, contando con la colaboración, no la coautoría, de Benedicto XVI. 


La tensión del evento no se disimuló, más bien al contrario, pues parecía la punta del iceberg de dos concepciones diversas, cuando no antagónicas de la Iglesia. Pondría en la palestra a “Bergoglianos” y “Ratzingerianos”, que mostrarían sus músculos y enseñarían los dientes.

La versión oficial final fue que se trató de un simple malentendido, salvando la buena fe del Cardenal. En las siguientes ediciones aparecería firmado solamente por el Cardenal, contando con la colaboración de Benedicto XVI. Parece un gesto prudencial del Papa Emérito, pues no quiere dar la impresión de hacer presión o de ejercer una especie de “magisterio paralelo” al de Francisco, que pudiera interpretarse como una especie de disidencia dentro de la Iglesia.

Benedicto XVI sabe, como no podría ser de otra forma, que Jesucristo mismo, en el momento solemne de la Última Cena, oró expresamente al Padre pidiendo por la unidad de quienes, a lo largo de los siglos, creyeran en Él: “Padre, que todos sean uno, como Tú padre en Mí y Yo en Ti, para que el mundo crea”. 

La Unidad de la Iglesia es un valor que se debe salvaguardar por encima incluso de cuestiones tan importantes como la que ha dado lugar a esta confusión: el celibato sacerdotal.

Efectivamente, el libro podría poner en una situación embarazosa a Francisco, que tiene pendiente sacar una Exhortación Apostólica Postsinodal con ocasión del Sínodo del Amazonía, donde una amplia mayoría de obispos sugirió al Pontífice la posibilidad de ordenar sacerdotes a diáconos permanentes indígenas casados del Amazonía. 

Es decir, hacer una excepción a la disciplina del celibato por razones pastorales, para no dejar si eucaristía por mucho tiempo a las comunidades amazónicas alejadas. Si el Papa Emérito da una opinión en un sentido contrario a la mente del Papa reinante, de alguna forma lo condiciona y ejerce una fuerte presión sobre él, porque disentir abiertamente evidenciaría una división en el seno de la Iglesia, pudiéndose polarizar los bandos. 

La realidad, en cambio, es que no hay dos bandos en la Iglesia, hay un solo Papa, que es quien goza de la asistencia del Espíritu Santo y quien es responsable del Magisterio Auténtico. 

La precisión de Benedicto XVI es entonces particularmente oportuna, para dejar manos libres a Francisco en esta cuestión, sin hacerle sombra o presión.

El affaire tiene lugar, además, a las puertas de celebrar el “Octavario por la Unidad de los Cristianos”, que cada año se celebra del 18 al 25 de enero, fiesta litúrgica de la Conversión de San Pablo, donde cristianos de diferentes confesiones nos reunimos para implorar de Dios el don de la unidad, a través de la oración, el trato mutuo y las obras de misericordia en común. 

En efecto, los cristianos de las diferentes denominaciones son conscientes de que el espectáculo de la división entre los seguidores de Cristo es contrario a la voluntad expresa de Jesús y un escándalo que dificulta la transmisión del Evangelio. 

Es preciso, si queremos ser fieles a las enseñanzas de Jesucristo y crecer exponencialmente en cuanto a la eficacia evangelizadora se refiere, dar pasos firmes y decididos, lentos quizá, en orden a conseguir de Dios esa unidad. 

Sería realmente lamentable que, en lugar de alcanzar la unidad entre diferentes confesiones cristianas, se produjera la fragmentación dentro de la confesión católica; sería como una ironía, una broma cruel.

Benedicto XVI, fiel a su decisión clara al momento de renunciar, ofrece así su opinión acerca de un tema tan delicado, como puede ser hacer una excepción a la disciplina del celibato, pero evitando lo más posible la impresión de representar un “magisterio paralelo”, una resistencia o una oposición al único magisterio de la Iglesia, el de Francisco. 

Al hacerlo manifiesta una exquisita prudencia, que no podemos sino alabar, máxime las condiciones de salud y limitación física que ahora padece. Podemos aprovechar la coyuntura litúrgica, el “Octavario por la Unidad de los Cristianos” para construir, con nuestra oración, actitudes y comentarios, la tan ansiada unidad, entre todos los que confiesan a Jesucristo como Dios, y en el seno de la Iglesia católica.

Para alcanzar el don de la unidad a veces será preciso el sacrificio de nuestra opinión personal, ofreciendo el religioso obsequio de nuestro entendimiento, a lo que el Magisterio del Papa establezca formalmente. Benedicto XVI es el primero en dar ejemplo en esta dirección.

miércoles, 15 de enero de 2020

PODER, DINERO Y FELICIDAD, ¿PARA QUÉ?

Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana. Campus México.
rubeliz@up.edu.mx

Caminaba por un palacio dorado. Cristales, vitrinas deslumbrantes y escaparates multicolores. Me parecía un montón de luciérnagas a quienes no les faltaba nada, pero vagaban en busca de algo. Criaturas sorprendentes. Un caos ordenado. Mientras más tienen más quieren, pensaba. Barriles sin fondo. Tal vez en busca de felicidad.

Me daban ganas de comprarlo todo. Porque siempre escuchas un mensaje que te dice: “te falta esto y aquello”. El cerebro no para. Se asemeja a una máquina para hacer dinero. ¿Qué nos impulsa? En realidad, es la emoción del deseo la que nos mueve para poseer un bien que esconde alegría y gozo. Pero antes, debes creer que no estás satisfecho.

Quizás sea el síntoma de otra enfermedad. Y es que resulta muy fácil perder el equilibrio cuando se nos encaja una saeta de marketing. ¿Será viable vivir así? Finalmente moriremos sin llevarnos nada de este mundo.

“Aquí yace Humberto Romero”, se lee en el epitafio. Y continúa, “De joven perdió la salud por conseguir dinero. De viejo perdió el dinero por conseguir la salud".

Aquí, sin salud, y sin dinero yace Humberto Romero”. Siempre me he preguntado ¿por qué somos así?

La encrucijada que vivimos es histórica. La provocación al medio ambiente es tan profunda que nos compromete a intervenir. La codicia es desmesurada, el afán desordenado de bienes reclama la intervención del poder y del dinero para no perder el sendero de la felicidad y mantener el equilibrio ecológico.

Creamos cultura, pero no podemos vivir eternamente. Este mundo es transitorio, somos fugaces y lo olvidamos. Anhelamos la sensación de felicidad a través de la posesión de bienes materiales. Los animales consumen únicamente lo que necesitan, pero el ser humano quiere más porque no se satisface con lo que ya dispone.

Queremos cada vez más, más, y más... ¿será el secreto del éxito y de la felicidad? La inclinación a la codicia es muy fuerte y la avaricia es excesiva. Presenciamos y padecemos un fenómeno interesante.

Solo hay una salida: la autolimitación, el autocontrol, encontrar el justo medio en el uso de los bienes materiales. El ejercicio de las virtudes de la templanza y la fortaleza es cada vez más importante. No se puede poseer todo. ¿Cómo reacciono cuando otro tiene más? Conjeturas de fin de año y vislumbres del futuro ya presente.

Me decía un conocido: “yo cai en eso del consumismo, pero un dia desperté y me di cuenta que no me satisfacía, dejé mi trabajo esclavista que tenia, cancelé tarjetas de crédito y puse un negocio. No me voy a hacer rico con él, pero tengo tiempo para ver a mis hijos. 

Dejé el auto y me volví a comprar una bicicleta, ahora mis hijos salen conmigo los domingos a carretera y en familia, y sí cambió mi vida para bien. El materialismo lo único que hace es frustrar a la persona y la vuelve deprimida, grosera, insatisfecha, infeliz. bueno ahora me siento muy bien”.

El éxito se encuentra en la felicidad. Sin embargo, es muy escurridiza cuando se debilita nuestra mirada y se dirige exclusivamente hacia los bienes perecederos y caducos.

miércoles, 8 de enero de 2020

LOS ABORTOS DESHUMANIZAN COMO LE SUCEDE A LOS ASESINOS SERIALES

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

Muchas personas, con una mezcla de perplejidad y tristeza, escuchamos cómo la actriz Michelle Williams atribuía a su “derecho a decidir”, un eufemismo del aborto, el poder recibir un “Globo de Oro”. Gracias al aborto pudo obtener un premio. Gracias a su defensa del aborto, con perorata política y feminista aneja, su discurso trascendió. Mostrando así cómo aborto y fama van de la mano. Más surrealista fue escuchar los fuertes aplausos y la emoción de las “estrellas” de Hollywood, celebrando su “decisión” y su “valentía”; celebrando la muerte…


Muchas cosas bullen en la mente al observar este espectáculo esperpéntico. Quizá la más trágica sea la mentira. Michelle Williams, por la dinámica de su discurso, cree que es una obligación moral y una forma de agradecer a la vida, poder compartir su historia con el público.

¡Incluso agradece a Dios gozar de la libertad de eliminar seres humanos! Digamos que sería como parte de su responsabilidad social despertar a las mujeres, para que exijan sus derechos y participen de forma consciente, con espíritu de cuerpo, en la vida pública. Es decir, está totalmente convencida de su fatal error. De que no se debe mirar con resignación lo que “pasa en su cuerpo”, debiendo en cambio “tomar sus decisiones”. El error y la mentira se han apoderado de su mente, y por ello hace tan brava y orgullosa defensa del aborto-éxito.

Michelle Williams tiene la convicción de haber elegido bien, de reclamar el aborto como requisito de la dignidad y la libertad de la mujer, de considerar a su hijo, al embrión como un tumor, como algo que sucede en su cuerpo… todo ello es una dolorosa mentira, un lamentable error del que ella no se percata. Por eso habla con convicción y busca promoverlo. Al hacerlo despierta multitud consideraciones, suscita incógnitas interesantes.

Del lado de quien aborta, por ejemplo, que no viene garantizado, como parte del paquete, la “depresión post-parto”. En efecto, la actriz se ve todo menos deprimida. No parece anclada en el pasado; al contrario, considera el evento como un hecho colateral, y si lo recuerda es para convencerse y convencernos de que hizo bien, eligió correctamente. ¡Qué bueno que no cayera en la depresión!, aunque, pensándolo bien… ¿quién sabe? ¿Acaso será bueno terminar con la vida de un individuo vivo de la especie humana y quedarse tan campante, como quien se ha quitado una muela? El dolor, el sufrimiento moral, el sentimiento de culpa es manifestación de que somos humanos. 

Los psicópatas y asesinos seriales no sienten remordimientos al matar, han perdido esa capacidad, se han deshumanizado. Al ver el discurso de Michelle y los aplausos de Hollywood, no podemos sino sentir pena por ellos, “se han deshumanizado” … ¿o quizá son los primeros especímenes de posthumanos?

El discurso y los aplausos muestran también el engaño de la narrativa abortista o “pro-elección”. ¿Por qué? ¿En qué se basa esa narrativa? “En las pobres mujeres violadas que eran condenadas a tener el niño fruto de ese horrendo crimen”. ¿Qué suelen afirmar? “Nadie quiere el aborto, siempre es una solución límite, lamentable, pero no se debería criminalizar a quien lo practica, y debería estar permitido, para poderse realizar con higiene y no clandestinamente”.

Pero, según se puede ver, aquí se “festeja un aborto”, se festeja el poder de decisión de la mujer, capaz de determinar quién puede vivir y quién no. Michelle Williams decidió que su hija de 14 años y el que ahora viene en camino merecen vivir, en cambio el de en medio no, por inoportuno, ¿quién le manda venir al mundo a mitad de la grabación de una exitosa serie?

No es entonces el aborto algo que nadie quiere, que se tolera, una solución límite, válvula de escape en una sociedad imperfecta. No, el aborto es la puerta que me abre las puertas del éxito. Mi éxito justifica que yo “interrumpa” la vida humana (por usar su eufemismo), sin que se pueda, obviamente, “reanudar”. Si yo quiero controlar mi vida debo tener el derecho a matar (porque está vivo y es de la especie humana, eso no se puede negar). 

No se ve mucha diferencia respecto al argumento del sicario, mafioso o narcotraficante en turno: “no tengo nada en tu contra, pero ahora tu vida estorba mis propósitos, no es nada personal, pero debes morir para que yo alcance mis metas”. 

Iniciamos la década celebrando la “libre decisión”, celebrando que los galardones, los premios, los logros, los éxitos personales son más importante que la vida ajena; pesó más en la balanza un trofeo que la vida humana. Comenzamos la década descubriendo, dolorosamente, que para los creadores de la opinión pública mundial la vida vale menos que un premio.

MANDARINAS. ¿EL DERECHO A MATAR?

Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana. Campus México.
rubeliz@up.edu.mx

Georgia, la antigua República Socialista Soviética se convirtió en un Estado independiente en 1991, después de la caída de la Cortina de Hierro. Abjasia, un estado autónomo dentro de Georgia fue incorporada a ese nuevo estado. 


Sin embargo, los roces étnicos entre los georgianos y abjasianos encaminaron a que Abjasia declarara unilateralmente su independencia. En 1992, detona la guerra contra Georgia.

Mandarinas, muestra una genuina lección de vida en medio de una guerra sin sentido. El film es un modelo que invita a la esperanza sobre la disposición humana para la hermandad y la convivencia entre distintos grupos. El amor fraternal, a pesar de las diferencias, se entiende como una salida optimista que estremece y conforta.

Ivo y Margus, originarios de Estonia, trabajan en la producción y cosecha de mandarinas en una finca de su propiedad, situada en una parte de terreno en el que se de desarrolla la guerra.

Después de un breve encuentro militar en los alrededores de la parcela, Ahmed y Nica --dos soldados de bandos opuestos— quedan heridos en el sendero mientras que los demás compañeros pierden la vida.

Ivo los atiende en su casa, cura las heridas, llama a un médico. Los cuida en su convalecencia hasta la recuperación total mostrando un lado profundamente humano, salpicado y acompañado por el cuidado de los pequeños detalles cotidianos.

En casa de Ivo una escena revela el profundo odio entre Ahmed y Nica. El primero jura matar a su enemigo. Después de brindar a favor de la muerte, Ivo le pregunta ¿quién te dio el derecho a matar? Contradictorio pero elocuente: da lo mismo exterminar en un lugar que en otro.

A lo largo del film, en el interior de la casa y mientras transcurre la
rehabilitación se proyecta todo un elenco sorprendente de valores humanos como paciencia, buen humor, diálogo, integridad personal, respeto a la palabra dada, fraternidad, hermandad, valor, amabilidad y solidaridad.

Fuera del hogar de Ivo se muestran escenas de la cosecha de mandarinas y otros incidentes violentos. En el interior de la casa, paz y tranquilidad en medio del conflicto étnico que parece estallar entre los dos soldados en cualquier momento.

Trama y contenido suficiente para pensar, examinar y ponderar. Especialmente en el tiempo de Navidad, nos ofrece una oportunidad de reflexión.

LA DIGNIDAD DEL CUERPO FEMENINO

Pbro. José Martínez Colín,
articulosdog@gmail.com

1) Para saber

Cuenta el famoso escritor inglés Chesterton que un día viajaba en un autobús con muchos pasajeros. Era un día frío de niebla y todos iban callados y aburridos. En eso se subió una madre joven llevando en brazos a su niño pequeño muy gracioso. La madre era simpática y la comunicación entre ambos era tan alegre que los pasajeros se contagiaron de esa alegría y ya hablaban y reían. Concluía el escritor que en el viaje de la humanidad todo era tristeza y aburrimiento.


Pero un día se subió una Madre con su precioso Niño. Fue un 25 de diciembre, Jesús en brazos de su Madre, María, y todo cambió.

La presencia de María propició un cambio en el mundo. La Sagrada
Escritura nos dice que «Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer» (Ga 4,4). Comenta el Papa Francisco, que Jesús no apareció en el mundo como adulto, sino que fue «concebido» en el vientre de la Virgen: “allí hizo suya nuestra humanidad, día tras día, mes tras mes. En el vientre de una mujer, Dios y la humanidad se unieron para no separarse nunca más. 

Ahora, en el Cielo, Jesús vive en la carne que tomó en el vientre de su madre”. Ello nos hace vislumbrar la gran dignidad que tiene la mujer y su cuerpo.

2) Para pensar

El primer día del año comienza con una celebración dedicada a la Madre de Dios. Durante el año hay varias celebraciones dedicadas a la Virgen María. La del primero de enero fundamenta las demás:

Madre de Dios.

“Nacido de mujer”, señala San Pablo. María es mujer y madre. De ella, mujer, surgió la salvación y, por lo tanto, no hay salvación sin la mujer. Allí Dios se unió con nosotros y, para unirnos con Él, debemos ir a través de María.

El renacer de la humanidad comenzó con la mujer, que es fuente de vida. Sin embargo, no siempre se respeta a la mujer e incluso se llega eliminar la vida que lleva en el vientre. 

Cuántas veces, dice el Papa, el cuerpo de la mujer se sacrifica en los altares profanos de la publicidad y la pornografía: es una profanación, pues Dios nació de  una mujer. 

El cuerpo de la mujer ha de ser liberado del consumismo, debe ser respetado y honrado. Es la carne más noble del mundo, pues concibió y dio a luz al Amor que nos ha salvado. La salvación para la humanidad vino del cuerpo de una mujer: de cómo tratamos el cuerpo de la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad, indicó el Pontífice. Pensemos, ¿qué grado de humanidad tengo?

3) Para vivir

«María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc 2, 50). María tomaba en serio las cosas y las ponía en su corazón. Es propio de la mujer tomarse la vida en serio, dice el Papa, y nos invita a pedir la gracia de tomar en serio a los demás, de que nos importe la dignidad de toda mujer.

La mujer tiene como misión la generación y protección de la vida, ocuparse de todo dándole sentido y poniendo armonía. Es ella la que nos enseña a amar con ternura, y que hace que el mundo sea una cosa hermosa, comenta el Papa. Cuando las mujeres transmiten sus dones, el mundo se encuentra más unido y más en paz.

Al comenzar este nuevo año, veamos qué tenemos en el corazón, si tenemos al Señor o son otros intereses, como la riqueza, el placer o el poder. Confiamos este año a nuestra Madre, para que lo custodie en su corazón.