martes, 5 de febrero de 2019

ANTIRRETIKÓS O DE LOS OCHO ESPÍRITUS MALVADOS

Mtro. Rubén Elizondo Sánchez,
Departamento de Humanidades de la
Universidad Panamericana, Campus México.
rubeliz@up.edu.mx

Ahora quiero dedicar la atención a otras perspectivas a las que conduce el cultivo de éste hábito malo cuando lo dejamos crecer en la vida diaria. En seguida explico de donde proviene el vocablo con que se nombra dicho vicio.


La etimología de la palabra gula proviene del latín gula que significa garganta, esófago, pero también “apetito desordenado”. Lo que hoy llamamos gula, Evagrio lo llamaba gastrimargía (en griego), cuyo significado literal es "locura del vientre".

Cuando habitualmente comemos o bebemos en exceso por el placer que proporcionan los bienes sensibles al paladar, se puede decir que nos domina el vicio de la gula. Dicho de otro modo, significa que la comida y la bebida nos atrapan fácilmente en sus redes placenteras.

En el capítulo II de su escrito Antirretikós se leen varios aforismos, de los cuales transcribo los siguientes a la par de un comentario consecutivo para cada uno de ellos:

“Una tierra sin cultivar genera espinas y de una mente corrompida por la gula germinan pensamientos malignos”. 

El mensaje consiste en señalar que si nos dejamos dominar por la locura del vientre difícilmente lograremos pulir las aristas de diamante de la propia personalidad. De esta manera, los bienes sensibles nos dificultan el desarrollo de los bienes superiores del espíritu. La mente queda atrapada entre las espinas que impiden el desarrollo personal.

“El ojo del goloso escruta con curiosidad los banquetes, mientras que la mirada del temperante observa las enseñanzas de los sabios”.

 En mi opinión, el aforismo señala que, si logramos dominar los placeres de la comida y la bebida, contaremos con mejores disposiciones y actitudes para aprender en general. La pesadez mental que proviene de la gula es un serio obstáculo para el desarrollo y el cultivo de la inteligencia.

“El alma del goloso enumera los recuerdos de los mártires, mientras que la del temperante imita su ejemplo”. Recordar e imitar. Que fácil es recordar las grandes hazañas de otros. Basta con traerlas a la mente y contemplarlas. 

Sin embargo, qué difícil es imitarlas. Cuánto esfuerzo hay que poner para seguir una dieta. ¿No le parece? 

Grandes logros demandan esfuerzos considerables de las facultades superiores del ser humano sobre las facultades inferiores.

Desde entonces, han pasado diez y seis siglos. ¿No le parecen de gran actualidad aquellos aforismos del siglo V D. C.?

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