sábado, 31 de marzo de 2018

LA RESURRECCIÓN: MANIFESTACIÓN DE LA BONDAD INFINITA DE JESUCRISTO

Todos los años los cristianos recordamos un suceso único en la historia de la humanidad: la Resurrección de Jesucristo. ¿Qué significado adquiere para nosotros este hecho? En realidad no es posible definirlo en breves líneas pero, entre otras cosas, podemos decir que es motivo de inquebrantable esperanza. 



Los creyentes tenemos el reto de asimilarlo bien; si lo  conseguimos, la Resurrección nos vuelve, en expresión de san Josemaría, “inasequibles al desaliento.”

¿Por qué? De una forma misteriosa pero al mismo tiempo real, el cristiano intuye que en la Resurrección de Jesucristo encuentra a su vez la fuerza para resurgir personalmente. Dicho teológicamente, la misma fuerza que levanta a Cristo del sepulcro es la que nos hace
levantarnos de nuestras caídas. 

El mismo que se levanta de la muerte hace resurgir, las veces que sea preciso, a nuestra alma de la muerte espiritual. No existe forma de colmar la paciencia de Dios, no queda espacio ni excusa para el desaliento, siempre podemos, como el ave fénix, resurgir de nuestras cenizas, en una especie de resiliencia inagotable, cuya fuente es espiritual.

La Resurrección nos otorga también la seguridad de que en algún momento en nosotros se verificará lo que ya ahora en Él es realidad: que la muerte es definitivamente vencida y comenzamos a participar de la verdadera vida, la vida plena que no conoce ocaso, ni dolor, ni enfermedad, ni muerte. 

De esta forma despoja de su hierro, de su veneno y oscuridad, a la única realidad que tenemos absoluta certeza de experimentar todos los hombres: la muerte.

Liberados del temor a la muerte podemos afrontar con confianza el desafío de la vida, la aventura del existir cotidiano. Por ello la Resurrección de Jesús colma de esperanza y de luz nuestra existencia. 

Incluso, ante hechos humanamente devastadores, como la pérdida inesperada de un ser querido, el dogma de la Resurrección nos da la certeza, en medio del dolor, de que no es un adiós definitivo sino un hasta luego, y de que finalmente encontraremos, purificados, los amores nobles que hayamos cultivado aquí en la tierra, potenciados y llevados a su plenitud a través del amor de Dios.

Lo dice en forma muy hermosa el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), texto programático de su pontificado y esclarecedor de su espiritualidad: “Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la Resurrección. Es una fuerza imparable”.

Y no es que Francisco cierre los ojos a la realidad, al mal que aqueja el mundo; sencillamente los abre también a la acción de Dios, que tampoco está “ocioso” en la historia. “Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden (añadiríamos de nuestra cosecha: corrupción que nos asombra). 

Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a brotar y a difundirse.

Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Esa es la fuerza de la Resurrección” (Evangelii Gaudium, 276).

El cristiano debe ser realista, no puede olvidar la Cruz, donde Cristo, su modelo, está clavado por amor a él, pero sabe también que la Cruz no es la última palabra. 

A la Cruz sigue la resurrección, y con esa clave hermenéutica, afronta esperanzado, los desafíos de su vida, los avatares de una existencia empeñada en hacer de este mundo un lugar más digno de los hijos de Dios, más acorde al Corazón de Cristo, un lugar donde ya ahora comiencen a saborearse los frutos de la Resurrección, sin desanimarse ante las dificultades, aparentes retrocesos, o el difundirse de la oscuridad en el mundo y el corazón humano. 

La fe le da la certeza de que el poder de la Resurrección es insuperable y de que la bondad de Dios es mayor que la miseria humana.

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
Correo: p.marioa@gmail.com

WINSTON CHURCHILL: DEFENSOR DE LAS LIBERTADES DE OCCIDENTE

Acabo de terminar de leer el interesante libro: “Winston Churchill: Su Liderazgo”, un trabajo de investigación realizado por el escritor Mario Escobar (Editorial Grupo Nelson, México, 2012, 227 páginas) en el que analiza la figura de este político excepcional desde el punto de vista del liderazgo que ejerció en el pueblo inglés y en los países aliados.


Sin duda, se trata de uno de los hombres más influyentes en la Historia Moderna. Nació en Blenheim en 1874 y falleció en Londres en 1964. Es sorprendente la cantidad de participaciones militares que tuvo en la India, Sudáfrica (la Guerra de los Böeres), Sudán, en Francia durante la Primera Guerra Mundial y, sobre todo,
su determinante papel en aquellos beligerantes años de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, su figura destacó durante “La Guerra Fría”, cuando los países aliados tuvieron que hacer frente común contra los virulentos afanes expansionistas del marxismo-leninismo de la U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas) en la época de la Posguerra. 

Fue el primer estadista en denunciar que el Comunismo mantenía un “Telón de Acero” y tenía esclavizados a muchos países europeos.

Fue militar, político, estadista, periodista (ejerció el oficio varios años como corresponsal de guerra), escritor prolífico y orador brillante al punto que le fue concedido el Premio Nobel de Literatura en 1953.

Ha sido famoso por sus frases célebres que han pasado a la historia. En los primeros años de su carrera como político y legislador tuvo sonados fracasos, pero nunca se dejó llevar por el desaliento sino que siguió adelante, con constancia y optimismo, a pesar de las numerosas adversidades. 

Sobre estos hechos, escribió con sabiduría: “El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”. (…) “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar”. (…) “El optimista ve una oportunidad en toda calamidad, el pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”.

Sin duda, su formación militar y sus destacadas cualidades como estratega, le atemperaron un carácter fuerte, recio, perseverante, intrépido, audaz e indomable.

Churchill fue un político visionario, particularmente cuando Adolfo Hitler (1889-1945), quien encabezaba el Partido Nacionalsocialista Obrero (Partido Nazi), asumió el poder de Alemania como Canciller, en 1933, y como el Führer –líder máximo- al año siguiente, instaurando un régimen totalitario de corte fascista hasta
1945. Sus primeras medidas fueron encaminadas a rearmar militarmente al país teutón con el principal propósito de cumplir sus planes hegemónicos sobre los territorios de las naciones de Europa.

Reiteradamente Winston Churchill -desde principios de los años treinta- denunció la amenaza que representaba para las libertades democráticas de Occidente, el afán de Hitler por imponer a lo largo y a lo ancho del Continente su “Tercer Reich” o su “Nuevo Orden”.

Pero la gran mayoría de los políticos ingleses se inclinaban por mantener la paz y las buenas relaciones con Alemania, sin importar el costo político. Lo cierto es que Adolfo Hitler tenía una imagen de estadista poderoso, sanguinario, cruel e implacable, por eso era tan temido.

Pero el primero de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y se desató la Segunda Guerra Mundial. Pero hay un hecho histórico poco conocido. Sucedía que Alemania había emprendido “La Guerra Relámpago” dirigida a invadir con sus arrolladoras fuerzas militares a los países occidentales. Para junio de 1940, el ejército alemán había ocupado Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia.

Sin embargo, Estados Unidos se negaba a entrar en la conflagración mundial. En mayo de 1940, Churchill se convirtió en el Primer Ministro de Gran Bretaña. Y esta nación tuvo que sufrir los embates nazis completamente sola. El estadista inglés mantuvo una férrea postura de resistir y atacar a los bombarderos y cazas nazis con la Fuerza Aérea Inglesa (RAF). Se denominó como “La Batalla de Inglaterra”.

En ella tuvo un papel decisivo el genio militar, la determinación y la audacia de Churchill que mantuvo la moral en alto de sus tropas y todos los ciudadanos ingleses, que a la postre se convirtió en la primera victoria de Inglaterra frente a Alemania.

Fue célebre su discurso ante la Cámara y difundido simultáneamente a nivel nacional por la radio, el 4 de junio de 1941, cuando enardeció los ánimos y llenó de esperanza a su pueblo, a las fuerzas armadas y tuvo una enorme repercusión en Gran Bretaña y en muchos otros países del orbe. 

En esa pieza magistral de oratoria, quedaba patente el arrojo y la valentía de su carácter, así como su liderazgo ejercido en la hora más dramática y decisiva para salvaguardar las libertades democráticas de Inglaterra y, como se comprobaría más tarde, del resto de las naciones de Occidente. Decía con vehemencia: “Combatiremos en los mares y los océanos, combatiremos cada vez con mayor confianza y fuerza en el aire; defenderemos nuestra isla a cualquier precio. Combatiremos en las playas, en los lugares de desembarco, en los campos y en las calles; combatiremos en las montañas; pero no nos rendiremos jamás”. 

Con el famoso “Día D”, el 6 de junio de 1944, miles de soldados aliados desembarcaron en playas francesas de Normandía, bajo la “Operación Overlord”, y comenzaba así el derrumbe del “Tercer Reich” alemán. No cabe duda que, sin la firme y enérgica oposición de Churchill frente a Hitler, y luego de los países aliados, hubiera cambiado el panorama de la geopolítica mundial.

Raúl Espinoza Aguilera,
raul.espinozaaguilera@yahoo.com

MARÍA MAGDALENA, ¿QUIÉN FUE?

En la Pascua cristiana celebramos la Resurrección de Jesús, de la cual María Magdalena fue el primer testigo, por eso el Papa Francisco la llamó “Apóstol de los Apóstoles”. ¿Fue una mujer
pecadora o un ignorado líder femenino en la Iglesia primitiva? ¿Qué sabemos en realidad sobre ella?


1. Los únicos datos disponibles. Sobre María Magdalena no tenemos más información que la que viene en los Evangelios. No existen otras fuentes, aunque las novelas de Dan Brown sugieran lo contrario.

Y en la Biblia se cuentan muy pocas cosas sobre ella: a) que junto con otras mujeres acompañaba a Jesús y que “de ella habían salido siete demonios” (Lucas 8,2-3); b) que estuvo presente al pie de la cruz, junto con la Madre de Jesús y otras mujeres (Mateo 27,55), y c) que fue quien descubrió, la mañana del primer día después del sábado, el sepulcro vacío, junto al cual permaneció llorando hasta que se le apareció Jesús resucitado (Juan 20,11).

2. Una confusión de personajes. El Papa san Gregorio Magno (s. VIII) escribió biografías de santos, y en el caso de María Magdalena puso como un único personaje a tres mujeres distintas que aparecen en el Evangelio.

La primera es la Magdalena; la segunda es una mujer anónima conocida públicamente como pecadora, que lava los pies de Jesús con sus propias lágrimas en la casa de un tal Simón (Lc 7, 36-50); y la tercera es María de Betania, hermana de Lázaro que también lava los pies de Cristo y los unge con perfume (Juan 12).

De esta confusión de nuestro personaje con la pecadora pública, se pasó a la afirmación de que la Magdalena era una prostituta. En realidad, no hay ningún elemento para sostener esa idea.

3. La importancia de María Magdalena. La gran verdad que funda todo el Cristianismo es que Jesús, a los tres días de haber muerto, resucitó; pues si Cristo no ha resucitado “vana es nuestra fe” (1 Corintios 15,14). 

Y este conocimiento sólo lo tenemos por el testimonio de aquéllos a quienes Jesús mismo se les apareció y luego lo comunicaron a los demás.

Por ser el primer testigo del resucitado, santo Tomás de Aquino le da a María Magdalena el singular calificativo de “apóstol de los Apóstoles” (“apostolórum apóstola”), que el Papa Francisco retomó en 2016, al elevar la memoria litúrgica de esta santa a la categoría de fiesta.

4. La Magdalena en el cine. Hay varias películas en las que esta santa tiene un rol importante, como “La Pasión” de Mel Gibson (2004) y la recién estrenada “María Magdalena” de Garth Davis (2018).

Buenas producciones, pero ambos filmes caen en el mismo error de confundir personajes o roles. Gibson identifica a la Magdalena con la mujer que iban a lapidar por adulterio (Juan 8), y Davis toma literal el título de “apóstol” y le atribuye el rol que los Evangelios le dan a san Pedro y, por momentos, también le otorga el papel de san Juan Bautista.

Epílogo. María Magdalena es una santa muy importante, porque anuncia a los Apóstoles que Jesús está vivo de nuevo. Luego los Apóstoles también vieron y tocaron a Cristo vivo y lo proclamaron al mundo.

Pero no tendría sentido utilizar a María Magdalena como bandera de un feminismo en la Iglesia, que propone una igualdad de roles jerárquicos para ambos sexos, porque la igualdad en la Iglesia proviene no de las funciones, sino de que Cristo ha redimido por igual a varones y mujeres (Gálatas 3,28).

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

domingo, 25 de marzo de 2018

10 PÁGINAS WEB FORMATIVAS Y RECOMENDABLES

1. www.aceprensa.com : uno de los portales de mayor calidad periodística, con casi medio siglo ininterrumpida actividad, que aborda temas de palpitante actualidad sobre Economía, estudios estadísticos, política, Literatura, nuevos fenómenos sociales, reseñas de libros, películas, etc. Su contenido, en general, resulta bastante orientador y brinda criterios claros.



2. www.arguments.es : portal de internet orientado a la catequesis de niños y adolescentes. Resulta muy útil para formar, de manera moderna y pedagógica, acerca de los conceptos fundamentales de la fe católica. Contiene artículos y videos realizados por expertos en Comunicación en los que se promueve la vida humana, el matrimonio, la familia, los valores, etc.

3. www.ideasrapidas.org : prontuario sobre cómo argumentar acerca de los temas en boga. Se recomienda su uso cuando se escriban comentarios breves a los medios de comunicación, o bien, para la elaboración de tareas escolares.

4. www.arvo.net : artículos y videos, que incluyen conferencias y cursos sobre Antropología, Filosofía, Ética y Teología.

5. www.conoze.com : portal donde escriben algunos especialistas y
catedráticos con un enfoque didáctico sobre los temas de mayor debate en la opinión pública. Esta página web les ha sido de mucha utilidad para personas agnósticas, ateas o con dudas de fe.

6. www.interrogantes.net : Blog elaborado por el Catedrático Alfonso Aguiló, quién brinda respuestas a los principales interrogantes de la existencia humana.

7. www.informandoyformando.org: dirigido por la Mtra. en Ciencias de la Familia, Alejandra Diener. Presenta información sobre la familia, orientación sexual, modas juveniles y la educación de los hijos.

8. www.yoinfluyo.com : Contiene asuntos relativos a la promoción de la familia, los niños no nacidos, los valores perennes de la sociedad, la libertad religiosa, etc. Han creado, un interesante “micrositio” dentro del portal, titulado: “Vox Fides” con información sobre temas morales, eclesiales y religiosos. Con la aclaración que los comentarios de los columnistas que escriben sobre: política, economía y diversos asuntos sociales, son de la exclusiva responsabilidad de sus autores.

9. www.mercatornet.com : MercatorNet es, sin duda, uno de los portales mejor documentados, que profundiza y da continuidad a temas claves de Antropología sobre nuestra cultura cristiana y presenta temáticas de gran actualidad. También, orienta a los padres de familia sobre asuntos importantes: drogadicción, alcoholismo, sexualidad, pornografía, el uso de las redes sociales, etc.

10. www.bioedge.org : El portal BioEdge trata temas, como: eutanasia y suicidio asistido, aborto, fecundación artificial (homóloga y heteróloga), la experimentación con embriones humanos; el genoma humano, las manipulaciones genéticas y sus diversas problemáticas, así otros temas relacionados con el respeto a la dignidad de la persona humana.

Raúl Espinoza Aguilera,
raul.espinozaaguilera@yahoo.com

EL BÚHO ROJO Y LA SEMANA SANTA

Tengo un grupo de amigos ateos que gustan de organizar parrilladas en Viernes Santo, como una forma de afirmar su identidad atea y, en realidad, su dependencia de una tradición religiosa precedente; pero eso no les gusta reconocerlo. 



En líneas generales resulta interesante conversar con ellos, pues un buen número tienen alto nivel cultural, lo que suele producir una  conversación amena. Siempre es enriquecedor departir con quien no piensa como uno. 

Suelen reunirse en un café “underground” de una zona bohemia de la ciudad llamado “El Búho Rojo”.

El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir allí a una sugestiva conferencia, aderezada con un generoso café, sobre “El temor a la muerte en 'De rerum naturae' de Lucrecio”. Que, resumiendo, como buen epicúreo materialista no temía a la muerte, porque “mientras estamos vivos no es problema, y una vez que morimos ya no existe el sujeto que pudiera tener ese problema”. 

Pero lo interesante de la reunión fueron las confesiones de fe atea que algunos participantes se sintieron obligados a profesar ante la presencia de un sacerdote católico.

Dos de esas “confesiones” despertaron paralelamente mi curiosidad, hilaridad y pena. Resulta paradójico sentir tristeza y tener risa al mismo tiempo, pero así fue. Esto solo me sucede en "El Búho Rojo", por eso lo considero un lugar especial. 

Una persona mayor, de entre setenta y ochenta años confesó que era ateo desde niño, porque una ocasión le rezó a la Virgen y a todos los santos, pidiéndoles que no le propinaran una tremenda paliza, y adivinen que pasó… 

La otra fue más dramática, pues no sólo fue confesión de ateísmo sino valiente testimonio de no tener miedo a la muerte. Que alguien joven no tema a la muerte puede ser normal, fruto de la inconsciencia juvenil, pero que un señor que afirmaba tener noventa y cinco años lo diga no deja de ser curioso, y uno no puede evitar preguntarse si será verdad o lo dirá cara a la galería, pero el discurso sea acaso diferente en las largas noches de insomnio junto a la almohada, o cuando se palpan las progresivas limitaciones físicas. 

El caso es que este amigo se hizo ateo el día de su primera comunión, porque no alcanzó el consabido pastel y chocolate caliente, tradicionales al final del evento religioso. Pensó que eso significaba que Jesús no lo quería y por eso no existía.

El primer testimonio me hizo pensar que, en buena lógica, yo no debería ser solo ateo sino satánico, habida cuenta la cantidad de veces que mi madre me dio en las pompis con la chancla, o por aún, mi papá con el cinturón o correa. Quizá se deba a que yo de niño no era tan inteligente y la verdad no se me ocurrió; a lo más intentaba escarmentar para que no se volviera a repetir la furiosa y agresiva tormenta sobre los glúteos.

Debo decir, en defensa de los ateos ahí presentes, que otros tienen motivos más académicos para su ateísmo, son menos existenciales. Pero esos dos, repito, no dejaron de llamarme la atención.

 Pensándolo bien, yo también soy ateo del dios en el que esos dos respetables ancianos no creen. Un dios semejante al “genio de la lámpara” que debe comprobar su existencia demostrándomela, concediéndome mi deseo. 

Una especie de dios mágico, al que acudo, como a los brujos y chamanes, para pedir un favor, y a quien no pagaré nada hasta ver los resultados. 

Lo trágico de la confusión es que el dios del que se declaran ateos los dos ancianos no es el Dios cristiano, por más que lo hayan invocado en la Primera Comunión o al rezarle a la Virgen.

¿Cuál es el Dios cristiano entonces? Precisamente el de la Semana Santa, pero que, nuevamente en forma trágica, no alcanzarán a vislumbrar, pues estarán muy ocupados aderezando las carnes el Viernes Santo, mientras con aire de superioridad compadecen a la 
“pobre gente” que reza el Vía Crucis o asiste al “Sermón de las Siete Palabras” (o a una versión más intensa, “el sermón de las tres horas”; sí, ¡tres horas hablando el padrecito y la gente no pierde la fe!, una demostración práctica de que Dios sí existe).

¿Cuál es el Dios de la Semana Santa? El que asume, hasta sus últimas consecuencias, la misteriosa y dura experiencia humana del dolor, del fracaso, del sufrimiento. El Dios que es capaz de hacer de lo más oscuro, la luz más potente; de la muerte más horrible, el icono de la belleza; de la condena y el abandono, la fuente de la esperanza. Jesús estaba más cerca de ese niño sin pastel y de ese niño castigado, pero ellos no se dieron cuenta. 

Es el mismo Jesús que en la Cruz no tiene rencor ni resentimiento con quienes le condenan, sino que ora por ellos pidiendo a su Padre “perdónales, porque no saben lo que hacen”. 

Lo mismo pido yo a Dios por mis amigos ateos, consciente de que no soy mejor que ellos, quizá es que solo eran más listos de pequeños; pido que les de la gracia del arrepentimiento y puedan rezar aquella maravillosa oración de último momento “acuérdate de mí cuando estés en tu reino”; mientras que para mí aplico esa otra del Angélico, “límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero”.

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

EL MÁS IMPRESIONANTE DE LOS MILAGROS

1) Para saber

El primer día de la primavera, 21 de marzo, el Papa Francisco dedicó su catequesis a la comunión, continuando así su ciclo sobre la Santa Misa. En ella el Papa nos invita a comulgar con frecuencia: “Exhorto a la comunión frecuente, haciendo presente el misterio de amor que se encierra en el Sacramento, para que la unidad con Cristo y con su Iglesia se manifieste en nuestro actuar cotidiano y testimonie nuestra vida nueva en Cristo”, fueron sus palabras.


2) Para pensar

Sucedió un ocho de septiembre, a fines del siglo XIX. Ese día se celebra el nacimiento de la Santísima Virgen María y San Juan Bosco quiso homenajearla con una Misa muy solemne. Para ello preparó a muchos niños para que comulgaran. La iglesia estaba llena de jovencitos, unos seiscientos querían comulgar. Se preparó un Copón lleno de hostias, pero al sacristán se le olvidó llevarlo para su consagración.

San Juan Bosco no sabía del olvido. Al momento de dar la Comunión y quitar la tapa del otro copón advirtió que solo había unas cuantas hostias y cayó en la cuenta de la distracción del sacristán. Entonces se dirigió a la Virgen María: “Señora, ¿y dejarás a tus hijos que se vuelvan en ayunas?”

Entonces tomó el pequeño copón y comenzó a repartir la Comunión. Y fue repartiendo y repartiendo sin que se acabaran. Y así hasta que comulgó el último de los niños. El sacristán, que estaba profundamente apenado por el olvido, contempló atónito el milagro ocurrido. Al terminar la Misa, ya en la sacristía, lo primero que hizo fue preguntarle a San Juan Bosco: “¿Cómo ha podido dar la Comunión a tantos centenares con tan pocas hostias? ¡Esto es un milagro, don Bosco! ¡Qué milagro acaba de hacer usted!” A lo que el santo contestó con toda naturalidad: “¡Bah! Junto al milagro de la transubstanciación, en que se transforma el pan en el Cuerpo de Cristo, el de la multiplicación de las hostias es insignificante. Además, yo no lo hice, fue obra de María Auxiliadora”.

3) Para vivir

Es muy grande el milagro por el cual Cristo se hace presente en la Santa Misa. Ese milagro es para nosotros. Dios lo realiza para que podamos tener un encuentro cercano e íntimo con Jesús, fuente de alegría y santidad. Por ello el Papa nos invita a Comulgar con frecuencia.

Además, el Papa Francisco indicó cómo, al comulgar, Dios nos va asemejándonos más a Jesús, nos va transformando en Él. Recordó las palabras de san Agustín: «Yo soy el alimento de las almas adultas… Pero no me transformarás en ti, como asimilas los alimentos de la carne, sino que tú te transformarás en mí». “Este es el prodigio de la Comunión: ¡nos convertimos en lo que recibimos!”, señaló el Papa.

En la Santa Misa se califica de “bienaventurado” a aquel que puede alimentarse de la Eucaristía, pues Dios permanece en él.

Después de la Comunión, nos ayuda el silencio a custodiar el don recibido. Hablar con Jesús en el corazón nos ayuda mucho. Así le damos gracias a Dios por este inefable don y le pedimos también que transforme nuestra vida, siendo medicina en nuestra debilidad, que sane las enfermedades de nuestro espíritu y nos asegure su constante protección… ¡Qué bueno y qué grande es el Señor!, concluyó el Papa.

Pbro. Dr. José Martínez Colín,

SÍNDROME DE DOWN, AÚN INCOMPRENDIDO

Acabamos de celebrar el Día Mundial del Síndrome de Down, para apoyar a las personas con esta discapacidad, pero junto a estos festejos encontramos varias legislaciones que permiten eliminarlos antes de nacer. ¿Por qué se da este contraste?


1. Una fecha promovida por la ONU. En diciembre de 2011, a Asamblea General designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down. En su web, la ONU describe que este padecimiento “es una combinación cromosómica natural que siempre ha formado parte de la condición humana, existe en todas las regiones del mundo y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud”.

La WDSD tiene como objetivos: a) aumentar la conciencia pública sobre la cuestión, b) recordar la dignidad inherente de las personas con discapacidad intelectual y c) resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual.

2. Personas que son un tesoro. Quienes tenemos algún familiar con este síndrome somos testigos de tener un ángel lleno de amor con nosotros, como mi sobrinito Diego Maldonado. Pero, ante una cultura que sólo se fija en lo perfecto, es importantes que una voz tan importante como el Papa nos recuerde que estas personas son “un tesoro que Dios hace crecer a su manera” (@Pontifex_es, 21 mar. 2018).

Es falso que estas personas nacen para sufrir. Sirva de muestra la carta que Bridget Brown, una actriz estadounidense con síndrome de Down, entregó al Pontífice el 21 de octubre del año pasado, en la que ella afirma que “el mundo necesita saber que no ‘sufro’ de Síndrome de Down.

Tengo una vida plena y maravillosa, y estoy llena de alegría por estar viva. Amo absolutamente mi vida” (Aciprensa, 21 mar. 2018).

De igual manera, ha sido un éxito el video “50 Mums, 50 Kid, 1 Extra Chromosome”, en el que 50 mamás cantan en lenguaje de signos a su hijo o hija con síndrome Down, la canción “A thousand years”, de Christina Perri.

La letra de esta melodía dice: “¿Cómo puedo amar cuando temo caer? Pero mirándote cómo aguantas tú solo, todas mis dudas desaparecen. He muerto a diario mientras te esperaba, pero no temas, cariño, porque te he amado durante mil años y te amaré mil años más”.

3. “El holocausto del que nadie quiso hablar”. Con estas duras palabras, el portal "Religión en Libertad" anunció el programa en el que Nicolás Jouve, catedrático emérito de Genética en la Universidad de Alcalá de Henares y miembro del Comité de Bioética de España, denunció que en España y otros países son abortados entre el 90% y el 100% de los niños a los que mediante un “diagnóstico prenatal” se les detecta la trisomía 21.

Ya en 2016 el Papa Francisco había pedido a los profesionales de la salud que el diagnóstico prenatal no sea utilizado para seleccionar cuáles bebés pueden nacer y cuáles no, porque en ocasiones este tipo de diagnósticos son utilizados para practicar el aborto eugenésico, con el fin de eliminar a aquellos fetos con malformaciones o anomalías. 

El Pontífice pidió que la ciencia “se haga servicio y no selección” (Aciprensa, 25 may. 2016).

Y en días reciente, Francisco volvió a mencionar que actualmente “con más crueldad, con más ciencia” nuestra sociedad se desecha a los niños que viven con malformaciones: “aquel que no sirve, que no produce, es descartado: esta es la cultura del descarte. Los pequeños no son queridos hoy”.

En cambio, el Papa alabó a quienes atienden a estos niños enfermos: “quien cuida a los pequeños está de parte de Dios y vence a la cultura del descarte que, por el contrario, prefiere a los poderosos y considera inútiles a los pobres” (Vatican Insider, 17 mar. 2018).

Epílogo. Qué gran contraste entre el apoyo oficial al Día Mundial del Síndrome de Down con los programas oficiales que favorecen el aborto derivado de un diagnóstico prenatal. Esta jornada mundial debe servir para que repensemos que el derecho a vivir de un enfermo de trisomía 21 no se funda en sus capacidades intelectuales o funcionales, sino en la realidad de su dignidad humana. 

Sólo una sociedad que respeta a sus hijos más limitados es verdaderamente humana.

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

miércoles, 21 de marzo de 2018

EL REY TE ESPERA, ¿TENGO ANHELO DE DIOS?

1) Para saber

En esta Cuaresma, hace unos días, el Papa Francisco reflexionando sobre unas palabras del profeta Isaías, nos invitaba a que busquemos el rostro de Dios, busquemos la alegría de estar con Él.



Ciertamente recibimos muchas gracias y favores de Dios, pero no podemos detenernos ahí. Esas gracias nos han de llevar al Señor. Si una persona recibe un regalo, ha de agradecer y llevarle a estimar y amar más a esa persona. El regalo no sustituye a la persona. Malo se haría si nos dirigiéramos solo al regalo y nos olvidáramos del donante. La persona es más importante que cualquier regalo. Pues con Dios sucede lo mismo. Las gracias que recibimos, nos han de llevar a descubrir su rostro amable y misericordioso. Nos ha de llevar a sentir la alegría de estar con Él.

2) Para pensar

Había una vez un rey que tenía un gran castillo. Al pie del castillo estaba la escuela a la que iban todos los niños del reino.

Todos los viernes, al acabar la escuela, todos los niños tenían permiso para entrar al castillo y disfrutar de juegos y dulces. El rey quería mucho a los niños y cada viernes esperaba tras la cortina de su habitación ver llegar a los niños. Antes, por la mañana, había preparado todos los juegos y dulces.

Pero poco a poco el rey fue olvidado por los niños que no sabían de donde salían todo. Unos pensaban que era un castillo mágico, otros, que sus padres se encargaban. A pesar de ello, el rey seguía preparando el castillo para los niños.

Un año llegó una nueva familia con una hija al reino. La niña fue a la escuela y por primera vez entró al castillo. Se quedó extasiada. Vio que todos corrían hacia los dulces y tiraban las envolturas. Ella las recogió y las puso en un bote. Encantada pidió a uno de los soldados saludar al dueño generoso. El soldado sorprendido la llevó a las estancias del rey. La niña llamó a la puerta y como no le contestaban decidió entrar. Se encontró una sala con una mesa y un gran banquete y al rey mirando por la ventana y pensando en voz alta: “…ahí está Fernando, ¡qué bien se lo pasa! pero aún no le conozco... Y también está Juan, le falta venir a verme…”, y así con cada uno.

La niña carraspeó y dijo “¡Hola! soy Lety y quería darte muchas gracias por todo”. El rey se volteó y dijo: “¡Qué alegría me das al venir a saludarme, a jugar y a… ¡limpiar! Acompáñame a comer el gran banquete”. Una vez comido, la despidió: “Estoy para lo que quieras, te espero siempre y recuerda que te quiero”. Lety salió muy alegre, sobre todo porque se supo muy amada por el rey.

Con Dios pasa lo mismo, es el dueño de todo, nos pone un mundo para gozar de él, pero luego no lo saludamos, y nos quedamos en “los dulces”. Él nos ama y siempre nos está esperando.

El Papa Francisco nos invita a pensar: ¿Tengo deseos de estar con Dios? ¿Cómo es ese deseo? ¿Me conformo con el aperitivo cuando puedo ir al banquete?

3) Para vivir

Existe el peligro de detenernos en el “regalo”, hay cristianos que están atorados en las cosas de cada día, dice el Papa, y aunque son buenos, no crecen. Porque la fe es tener el deseo de encontrar a Dios, de estar con Él, de ser feliz con Él.

Concluyó el Papa invitándonos a cuidar nuestro deseo de Dios. Pensar en Dios que nos ama y así decirle siempre que sí con alegría.

Pbro. Dr. José Martínez Colín,

sábado, 17 de marzo de 2018

¿POR QUÉ NO ES BUENO FUNCIONAR EN EL TRABAJO A BASE DE "CASOS DE EMERGENCIA" O "BOMBERAZOS"

En el mundo laboral, a menudo escuchamos frases como: “No sé qué me pasó, pero perdí todo el día sin poder sacar mis pendientes”; “Esta semana se me fue como ‘agua’ en la oficina y mi jefe me llamó la atención por no cumplir con los asuntos que me encargó”; “Me puse a hablar por mi celular y a contestar los mensajes que tenía, ni cuenta me di y cuando menos pensé, ya era la hora de la comida, ¡qué desastre!”


Un aspecto muy importante, al comenzar nuestra semana laboral, consiste en estudiar con calma cuáles asuntos, que debemos de resolver, son: 1) prioritarios e importantes; 2) urgentes; 3) Y fijar una jerarquía para sacarlos adelante; 4) determinar los días precisos en que nos avocaremos a solucionarlos; 5) terminarlos con calidad profesional y hasta sus últimos detalles.

Porque hay pendientes que son verdaderamente urgentes y se deben de atender cuanto antes. Recuerdo una broma que se estilaba en las salas de redacción de los antiguos periódicos impresos, cuando un reportero le preguntaba al Jefe de Redacción: "-¿Y este reportaje para qué día lo quieres?” Y la respuesta tajante era: “-¡Para “ayer”! ¡Hay que publicarlo mañana mismo!”

Se requiere un especial ejercicio de la voluntad, que con el tiempo se convierte en un buen hábito, el centrarse en los asuntos que deben atenderse “hoy y ahora”. A la vez, tener la prudencia para decidir qué otros trabajos se pueden resolver el día de mañana, pasado mañana, o un tercer día y que, al proceder de esa manera, no afectaría mayormente el curso de las actividades habituales.

Así se aprende a distinguir lo urgente de lo importante. Es muy probable que en la vida laboral nos hayamos topado con personas que aparentan ser tremendamente activas: suelen correr por los pasillos y oficinas; suben y bajan escaleras a toda prisa; contestan numerosas llamadas telefónicas; se mueven continuamente de un lado a otro, y los observamos casi siempre “como a todo galope, montados en un caballo desbocado”.

Y cuándo se les pregunta si sacaron adelante lo más importante de esa jornada, responden negativamente excusándose que tuvieron “bomberazos” (o emergencias) durante todo el día. Es lógico que, al final de la semana, esas mismas personas comenten que se sienten completamente agotadas y que requieran de un profundo descanso.

Por ello, reviste especial trascendencia el aprender a trabajar con paz y serenidad. Es decir, terminar bien un asunto y poniendo “los cinco sentidos”. Y una vez concluido, pasar con calma al siguiente pendiente importante y prioritario, y así sucesivamente…

Sin embargo, es inevitable que ocurran sucesos que nos hagan cambiar radicalmente de planes durante algunos días. Pero desde luego no se puede ir por la vida funcionado a base de “bomberazos”, de “casos de emergencia”. Porque con esa actitud, no se logran ni la eficacia ni los resultados esperados en el quehacer profesional.

Diría, además, que detrás de esa “activitis” o “hiperactividad” en el modo de trabajar, pudiera ser que se escondiera una cierta pereza, que se manifieste en solucionar de inmediato los asuntos más fáciles, pero que son superficiales o intrascendentes, y postergar los realmente importantes cuya solución requiere de más esfuerzo intelectual por ser más laboriosa y compleja.

Por otra parte, junto con esa responsabilidad laboral, se encuentran los deberes familiares. Por ejemplo, el saber cortar a tiempo con el trabajo para llegar a buena hora de regreso a casa para conversar serenamente con la esposa y los miembros de la familia; auxiliar en las tareas escolares a los hijos; ayudarles con los oportunos consejos para contribuir a mejorar en su rendimiento académico y en su formación en virtudes y valores; colaborar en las tareas cotidianas del hogar…

Toda esa acertada combinación de orden, paz y buen aprovechamiento de las horas, tanto en el trabajo como en la familia, contribuye a que las personas sean más eficaces; lleguen a metas y objetivos más altos; tengan espacios de reflexión y puedan planear mejor sus actividades; y, en definitiva, que aprendan a controlar su agenda con la finalidad de que logren tener realmente señorío y dominio sobre su propio tiempo.

Raúl Espinoza Aguilera,
raul.espinozaaguilera@yahoo.com

FRANCISCO: EL PONTIFICADO DE LA ALEGRÍA

El Papa Francisco, con su estilo alegre y austero, junto con su cercanía hacia quienes sufren o son marginados, se ha ganado el respeto y el cariño de la gran mayoría. Pero ¿en qué se funda realmente su popularidad? Les comparto algunos análisis de su Pontificado elaborados por sus colaboradores cercanos, con motivo de este quinto aniversario.


1. Un Pontificado de la alegría. El Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, entrevistado recientemente por Luca Collodi de Vatican News, señaló que en estos cinco años de Magisterio del Francisco resalta que casi todos sus documentos principales “siempre aluden a la alegría”: Evangelii Gaudium, Amoris laetitia, Laudato Si (‘Alabado seas’, que es la alabanza que nace de un corazón enamorado de Dios y un espíritu lleno de alegría).

El colaborador más cercano del Papa explicó que “la característica fundamental de este pontificado es precisamente la alegría, una alegría que no nace de la despreocupación, sino del hecho de saberse amados por el Señor”.

2. La autenticidad de Francisco. El periodista argentino del Clarín (Buenos Aires), Sergio Rubin, entrevistó al rector de la Universidad Católica de Argentina (UCA), Mons. Víctor Manuel Fernández, que es el más estrecho colaborador intelectual del Papa.

Mons. Fernández explica que un punto en el que se puede observar la autenticidad de Francisco es su “austeridad extrema”, que ya vivía desde Buenos Aires: “no se tomaba vacaciones, no ahorraba, no gastaba en ropa ni en gustos personales, no salía a comer afuera, no se daba ningún gusto. 

Los demás necesitamos algunos respiros, pero él admirablemente no. Por eso me indigna mucho cuando algunos pretenden acusarlo de haber hecho cosas por dinero”.

El Rector saca una importante consecuencia de este estilo del Pontífice: “¿Quién puede pensar que después de Francisco pueda prosperar un papado condenatorio, que ostente poder y riqueza, que no esté dispuesto al diálogo con todos, que ignore a los débiles de este mundo?”

3. Francisco comprende el drama de cada persona. Otra característica del Papa argentino es su actitud comprensiva y respetuosa ante las diversas realidades humanas, que se hizo patente desde aquella frase: “¿Quién soy yo para juzgar a un homosexual que busca sinceramente a Dios?”

Sobre esto, Mons. Fernández mencionó que otra nota fuerte del Papa es su “cercanía paterna”. Como obispo, Jorge Bergoglio siempre se mostró como un padre “que sufre con el dolor de sus hijos, que no se desentiende del drama de los más débiles, que sabe escuchar sin juzgar, que acaricia y también soporta con paciencia”.

El obispo Fernández explicó que el Francisco “comprende el misterio de cada persona, reconoce su drama, se pone en el lugar del otro, y sabe valorar los pequeños pasos que el otro pueda dar, aunque aparentemente sea menos valorado”. 

Se trata de una actitud como la de cualquier padre, “que quiere educar a un hijo pero no puede dejar de abrazarlo con paciente ternura”.

Por eso, según el Rector de la UCA, esta actitud del Papa ha marcado la vida de la Iglesia, pues “se ha vuelto inadmisible cualquier actitud condenatoria, agresiva o autoritaria con los que piensan diferente o tienen dificultades para sobrellevar el peso de sus límites”.

Epílogo. Alegría y compresión son dos rasgos, entre muchos más, que han hecho que el Pontificado de Francisco sea popular y atractivo. 

El Papa no ofrece un cristianismo rebajado e indulgente, sino lo contrario: con alegría y comprensión, frutos de la misericordia, el Papa nos ofrece esperanza para retomar las exigencias del cristianismo, sin sentirnos condenados a pesar de nuestras continuas debilidades.

Luis-Fernando Valdés,
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com

jueves, 15 de marzo de 2018

STEPHEN HAWKING Y SU INTERESANTE TESTIMONIO

Se ha apagado la luz de una prodigiosa inteligencia. La humanidad, el mundo académico y cientìfico están de luto. Stephen Hawking nos ha dejado. Por fin habrá podido experimentar en carne propia y de forma intransferible, si al final tenía razón o no; si sencillamente sus células dejaron de vivir y comenzó su cuerpo a desintegrarse, o si, asombrado, ha tenido que reconocer humildemente que por una vez estaba equivocado, y que, si bien su materia se descompone, el espíritu permanece. Esa prueba definitiva que creyentes y ateos tarde o temprano pasaremos, ya la experimentó Hawking.



Hawking es modelo en muchos aspectos, pero su vida transmite además un mensaje paradójico. Quien no creía en los milagros, y estaba dispuesto a aceptar la idea de Dios solamente si la ciencia la pudiera demostrar, vivía de milagro. 

Los médicos le habían dado de dos a cuatro años de vida y vivió cincuenta y cinco con Esclerósis Lateral Amiotrófica (ELA), la enfermedad que progresivamente lo fue postrando. Quien se convirtió en el defensor eximio de la autonomía de la razón fue redimido en varias ocasiones por el amor. 

En efecto, en medio de la lógica depresión causada por el diagnóstico de su enfermedad fue el amor de su prometida y más tarde su mujer Jane Wilde quien lo sacó de su postración. Más tarde, fue precisamente la fe de ella quien se opuso en 1985 a que lo dejaran morir a pesar de estar ya muy enfermo, disminuído y no poder hablar a partir de ese momento, cuando nuevamente los médicos, portavoces de la ciencia, aconsejaban dejarlo morir, pues no valía la pena prolongar su sufrimiento. 

Nuevamente, cuando jugamos a hacer de Dios nos equivocamos, pues con posterioridad a ese percance escribió el texto científico de mayor divulgación en la historia, su “Breve historia del Tiempo”.

Paradójico fue también el hecho de que uno de los principales portavoces del “ateísmo científico contemporáneo” fuera miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias y departiera amablemente con cuatro Pontìfices: El Beato Pablo VI, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, dejando como corolario de tales encuentros el hecho de que ateísmo y religión pueden convivir de forma respetuosa y civilizada, sin necesidad de descalificarse recíprocamente o con el prurito de pelear. 

El diálogo es posible entre quienes piensan distinto y es un presupuesto de la convivencia civilizada, así como de la apertura del hombre hacia la verdad. Hawking y los Papas en la Pontificia Academia de las Ciencias constituyen una prueba fehaciente de cómo visiones antagónicas del mundo pueden hacer sinergia en beneficio de la humanidad, y de la grandeza de espíritu tanto de Hawking como de los pontífices, que supera cerriles y estériles discusiones pseudointelectuales.

Al final de su vida, la existencia de un hombre que preconizaba la materia como única realidad tangible, naturalizable y experimentable nos deja un claro testimonio de la grandeza, magnanímidad y carácter indomable del espíritu humano.

En efecto, su titánico empeño de entender la “mente del universo”, es decir “la mente de Dios” en su incansable búsqueda de la “teoría del todo”, así como su férrea lucha por sobreponerse a la enfermedad y a las limitaciones físicas que llevaba aparejada, son quizá la encarnación más gráfica de lo que san Agustín afirmaba desde una perspectiva de fe: “el alma arrastra al cuerpo, aunque el cuerpo esté destrozado”.

Por todo ello, un grande se nos ha ido, pero nos ha dejado no sólo el acervo de sus descubrimientos científicos: la radiación de Hawking, los agujeros negros, la singularidad en las condiciones iniciales del universo, su búsqueda incansable de la “gravedad cuántica”. 

También nos deja el testimonio de la grandeza humana capaz de aspirar a empresas magnánimas y sobreponerse a las dificultades. Como dice la concisa frase latina “per áspera ad astra”, “por lo árduo y difícil hasta las estrellas”.

P. Mario Arroyo,
Doctor en Filosofía.
p.marioa@gmail.com

EL LATENTE PELIGRO DE LA TENTACIÓN TOTALITARIA

Se cumplen 50 años de la melodía “Revolución” de los Beatles. Era el inicio de 1968. Durante la década de los años sesenta, la entonces U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas) otorgaba becas a muchos estudiantes de otros países para capacitarlos tanto en guerrilla urbana como en diversos modos de
organizar y lanzar una revuelta armada, violenta, con todo tipo de armas y explosivos.


En muchas universidades, por ejemplo, de América Latina -y por tanto en México- numerosos profesores se habían convertido en fervientes seguidores del marxismo-leninismo y sus clases se convertían en el mejor modo de adoctrinar a los indefensos estudiantes.

Había muchos agitadores profesionales que se encargaban de planear manifestaciones, paros y huelgas. Las obras completas de Marx y Lenin; el Diario del “Che” Guevara, el Libro Rojo de Mao y otros más, prácticamente se regalaban, ofreciéndolos a los universitarios a precios simbólicos. Los pasillos, las zonas comunes, las cafeterías de esas universidades estaban plagadas de posters, periódicos murales y panfletos -pegados en las paredes- promoviendo la revolución armada y presentando propaganda de sus ídolos revolucionarios.

Si un estudiante, manifestaba su desacuerdo con el marxismo era calificado como “burgués”, “pequeño capitalista”, “enemigo de las causas justas del pueblo”… y se creaba un ambiente de animadversión hacia los disidentes. 

Cuando se intentaba dialogar con los estudiantes comunistas exponían posturas tan radicales y fanáticas que no había modo de intercambiar opiniones de forma serena y constructiva.

Recuerdo que había bastante confusión y desorientación entre los universitarios que recibían ese diario “bombardeo” ideológico. Algunos se hicieron marxistas por mera conveniencia para congraciarse con los profesores y compañeros.

Dentro de este contexto, el célebre grupo inglés, The Beatles, lanzó al mercado su melodía “Revolución” que era justo una respuesta a todo ese enrarecido ambiente de adoctrinamiento masivo. Decía la letra de esa canción que influyó bastante entre los jóvenes del mundo entero: “Dices que quieres una revolución. / Bien, tú sabes que todos queremos cambiar el mundo”. (…) Pero cuando hablas de destrucción, / sabes que no puedes contar conmigo. (…) Me pides un donativo, / y pretendes entregar el dinero a esa gente que propone soluciones de odio. / (…) Todo lo que te diré, es que no cuentes conmigo”. 

Esa melodía proponía una postura pacifista frente a un clima generalizado que planteaba que las problemáticas sociales y económicas de la sociedad, tenían como vía única de solución: tomar las armas y lanzarse a una revolución armada en la ciudad y en el campo; en la fábrica, en los talleres, en las industrias; entre los
obreros, los campesinos y estudiantes…

Al mismo tiempo, intelectuales, escritores y pensadores de esa época publicaron numerosos ensayos y libros proponiendo el diálogo, el pacífico intercambio de ideas; el construir una sociedad cada vez más justa pero mediante el camino de la paz; de buscar vías de acuerdos y la conciliación entre las partes en conflicto; de
tener mente abierta y creativa para encontrar soluciones positivas y no meramente destructivas o de violento e irracional rechazo.

A fines de 1989 cayó “El Muro de Berlín” y, a continuación, sobrevino el desmantelamiento de la U.R.S.S. Era el fin de una utopía socialista, pero han persistido algunos gobiernos dictatoriales.

Con el paso de los años se ha demostrado que la vía del diálogo sereno y respetuoso es más provechoso y acorde con la dignidad de las personas, de la convivencia social y de la paz entre los pueblos porque la imposición violenta, autoritaria e intolerante de una ideología supone siempre una violación a los derechos fundamentales de todo ser humano, como son: la libertad, el respeto a las diversas opiniones de los demás, la participación ciudadana de acuerdo a las propias convicciones y, sobre todo, el salvaguardar los principios de la democracia.

Me parece que estos últimos conceptos resultan de gran actualidad y a tomar en consideración en México, que está viviendo un tiempo preparatorio a las elecciones presidenciales, porque han aparecido en el entorno social claros síntomas de ciertos grupos de poder que pretenden hacer valer su pragmatismo político por la vía del totalitarismo, de fomentar de manera irresponsable la violencia y de pretender imponerse mediante el autoritarismo.

Raúl Espinoza Aguilera,
raul.espinozaaguilera@yahoo.com